Apuntes enviados por el Padre Ignacio Larrañaga al Paraguay al Padre José Isidro Salgado

Amarás tú esa frágil vasija que es tu persona, precisamente por lo que y en lo que tiene de quebradiza, y la envolverás con un abrazo de piedad y ternura.

Las cosas son como son y tú eres lo que eres. ¿Por qué lastimarte? Despierta! Los sueños, arrójalos a la basura; las llamas, apágalas y toma serenamente y sabiamente en tus manos la fría realidad; eres como eres. Y de todas maneras, a pesar de tus reticencias y repugnancias, eres una maravilla. Acéptate a ti mismo, no como te gustaría ser, sino como realmente eres.

Deja que las cosas sean como son. La gente sufre demasiado ansiando ser de otra manera, y se desespera al comprobar que no lo puede conseguir… Se han convertido en enemigos de sí mismos.

Hay una planta que debes cuidar o cultivar diariamente con especial cuidado y mimo: la alegría

Cuando sientas nubes negras sobre tu alma, defiéndete contra ellas. No te dejes atrapar por la angustia, todo pasará. No debes “echarte a morir”, no te dejes llevar. Tu interior está lleno de energías, pero ellas están dormidas. Debes despertarlas y ponerlas en pie.

Debes echar mano de técnicas de autosugestión: al despertar dirás “hoy será un día maravilloso” – Saldrás a pasear y sonreirás a la naturaleza diciendo, todo es hermoso, mi vida es hermosa, gozaré de una inmensa felicidad, yo venceré la enfermedad y estoy bien, soy feliz. Convéncete: te salvarás de la melancolía y otra cosa: solo tú puedes salvarte. Di a tu alma: Yo quiero vencer y venceré. No te olvides de que puedes mucho más de lo que imaginas.

Quien se ha vaciado de sí mismo es un sabio. Si lográramos vaciarnos por completo, volveríamos a la infancia de la humanidad.

Para el desposeído, el ridículo no existe; nunca el temor llamará a su puerta, las emergencias no lo asustan; Le tienen sin cuidado las opiniones sobre su persona, la tristeza no pisa sus fronteras.

El que ha visto como el temor surge de la pasión, sabe que la tranquilidad de su mente se adquiere apagando la pasión. Basta despertar, abrir los ojos. El vacío de la mente instala al hombre en un mundo nuevo, en el mundo de la realidad última. Una vez que ha conseguido experimentar el vacío mental, el sabio llega a vivir libre de todo temor y permanece en la estabilidad de quien está más allá de todo cambio.

El hombre artificial: hombre vuelto hacia fuera

El hombre sabio: vuelto hacia adentro (que ya se liberó de la obsesión de la imagen).

No maltrates a las piedras que encuentres en tu camino. No las resistas. No te enojes con ellas ni las trates a puntapiés. Sé delicado con las piedras. Acéptalas como son.

Tus cóleras no las pueden atemperar. Sé cariñoso y dulce con ellas. Esa es la única manera de que ellas no te hieran.

…He aquí, la puerta ancha de la liberación: los imposibles, dejarlos.

Despierta y las cosas que no tienen remedio, relégalas al olvido (al recordarlas, les vuelves a dar vida, es una locura). Basta de sufrir.

Graba bien, esto en tu mente: las furias de tu corazón nada podrán hacer para que lo que sucedió no hubiera sucedido. Ten piedad de ti mismo, y no seas tu propio verdugo.

Suelta todo, respira y sé feliz.

Tres ejercicios que necesitamos para recuperar la unidad perdida, la sensación de bienestar y el poder sobre sí mismo: La relajación, la concentración y el silenciamiento.

Colaboración de Gabriela Serrano Agüero

Que estas palabras te acompañen y te sirvan de guía hoy y siempre.

Tómate tiempo

Tómate tiempo para pensar,

es la fuente de poder.

