En el Día del Padre

En el Día del Padre

Queridos amigos,

El envío de hoy está dedicado especialmente a compartir algunas reflexiones por el Día del Padre.

Algunos varones que somos padres, hoy festejamos personalmente o a la distancia nuestro día con nuestros hijos. Les deseo a todos que puedan disfrutar el día con ellos.

Todas y todos !!! hoy como hijos vivimos este día de dos maneras posibles: con padre vivo o sin la presencia física de nuestro padre, y las vivencias del día serán muy distintas de acuerdo a nuestras circunstancias particulares.

Quiero acompañar muy especialmente a todos los que hoy van a sentir la ausencia física de su padre, y comparto ese sentimiento a la distancia y les mando un abrazo especial.

Mi caso es muy particular: mi padre de sangre vive en Bahía ( Brasil ), y si Dios quiere le podré dar un fuerte abrazo dentro de un poco más de una semana.

Como hijo de padres separados, mi relación con él tuvo altos y bajos, pero por actitud de ambos nuestra relación desde hace varios años es muy buena. Después de verlo el año pasado luego de nueve años de no poder hacerlo, en unos días más nos podremos disfrutar nuevamente al menos por una semana, y ya estoy saboreando el encuentro. Cuando nos vemos no nos pasamos facturas por el pasado, tratamos de asumirlo, entenderlo, de ser generosos y de disfrutar el presente con amor.

Adrián, el segundo marido de mi madre murió hace 19 años, y él quiso ser un padre para mi hermana y para mí, y lo fue desde mis 10 años hasta su muerte el día que yo cumplí 35. Lo llevo en mi corazón y hoy lo recuerdo en su día, por haber elegido ser mi padre. Admiro y valoro su generosidad y le rindo tributo.

Johnny, mi suegro desde hace 25 años, y padre de mi novia durante 7 años, también se ganó un espacio grande en mi corazón, y desde hace muchísimos años se comporta como un padre para mí y yo lo quiero como si lo fuera, por lo que hoy también festejo muy contento este día con él, feliz de tenerlo aún con nosotros a sus 88 años. Valoro muchísimo su actitud hacia mí, como si fuera su hijo, y también le rindo tributo.

Como padre y como hijo “múltiple”, hoy vivo todas las emociones posibles de este Día del Padre: la alegría de tener dos hijos a quienes quiero de la manera incondicional que muchos padres lo hacen, de tener un padre vivo, de tener un “casi” padre también vivo, pero también vivo la tristeza por la falta de un padre por elección y mitigo ese sentimiento por el recuerdo cariñoso de su amor hacia mí y los grandes momentos vividos juntos en el pasado.

Como padre y como hijo, soy consciente de que los padres cometemos muchos errores, pero también hacemos las cosas bien cuando damos nuestro amor en forma incondicional e intentamos ser protectores, pacientes, comprensivos y tolerantes con nuestros hijos, y sabemos darles herramientas, para que sepan tener confianza, poder de decisión, libertad, respeto y responsabilidad.

Para mí es bueno para sanar nuestro corazón y sufrir menos en un día como hoy, poder ser lo suficientemente magnánimos y humildes para saber perdonar los errores de nuestros padres cuando se equivocan o por haberse equivocado y ya no tener oportunidad de remediar el error, y/o saber pedir perdón en presencia o en la oración por habernos equivocado nosotros.

Espero que disfruten estas palabras o puedan ser de utilidad si lo necesitaran, y abrazo virtualmente a los que son padres, y a todos en su carácter de hijos, con padre presente o ausente. Les deseo que pasen un día feliz o al menos sin sufrirlo demasiado.

Con todo cariño,

Javier Serrano

Junio 2014

Cosechamos lo que sembramos en nosotros y en los demás

“Cosechamos lo que sembramos en nosotros y en los demás”

Si sembramos en nosotros la responsabilidad de hacernos cargo de actuar para que las cosas sucedan, a partir de un buen proceder con actitudes adecuadas, de nuestra proactividad, de enfocarnos en las metas, de aceptar el desafío de buscar soluciones y oportunidades con el apoyo de colaboradores y herramientas útiles, y en tener confianza en nuestra capacidad de decisión y en obtener buenos resultados, también podemos saber lo que vamos a ir cosechando durante el proceso, independientemente del resultado o la cosecha final, que no depende puramente de nuestras acciones.

Lo que sembremos “en positivo” en nosotros y en los demás, como la confianza, la toma de iniciativas, la planificación, la evaluación, la acción, la dedicación y perseverancia, etc. intentando ser responsables, nos acercará muchísimo más a la meta u objetivo buscado, que si nos dedicáramos a sembrar en nosotros mismos los opuestos “negativos”, como las dudas, miedos y desconfianza, la falta de iniciativa, la improvisación, la parálisis, la dejadez y desidia, excusarnos, juzgar y culpar, etc.

No nos dejemos llevar por los malos ejemplos que pueden influir negativamente en nuestro accionar. Su influencia nociva a veces es imperceptible para nosotros.

