Confía

Confía en tus fuerzas, y recuerda que nada es imposible.

Confía en las cosas que te inspiran.

Confía en las cosas que te dan felicidad.

Confía en los sueños que siempre has anhelado y déjalos hacerse realidad.

La vida no hace promesas sobre lo que te reserva el futuro.

Debes buscar tus propios ideales y animarte a cumplirlos.

La vida no te ofrece garantías sobre lo que tendrás.

Pero te ofrece tiempo para decidir lo que buscas y arriesgarte a encontrarlo y a revelar algún secreto que encuentres en tu senda.

Si tienes voluntad para hacer buen uso del talento y de los dones que son sólo tuyos, tu vida estará llena de tiempos memorables y de inolvidable alegría.

Nadie comprende el misterio de la vida o su significado.

Pero para aquellos que deciden creer en la verdad de lo que sueñan y en sus fuerzas … la vida es un singular regalo y nada es imposible.

 

 

 

Creo que todos tenemos adentro una brújula que nos conduce adonde anhelamos. No olvides confiar en tu brújula, consúltala a menudo, porque el conocer su presencia te dará fortaleza para lo que la vida te depare.

No permitas que te desvíen. Pídele la verdad a tu corazón, y te dará la respuesta y el discernimiento para tomar las decisiones que son para ti.

Ama a todos, y no esperes agradecimientos. Haz lo mejor que puedas.

Vive cada día en su plenitud. Nadie puede leer el futuro.

Recuerda: para todas tus preguntas, allí en tu fuero interno, a la vera del camino, habrá respuestas más claras, soluciones aceptables.

Hace falta paciencia, y confianza, para alcanzar la meta, solucionar problemas, y realizar sueños. Aunque por momentos parezca que ya no puedes seguir, conozco tu fortaleza, y sabrás sobrellevar todo lo que la vida te depare.

Cree en ti.

 

Colaboración de Ana María Zacagnino

 

¿Te has dado cuenta que…?

Cuando otro actúa de una manera poco adecuada, decimos que tiene mal carácter;

pero cuando tú lo haces, son los nervios.

Cuando otro se apega a sus métodos o a sus gustos, es obstinado;

pero cuando tú lo haces, es firmeza.

Cuando a otro no le gusta tu amigo, tiene prejuicios;

pero cuando a tí no te gusta su amigo, sencillamente,

muestras ser un buen juez de la naturaleza humana.

Cuando otro hace las cosas con calma, es una tortuga;

pero cuando tú lo haces despacio, es porque te gusta pensar las cosas.

Cuando otro gasta mucho, es un botarate;

pero cuando tú lo haces, eres muy generoso.

Cuando otro encuentra defectos en las cosas, es un maniático;

pero cuando tú lo haces, es porque sabes discernir.

Cuando otro tiene modales suaves, es débil;

pero cuando tú los tienes, eres cortés.

Cuando otro se compra un auto del año, es vanidad;

pero cuando tú te lo compras, es necesidad.

Cuando a otro le da ira, es pecado;

pero cuando a tí te da ira, es que «tu carácter es así.»

Cuando otro te dice la verdad que no te gusta, es que no tiene amor;

pero cuando tú lo haces, es que eres sincero.

Cuando otro no te saluda, es que es orgulloso;

pero cuando tú no saludas, es que no lo viste.

Cuando otro no cumple con su deber, es un irresponsable;

pero cuando tú no cumples con tu deber, es que realmente no puedes.

Cuando otro tiene serias dificultades, es que está en pecado;

pero cuando tú las tienes, es una prueba.

Cuando otro no trabaja, es que es un vago;

pero cuando tú no trabajas, es que no consigues trabajo.

Cuando otro sufre escasez, es que es un mal administrador;

pero cuando tú sufres escasez, es que no ganas suficiente.

Cuando otro habla de los demás, es un calumniador;

pero cuando tú hablas de los demás, es para orar.

Cuando otro cae en tentación, es un pecador;

pero cuando tú caes en tentación, es una debilidad.

Cuando otro no acepta el reto, es un cobarde;

pero cuando tú no lo aceptas, es que no estás capacitado.

Cuando otro recibe bendiciones, es por la misericordia de Dios;

pero cuando tú recibes bendiciones, es porque te las mereces.

Cuando el hijo de otro es rebelde, él es mal padre;

pero cuando tu hijo es rebelde, es porque heredó el carácter del abuelo.

Cuando otro paga mal por mal, es porque es un vengativo;

pero cuando tú lo haces, es porque estás haciendo justicia.

