Dar de corazón

Una vez un limosnero que estaba tendido a un lado de la calle, vio venir a lo lejos, a la reina del lugar.

Y éste pensó: «le voy a pedir, ella es buena y seguro me dará algo».

Y cuando la reina se acercó, le dijo: «Majestad podría, por favor, regalarme una moneda? Y en su interior pensaba que ella le daría mucho!

La reina lo miró y le respondió:

¿Por qué no me das algo tú? Acaso, no soy tu reina?

El mendigo no sabía que responder y sólo atinó a balbucear:

«Pero, Majestad… Yo no tengo nada!»

La reina le contestó: «algo debes tener… busca!…»

Entre asombro y enojo, el mendigo buscó entre sus cosas y vio que tenía una naranja, un pan y unos granos de arroz.

Pensó que la naranja y el pan eran mucho para darlos, así que en su molestia, tomó cinco granos de arroz y se los dio a la reina.

Complacida, ella le dijo «¡Ves, como si tenías!…

Y le acercó cinco monedas de oro: una por cada grano de arroz.

El hombre dijo entonces: «Majestad… creo que acá tengo otras cosas.

La reina lo miró fijamente a los ojos y con dulzura, le comentó:

«solamente de lo que has dado de corazón, te puedo retribuir».

 

Reflexión:

Es fácil reconocer en esta historia, el acto de dar y recibir.

Cuántas veces, en nuestras acciones, que decimos son de servicio, entran en juego el egoísmo y nuestros propios intereses? Cuántas veces realizamos una misión, sólo pensando en la ganancia personal que nos reportará?

Procuremos dar de corazón, sin sacar cuentas, sin pensar en lo que recibiremos a cambio… Y la mayor ganancia será la felicidad que sentimos al dar.

 

Colaboración de Clementina Uncal

 

Mamá

«Me dicen que me vas a enviar mañana a la Tierra; pero, ¿cómo viviré tan pequeño e indefenso como soy?»

«Entre muchos ángeles escogí uno para ti, que te está esperando: él te cuidará»

«Pero, dime, aquí en el cielo no hago más que cantar y sonreír, y eso basta para ser feliz»

«Tu ángel te cantará, te sonreirá todos los días, y tú sentirás su amor y serás feliz»

«¿Y cómo entender lo que la gente me hable?, si no conozco el extraño idioma que hablan los hombres»

«Tu ángel te dirá las palabras más dulces, y más tiernas que puedas escuchar, y con mucha paciencia y cariño te enseñará a hablar».

«Y ¿qué haré cuando quiera hablar contigo»

«Tu ángel te juntará las manitos y te enseñará a orar»

«He oído que en la tierra hay hombres malos, ¿quién me defenderá?

«Tu ángel te defenderá, aún a costa de su propia vida»

«Pero estaré siempre triste porque no te veré más, Señor»

«Tú ángel te hablará de Mí, y te enseñará el camino para que regreses a mi presencia, aunque Yo siempre estaré a tu lado»

En ese instante, una gran paz reinaba en el cielo, pero ya se oían voces terrestres, y el niño presuroso murmuró suavemente: «Dios mío, si ya me voy, dime su nombre.¿Cómo se llama mi ángel?

«Su nombre no importa, tú le dirás MAMÁ».

¡¡¡FELIZ DIA!!!

Colaboración de Clementina Uncal ( año 2.001 )

Un ladrillazo

Un joven y exitoso ejecutivo paseaba a toda velocidad en su auto Jaguar último modelo, sin ningún tipo de precaución; de repente sintió un estruendoso golpe en la puerta, se detuvo y al bajarse vio que un ladrillo le había estropeado la pintura, carrocería y vidrio de la puerta de su lujoso auto.
Se subió nuevamente, pero esta vez lleno de enojo, dio un brusco giro de 180 grados; y regresó a toda velocidad al lugar donde vio salir el ladrillo que acababa de desgraciar lo hermoso que lucía su exótico auto.
Salió del auto de un brinco y agarró por los brazos a un chiquillo, y empujándolo hacia el auto estacionado le gritó a toda voz:
"¿Qué rayos fue eso?, ¿Quién eres tú?, ¿Qué crees que haces con mi auto?".
Y enfurecido, casi botando humo, continuó gritándole al chiquillo: "¡Es un auto nuevo, y ese ladrillo que lanzaste va a costarte muy caro!, ¿Por qué hiciste eso?".
"Por favor, señor, por favor. ¡Lo siento mucho!, no sé que hacer", suplicó el chiquillo. " Le lancé el ladrillo porque nadie se detenía"... Lágrimas bajaban por sus mejillas hasta el suelo, mientras señalaba hacia alrededor del auto estacionado. "Es mi hermano", le dijo. Se descarriló su silla de ruedas y se cayó al suelo... y no puedo levantarlo". Sollozando, el chiquillo le preguntó al ejecutivo:
"Puede usted, por favor, ayudarme a sentarlo en su silla?, está golpeado, y pesa mucho para mí solito...
Visiblemente impactado por las palabras del chiquillo e indescriptiblemente emocionado por lo que acababa de pasarle, levantó al joven del suelo y lo sentó nuevamente en su silla; y sacó su pañuelo de seda para limpiar un poco las cortaduras y lo sucio de sobre las heridas del hermano de aquel chiquillo tan especial.
Luego de verificar que se encontraba bien, miró al chiquillo y éste le dio las gracias con una sonrisa que no tiene posibilidad de describir nadie...
"DIOS lo bendiga, señor...y muchas gracias" le dijo.
El hombre vio como se alejaba el chiquillo empujando trabajosamente la pesada silla de ruedas de su hermano, hasta llegar a su humilde casita.
El ejecutivo aún no ha reparado la puerta del auto, manteniendo la hendidura que le hizo el ladrillazo... para recordarle el no ir por la vida tan de prisa que alguien tenga que lanzarle un ladrillo para que preste atención.
DIOS normalmente nos susurra en el alma y en el corazón, pero hay veces que tiene que lanzarnos un ladrillo a ver si le prestamos atención.
Tú escoges: Escuchar el susurro... o el ladrillazo.
> >
Graciela.....