En los ámbitos públicos estamos acostumbrados a oír a los gobernantes, funcionarios y políticos, descargar sus responsabilidades y/o culpar a alguien más por sus acciones erróneas, omisiones, falta de atención, etc… Habitualmente no tienen mucha proactividad y entrega para resolver los problemas de los que los eligieron, los que le pagan sus sueldos o son sus seguidores.

Ni hablemos de lo nefastos que son los programas televisivos en donde las personas se expresan groseramente, se agreden verbalmente, muestran sus miserias, no respetan las opiniones de los otros, etc..

Las fallas también suceden frecuentemente en el ámbito privado, y muchas veces nosotros mismos cometemos algunos errores de comportamiento que afectan a los demás y a nosotros mismo. A veces ni siquiera somos concientes.

Muchas veces nos quejamos de situaciones que no resultan como quisiéramos, pero evaluemos si estamos teniendo buenas actitudes, actuando con la suficiente proactividad para intentar que “las cosas sucedan” para nuestro bien y el de nuestros prójimos, y si estamos buscamos esquivar la responsabilidad de nuestro comportamiento cuando nos equivocamos, fallamos en algo, no logramos lo que queremos, cuando no nos relacionamos bien con otras personas, etc…

Seamos honestos con nosotros mismo, y tratemos de mejorar los comportamientos que no ayudan a nuestro crecimiento interior y a nuestras relaciones con los demás.

Javier Serrano

Noviembre 2014

Que estas palabras te acompañen y te sirvan de guía hoy y siempre.

Te invito a compartir este texto y que lo envíes a quienes creas que lo puedan disfrutar o que les pueda ser de utilidad.

Me encantaría recibir alguna reflexión, texto u oración que quieras compartir.

El juego de la vida

Imagina la vida como un juego en el cual tú te encuentras haciendo malabares con 5 pelotas en el aire. Las nombras: trabajo, familia, salud, amigos y espíritu, y las mantienes todas en el aire. Tú entenderás que la pelota del trabajo es de hule, y si la dejas caer, regresará a ti, pero las otras 4 pelotas (familia, salud, amigos y espíritu) son de cristal; si dejas caer alguna de ellas, éstas serán irremediablemente marcadas, maltratadas, cuarteadas, dañadas o hasta rotas, y jamás volverá a ser lo mismo.

Debes entender esto y lograr un balance en tu vida, ¿cómo?

– No te menosprecies comparándote con otros, todos somos diferentes y cada uno tiene algo especial.

– No traces tus metas y objetivos basado en lo que resulta importante para la demás gente, sólo tú sabes qué es lo mejor para ti.

– No des por olvidadas las cosas que se encuentran cerca de tu corazón, aférrate a ellas como de la vida porque sin ellas la vida carece de significado.

– No dejes que tu vida se te resbale de los dedos viviendo en el pasado o para el futuro, vive tu vida un día a la vez y ¡vivirás todos los días de tu vida!

– No te des por vencido cuando aún tengas algo que dar, nada se da por terminado hasta el momento en que dejas de intentarlo.

– Que no te dé miedo admitir que eres menos que perfecto, pues ésta es la frágil línea que nos mantiene unidos a los demás.

– No tengas miedo a enfrentar los riesgos, es tomando estas oportunidades que aprendemos a ser valientes.

– No saques el amor de tu vida diciendo que es imposible de encontrar: la manera más rápida de recibir amor es darlo; la manera mas rápida de perderlo es apretarlo a nosotros demasiado, y la mejor manera de mantenerlo es darle alas.

– No pases por la vida tan rápido que no solamente olvides de dónde vienes, sino también a dónde vas.

– Nunca olvides que la necesidad emocional más grande de una persona es sentirse apreciada.

– No tengas miedo de aprender, el conocimiento es liviano, es un tesoro que siempre cargarás fácilmente.

– No uses el tiempo ni las palabras sin cuidado, ninguna de las dos es remediable.

– La vida no es una carrera, es una jornada para saborear cada paso del camino.

Envió: María Guadalupe Quezada ( año 2.011 )
Extraído de Valores, del Portal Católico El que busca, encuentra www.encuentra.com

El bambú japonés

No hay que ser agricultor para saber que una buena cosecha requiere de buena semilla, buen abono y riego constante. También es obvio que quien cultiva la tierra no se para impaciente frente a la semilla sembrada y grita con todas sus fuerzas: «¡Crece, maldita seas!»

Hay algo muy curioso que sucede con el bambú japonés y que lo transforma en no apto para impacientes: Siembras la semilla, la abonas, y te ocupas de regarla constantemente.

Durante los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, a tal punto, que un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles.

Sin embargo, durante el séptimo año, en un periodo de solo seis semanas la planta de bambú crece ¡mas de 30 metros! ¿Tardó sólo seis semanas crecer? No. La verdad es que se tomo siete años y seis semanas en desarrollarse.

Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento que iba a tener después de siete años. Sin embargo, en la vida diaria muchas veces tratamos de encontrar soluciones rápidas, triunfos apresurados, sin entender que el éxito es simplemente resultado del crecimiento interno y que este requiere tiempo.

Quizás por la misma impaciencia, muchas personas que aspiran a resultados en corto plazo, abandonan súbitamente justo cuando ya estaban a punto de conquistar la meta.

Es tarea difícil convencer al impaciente que sólo llegan al éxito aquellos que luchan en forma perseverante y saben esperar el momento adecuado.
De igual manera, es necesario entender que en muchas ocasiones estaremos frente a situaciones en las que creeremos que nada está sucediendo.
Y esto puede ser extremadamente frustrante.

En esos momentos (que todos tenemos), recordar el ciclo de maduración del bambú japonés, y aceptar que no debemos bajar los brazos, ni abandonemos por no «ver» el resultado que esperamos, si está sucediendo algo dentro de nosotros: estamos creciendo, madurando.

Quienes no se dan por vencidos, van gradual e imperceptiblemente creando los hábitos y el temple que les permitirá sostener el éxito cuando este al fin se materialice.

El triunfo no es más que un proceso que lleva tiempo y dedicación.

Un proceso que exige aprender nuevos hábitos y nos obliga a descartar otros.

Un proceso que exige cambios, acción y formidables dotes de paciencia.

Envió: Mario Valverde A. ( año 2.005 )
Extraído de Valores, del Portal Católico El que busca, encuentra www.encuentra.com

Confía

Confía en tus fuerzas, y recuerda que nada es imposible.

Confía en las cosas que te inspiran.

Confía en las cosas que te dan felicidad.

Confía en los sueños que siempre has anhelado y déjalos hacerse realidad.

La vida no hace promesas sobre lo que te reserva el futuro.

Debes buscar tus propios ideales y animarte a cumplirlos.

La vida no te ofrece garantías sobre lo que tendrás.

Pero te ofrece tiempo para decidir lo que buscas y arriesgarte a encontrarlo y a revelar algún secreto que encuentres en tu senda.

Si tienes voluntad para hacer buen uso del talento y de los dones que son sólo tuyos, tu vida estará llena de tiempos memorables y de inolvidable alegría.

Nadie comprende el misterio de la vida o su significado.

Pero para aquellos que deciden creer en la verdad de lo que sueñan y en sus fuerzas … la vida es un singular regalo y nada es imposible.

 

 

 

Creo que todos tenemos adentro una brújula que nos conduce adonde anhelamos. No olvides confiar en tu brújula, consúltala a menudo, porque el conocer su presencia te dará fortaleza para lo que la vida te depare.

No permitas que te desvíen. Pídele la verdad a tu corazón, y te dará la respuesta y el discernimiento para tomar las decisiones que son para ti.

Ama a todos, y no esperes agradecimientos. Haz lo mejor que puedas.

Vive cada día en su plenitud. Nadie puede leer el futuro.

Recuerda: para todas tus preguntas, allí en tu fuero interno, a la vera del camino, habrá respuestas más claras, soluciones aceptables.

Hace falta paciencia, y confianza, para alcanzar la meta, solucionar problemas, y realizar sueños. Aunque por momentos parezca que ya no puedes seguir, conozco tu fortaleza, y sabrás sobrellevar todo lo que la vida te depare.

Cree en ti.

 

Colaboración de Ana María Zacagnino

 

¿Quién es tu amigo?

Tu amigo es:

El que siendo leal y sincero te comprende.

El que te acepta como eres y tiene fe en ti.

El que sin envidia reconoce tus valores, te estimula y elogia sin adularte.

El que te ayuda desinteresadamente y no abusa de tu bondad.

El que con sabios consejos te ayuda a construir y pulir tu personalidad.

El que goza con las alegrías que llegan a tu corazón.

El que sin penetrar en tu intimidad, trata de conocer tu dificultad, para ayudarte.

El que sin herirte te aclara lo que entendiste mal o te saca del error.

El que levanta tu ánimo cuando estás caído.

El que con cuidados y atenciones quiere menguar el dolor de tu enfermedad.

El que te perdona con generosidad, olvidando tu ofensa.

El que ve en tí un ser humano con alegrías, esperanzas, debilidades y luchas…

Este es el amigo verdadero.

Si lo descubres, consérvalo como un gran tesoro.

El amigo que nunca falla es Dios.

Si aún no lo encuentras, aquí tienes a un amigo.

 

Envío: Edwin Valdés (edwinvaldes@yahoo.com)

 

Extraído de Valores del Portal Católico www.encuentra.com

 

Colaboración de Pablo Deluca

 

He aprendido

He aprendido…Que la mejor aula de aprendizaje está los pies de una persona mayor.

He aprendido…Que cuando estás enamorado, se nota…

He aprendido…Que cuando solo una persona me dice, «Tu me alegraste el día», me alegra el día.