Cuando otro cumple con su deber, es para acumular puntos;

pero cuando tú cumples con tu deber, es porque eres responsable.

 

Colaboración de Ana María Zacagnino

 

Siembra

Cada acto, cada palabra, cada sonrisa, cada mirada, es una simiente.

Cada una tiene en sí el poder vital y germinativo.

Procura, entonces, que caiga tu simiente

en el surco abierto del corazón de los hombres, y vigila su futuro.

Procura, además, que sea como el trigo que da pan a los pueblos

y no produzca espinas y cizañas que dejen estériles las almas.

Muchas veces sembrarás en el dolor, pero siembra, traerá frutos de gozo.

A menudo sembrarás llorando, pero…

¿quién sabe si tu simiente no necesita del riego de tus lágrimas para que germine?

¿Rompió el alba y ha nacido el día? Salúdalo y siembra.

¿Llegó la hora cuando el sol te azota? Abre tu mano y arroja la semilla.

¿Ya te envuelven las sombras porque el sol se oculta? Eleva tu plegaria y siembra.

Si eres niño, siembra, tus propias manos recogerán el fruto.

Si ya eres viejo, las manos de tus hijos lo cosecharán.

Cada acto, cada palabra, cada sonrisa, cada mirada, fructificará según como lo siembres.

Ve y arroja el grano, ve abriendo el surco y siembra.

Y cuando llegue el atardecer de tu vida, enfrentarás la muerte con los brazos cargados y una amplia sonrisa, como el sembrador que, dejando la mancera al terminar el día, se acerca cargado y sonriente a la dulce cabaña donde lo espera la amada esposa y la sabrosa cena.

Cada acto, cada palabra, cada sonrisa, cada mirada es una simiente.

Procura, siempre: «una siembra de amor».

 

Colaboración de Ana María Zacagnino

 

¿Sabes como llamarle?

A eso de caer y volver a levantarte,

de fracasar y volver a comenzar,

de seguir un camino y tener que torcerlo,

de encontrar el dolor y tener que afrontarlo,

a eso, no le llames adversidad,

llámale SABIDURIA

 

A eso de sentir la mano de Dios

y saberte impotente,

de fijarte una meta y tener que seguir otra,

de huir de una prueba y tener que encararla,

de planear un vuelo y tener que recortarlo,

de aspirar y no poder,

de querer y no saber,

de avanzar y no llegar,

a eso, no le llames castigo,

llámale ENSEÑANZA

 

A eso, de pasar días juntos radiantes,

días felices y días tristes,

días de soledad y días de compañía,

a eso, no le llames rutina,

llámale EXPERIENCIA

 

A eso, de que tus ojos miren y tus oídos oigan,

y tu cerebro funcione y tus manos trabajen,

y tu alma irradie y tu sensibilidad sienta,

y tu corazón ame,

a eso, no le llames poder humano,

llámale MILAGRO.

 

Colaboración de Ana María Zacagnino

 

¿De qué se trata la vida?

La vida no se mide ganando puntos (como en un juego).

La vida no se mide por el número de amigos que tienes,

ni por como te aceptan los otros,

ni por los planes que tienes para el fin de semana,

ni por si te quedas en casa solo.

No se mide según con quienes sales, con quien solías salir

ni por el número de personas con quien has salido,

ni por si no has salido nunca con nadie.

No se mide por las personas que has besado.

No se mide por el sexo.

No se mide por la fama de tu familia,

ni por el dinero o bienes que tu familia posea,

ni por la marca del coche que manejas, ni por la escuela que asistes.

No se mide por lo feo o guapo que seas,

ni por los zapatos que uses o el tipo de música que prefieras.

No importa si tienes el pelo rubio, castaño, negro o rojo,

o si tu tez es blanca o morena.

No se mide por las notas que recibes, ni por lo inteligente que seas,

ni por lo inteligente que dicen los exámenes estandarizados que eres.

No se mide por las organizaciones sociales a las que perteneces,

tampoco por qué tan bueno seas en «tu» deporte.

La vida simplemente no es nada de eso.

Pero la vida sí se mide según el amor que des o según el daño que hagas.

Se mide según la felicidad o la tristeza que proporciones a otros.

Se mide por los compromisos que cumples o las confianzas que traicionas.

Se trata de la AMISTAD, la cual puede usarse

como algo sagrado o como un arma.

Se trata de lo que dices y lo que quieres decir, sea dañino o benéfico.

Se trata de murmurar o de contribuir a los pequeños chismes.

Se trata de los juicios que formulas y de por qué los formulas,

y a quién y con que intención se los comentas.