Colaboración de Clementina Uncal ( año 2.002 )

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Carta al Niño Jesús: No vuelvas, no vale la pena

Hola querido Amigo:

Como sabrás, nos estamos acercando otra vez, a la fecha en que festejan mi nacimiento. El año pasado, hicieron una gran fiesta en mi honor y me da la impresión que este año ocurrirá lo mismo. A fin de cuentas ¡llevan meses haciendo compra para la ocasión y casi todos los días han salido anuncios y avisos sobre lo poco que falta para que llegue! La verdad es que se pasan de la raya, pero es agradable saber que por lo menos un día del año, piensan en Mí.

Ha transcurrido mucho tiempo desde cuando comprendían y agradecían de corazón lo mucho que hice por toda la humanidad. Pero hoy en día, da la impresión, de que la mayoría de la gente apenas sabe, por qué motivo, se celebra mi cumpleaños.

Por otra parte, me gusta que la gente se reúna y lo pase bien y me alegra sobre todo que los niños se diviertan tanto; pero aún así, creo que la mayor parte, no sabe bien de qué se trata. ¿No te parece? Como lo que sucedió, por ejemplo, el año pasado: al llegar el día de mi cumpleaños, hicieron una gran fiesta, pero ¿Puedes creer que ni siquiera me invitaron? ¡Imagínate! ¡Yo era el invitado de honor! ¡Pues se olvidaron por completo de mí!.

Resulta que se habían estado preparando para las fiestas durante dos meses y cuando llegó el gran día me dejaron al margen. Ya me ha pasado tantas veces, que lo cierto es, que no me sorprendió. Aunque no me invitaron, se me ocurrió colarme sin hacer ruido. Entré y me quedé en mi rincón. ¿Te imaginas, que nadie, advirtió siquiera mi presencia, ni se dieron cuenta, de que Yo estaba allí?

Estaban todos bebiendo, riendo y pasándolo en grande, cuando de pronto se presentó un hombre gordo, vestido de rojo y barba blanca postiza, gritando: «¡jo, jo,jo!».Parecía que había bebido más de la cuenta, pero se las arregló para avanzar a tropezones, entre los presentes, mientras todos lo felicitaban. Cuando se sentó en un gran sillón, todos los niños, emocionadísimos, se le acercaron corriendo y diciendo: ¡Santa Claus! ¡Cómo si él hubiese sido el homenajeado y toda la fiesta fuera en su honor!

Aguanté aquella «fiesta» hasta donde pude, pero al final tuve que irme. Caminando por la calle, me sentí solitario y triste. Lo que más me asombra, de cómo celebra la mayoría de la gente el día de mi cumpleaños, es que en vez de hacer regalos a mí, ¡se obsequian cosas, unos a otros! y para colmo, ¡casi siempre son objetos que ni siquiera les hace falta!

Te voy a hacer una pregunta: ¿A ti no te parecería extraño, que al llegar tu cumpleaños todos tus amigos decidieron celebrarlo, haciéndose regalos unos a otros y no te dieran nada a ti? ¡Pues es lo que me pasa a mí cada año!

Una vez alguien me dijo: «Es que Tú, no eres como los demás, a Ti no se te ve nunca; ¿Cómo es que te vamos a hacer regalos?». Ya te imaginarás lo que le respondí. Yo siempre he dicho: «Pues regala comida y ropa a los pobres, ayuda a quiénes lo necesiten. Ve a visitar a los enfermos y a los que estén en prisión!».

Le dije: «Escucha bien todo lo que regales a tus semejantes para aliviar su necesidad, ¡Lo contaré, como si me lo hubieras dado a mí, personalmente!

Y pensar todo el bien y felicidad que podrían llevar a las colonias marginadas, a los orfanatos, asilos, penales o familiares de los presos.

Lamentablemente, cada año que pasa es peor. Llega mi cumpleaños y sólo piensan en las compras, en las fiestas y en las vacaciones y yo no pinto para nada en todo esto. Además cada año los regalos de Navidad, pinos y adornos son más sofisticados y más caros, se gastan verdaderas fortunas, tratando con esto de impresionar a sus amistades. Esto sucede inclusive en los templos.

Y pensar que yo nací en un pesebre, rodeado de animales porque no había más. Me agradaría muchísimo más nacer todos los días, en el corazón de mis amigos y que me permitieran morar ahí, para ayudarles cada día en todas sus dificultades, para que puedan palpar, el gran amor que siento por todos; porque no sé si lo sepas, pero hace dos mil años, entregué mi vida, para salvarte de la muerte y mostrarte el gran amor que te tengo.

Por eso lo que pido, es que me dejes entrar en tu corazón. Llevo años tratando de entrar, pero hasta hoy no me has dejado. «Mira yo estoy llamando a la puerta, si alguien oye mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaremos juntos». Confía en mí, abandónate en mí. Este será el mejor regalo que me puedas dar. Gracias

Tu amigo. Jesús.

 
Colaboración de Clementina Uncal
 

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Carta de Jesús

Hola querido Amigo:

Como sabrás, nos estamos acercando otra vez, a la fecha en que festejan mi nacimiento. El año pasado, hicieron una gran fiesta en mi honor y me da la impresión que este año ocurrirá lo mismo. A fin de cuentas ¡llevan meses haciendo compra para la ocasión y casi todos los días han salido anuncios y avisos sobre lo poco que falta para que llegue! La verdad es que se pasan de la raya, pero es agradable saber que por lo menos un día del año, piensan en Mí.

Ha transcurrido mucho tiempo desde cuando comprendían y agradecían de corazón lo mucho que hice por toda la humanidad. Pero hoy en día, da la impresión, de que la mayoría de la gente apenas sabe, por qué motivo, se celebra mi cumpleaños.

Por otra parte, me gusta que la gente se reúna y lo pase bien y me alegra sobre todo que los niños se diviertan tanto; pero aún así, creo que la mayor parte, no sabe bien de qué se trata. ¿No te parece? Como lo que sucedió, por ejemplo, el año pasado: al llegar el día de mi cumpleaños, hicieron una gran fiesta, pero ¿Puedes creer que ni siquiera me invitaron? ¡Imagínate! ¡Yo era el invitado de honor! ¡Pues se olvidaron por completo de mí!.