He aprendido…Que un bebé que se duerme en tus brazos genera el más profundo sentimiento de paz.

He aprendido…Que ser bondadoso es más importante que tener la razón.

He aprendido…Que nunca debemos rechazar el regalo de un niño.

He aprendido…Que yo siempre puedo rezar por otro cuando no tengo la fuerzas para ayudarlo de alguna otra manera..

He aprendido…Que la vida es como un rollo de papel; mientras más se acerca a su fin, más rápido se acaba.

He aprendido…Que deberíamos estar contentos que Dios no nos dio todo lo que pedimos.

He aprendido…Que el dinero no compra clase.

He aprendido…Que las pequeñas cosas de todos los días hacen la vida tan espectacular.

He aprendido…Que bajo la coraza más dura hay alguien que quiere ser apreciado y amado.

He aprendido…Que El Señor no lo hizo todo en un día. Qué me hace pensar que yo puedo?.

He aprendido…Que ignorar la realidad no cambia la realidad.

He aprendido..Que cuando planeas vengarte de alguien, estas dejando que esa persona te continué hiriendo.

He aprendido…Que el amor y no el tiempo cierra todas las heridas.

He aprendido…Que la forma mas fácil de crecer como persona es rodearme de gente más capaz que yo.

He aprendido….Que todos con los que te encuentras se merecen que los recibas con una sonrisa.

He aprendido….Que no hay nada mas dulce que dormir con un bebe y sentir su aliento en tus mejillas.

He aprendido….Que nadie es perfecto hasta que te enamoras de esa persona.

He aprendido….Que la vida es dura pero yo soy más duro.

He aprendido….Que las oportunidades nunca se pierden; alguien tomará la que dejaste pasar.

He aprendido….Que cuando te amarras a tu amargura, la felicidad amarrará en otro muelle.

He aprendido….Que desearía haberle dicho a mi Padre que lo quiero, una vez más, antes de que falleciera.

He aprendido….Que debemos mantener nuestras palabras tiernas, porque mañana tal vez debamos masticarlas.

He aprendido….Que una sonrisa es una forma muy barata de mejorar la presencia.

He aprendido… Que no puedo decidir como me siento, pero si puedo decidir qué voy a hacer al respecto.

He aprendido….Que mientras menos tiempo tengo disponible, más cosas termino.

 

Para todos Uds. ….Asegúrense que leen hasta la última frase.

 

Colaboración de Sergio Nieva

 

¿Te has dado cuenta que…?

Cuando otro actúa de una manera poco adecuada, decimos que tiene mal carácter;

pero cuando tú lo haces, son los nervios.

Cuando otro se apega a sus métodos o a sus gustos, es obstinado;

pero cuando tú lo haces, es firmeza.

Cuando a otro no le gusta tu amigo, tiene prejuicios;

pero cuando a tí no te gusta su amigo, sencillamente,

muestras ser un buen juez de la naturaleza humana.

Cuando otro hace las cosas con calma, es una tortuga;

pero cuando tú lo haces despacio, es porque te gusta pensar las cosas.

Cuando otro gasta mucho, es un botarate;

pero cuando tú lo haces, eres muy generoso.

Cuando otro encuentra defectos en las cosas, es un maniático;

pero cuando tú lo haces, es porque sabes discernir.

Cuando otro tiene modales suaves, es débil;

pero cuando tú los tienes, eres cortés.

Cuando otro se compra un auto del año, es vanidad;

pero cuando tú te lo compras, es necesidad.

Cuando a otro le da ira, es pecado;

pero cuando a tí te da ira, es que «tu carácter es así.»

Cuando otro te dice la verdad que no te gusta, es que no tiene amor;

pero cuando tú lo haces, es que eres sincero.

Cuando otro no te saluda, es que es orgulloso;

pero cuando tú no saludas, es que no lo viste.

Cuando otro no cumple con su deber, es un irresponsable;

pero cuando tú no cumples con tu deber, es que realmente no puedes.

Cuando otro tiene serias dificultades, es que está en pecado;

pero cuando tú las tienes, es una prueba.

Cuando otro no trabaja, es que es un vago;

pero cuando tú no trabajas, es que no consigues trabajo.

Cuando otro sufre escasez, es que es un mal administrador;

pero cuando tú sufres escasez, es que no ganas suficiente.

Cuando otro habla de los demás, es un calumniador;

pero cuando tú hablas de los demás, es para orar.

Cuando otro cae en tentación, es un pecador;

pero cuando tú caes en tentación, es una debilidad.

Cuando otro no acepta el reto, es un cobarde;

pero cuando tú no lo aceptas, es que no estás capacitado.

Cuando otro recibe bendiciones, es por la misericordia de Dios;

pero cuando tú recibes bendiciones, es porque te las mereces.

Cuando el hijo de otro es rebelde, él es mal padre;

pero cuando tu hijo es rebelde, es porque heredó el carácter del abuelo.