Se trata de a quién no le haces caso o ignoras…adrede y a pleno propósito.

Se trata del celo, del miedo, de la ignorancia y de la venganza.

Se trata del odio que puedes llevar adentro,

de como lo borras o como lo riegas y lo cultivas.

Pero la mayor parte se trata de si usas la vida tuya

para tocar y amar o para envenenar el corazón de otros,

de una manera que habría sido imposible que ocurriera de otra forma.

TÚ y solo TÚ escoges la manera en que afectarás

para bien o para mal el corazón de tus semejantes…..

y esas decisiones son de lo que se trata la vida.

 

 

Colaboración de Ana María Zacagnino

 

Acuérdate de lo bueno

Cuando el cielo esté gris

acuérdate cuando lo viste profundamente azul.

Cuando sientas frío

piensa en un sol radiante que ya te ha calentado.

Cuando sufras una derrota

acuérdate de tus triunfos y de tus logros.

Cuando necesites amor

revive tus experiencias de afecto y ternura.

Acuérdate de lo que has vivido

y de lo que has dado con alegría

Recuerda los regalos que te han hecho, los besos que te han dado,

los paisajes que has disfrutado y las risas que de ti han emanado.

Si esto has tenido, lo podrás volver a tener

y lo que has logrado, lo podrás volver a ganar.

Alégrate por lo bueno que tienes y por lo de los demás;

desecha los recuerdos tristes y dolorosos, no te lastimes más.

Piensa en lo bueno, en lo amable,

en lo bello y en la verdad.

Recorre tu vida y detente en donde haya

bellos recuerdos y emociones sanas y vívelas otra vez.

Visualiza aquel atardecer que te emocionó.

Revive esa caricia espontánea que se te dio.

Disfruta nuevamente de la paz que ya has conocido,

piensa y vive el bien.

Allá en tu mente están guardadas todas las imágenes

y solo tú decides cuáles has de volver a mirar…

Que tengas un lindo fin de semana!!!

Besitos

Ana María

Colaboración de Ana María Zacagnino

 

¡¡¡Te quiero mucho!!!

Había una vez un muchacho el primero en todo, mejor atleta, mejor estudiante, pero nunca supo si era buen hijo, un buen compañero o un muy buen amigo.

En un día de depresión el muchacho se dejó morir; cuando iba camino al cielo se encontró con un ángel y este le preguntó:

¿Por qué lo hiciste si sabías que te querían?

A lo que él respondió: Hay veces que vale más una sola palabra de consuelo que todo lo que se sienta…..en tanto tiempo nunca escuché : estoy orgulloso de ti, gracias por ser mi amigo …..ni siquiera un «TE QUIERO MUCHO…..»

Al quedar pensativo el ángel, el muchacho dijo:

«Y sabes qué es lo que más duele??

El ángel triste le preguntó: ¿qué es?

El muchacho respondió: todavía espero escuchar algún día un !!!TE QUIERO !!!

Luego de esto el ángel abrazó al muchacho y le dijo que no se preocupase porque se estaba acercando a la única persona que siempre le dijo al oído que lo amaba aunque él nunca lo haya escuchado, y que lo recibía con los brazos abiertos.

Es importante decirle a las personas que quieres lo importantes que son para ti..

Si muero hoy…sólo quería que lo supieras: GRACIAS POR TU AMISTAD !!!!!

!!!!!!!!!TE QUIERO MUCHO !!!!!!

Colaboración de Ana María Zacagnino

 

Desiderata

Camina plácido entre el ruido y la prisa,

y piensa en la paz que se puede encontrar en el silencio.

En cuanto sea posible y sin rendirte

mantén buenas relaciones con todas las personas.

Enuncia tu verdad de una manera clara y serena, y escucha a los demás,

incluso al torpe e ignorante, también ellos tienen su propia historia.

Si te comparas con los demás, te volverás vano y amargado

pues siempre habrá personas más grandes y más pequeñas que tú.

Disfruta de tus éxitos, lo mismo que de tus planes.

Mantén el interés en tu propia carrera por humilde que sea,

ella es un verdadero tesoro en el fortuito cambiar de los tiempos.

Sé cauto en tus negocios pues el mundo está lleno de engaño,

más no dejes que esto te vuelva ciego para la virtud que existe.

Hay muchas personas que se esfuerzan por alcanzar nobles ideales,

la vida está llena de heroísmo.

Sé sincero contigo mismo, en especial no finjas el afecto

y no seas cínico en el amor, pues en medio de todas las arideces y desengaños,

es perenne como la hierba.