Resulta que se habían estado preparando para las fiestas durante dos meses y cuando llegó el gran día me dejaron al margen. Ya me ha pasado tantas veces, que lo cierto es, que no me sorprendió. Aunque no me invitaron, se me ocurrió colarme sin hacer ruido. Entré y me quedé en mi rincón. ¿Te imaginas, que nadie, advirtió siquiera mi presencia, ni se dieron cuenta, de que Yo estaba allí?

Estaban todos bebiendo, riendo y pasándolo en grande, cuando de pronto se presentó un hombre gordo, vestido de rojo y barba blanca postiza, gritando: «¡jo, jo,jo!».Parecía que había bebido más de la cuenta, pero se las arregló para avanzar a tropezones, entre los presentes, mientras todos lo felicitaban. Cuando se sentó en un gran sillón, todos los niños, emocionadísimos, se le acercaron corriendo y diciendo: ¡Santa Claus! ¡Cómo si él hubiese sido el homenajeado y toda la fiesta fuera en su honor!

Aguanté aquella «fiesta» hasta donde pude, pero al final tuve que irme. Caminando por la calle, me sentí solitario y triste. Lo que más me asombra, de cómo celebra la mayoría de la gente el día de mi cumpleaños, es que en vez de hacer regalos a mí, ¡se obsequian cosas, unos a otros! y para colmo, ¡casi siempre son objetos que ni siquiera les hace falta!

Te voy a hacer una pregunta: ¿A ti no te parecería extraño, que al llegar tu cumpleaños todos tus amigos decidieron celebrarlo, haciéndose regalos unos a otros y no te dieran nada a ti? ¡Pues es lo que me pasa a mí cada año!

Una vez alguien me dijo: «Es que Tú, no eres como los demás, a Ti no se te ve nunca; ¿Cómo es que te vamos a hacer regalos?». Ya te imaginarás lo que le respondí. Yo siempre he dicho: «Pues regala comida y ropa a los pobres, ayuda a quiénes lo necesiten. Ve a visitar a los enfermos y a los que estén en prisión!».

Le dije: «Escucha bien todo lo que regales a tus semejantes para aliviar su necesidad, ¡Lo contaré, como si me lo hubieras dado a mí, personalmente!

Y pensar todo el bien y felicidad que podrían llevar a las colonias marginadas, a los orfanatos, asilos, penales o familiares de los presos.

Lamentablemente, cada año que pasa es peor. Llega mi cumpleaños y sólo piensan en las compras, en las fiestas y en las vacaciones y yo no pinto para nada en todo esto. Además cada año los regalos de Navidad, pinos y adornos son más sofisticados y más caros, se gastan verdaderas fortunas, tratando con esto de impresionar a sus amistades. Esto sucede inclusive en los templos.

Y pensar que yo nací en un pesebre, rodeado de animales porque no había más. Me agradaría muchísimo más nacer todos los días, en el corazón de mis amigos y que me permitieran morar ahí, para ayudarles cada día en todas sus dificultades, para que puedan palpar, el gran amor que siento por todos; porque no sé si lo sepas, pero hace dos mil años, entregué mi vida, para salvarte de la muerte y mostrarte el gran amor que te tengo.

Por eso lo que pido, es que me dejes entrar en tu corazón. Llevo años tratando de entrar, pero hasta hoy no me has dejado. «Mira yo estoy llamando a la puerta, si alguien oye mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaremos juntos». Confía en mí, abandónate en mí. Este será el mejor regalo que me puedas dar. Gracias

Tu amigo. Jesús.

 
Colaboración de Clementina Uncal
 

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Vuelo del alma

Cuando el camino se hace cuesta arriba,
NO LO DEJES.
Cuando las cosas andan mal - como a veces suceder -
NO ABANDONES.
Cuando no consigas resultados, y se sumen los problemas,
NO TE RINDAS.
Cuando quieras sonreír y sólo puedas suspirar,
NO TE CAIGAS.
Cuando la suerte, te sea adversa, y no encuentres fuerzas para seguir,
NO RENUNCIES.
Cuando no encuentres compañeros de lucha,
NO TE APURES.
Hay manos que sostienen las tuyas !
Cree y siente en cada minuto de tu vida, deja que tu alma " vuele libre "
por los jardines hermosos de la confianza en algo superior
que llega donde nuestra visión no puede alcanzar ,
pero sí nuestro corazón puede sentir.
Tu alma desea estar libre para darte fuerza y estímulo!
INTENTA !
Cierra los ojos por algunos minutos
y deja tus pensamientos volar por sitios de amor.
No podemos cambiar el mundo, ni quitar todo el dolor de la tierra ,
ni tener ya resueltos todos nuestros problemas,
pero podemos a cada minuto mirar con ojos del amor a cada cosa.
Si pensamos que todo es pasajero, miraremos con cariño lo negativo
que te encamina a la elevación y perfección,
y luego observaremos con felicidad
el cambio del mal en bien , de tristezas en alegrías.
Lo que hoy nos hace sonreír fueron las cosas que nos hicieron llorar ayer.
Nuestras faltas de hoy también son las alegrías de mañana.
Las personas se van ,
los amores se pierden en el tiempo,
los problemas se solucionan,
hasta el mismo sol se va cada noche para renacer al día siguiente...
no te quedes en el medio del camino porque allá... algo te espera !.
 
Autor desconocido

Colaboración de Clementina Uncal ( 2001 )

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Abre tu corazón

Un hombre había pintado un lindo cuadro.

El día de la presentación al público, asistieron las autoridades locales, fotógrafos, periodistas, y mucha gente, pues se trataba de un famoso pintor, reconocido artista. Llegado el momento, se tiró el paño que revelaba el cuadro.

Hubo un caluroso aplauso. Era una impresionante figura de Jesús tocando suavemente la puerta de una casa.

Jesús parecía vivo. Con el oído junto a la puerta, parecía querer oír si adentro de la casa alguien le respondía. Hubo discursos y elogios. Todos admiraban aquella preciosa obra de arte.

Un observador muy curioso, encontró una falla en el cuadro.

La puerta no tenía cerradura. Y fue a preguntar al artista:

“ Su puerta no tiene cerradura, ¿Cómo se hace para abrirla? ”

“Así es ” respondió el pintor.

“Porque esa es la puerta del corazón del hombre.

Sólo se abre por el lado de adentro.”