Tómate tiempo para rezar,

es el mayor poder sobre la tierra.

Tómate tiempo para reír,

es la música del alma.

Tómate tiempo para jugar,

es el secreto de la perpetua juventud.

Tómate tiempo para amar y ser amado,

es el privilegio que nos da Dios.

Tómate tiempo para dar,

el día es demasiado corto para ser egoísta.

Tómate tiempo para leer,

es la fuente de la sabiduría.

Tómate tiempo para ser amable,

es el camino de la felicidad.

Tómate tiempo para trabajar,

es el precio del éxito.

Tómate tiempo para hacer caridad,

es la llave del cielo.

Extraído del libro Madre Teresa de Calcuta, camino de sencillez

de Editorial Planeta

Colaboración de Gabriela Serrano Agüero

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Tiempo en silencio con el Padre

Trata de sentarte en un lugar tranquilo y quietamente lee la siguiente oración, e imagínate que tu Padre amado te habla sólo a ti.

No tienes que ser experto para complacerme;

todo lo que tienes que hacer es querer amarme.

Háblame como si le hablaras a alguien a quien quieres mucho.

¿Hay algunas personas por las cuales deseas orar?

Dime los nombres y pregúntame todo lo que quieras.

Yo conozco todas tus necesidades, pero Yo quiero que tú demuestres tu amor por ellos y por Mí al confiar que Yo haga lo mejor que Yo crea para ellos.

Dime sobre los pobres, los enfermos y los pecadores, y si has perdido la amistad o el cariño de alguien, dime sobre esto también.

¿Hay algo que desees para tu alma?

Si quieres escribe una larga lista de tus necesidades, y vienes y me la lees.

Dime sobre las cosas que te hacen sentir culpable.

Yo te perdonaré si tú aceptas mi perdón.

Sólo háblame sobre tu orgullo, tu susceptibilidad, tu egocentrismo.

A pesar de todo esto, Yo todavía te amo. No te avergüences;

hay muchos santos en el cielo que tenían los mismos defectos tuyos;

ellos Me oraron, y poco a poco, fueron corrigiendo sus faltas.

No vaciles en pedirme bendiciones para tu cuerpo y para tu mente;

salud, memoria, éxitos. Para aquellos que realmente lo deseen,

Yo puedo darles todo lo necesario para la santidad de su alma.

¿Qué es lo que deseas hoy? Dime, porque anhelo hacerte bien.

¿Cuáles son tus planes? Cuéntamelos.

¿Hay alguien que deseas agradar? ¿Qué deseas hacer para ellos?

¿Le temes a algo? ¿Tienes algunos miedos y angustias irracionales?

Confía en Mí. Yo estoy aquí. Lo veo todo. Yo no te abandonaré.

¿No tienes alegrías para contarme? ¿Por qué no compartes tus alegrías conmigo?

Dime qué ha pasado desde ayer; qué te ha alegrado y consolado.

Lo que fuese, grande o pequeño, Yo lo preparé. Reconócelo y dame las gracias.

¿Las tentaciones caen fuertemente sobre ti?

Ceder a tentaciones siempre altera la paz del alma.

Pídeme, que Yo te ayudaré a vencerlas.

Bueno, sigue adelante, continúa con tu trabajo o tu diversión o con tus otros intereses. Trata de ser más tranquilo, humilde, bondadoso y regresa pronto y tráeme un corazón más lleno de amor.

Mañana tendré más bendiciones para ti.

Así nuestro Padre abre Su Corazón por medio de Nuestro Señor Jesús, para todos los que entran en comunión con Él. Cristo mismo nos enseña cómo orar con sinceridad. María, amorosamente, nos asistirá en la búsqueda de cómo orar con el corazón; ya que su papel en el Reino de Dios es el de llevar a todos a su Hijo. Ella no se lo pide a algunos, ella se lo pide a TODOS.

Colaboración de Gabriela Serrano Agüero ( 2001 )

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