Acata dócilmente el consejo de los años

Abandonando con donaire las cosas de la juventud.

Cultiva la firmeza del espíritu para que te proteja de las adversidades repentinas,

Muchos temores nacen de la fatiga y la soledad.

Sobre una sana disciplina sé benigno contigo mismo,

Tú eres una criatura del universo no menos que las plantas y estrellas.

Tienes derecho a existir y sea que te resulte claro o no,

indudablemente el universo marcha como debiera.

Por eso debes estar en paz con Dios cualquiera sea tu idea de Él

Y cualesquiera sean tus trabajos y aspiraciones.

Conserva la paz en tu alma en la bulliciosa confusión de la vida,

Aún con todas sus farsas, penalidades y sueños fallidos.

El mundo es todavía hermoso,

sé cauto, esfuérzate por ser feliz.

Encontrado en la Vieja Iglesia de SAINT PAUL, Baltimore, en el año 1695.

Colaboración de Ana María Zacagnino

 

Bendiciones

Mi madre siempre contaba una historia así:

Había una joven muy rica, que tenía de todo, un marido maravilloso, hijos perfectos, un empleo que le daba muchísimo bien, una familia unida. Lo extraño es que ella no conseguía conciliar todo eso; el trabajo y los quehaceres le ocupaban todo el tiempo y su vida siempre estaba deficitaria en algún área.

Si el trabajo le consumía mucho tiempo, ella lo quitaba de los hijos, si

surgían problemas, ella dejaba de lado al marido… Y así, las personas que

ella amaba eran siempre dejadas para después. Hasta que un día, su padre, un hombre muy sabio, le dio un regalo: Una flor carísima y rarísima, de la cual sólo había un ejemplar en todo el mundo.

Y le dijo: Hija, esta flor te va a ayudar mucho, ¡mas de lo que te imaginas! Tan sólo tendrás que regarla y podarla de vez en cuando, y a veces conversar un poco

con ella, y ella te dará a cambio ese perfume maravilloso y esas

maravillosas flores.

La joven quedó muy emocionada, a fin de cuentas, la flor era de una belleza

sin igual. Pero el tiempo fue pasando, los problemas surgieron, el trabajo consumía

todo su tiempo, y su vida, que continuaba confusa, no le permitía cuidar de

la flor. Ella llegaba a casa, miraba la flor y las flores todavía estaban allá, no

mostraban señal de flaqueza o muerte, apenas estaban allá, lindas,

perfumadas. Entonces ella pasaba de largo.

Hasta que un día, sin más ni menos, la flor murió. Ella llegó a casa ¡y se

llevó susto! Estaba completamente muerta, sus raíz estaba reseca, sus flores

caídas y sus hojas amarillas. La joven lloró mucho, y contó a su padre lo que había ocurrido. Su padre entonces respondió:

– Yo ya me imaginaba que eso ocurriría, y no te puedo dar otra flor, porque no existe otra flor igual a esa, ella era única, al igual que tus hijos, tu marido y tu familia. Todos son bendiciones que el Señor te dio, pero tú tienes que aprender a regarlos, podarlos y darles atención, pues al igual que la flor, los sentimientos también mueren.

Te acostumbraste a ver la flor siempre allí, siempre florida, siempre

perfumada, y te olvidaste de cuidarla. ¡Cuida a las personas que amas!

Acuérdate siempre de la flor, pues las Bendiciones del Señor son como ella,

Él nos da, pero nosotros tenemos que cuidar.

Colaboración de Ana María Zacagnino

 

Vuelo del alma

En la ciudad donde vivo tengo una enemiga que está destrozándome la vida poco a poco.

Por favor, le suplico que no me pida que ponga la otra mejilla. Eso fue lo que intenté en un principio y ella siguió haciéndome cada vez más daño. Esta mujer ha ido contando terribles mentiras sobre mí y a consecuencia de ello me he quedado sin trabajo, mi marido me ha pedido el divorcio y muchos de mis amigos me han abandonado.

Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen y orad por los que os calumnian.

«Éste es sin ninguna duda el mandato más difícil de seguir»-pensó el santo-«pero en cualquier caso esta mujer me ha prohibido de antemano que utilice las enseñanzas del Mesías para solucionar su problema.»

-¿Crees que tu enemiga sería capaz incluso de asesinarte?-preguntó

– No, no lo creo. Más bien pienso que es lo único que ella nunca haría.

– Estupendo, como dijo Platón refiriéndose a Anito y Meleto:»Pueden matarme ,pero no herirme»-el santo sonrió y extendió las manos como si el problema ya hubiera quedado resuelto.