Colaboración de Clementina Uncal ( 2001 )

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Renovación del espíritu

Arthur Gordon relata una historia maravillosa e íntima relacionada con su propia renovación espiritual. Habla de una época de su vida en la que empezó a sentir que nada tenía sentido. Su entusiasmo se había desvanecido; sus esfuerzos por escribir resultaban estériles. Y la situación empeoraba día tras día. Finalmente decidió pedir ayuda a un médico. Éste no encontró ningún problema físico, y le preguntó si estaba dispuesto a seguir sus instrucciones durante un día. Gordon contestó que sí.

El médico le dijo que pasara el día siguiente en el lugar donde más feliz había sido cuando era niño. Podía comer, pero no debía hablar con nadie, ni leer, ni escribir, ni escuchar la radio. Después le escribió cuatro prescripciones en sendas recetas, y le dijo que las fuera leyendo una por una a las nueve, a las doce, a las tres de la tarde y a las seis. «¿Habla usted en serio?», le preguntó Gordon. «¡No pensará que bromeo cuando reciba mi factura!», fue la respuesta.

De modo que, a la mañana siguiente, Gordon se dirigió a la playa. En la primera receta leyó: «Escuche cuidadosamente». Pensó que el médico estaba loco. ¿Cómo podría pasarse horas «escuchando»? Pero había acordado seguir esas instrucciones, de modo que escuchó. Oyó los sonidos habituales del mar y las aves. Al cabo de cierto tiempo pudo oír otros sonidos no tan aparentes al principio. Mientras escuchaba, empezó a pensar en las lecciones que el mar le había impartido de niño: paciencia, respeto y conciencia de la interdependencia de todas las cosas. Al escuchar los sonidos -y el silencio- sintió dentro de él una paz creciente.

A mediodía, tomó la segunda receta y leyó: «Trate de volver atrás». ¿Volver atrás?, ¿Adonde?, se preguntó. Tal vez…a la infancia…,a los recuerdos de tiempos felices. Pensó en su pasado, en los muchos pequeños momentos de alegría. Trató de recordarlos con exactitud. Y, al hacerlo, descubrió dentro de sí una calidez creciente.

A las tres de la tarde, leyó la tercera receta. Hasta ese momento las prescripciones habían sido fáciles de cumplir. Pero, esa era diferente. Decía: «Examine sus motivos». Al principio adoptó una actitud defensiva. Pensó en lo que deseaba (el éxito, reconocimiento, seguridad) y lo justificó por completo. Pero, entonces, se le ocurrió que esos motivos no eran suficientemente buenos y que, tal vez, allí estaba la respuesta a su situación.

Consideró sus motivos en profundidad. Pensó en su felicidad pasada. Y, por fin, encontró la respuesta. «En un relámpago de certidumbre vi que, si los motivos que uno tiene son erróneos, nada puede ser correcto. No importa que uno pueda ser cartero, peluquero, agente de seguros, ama de casa o cualquier otra cosa. Mientras uno siente que está sirviendo a los otros, es que la tarea está bien hecha. Cuando uno sólo le preocupa ayudarse a sí mismo, el trabajo es menos bueno: una ley tan inexorable como la gravedad».

A las seis, pudo cumplir con la prescripción final. «Escriba en la arena lo que le preocupa», decía. Se arrodilló, y escribió varias palabras con un trozo de concha rota. Después se puso de pie, dio la espalda a lo que había escrito y echó a andar sin mirar atrás: sabía que iba a subir la marea.

 

Colaboración de Clementina Uncal ( 2001 )

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Habrás llegado a ser…

Cuando ignores que existe las palabras ira, odio, rencor y guerra. 
Cuando hayas querido y quieras a tus padres como deseas que contigo lo hagan tus hijos. 
Cuando sepas equilibrar las razones de tu vivir en beneficio propio y de los tuyos, sin perjudicar a otros. 
Cuando el ser honesto, humilde, y tolerante lo seas sin que para serlo tengas que hacer esfuerzo alguno. 
Cuando llegues a tener lo que precisas y alegre compartas la mitad con quien aún más que tú lo necesita. 
Cuando consideres que lo que racionalmente tienes de ecuánime, inteligente y moral es de mayor importancia que la belleza física que adorne tu persona. 
Cuando con valor y fe defiendas tus ideales, si estás seguro de contribuir con ello al mejor vivir de tus semejantes. 
Cuando respetes las ideas y criterios ajenos que no compartes. 
Cuando apartes de ti motivaciones corruptivas, demagogias confusas y todo tipo de ambiciones. 
Cuando ganes con naturalidad y sepas perder con dignidad. 
Cuando antepongas la valoración humana y la amistad sincera a las coyunturas materiales de la vida. 
Cuando te adaptes a las circunstancias, lugares y momentos con absoluta naturalidad. 
Cuando no te vanaglories ni pretendas deslumbrar con tu propia personalidad. Cuando no seas absolutista respecto a tu religión, pensando que es la mejor. Cuando teniendo fe en ella, apartas la superstición y te queda lo constructivo de su doctrina, valorándola y practicándola según te dicte la conciencia. 
Cuando des cumplimiento a tus promesas y no prometas lo que no esté de poder cumplir. 
Cuándo llenes el corazón con la palabra Amor 
Habrás llegado a Ser.
 

Colaboración de Clementina Uncal ( 2001 )

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Cree en ti

Creo que todos tenemos adentro una brújula que nos conduce adonde anhelamos.

No olvides confiar en tu brújula, consúltala a menudo, porque el conocer su presencia te dará fortaleza para lo que la vida te depare.

No permitas que te desvíen. Pídele la verdad a tu corazón, y te dará la respuesta y el discernimiento para tomar las decisiones que son para ti. Ama a todos, y no esperes agradecimientos.

Haz lo mejor que puedas. Vive cada día en su plenitud. Nadie puede leer el futuro.

Recuerda: para todas tus preguntas, allá en tu fuero interno, a la vera del camino, habrá respuestas más claras, soluciones aceptables. Hace falta paciencia y confianza para alcanzar la meta, solucionar problemas, y realizar sueños.

Aunque por momentos parezca que ya no puedes seguir, conoce tu fortaleza, y sabrás sobrellevar todo lo que la vida te depare. CREE EN TI.