Cuando otro paga mal por mal, es porque es un vengativo;

pero cuando tú lo haces, es porque estás haciendo justicia.

Cuando otro cumple con su deber, es para acumular puntos;

pero cuando tú cumples con tu deber, es porque eres responsable.

 

Colaboración de Ana María Zacagnino

 

Si yo…

Si yo cambiara mi manera de pensar hacia los demás… los comprendería.

Si yo encontrara lo positivo en todos… ¡con qué alegría me comunicaría con ellos!

Si yo cambiara mi manera de actuar ante los demás… los haría felices.

Si yo aceptara a todos como son… sufriría menos.

Si yo deseara siempre el bienestar de los demás… sería feliz.

Si yo criticara menos y amara más… cuántos amigos ganaría.

Si yo cambiara el tener más por el ser más… sería mejor persona.

Si yo cambiara de ser yo a ser nosotros… comenzaría la civilización del amor.

Si yo cambiara los ídolos: poder, dinero, sexo, ambición, egoísmo y vanidad definitivamente por: libertad, bondad, verdad, justicia, compasión, belleza y amor…. comenzaría a vivir la verdadera felicidad.

Si yo cambiara el querer dominar a los demás por el autodominio…

aprendería a amar en libertad.

Si yo dejara de mirar lo que hacen los demás…

tendría más tiempo para hacer más cosas.

Si yo cambiara el fijarme cuánto dan los otros para ver cuánto más puedo dar yo… erradicaría de mí la avaricia y conocería la abundancia.

Si yo cambiara el creer que sé todo… me daría la posibilidad de aprender más.

Si yo cambiara el identificarme con mis posesiones como títulos, dineros, status, posición familiar…

me daría cuenta de que lo más importante de mí es que yo soy un ser de amor.

Si yo cambiara todos mis miedos por amor… sería definitivamente libre.

Si yo cambiara el competir con los otros por competir conmigo mismo…

sería cada vez mejor.

Si yo dejara de envidiar lo ajeno… usaría todas mis energías para lograr lo mío.

Si yo cambiara el querer colgarme de lo que hacen otros

por desarrollar mi propia creatividad… haría cosas maravillosas.

Si yo cambiara el esperar cosas de los demás… no esperaría nada y

recibiría como regalo todo lo que me dan.

Si yo amara el mundo.. lo cambiaría.

Si yo cambiara… ¡podría contagiar al mundo de un cambio positivo!

 

Envió: Martha Portillo

 

Extraído de Valores del Portal Católico www.encuentra.com

Vale la pena

Vale la pena… cada espina, cada rosa…

cada lágrima que riega lo que florecerá en sonrisa…

porque la Vida es maravillosa por ella misma…

no importan las penas, no importa el desamor…

porque pasa… todo pasa y el sol vuelve a brillar…

Hay momentos que sentimos que todo está mal,

que nuestras vidas se hunden en un abismo tan profundo,

que no se alcanza a ver ni un pequeño resquicio por el que pase la luz.

En esos momentos debemos tomar todo nuestro amor, nuestro coraje,

nuestros sentimientos, nuestra fuerza y luchar por salir adelante.

Muchas veces nos hemos preguntado si vale la pena entusiasmarnos de nuevo,

y solo puedo contestar una cosa: hagamos que nuestra vida valga la pena.

Vale la pena sufrir, porque he aprendido a amar con todo el corazón.

Vale la pena entregar todo, porque cada sonrisa y lágrima son sinceras.

Vale la pena agachar la cabeza y bajar las manos,

porque al levantarlas seré más fuerte de corazón.

Vale la pena una lágrima, porque es el filtro de mis sentimientos,

a través de ella me reconozco frágil y me muestro tal cual soy.

Vale la pena cometer errores, porque me da mayor experiencia y objetividad.

Vale la pena volver a levantar la cabeza,

porque una sola mirada puede llenar ese espacio vacío.

Vale la pena volver a sonreír, porque eso demuestra que he aprendido algo más.

Vale la pena acordarme de todas las cosas malas que me han pasado,

porque ellas forjaron lo que soy el día de hoy.

Vale la pena voltear hacia atrás,

porque así sé que he dejado huella en los demás.

Vale la pena vivir, porque cada minuto que pasa

es una oportunidad de volver a empezar.

Todo esto son solo palabras, letras entrelazadas con el único fin de dar una idea. Lo demás, depende de cada uno de nosotros.

Dejemos que nuestras acciones hablen por nosotros.

Hagamos que nuestra vida valga la pena.

Seamos Felices… ¿Verdad que vale la pena?

Envió: Edwin Valdés

 

Extraído de Valores del Portal Católico www.encuentra.com

Siembra

Cada acto, cada palabra, cada sonrisa, cada mirada, es una simiente.

Cada una tiene en sí el poder vital y germinativo.

Procura, entonces, que caiga tu simiente

en el surco abierto del corazón de los hombres, y vigila su futuro.