– Hombre santo, discúlpeme pero, si me permite, le diré que tengo la impresión de que usted estaba un poco distraído, pues como le he contado, ella sí me ha ocasionado un daño terrible.

– No obstante, yo te veo indemne. Estás perfectamente, eres libre y además has descubierto quiénes son tus verdaderos amigos,¿no es así?.

– Bueno, sí, en cierta manera.

– Tu vida ahora ha quedado despejada, reducida a lo esencial, es oro puro. Posees salud, inteligencia y fortaleza. Tienes mucha suerte.

– ¿De verdad? explíqueme cómo es eso.

– Acabo de hacerlo. Ya sea que esta pobre enemiga tuya esté engañándose a sí misma, o le hayan ido contando mentiras acerca de ti, o la corroa la envidia, ella carece de la vitalidad y la fuerza necesarias para ver o pensar con claridad debido a lo obsesionada que está contigo.

-Sí, pero…

– Y así te insto a que seas bondadosa cuando pienses en ella. No sabe lo que hace. No es capaz de cuidar de sí misma, ni tampoco de llevar adelante su vida como tú lo has hecho y continúas haciendo ,o sea, como un proceso de crecimiento y aprendizaje. De ahora en adelante esta pobre y débil criatura ya no tendrá el poder de perturbarte.

– Dicho de ese modo…

– En mi opinión, tú eres una persona que se ha reconciliado consigo misma y desde esta nueva posición de fuerza no te resultará difícil ser bondadosa. Ve y sé amable.

La mujer sonrió.

– Sí, lo haré. Me ha convencido- se levantó para marcharse pero antes se detuvo y, encarando al santo, se echó a reír- ¿Se da cuenta de que todo lo que me ha dicho se reduce a poner la otra mejilla?

-Sí, un poco- reconoció el santo y ,tras pensarlo un instante, prosiguió- :Hummm, sí, ya veo a lo que te refieres.

«Es imposible mejorar las palabras del Maestro»,concluyó para sí.

 

 

De: El santo , de Susan Trott, fragmento del cap. 23.

 

 

Colaboración de Ana María Zacagnino

 

El concurso de belleza

Un exitoso productor de belleza invitó a la gente de una gran ciudad a enviar fotografías junto a breves cartas hablando de las mujeres más bellas que conocieran.

En un par de semanas miles de cartas fueron entregadas a la compañía. Una carta en particular llamó la atención de los empleados y rápidamente llegó a las manos del presidente de la compañía.

La carta había sido escrita por un muchacho joven, el cual provenía obviamente de un hogar destruido que vivía en un barrio de bajo nivel económico. Mostrando errores de escritura, un extracto de esa carta decía:

“ Cruzando la calle, enfrente de mi casa, vive una hermosa mujer. La visito todos los días. Ella me hace sentir como si fuese el chico más importante del mundo. Jugamos a las damas y ella escucha mis problemas. Ella me comprende y cada vez que la dejo, grita desde la puerta que está orgullosa de mi ”.

El muchacho termina la carta diciendo: “ Esta fotografía le mostrará que ella es la mujer más hermosa. Espero tener una mujer tan linda como ella ”.

Intrigado por la carta, el presidente pidió ver la fotografía. Su secretaria le alcanzó la foto de una mujer sonriente, sin dientes, bastante avanzada en años, sentada en una silla de ruedas. El escaso cabello gris, estaba atado por atrás con un moño, y las arrugas que formaban profundos surcos en su rostro, eran disimuladas de alguna manera, por el centello de su mirada.

“ No podemos usar a esta mujer ”, explicó el presidente sonriendo. “ Ella mostraría al mundo que nuestros productos no son necesarios para ser bella. ”

 

Colaboración de Ana María Zacagnino  ( año 2.002 )