Colaboración de Clementina Uncal ( 2001 )

Este texto nos recuerda que contamos con una ayuda fundamental, amorosa, leal y eterna dentro nuestro, que si le prestamos atención se convierte en nuestra brújula.

En momentos de crisis como la actual, que parece debilitar o derrumbar nuestra confianza en la humanidad, en nuestro gobierno y hasta en nosotros mismos, recordar la existencia de nuestra voz interior y recurrir a ella, al Espíritu Santo que llevamos dentro, nos abre una puerta a la Esperanza, al Amor, a la Fe y a la confianza en nosotros mismos.

Dios se nos ofrece en nuestro corazón, tengámoslo presente. Nuestra vida puede cambiar y mejorar si lo buscamos decididamente.

Con amor, Javier Serrano ( 2001 )

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Buscar lo mejor

Somos lo que elegimos, lo que optamos. Dios no impone nada, solamente ofrece, dejando al hombre la libertad de decidir. Muchos prefieren las joyas, los coches, los caminos fáciles. Hay sendas para los más variados deseos, pero hay cosas que la herrumbre no corroe. Son los ideales nobles, el bien, la fraternidad, la alegría, el evangelio.

¿ Por qué será tan difícil preferir la paz en lugar de la guerra; el amor, en lugar del odio; la generosidad, en lugar del egoísmo; la acción, en lugar de la comodidad; la confianza, en lugar del orgullo; el perdón, en lugar de la envidia; el desprendimiento y la pobreza, en lugar de la satisfacción; el corazón de niño, en lugar de la vanidad ?

¿ Por qué será tan difícil elegir al Creador en lugar de la criatura; el sacrificio, la renuncia, lo correcto, lo humano, el deber, en lugar del placer ?

¡Ojalá que todos sepan optar : los padres, las madres, los jóvenes, los niños!

En todo momento debemos decidir. Podemos siempre escoger las cosas mejores: la luz, en lugar de las tinieblas; la comunión de vida, en lugar de la soledad; la unión, en lugar de las separaciones; la verdad, en lugar de la mentira; Dios, los hombres y la familia, en lugar de la evasión y de la irresponsabilidad.

Para ser feliz, decídete por lo verdadero, lo justo, lo difícil.

Felicidad es sinónimo de sacrificio, de renuncia, de abnegación. En todo tiempo lleva a tus hermanos a vivir la fraternidad.

El mundo necesita de fraternidad, la que depende de ti y de tus elecciones. Trata con amabilidad a todos.

El pasajero que viaja a tu lado no es tu enemigo ni tu competidor. Es un hermano a quien debes tratar con amabilidad.

No rezongues con el fin de desahogarte. Busca consolar, más que ser consolado. Y, aunque sea sin darte cuenta, serán recompensadas las benevolencias de tu corazón.

Nunca es tarde para hacer el bien, para ser hermano, para decir “cuenta conmigo”.

La decisión es tuya. Piensa y resuélvete siempre para lo mejor.

“Momentos de Paz” – Ana María Zacagnino ( 2001 )

Colaboración de Clementina Uncal ( 2001 )

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Amor, bienestar y éxito

Una mujer salió de su casa y vio tres viejos con una larga y blanca barba sentados en el jardín. Ella no los conocía. Les dijo: – «No los conozco, pero deben estar hambrientos. Por favor pasen adelante y coman algo».

– ¿»Está el hombre de la casa ?», preguntaron a la mujer.

– «No», dijo ella, «está fuera» – «Entonces no podemos entrar», replicaron ellos.

En la tarde, cuando el marido regresó, la mujer le contó lo que había sucedido.

– «Ve entonces afuera y diles que ya estoy en casa e invítalos a pasar».

La mujer salió e invitó a los viejos a entrar.

– «Nosotros no entramos a una casa juntos», replicaron ellos.

– «¿Porqué?»,- la mujer quiso saber la razón. Uno de los viejos explicó:

– » Su nombre es Bienestar» señalando a uno de sus amigos; señalando al otro,»El es el Éxito», y yo soy el Amor». Luego añadió: «Ve a tu casa y discute con tu esposo cual de nosotros ustedes quieren que entre a su casa».

La mujer entró a su casa y le contó a su esposo lo que los viejos habían dicho. El esposo estaba muy contento.»Qué agradable», dijo.»Siendo así invitemos a Bienestar, dejémoslo entrar y que llene nuestro hogar con bienestar !»

La esposa no estuvo de acuerdo. «Querido, porqué no invitamos a Éxito ?» La hija de ambos estaba escuchando e hizo su propia sugerencia: «¿ No sería mejor invitar al Amor ? nuestra casa estaría llena de amor !»

(piensa en este punto a quién invitarías tú, antes de proseguir la lectura).

«Escuchemos el consejo de nuestra hija», dijo el esposo a la esposa.

«Ve e invita a Amor para que sea nuestro huésped»

La mujer salió y preguntó a los tres viejos:

– «¿Cuál de ustedes es Amor ?, por favor entra y sé nuestro huésped.»

Amor se levantó y comenzó a caminar hacia la casa. Los otros dos también se levantaron y lo siguieron.

La mujer, sorprendida, le preguntó a Bienestar y Éxito: – «Yo sólo invité a Amor, ¿ porqué están entrando ustedes?» Los tres viejos respondieron a la vez:

– «Si hubiesen invitado al Bienestar o al Éxito, los otros dos hubiésemos permanecido fuera, pero como ustedes invitaron al Amor, a cualquier lugar que él vaya, los otros vamos con él.

En cualquier lugar que haya Amor, hay también Bienestar y Éxito !!!!!

Colaboración de Clementina Uncal ( 2001 )

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Amar a un ser humano

Amar a un ser humano es aceptar la oportunidad de conocerlo verdaderamente y disfrutar de la aventura de explorar y descubrir lo que guarda más allá de sus máscaras y sus defensas. Contemplar con ternura sus más profundos sentimientos, sus temores, sus carencias, sus esperanzas y alegrías, su dolor y sus anhelos.

Es comprender que detrás de su careta y su coraza, se encuentra un corazón sensible y solitario, hambriento de una mano amiga, sediento de una sonrisa sincera en la que pueda sentirse en casa.