Procura, además, que sea como el trigo que da pan a los pueblos

y no produzca espinas y cizañas que dejen estériles las almas.

Muchas veces sembrarás en el dolor, pero siembra, traerá frutos de gozo.

A menudo sembrarás llorando, pero…

¿quién sabe si tu simiente no necesita del riego de tus lágrimas para que germine?

¿Rompió el alba y ha nacido el día? Salúdalo y siembra.

¿Llegó la hora cuando el sol te azota? Abre tu mano y arroja la semilla.

¿Ya te envuelven las sombras porque el sol se oculta? Eleva tu plegaria y siembra.

Si eres niño, siembra, tus propias manos recogerán el fruto.

Si ya eres viejo, las manos de tus hijos lo cosecharán.

Cada acto, cada palabra, cada sonrisa, cada mirada, fructificará según como lo siembres.

Ve y arroja el grano, ve abriendo el surco y siembra.

Y cuando llegue el atardecer de tu vida, enfrentarás la muerte con los brazos cargados y una amplia sonrisa, como el sembrador que, dejando la mancera al terminar el día, se acerca cargado y sonriente a la dulce cabaña donde lo espera la amada esposa y la sabrosa cena.

Cada acto, cada palabra, cada sonrisa, cada mirada es una simiente.

Procura, siempre: «una siembra de amor».

 

Colaboración de Ana María Zacagnino

 

¿Sabes como llamarle?

A eso de caer y volver a levantarte,

de fracasar y volver a comenzar,

de seguir un camino y tener que torcerlo,

de encontrar el dolor y tener que afrontarlo,

a eso, no le llames adversidad,

llámale SABIDURIA

 

A eso de sentir la mano de Dios

y saberte impotente,

de fijarte una meta y tener que seguir otra,

de huir de una prueba y tener que encararla,

de planear un vuelo y tener que recortarlo,

de aspirar y no poder,

de querer y no saber,

de avanzar y no llegar,

a eso, no le llames castigo,

llámale ENSEÑANZA

 

A eso, de pasar días juntos radiantes,

días felices y días tristes,

días de soledad y días de compañía,

a eso, no le llames rutina,

llámale EXPERIENCIA

 

A eso, de que tus ojos miren y tus oídos oigan,

y tu cerebro funcione y tus manos trabajen,

y tu alma irradie y tu sensibilidad sienta,

y tu corazón ame,

a eso, no le llames poder humano,

llámale MILAGRO.

 

Colaboración de Ana María Zacagnino

 

Acuérdate de lo bueno

Cuando el cielo esté gris

acuérdate cuando lo viste profundamente azul.

Cuando sientas frío

piensa en un sol radiante que ya te ha calentado.

Cuando sufras una derrota

acuérdate de tus triunfos y de tus logros.

Cuando necesites amor

revive tus experiencias de afecto y ternura.

Acuérdate de lo que has vivido

y de lo que has dado con alegría

Recuerda los regalos que te han hecho, los besos que te han dado,

los paisajes que has disfrutado y las risas que de ti han emanado.

Si esto has tenido, lo podrás volver a tener

y lo que has logrado, lo podrás volver a ganar.

Alégrate por lo bueno que tienes y por lo de los demás;

desecha los recuerdos tristes y dolorosos, no te lastimes más.

Piensa en lo bueno, en lo amable,

en lo bello y en la verdad.

Recorre tu vida y detente en donde haya

bellos recuerdos y emociones sanas y vívelas otra vez.

Visualiza aquel atardecer que te emocionó.

Revive esa caricia espontánea que se te dio.

Disfruta nuevamente de la paz que ya has conocido,

piensa y vive el bien.

Allá en tu mente están guardadas todas las imágenes

y solo tú decides cuáles has de volver a mirar…

Que tengas un lindo fin de semana!!!

Besitos

Ana María

Colaboración de Ana María Zacagnino

 

¡¡¡Te quiero mucho!!!

Había una vez un muchacho el primero en todo, mejor atleta, mejor estudiante, pero nunca supo si era buen hijo, un buen compañero o un muy buen amigo.

En un día de depresión el muchacho se dejó morir; cuando iba camino al cielo se encontró con un ángel y este le preguntó:

¿Por qué lo hiciste si sabías que te querían?

A lo que él respondió: Hay veces que vale más una sola palabra de consuelo que todo lo que se sienta…..en tanto tiempo nunca escuché : estoy orgulloso de ti, gracias por ser mi amigo …..ni siquiera un «TE QUIERO MUCHO…..»

Al quedar pensativo el ángel, el muchacho dijo:

«Y sabes qué es lo que más duele??

El ángel triste le preguntó: ¿qué es?

El muchacho respondió: todavía espero escuchar algún día un !!!TE QUIERO !!!

Luego de esto el ángel abrazó al muchacho y le dijo que no se preocupase porque se estaba acercando a la única persona que siempre le dijo al oído que lo amaba aunque él nunca lo haya escuchado, y que lo recibía con los brazos abiertos.