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Inhala y exhala

¡Inhala el futuro, exhala el pasado!
                                     ¡Inhala lo bueno, exhala lo malo!
                                     Inhala. Exhala. Inhala. Exhala.
                                     Qué regalo tan maravilloso de la vida.
                                     Inhala. Exhala. Inhala. Exhala.
                                                El principio y el fin.
                                     Inhala paz, exhala confusión
                                     es así de fácil.
                                     Inhala fe, exhala preocupación
                                     eso es todo lo que tienes que hacer.
                                     Inhala orden, exhala confusión
                                     métete dentro del flujo de la vida.
                                     Inhala amor, exhala ira
                                     siente el cálido flujo a través de tu ser.
                                     Inhala fuerza, exhala miedo
                                     ahora deja que tu mente descanse.
                                     Inhala silencio, exhala ruido
                                     siente cómo tu cuerpo se tranquiliza.
                                     Inhala libertad, exhala restricción
                                     deja que tu mente siga el sueño.
                                     Inhala victoria, exhala derrota
                                                 prepárate para lo mejor.
                                     Inhala aceptación, exhala crítica
                                     siente que tu ser se abre.
                                     Inhala confianza, exhala duda
                                     disfruta el ritmo de quién eres.
                                     Inhala, exhala. Inhala, exhala.
                                     El aliento es un don de la gracia.
                                     Mientras lo tengamos,
                                     tenemos la oportunidad divina
                                     de comenzar de nuevo....
Colaboración de Ana María Zacagnino  ( año 2.002 )

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El Buda de oro

En el otoño de 1988, mi novia y yo fuimos invitados a exponer sobre la autoestima y el máximo rendimiento en Hong Kong. Como nunca habíamos estado en el Lejano Oriente, decidimos extender nuestro viaje y visitar Tailandia.
Al llegar a Bangkok, optamos por tomar un tour para ver los templos budistas más famosos de la ciudad. Junto con nuestro intérprete y el conductor, Lourdes y yo visitamos ese día muchos templos budistas, pero después de un tiempo empezaron a borrarse de nuestras memorias.
No obstante, hubo un templo que dejó una impresión indeleble en nuestros corazones y en nuestras mentes. Es el templo llamado del Buda de Oro. El templo en sí es muy pequeño, tal vez no mayor de nueve metros por nueve. Pero al entrar , nos sorprendió la presencia de un buda de tres metros de alto de oro macizo. Pesa más de dos toneladas y media ¡y está valuado en unos ciento noventa y seis millones de dólares! Es un espectáculo extraño ese buda de oro macizo de aspecto agradable y a la vez imponente que nos sonreía.
Mientras nos dedicábamos a las tareas normales del turismo (sacar fotos y lanzar expresiones de admiración sobre la estatua), caminé hasta una caja de vidrio que contenía un pedazo grande de arcilla de unos dieciocho centímetros de espesor por treinta de ancho. Junto a la vitrina había una hoja escrita a máquina que narraba la historia de la magnífica estatua.
En 1957, un grupo de monjes de un monasterio tuvo que reubicar un gran Buda de arcilla de su templo en otro lugar. El monasterio sería trasladado para que se llevara a cabo el proyecto de una autopista a través de Bangkok. Cuando la grúa empezó a levantar al ídolo gigante, el peso era tan tremendo que empezó a rajarse. Para colmo, comenzó a llover. El monje director, preocupado por el posible daño a la imagen sagrada, decidió volver a poner la estatua en el suelo y cubrirla con una lona grande para protegerla de la lluvia.
Esa misma noche, el monje director fue a ver al Buda. Iluminó con su linterna debajo de la lona para verificar si estaba seco. Al llegar a la rajadura, notó un ligero destello de luz preguntándose si no habría algo debajo de la arcilla. Fue a buscar un formón y un martillo al monasterio y empezó a quitarla. A medida que hacía saltar pedazos de arcilla, el pequeño destello se hacía cada vez más grande. Pasaron varias horas de trabajo, hasta que el monje quedó cara a cara con el extraordinario buda de oro macizo.
Los historiadores creen que varios cientos de años antes del descubrimiento del monje director, el ejército de Burma estaba por invadir Tailandia (por entonces llamada Siam). Los monjes siameses, al darse cuenta de que su país sería atacado, cubrieron su precioso Buda de Oro con una cubierta exterior de arcilla para evitar que su tesoro fuera robado por los burmeses.
Por desgracia, parece ser que éstos asesinaron a todos los monjes siameses, y el secreto bien guardado del Buda de Oro permaneció intacto hasta ese día en 1957.
Cuando regresábamos en el avión empecé a pensar: "Todos somos como el Buda de arcilla cubierto con una capa de dureza creada por el miedo y, sin embargo, debajo de cada uno de nosotros hay un Buda de oro, un Cristo de oro o una esencia de oro que es nuestro yo verdadero.
En algún momento, entre los dos y los nueve años de edad, empezamos a cubrir nuestra esencia de oro, nuestro yo natural. Como el monje con el martillo y el formón, nuestra tarea ahora es descubrir otra vez nuestra verdadera esencia".
Día a día, desde la niñez nos cubrimos con arcilla, y tratamos de tener una caparazón impenetrable como para que la gente no descubra nuestro verdadero yo. Nos vamos cubriendo para estar protegidos del desamor, de la soledad, del miedo, de la injusticia ,de...
Empecemos a retirar de a poquito todo lo que nos cubre y mostremos nuestra verdadera esencia y como el Buda de Oro mostraremos al mundo nuestro mejor tesoro...
 