Es reconocer, con respetuosa compasión, que la desarmonía y el caos en los que a veces vive son el producto de su ignorancia y su inconciencia, y darte cuenta de que si genera desdichas es porque aún no ha aprendido a sembrar alegrías, y en ocasiones se siente tan vacío y carente de sentido, que no puede confiar ni siquiera en sí mismo.

Es descubrir y honrar, por encima de cualquier apariencia, su verdadera identidad, y apreciar honestamente su infinita grandeza como una expresión única e irrepetible de la vida.

Amar a un ser humano es brindarle la oportunidad de ser escuchado con profunda atención, interés y respeto; aceptar su experiencia sin pretender modificarla sino comprenderla.

Ofrecerle un espacio en el que pueda descubrirse sin miedo a ser calificado, en el que sienta la confianza de abrirse sin ser forzado a revelar aquello que considera privado; es reconocer y mostrar que tiene el derecho inalienable de elegir su propio camino, aunque éste no coincida con el tuyo.

Es permitirle descubrir su verdad interior por sí mismo, a su manera: apreciarlo sin condiciones, sin juzgarlo ni reprobarlo, sin pedirle que se amolde a tus ideales, sin exigirle que actúe de acuerdo con tus expectativas.

Es valorarlo por ser quien es, no por como tú desearías que fuera; es confiar en su capacidad de aprender de sus errores y de levantarse de sus caídas más fuerte y más maduro, y comunicarle tu fe y confianza en su poder como ser humano.

Amar a un ser humano es atreverte a mostrarte indefenso, sin poses ni caretas, revelando tu verdad desnuda, honesta y transparente. Es descubrir frente al otro tus propios sentimientos, tus áreas vulnerables; permitirle que conozca al ser que verdaderamente eres, sin adoptar actitudes prefabricadas para causar una impresión favorable.

Es exponer tus deseos y necesidades, sin esperar que se haga responsable de saciarlas; es expresar tus ideas sin pretender convencerlo de que son correctas; es disfrutar del privilegio de ser tú mismo frente al otro, sin pedirle reconocimiento alguno, y en esta forma, irte encontrando a ti mismo en facetas siempre nuevas y distintas.

Es ser veraz, y sin miedo ni vergüenza, decirle con la mirada cristalina, «este soy, en este momento de mi vida, y esto que soy con gusto y libremente, contigo lo comparto… si tú quieres recibirlo».

Amar a un ser humano es disfrutar de la fortuna de poder comprometerte voluntariamente y responder en forma activa a su necesidad de desarrollo personal.

Es creer en él cuando duda de sí mismo, contagiarle tu vitalidad y tu entusiasmo cuando está por darse por vencido, apoyarlo cuando flaquea, animarlo cuando titubea, tomarlo de las manos con firmeza cuando se siente débil, confiar en él cuando algo lo agobia y acariciarlo con dulzura cuando algo lo entristece, sin dejarte arrastrar por su desdicha.

Es compartir en el presente por el simple gusto de estar juntos, sin ataduras ni obligaciones impuestas, por la espontánea decisión de responderle libremente.

Amar a un ser humano es ser suficientemente humilde como para recibir su ternura y su cariño sin representar el papel del que nada necesita.

Es aceptar con gusto lo que te brinda sin exigir que te dé lo que no puede o no desea; es agradecerle a la vida el prodigio de su existencia y sentir en su presencia una auténtica bendición en tu sendero.

Es disfrutar de la experiencia sabiendo que cada día es una aventura incierta y el mañana, una incógnita perenne; es vivir cada instante como si fuese el último que puedes compartir con el otro, de tal manera que cada reencuentro sea tan intenso y tan profundo como si fuese la primera vez que lo tomas de la mano, haciendo que lo cotidiano sea siempre una creación distinta y milagrosa.

Amar a un ser humano es atreverte a expresar el cariño espontáneamente a través de tu mirada, de tus gestos y sonrisas; de la caricia firme y delicada, de tu abrazo vigoroso, de tus besos, con palabras francas y sencillas; es hacerle saber y sentir cuánto lo valoras por ser quien es, cuánto aprecias sus riquezas interiores, aún aquellas que él mismo desconoce.

Es ver su potencial latente y colaborar para que florezca la semilla que se encuentra dormida en su interior; es hacerle sentir que su desarrollo personal te importa honestamente, que cuenta contigo.

Es permitirle descubrir sus capacidades creativas y alentar su posibilidad de dar todo el fruto que podría; es develar ante sus ojos el tesoro que lleva dentro y cooperar de mutuo acuerdo para hacer de esta vida una experiencia más rica y más llena de sentido.

Amar a un ser humano es también atreverte a establecer tus propios limites y mantenerlos firmemente; es respetarte a ti mismo y no permitir que el otro transgreda aquellos que consideras tus derechos personales.

Es tener tanta confianza en ti mismo y en el otro, que sin temor a que la relación se perjudique, te sientas en libertad de expresar tu enojo sin ofender al ser querido, y puedas manifestar lo que te molesta e incomoda sin intentar herirlo o lastimarlo.

Es reconocer y respetar sus limitaciones y verlo con aprecio sin idealizarlo; es compartir y disfrutar de los acuerdos y aceptar los desacuerdos, y si llegase un día en el que evidentemente los caminos divergieran sin remedio, amar es ser capaz de despedirte en paz y en armonía, de tal manera que ambos se recuerden con gratitud por los tesoros compartidos.

Amar a un ser humano es ir más allá de su individualidad como persona; es percibirlo y valorarlo como una muestra de la humanidad entera, como una expresión del hombre, como una manifestación palpable de esa esencia trascendente e intangible llamada «ser humano», de la cual tú formas parte.

Es reconocer, a través de él, el milagro indescriptible de la naturaleza humana, que es tu propia naturaleza, con toda su grandeza y sus limitaciones; apreciar tanto las facetas luminosas y radiantes de la humanidad, como sus lados oscuros y sombríos.

Amar a un ser humano, en realidad, es amar al ser humano en su totalidad; es amar la auténtica naturaleza humana, tal como es, y por tanto, es amarte a ti mismo y sentirte orgulloso de ser una nota en la sinfonía de este mundo.

Autor desconocido

 

Colaboración de Clementina Uncal ( 2001 )

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Ser madre

Es aprender a hacer todo con una sola mano. Es comer tanto puré de zapallo y zanahoria como una nunca comió en su vida. O despertarse sobresaltada el domingo de mañana, mirar el reloj e intentar levantarse a toda velocidad para llevar a los niños a la escuela, sin darse cuenta de que es un día feriado.