Es importante decirle a las personas que quieres lo importantes que son para ti..

Si muero hoy…sólo quería que lo supieras: GRACIAS POR TU AMISTAD !!!!!

!!!!!!!!!TE QUIERO MUCHO !!!!!!

Colaboración de Ana María Zacagnino

 

Aprendí a vivir

¿Qué cómo aprendí a vivir

y cuándo aprendí a querer?…..

¿Qué cómo aprendí a sufrir?….

¿Cuándo?…. ¿cómo?…. no lo sé.

Aprendí a mirar las estrellas,

alumbrando los sueños con ellas.

A mirar los colores del viento

y a sentir el sabor del silencio.

Aprendí a encender ilusiones

y a escuchar hablar los corazones,

con palabras calladas,

con matices de mil sensaciones.

Cuando un día, el dolor tomó mi mano,

conocí de frente a la tristeza,

la pena y el llanto se marcharon,

al sentir el amor y su grandeza.

La soledad, querida compañera,

la que con tanto miedo rechazaba,

me mostró la paz y la armonía

de los momentos que con ella estaba.

Comprendí, el sentido de la vida,

viviendo el amor y la desdicha,

sintiendo la alegría y la tristeza,

conociendo lo breve de la vida.

Aprendí el valor de la paciencia,

a calmar los vientos de mi ira,

a llenar con mares de esperanza

las zonas más oscuras de mi vida.

Es así, que aprendí a vivir.

Envió: Edwin Valdés

 

Extraído de Valores del Portal Católico www.encuentra.com

 

Desiderata

Camina plácido entre el ruido y la prisa,

y piensa en la paz que se puede encontrar en el silencio.

En cuanto sea posible y sin rendirte

mantén buenas relaciones con todas las personas.

Enuncia tu verdad de una manera clara y serena, y escucha a los demás,

incluso al torpe e ignorante, también ellos tienen su propia historia.

Si te comparas con los demás, te volverás vano y amargado

pues siempre habrá personas más grandes y más pequeñas que tú.

Disfruta de tus éxitos, lo mismo que de tus planes.

Mantén el interés en tu propia carrera por humilde que sea,

ella es un verdadero tesoro en el fortuito cambiar de los tiempos.

Sé cauto en tus negocios pues el mundo está lleno de engaño,

más no dejes que esto te vuelva ciego para la virtud que existe.

Hay muchas personas que se esfuerzan por alcanzar nobles ideales,

la vida está llena de heroísmo.

Sé sincero contigo mismo, en especial no finjas el afecto

y no seas cínico en el amor, pues en medio de todas las arideces y desengaños,

es perenne como la hierba.

Acata dócilmente el consejo de los años

Abandonando con donaire las cosas de la juventud.

Cultiva la firmeza del espíritu para que te proteja de las adversidades repentinas,

Muchos temores nacen de la fatiga y la soledad.

Sobre una sana disciplina sé benigno contigo mismo,

Tú eres una criatura del universo no menos que las plantas y estrellas.

Tienes derecho a existir y sea que te resulte claro o no,

indudablemente el universo marcha como debiera.

Por eso debes estar en paz con Dios cualquiera sea tu idea de Él

Y cualesquiera sean tus trabajos y aspiraciones.

Conserva la paz en tu alma en la bulliciosa confusión de la vida,

Aún con todas sus farsas, penalidades y sueños fallidos.

El mundo es todavía hermoso,

sé cauto, esfuérzate por ser feliz.

Encontrado en la Vieja Iglesia de SAINT PAUL, Baltimore, en el año 1695.

Colaboración de Ana María Zacagnino

 

No te rindas

No te rindas sin antes haber luchado,

el que es vencido es aquel que no ha sido capaz

de llevar consigo una ilusión,

 

Atraviesa cada obstáculo por más duro que sea,

porque lo más importante en tu vida

es llegar a cumplir tu sueño!

 

Disfruta cada amanecer,

cada gota de lluvia…

porque cada cosa en este mundo

es única e irrepetible…

 

No dejes que te convenzan de

que todo al fin desilusiona,

escucha siempre tu corazón:

el siempre tomará el camino que

verdaderamente te corresponde…

 

No te detengas hasta tener

en tus manos tu sueño,

intenta ver lo mejor de cada cosa y

sonríele a todos tus errores…

 

Ama a cada persona que toca tu vida

y nunca pierdas la ilusión,

levanta los ojos,

mira hacia el horizonte

y cree…

 

El círculo del enojo

El dueño de una empresa gritó al administrador, porque estaba enojado en ese momento.

El administrador llegó a su casa y gritó a su esposa, acusándola de gastar demasiado, al verla con un vestido nuevo.

La esposa gritó a la empleada porque rompió un plato.

La empleada dio un puntapié al perro porque la hizo tropezar.

El perro salió corriendo y mordió a una señora que pasaba por la vereda, porque obstaculizaba su salida por la puerta.