Colaboración de Ana María Zacagnino  ( año 2.002 )

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Paciencia y esperanza

Un pastor tenía dos ovejas y estaba contento porque las dos habían parido y tenían unos hermosos y juguetones corderitos. Durante la noche el pastor encerraba sus dos ovejas en un corral que tenía muy cerca de la casa.  Así se aseguraba que lobos y zorros no las mataran. En las horas del día las soltaba para que fueran a pastar por los cerros.  Y aquel día las soltó, como siempre y dejó a los corderitos en el corral.  Es muy riesgoso soltarlos tan pequeños.
Las dos ovejas cruzaron el río caminando sobre su firme lecho de piedras.  Las aguas del río serrano eran poco profundas y ellas lo cruzaban a diario. Pero al poco tiempo se desató un temporal muy fuerte y la lluvia fue repentina y torrencial.  Las aguas descendieron de los cerros, se volcaron torrentosas en los pequeños arroyos y llegar turbias al cauce del río y el río se desbordó.
El pastor salió hasta la orilla, porque sabía que se acercaba la hora en que sus ovejas regresarían, para amamantar a sus críos y pasar la noche en el corral y vio que sería imposible cualquier intento por cruzar aquel torrente de aguas, sin exponerse a ser arrollado y golpeado contra las piedras.
Una oveja se puso a pastar paciente en la orilla, esperando que las aguas bajaran, la otra se impacientó y comenzó a lamentarse: "Esta agua no descenderá y mis hijitos se morirán de hambre, aquí nos sorprenderá el lobo y nos moriremos".
La compañera trató de calmarla: "No te impacientes, recuerda que ya vimos muchas crecientes en el río y siempre vimos las aguas descender, no nos pasará nada grave y mañana amamantaremos a nuestros hijos"…
De nada valieron sus reflexiones, la oveja se arrojó al agua.  El pastor la miraba impotente desde la orilla opuesta.  La pobre oveja avanzó un par de metros, pero las aguas la vencieron y la arrastraron río abajo; el pastor y la compañera vieron cómo el cuerpo de la desdichada era llevado por la corriente, que lo golpeaba contra todas las rocas salientes.
Al anochecer las aguas ya habían descendido bastante; pastor y oveja se miraban desde las dos orillas, el pastor que conocía bien los pasos menos riesgosos, entró al agua y lenta y cuidadosamente, llegó hasta la otra orilla, ató una cuerda al cuello de su oveja y ambos volvieron a cruzar el río.
Los corderitos balaban en el corral, el pastor hizo que los dos huerfanitos mamaran de la oveja sobreviviente, que se constituyó en su madre adoptiva.
"Sin esperanza es imposible tener paciencia, porque nadie espera lo imposible y la esperanza más hermosa es la que nace en situaciones más desesperantes.
La impaciencia, con la que quieren alcanzarlo todo hoy, es la que te hace perder la oportunidad de alcanzarlo mañana."
Envió: Maria Isabel Vargas Segura  ( año 2.002 )
 
Extraído del Portal Católico www.encuentra.com

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El bordado de Dios

Cuando yo era pequeño, mi mamá solía coser mucho. Yo me sentaba cerca de ella y le preguntaba qué estaba haciendo. Ella me respondía que estaba bordando.
Observaba el trabajo de mi mamá desde una posición más baja que donde estaba sentada ella, así que siempre me quejaba diciéndole que desde mi punto de vista lo que estaba haciendo me parecía muy confuso.
Ella me sonreía, miraba hacia abajo y gentilmente me decía: "Hijo, ve afuera a jugar un rato y cuando haya terminado mi bordado te pondré sobre mi regazo y te dejaré verlo desde mi posición".
Me preguntaba por qué usaba algunos hilos de colores oscuros y por qué me parecían tan desordenados desde donde yo estaba. Unos minutos más tarde escuchaba la voz de mi mamá diciéndome: "Hijo, ven y siéntate en mi regazo."
Yo lo hacía de inmediato y me sorprendía y emocionaba al ver la hermosa flor o el bello atardecer en el bordado. No podía creerlo; desde abajo se veía tan confuso. Entonces mi mamá me decía: "Hijo mío, desde abajo se veía confuso y desordenado, pero no te dabas cuenta de que había un plan arriba. Había un diseño, sólo lo estaba siguiendo. Ahora míralo desde mi posición y sabrás lo que estaba haciendo."
Muchas veces a lo largo de los años he mirado al Cielo y he dicho:
"Padre, ¿qué estás haciendo?
El responde: "Estoy bordando tu vida".
Entonces yo le replico:
"Pero se ve tan confuso, es un desorden. Los hilos parecen tan oscuros, ¿porqué no son más brillantes?".
Y Dios parece decirme:
"Mi niño, ocúpate de tu trabajo... y yo seguiré haciendo el mío. Un día te traeré al cielo y te pondré sobre mi regazo y verás el plan desde mi posición.
Entonces entenderás..."
 