Ser madre es dormir con un solo ojo hasta escuchar el sonido de la llave de la puerta que anuncia que el hijo adolescente está de vuelta en casa. Y adjudicarse la porción de torta más desarmada y el huevo frito que peor salió. Usar el buzo que la princesa de la casa desechó por pasado de moda. Y reciclar el tapado de hace años para poder renovar las camperas de los pequeños.

Ser madre es aprender otra vez la regla de tres y la acentuación de las palabras graves. Volver a armar rompecabezas y conocer de memoria a todos los héroes de los dibujitos. Es planchar, freír milanesas y resolver cuentas de dividir, todo al mismo tiempo. Ser madre es darse el gustazo de recibir el primer beso con babas que aprendió a dar el bebé. Correr junto a un hijo hasta quedar exhausta porque está aprendiendo a andar en bicicleta sin rueditas. Y reservar el placer de verlo dormir como un oso. Ser madre es intentar tejer por primera vez para hacer una batita amarillo patito. Y conocer a los hijos tanto hasta adivinar lo que piensan.

SER MADRE ES…..

SABER QUE UNA NUNCA MÁS ESTARÁ SOLA.

 

Colaboración de Clementina Uncal ( 2001 )

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La creación de una madre

Dios estaba muy ocupado en crear a las madres, llevaba ya seis días trabajando extraordinariamente cuando un ángel se le presentó y le dijo:

-Te afanas demasiado Señor. Y el señor repuso: -«¿Acaso no has leído las especificaciones que debe llenar este pedido???

Esta criatura tiene que ser lavable de pies a cabeza, pero sin ser de plástico; llevar 180 piezas movibles, todas reemplazables; funcionar a base de café negro y de las sobras de comida… poseer un regazo que desaparezca cuando se ponga de pie; un beso capaz de curarlo todo, desde una pierna rota hasta un amor frustrado….y seis pares de manos».

El ángel confundido preguntó:-¿Seis pares de manos?, ¡Eso no es posible!

-No son las manos el problema,-agrego el Señor- Sino los tres pares de ojos.

¿Y eso para el modelo normal?-inquirió el ángel.

El Señor insistió: -Uno para ver a través de la puerta cada vez que pregunte: ¿Niños que andan haciendo?, aunque ya lo sepa muy bien. Otro detrás de la cabeza para ver lo que mas le valiera ignorar, pero precisa saber. Y desde luego, los de adelante para mirar a un niño en apuros y decirle, sin pronunciar siquiera una palabra: «Ya entiendo hijo y te quiero mucho».

El ángel le tiró de la manga y le advirtió mansamente: Mas vale que te vayas a la cama Señor, mañana será otro día…

No puedo, además me falta poco. Ya hice una que se cura por sí sola cuando se enferma, que es capaz de alimentar a una familia de seis con medio kilo de carne molida y de persuadir a un niño que esté quieto bajo la ducha.

Lentamente el ángel dio la vuelta en torno a los modelos maternales: -Me parece demasiado delicado , comento con un suspiro.

-Pero es muy resistente aseguró Dios emocionado -No tienes idea de lo que es capaz de hacer y sobrellevar.

 

-¿Podrá pensar?. -¡Claro!. Y razonar y transigir.

Por último el ángel se inclinó y pasó una mano por la mejilla del modelo. -¡Tiene una fuga!.

-No, no es una fuga, es una lágrima.

-¿Y para que sirve?.

Para expresar gozo, felicidad, aflicción, desengaño, soledad y orgullo.

-Eres un genio Señor- dijo el ángel.

Y Dios con un perfil de tristeza observó: – ¡Yo no la puse!

 

Colaboración de Clementina Uncal ( 2001 )

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Mamá

«Me dicen que me vas a enviar mañana a la Tierra; pero, ¿cómo viviré tan
pequeño e indefenso como soy?»

«Entre muchos ángeles escogí uno para ti, que te está esperando: él te cuidará»

«Pero, dime, aquí en el cielo no hago más que cantar y sonreír, y eso basta para ser feliz»

«Tu ángel te cantará, te sonreirá todos los días, y tú sentirás su amor y
serás feliz»

«¿Y cómo entender lo que la gente me hable?, si no conozco el extraño idioma que hablan los hombres»

«Tu ángel te dirá las palabras más dulces, y más tiernas que puedas escuchar, y con mucha paciencia y cariño te enseñará a hablar».

«Y ¿qué haré cuando quiera hablar contigo»

«Tu ángel te juntará las manitos y te enseñará a orar»

«He oído que en la tierra hay hombres malos, ¿quién me defenderá?

«Tu ángel te defenderá, aún a costa de su propia vida»

«Pero estaré siempre triste porque no te veré más, Señor»

«Tú ángel te hablará de Mí, y te enseñará el camino para que regreses a mi
presencia, aunque Yo siempre estaré a tu lado»

En ese instante, una gran paz reinaba en el cielo, pero ya se oían voces terrestres, y el niño presuroso murmuró suavemente: «Dios mío, si ya me voy, dime su nombre.¿Cómo se llama mi ángel?

«Su nombre no importa, tú le dirás MAMÁ».

¡¡¡FELIZ DIA!!!

Colaboración de Clementina Uncal ( 2001 )

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A orillas del río PIEDRA II

A veces nos invade una sensación de tristeza que no logramos controlar. Percibimos que el instante mágico de aquel día pasó, y que nada hicimos. Entonces la vida esconde su magia y su arte.

Tenemos que escuchar al niño que fuimos un día, y que todavía existe dentro de nosotros. Ese niño entiende de momentos mágicos. Podemos reprimir su llanto, pero no podemos acallar su voz.

Ese niño que fuimos un día continúa presente. Bienaventurados los pequeños, porque de ellos es el Reino de los Cielos.

Si no nacemos de nuevo, si no volvemos a mirar la vida con la inocencia y el entusiasmo de la infancia, no tiene sentido seguir viviendo.

Existen muchas maneras de suicidarse. Los que tratan de matar el cuerpo ofenden la ley de Dios. Los que tratan de matar el alma también ofenden la ley de Dios, aunque su crimen sea menos visible a los ojos del hombre.