Esa señora fue al hospital a vacunarse contra la rabia y gritó al joven médico porque le dolió cuando le aplicó la vacuna.

El joven médico llegó a su casa y gritó a su madre, porque la comida no era de su agrado.

La madre le acarició los cabellos diciéndole: -«Hijo querido, mañana te haré tu comida favorita. Tú trabajas mucho. Estás cansado y necesitas de una buena noche de sueño. Voy a cambiar las sábanas de tu cama por otras bien limpias y perfumadas para que descanses con tranquilidad. Mañana te sentirás mejor…”.
Luego lo bendijo y abandonó la habitación, dejándolo sólo con sus pensamientos…

En ese momento, se interrumpió el CÍRCULO DEL ENOJO, porque chocó con la TOLERANCIA, con el RESPETO, con el PERDÓN y con el AMOR.

Así que si has ingresado en un CÍRCULO DEL ENOJO, acuérdate que con tolerancia, respeto, disposición al perdón y sobre todo con amor… puedes romperlo.

¡Inténtalo!

Envió: Margarita Farfán (México) ( año 2.005 )
Extraído de Valores, del Portal Católico El que busca, encuentra www.encuentra.com

La cosecha

En un oasis escondido en medio del desierto, se encontraba el viejo Eliahu de rodillas, a un costado de algunas palmeras datileras.

Su vecino Hakim se detuvo a abrevar sus camellos y lo vio transpirando, mientras parecía cavar en la arena.

– Que tal anciano? le dijo:

– Muy bien-contestó Eliahu sin dejar su tarea.

– ¿Qué haces aquí, con este calor, y esa pala en las manos?

– Siembro dátiles-contestó el viejo.

– ¡Dátiles!! -repitió el recién llegado, y cerró los ojos como quien escucha la mayor estupidez- . El calor te ha dañado el cerebro, querido amigo. Dime, ¿cuántos años tienes?

– Ochenta, … pero eso, ¿qué importa?

– Mira, amigo, las palmas datileras tardan más de cincuenta años en crecer y recién después de ser palmeras adultas están en condiciones de dar frutos.

Aunque vivas hasta los cien años, difícilmente puedas llegar a cosechar algo de lo que siembras.

Deja eso y ven conmigo.

– Mira, Hakim, yo comí los dátiles que otro sembró, otro que tampoco soñó con probar esos dátiles.

Yo siembro hoy, para que otros puedan comer mañana los dátiles que hoy planto… y aunque solo fuera en honor de aquel desconocido, vale la pena terminar mi tarea.

Envió: Violeta Castañeda ( año 2.005 )

Extraído de Valores, del Portal Católico El que busca, encuentra www.encuentra.com

Vive alegremente

La música es alimento para el espíritu.
Canta cualquier cosa, canta desafinando, pero canta.
Si insistes en no cantar, por lo menos escucha mucha música
y déjate llevar por ella.

Ríete de la vida, ríete de los problemas, ríete de ti mismo.
Vivamos nuestro proyecto de vida como una gran oportunidad.
La gente comienza a ser feliz cuando es capaz de reírse de sí misma.
Ríete de las cosas buenas que te suceden.
Ríete abiertamente para que todos se puedan contagiar de tu alegría.
No te dejes abatir por los problemas.

Las cosas en la vida no son ni fáciles ni difíciles, simplemente son,
todo varía, depende de la forma como lo enfrentes.
Nuestro proyecto no es para gente perfecta,
lo importante es detectar los errores y corregirlos a tiempo… aprender en equipo.
Si estás de buen humor, las personas a tu alrededor también lo estarán
y eso te dará mas fuerza.

Encuentra en lo que estás haciendo las cosas positivas.
Lee buenos libros, lee poesía, porque la poesía es el arte de aceitar el alma.
Practica algún deporte.
El peso de la cabeza es muy grande y tiene que ser contrabalanceado con algo!
Disfruta las pausas activas .
Además te vas a sentir bien dispuesto, más animado, más joven.

Encara tus responsabilidades con satisfacción.
Es maravilloso disfrutar lo que se hace.
Pon amor en todo lo que está a tu alcance.
Cuando te propongas hacer algo, ¡métete de cabeza!

No dejes escapar las oportunidades que la vida te ofrece, no vuelven.
Si tus propósitos son positivos, nada podrá detenerlos.
No dejes que tus problemas se acumulen, resuélvelos lo antes posible.
Habla, conversa, explica, discute y perdona: el silencio mata. Exterioriza todo,
deja que las personas sepan que las estimas, que las amas, que las necesitas.
¡AMAR NO ES VERGÜENZA, por el contrario, ES LINDO!

Dios nos mantiene con esperanza y sueños,
entre todos los podremos conseguir.
Cultiva tu interior y ella hará que brote belleza de todos tus poros.
!Tú puedes ! Todos podemos. Entonces … ¡¡¡Vamos!!!
«Vive Mejor ,Vive Feliz y Disfruta la Vida»

Colaboración de Cristina Vaioli ( 2.002 )