Prestemos atención a lo que nos dice el niño que tenemos guardado en el pecho. No nos avergoncemos por causa de él. No dejemos que sufra miedo, porque está solo y casi nunca se le escucha.

Permitamos que tome un poco las riendas de nuestra existencia. Ese niño sabe que un día es diferente a otro.

Hagamos que se vuelva a sentir amado. Hagamos que se sienta bien, aunque eso signifique obrar de una manera a la que no estamos acostumbrados, aunque parezca estupidez a los ojos de los demás.

Recuerden que la sabiduría de los hombres es locura ante Dios. Si escuchamos al niño que tenemos en el alma, nuestros ojos volverán a brillar.

Si no perdemos el contacto con ese niño, no perderemos el contacto con la vida…

Paulo Coelho

 

Colaboración de Clementina Uncal ( 2001 )

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¡ Eh !

¡Eh! Sonríe… mas no te escondas detrás de esa sonrisa…

muestra aquello que eres, sin miedo.

Existen personas que sueñan con tu sonrisa, así como yo.

¡Vive! ¡Intenta! La vida no pasa de una tentativa.

¡Ama! Ama por encima de todo, ama a todo y a todos.

No cierres los ojos a la suciedad del mundo, no ignores el hambre!

Olvida la bomba, pero antes haz algo para combatirla,

aunque no te sientas capaz.

¡Busca! Busca lo que hay de bueno en todo y todos.

No hagas de los defectos una distancia, y sí, una aproximación.

¡Acepta! La vida, las personas, haz de ellas tu razón de vivir.

¡Entiende! A las personas que piensan diferente a ti, no las repruebes.

¡Eh! Mira… mira a tu espalda, cuantos amigos…

¿Ya hiciste a alguien feliz hoy? ¿O hiciste sufrir a alguien con tu egoísmo?

¡Eh! No corras… ¿Para que tanta prisa? Corre apenas dentro tuyo.

¡Sueña! Pero no perjudiques a nadie y no transformes tu sueño en fuga.

¡Cree! ¡Espera! Siempre habrá una salida, siempre brillará una estrella.

¡Llora! ¡Lucha! Haz aquello que te gusta, siente lo que hay dentro de tí.

¡Eh! Oye… escucha lo que las otras personas tienen que decir, es importante.

¡Eh! Sube… haz de los obstáculos escalones para aquello que quieres alcanzar.

Mas no te olvides de aquellos que no consiguieron subir en la escalera de la vida.

¡Eh! ¡Descubre! Descubre aquello que es bueno dentro tuyo.

Procura por encima de todo ser gente, yo también voy a intentar.

¡Eh! Tú… ahora ve en paz. Yo preciso decirte que…

¡¡¡¡Te adoro!!!! ¡¡¡¡Simplemente porque existes.!!!!

Colaboración de Clementina Uncal ( 2001 )

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Nunca dejemos de soñar

Hubo un momento en el que creías que la tristeza sería eterna;

Pero volviste a sorprenderte a ti mismo riendo sin parar.

Hubo un momento en el que dejaste de creer en el amor;

Y luego apareció esa persona y no pudiste dejar de amarla cada día más.

Hubo un momento en el que la amistad parecía no existir;

Y conociste a ese amigo que te hizo reír y llorar,

en los mejores y en los peores momentos.

Hubo un momento en el que estabas seguro

que la comunicación con alguien se había perdido;

Y fue luego cuando el cartero visitó el buzón de tu casa.

Hubo un momento en el que una pelea prometía ser eterna;

Y sin dejarte ni siquiera entristecerte terminó en un abrazo.

Hubo un momento en que un examen parecía imposible de pasar;

Y hoy es un examen más que aprobaste en tu carrera.

Hubo un momento en el que dudaste de encontrar un buen trabajo;

Y hoy puedes darte el lujo de ahorrar para el futuro.

Hubo un momento en el que sentiste que no podrías hacer algo:

Y hoy te sorprendes a ti mismo haciéndolo.

Hubo un momento en el que creíste que nadie podía comprenderte;

Y te quedaste boquiabierto mientras alguien parecía leer tu corazón.

Así como hubo momentos en que la vida cambió en un instante, nunca olvides

que aún habrá momentos en que lo imposible se tornará un sueño hecho realidad.

Nunca dejes de soñar,

porque soñar es el principio de un sueño hecho realidad.

Colaboración de Clementina Uncal ( 2001 )

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¿Cómo va a ser tu día, hoy?

Esta mañana desperté emocionado con todas las cosas que tengo que hacer antes de que el reloj marque la medianoche.

Tengo responsabilidades que cumplir hoy.

Soy importante. Mi trabajo es escoger qué clase de día voy a tener.

Hoy puedo quejarme porque el día está lluvioso, o puedo dar gracias a Dios porque las plantas están siendo regadas gratis.

Hoy me puedo sentir triste porque no tengo mas dinero, o puedo estar contento de que mis finanzas me empujan a planear mis compras con inteligencia.

Hoy puedo quejarme de mi salud, o puedo regocijarme de que estoy vivo.

Hoy puedo lamentarme de todo lo que mis padres no me dieron mientras estaba creciendo, o puedo sentirme agradecido de que me permitieran haber nacido.

Hoy puedo llorar porque las rosas tienen espinas, o puedo celebrar que las espinas tienen rosas.

Hoy puedo auto compadecerme por no tener muchos amigos, o puedo emocionarme y embarcarme en la aventura de descubrir nuevas relaciones.

Hoy puedo quejarme porque tengo que ir a trabajar, o puedo gritar de alegría porque tengo un trabajo.

Hoy puedo quejarme porque tengo que ir a la escuela, o puedo abrir mi mente enérgicamente y llenarla con nuevos y ricos conocimientos.

Hoy puedo murmurar amargamente porque tengo que hacer las labores del hogar, o puedo sentirme honrado porque tengo un techo para mi mente, cuerpo y alma.

Hoy el día se presenta ante mí, esperando a que yo le de forma y aquí estoy, el escultor que tiene que darle forma.

Lo que suceda hoy depende de mí, yo debo escoger qué tipo de día voy a tener.

¡¡ Que tengan un gran día !!

Colaboración de Clementina Uncal ( 2001 )

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