 

Colaboración de Ana María Zacagnino ( año 2.002 )

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La esperanza

La esperanza no es fingir que no existen los problemas.
Es la confianza de saber que éstos no son eternos,
que las heridas curarán y las dificultades se superarán.
Es tener fe, es una fuente de fortaleza y renovación en nuestro interior,
que nos guiará desde la oscuridad hacia la luz.
Cuando el amor de tu vida no te quiere,
cuando la llamada que esperas nunca llega,
cuando no consigues el trabajo que deseas,
cuando no recibes la invitación que esperabas...
el mensaje no es que no te lo mereces...
el mensaje no es que no eres importante...
el mensaje es que tú mereces algo mejor.
Cada vez que sientas decepción por no recibir lo que deseas o esperas,
no lo veas como rechazo o mala suerte...
simplemente piensa que es una tremenda oportunidad
para algo mucho mejor de lo que esperabas.
La vida  esta está hecha de millones de momentos,
vividos de mil maneras diferentes.
Algunos, buscamos amor, paz. Otros, sobrevivimos día a día.
Pero no hay momentos más plenos que aquellos,
en los cuales  descubrimos que la vida, con sus alegrías y sus penas,
debe ser vivida día a día. Más plenos que aquellos en los que está el conocimiento que nos otorga la verdad más maravillosa.
Aunque vivamos en una mansión  de cuarenta cuartos,
rodeados de riqueza y siervos, o luchemos de mes en mes para pagar el alquiler,
tenemos el poder de estar totalmente satisfechos
y  vivir una vida con verdadero significado.
Día a día tenemos ese poder, gozando cada momento
y regocijándonos con cada sueño.
Porque cada día es nuevo, flamante, podemos empezar de nuevo
y realizar todos nuestros sueños.
Cada día es nuevo, y si lo vivimos plenamente,
podremos realmente gozar de la vida y vivirla en plenitud.

Colaboración de Ana María Zacagnino ( año 2.002 )

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Compartiendo con amor

Era uno de los días mas calientes del tiempo seco de Verano.  No habíamos visto la lluvia en casi un mes.  Las cosechas se estaban muriendo.  Las vacas habían parado de dar leche. Los ríos estaban secos hasta el piso. Era la temporada seca que iba a llevar a siete granjeros a la bancarrota antes que terminara...
Todos los días, mi esposo y sus hermanos iban por el proceso arduo de tratar de llevar agua a los campos.  Últimamente, el proceso envolvía llevar un camión a la planta de agua y llenarlo de agua.  Pero, las raciones de agua las cortaban cada día más.  Si es que no veíamos lluvia pronto.. íbamos a perderlo todo.  Fue en este día que aprendí una verdadera lección de compartir y ser parte del único milagro que pude ver con mis propios ojos......
Estaba en la cocina haciendo almuerzo para mi esposo y sus hermanos, cuando vi a mi hijito de seis años, Billy, caminar hacia el bosque.  El no estaba caminando, como un niño normal de su edad (sin preocuparle nada); en cambio estaba caminando con mucho cuidado y solo podía ver su espalda. Obviamente, estaba caminando con mucho esfuerzo... tratando de estar lo mas quieto posible.  Minutos después desapareció en el bosque, y volvió a salir corriendo hacia la casa.  Seguí haciendo los sandwiches; pensando que sea lo que sea que estaba haciendo, ya había terminado.
Momentos después, volvió a caminar bien lentamente hacia el bosque...
Esta actividad siguió ocurriendo por una hora.  Finalmente, no pude aguantar mas y lo seguí (teniendo cuidado que no me viera... obviamente estaba haciendo algo tan importante y no  necesitaba a su "mami" que lo chequease.)  El tenía sus manos juntas adelante de él mientras caminaba; teniendo mucho cuidado que el agua que tenía en ellas no se cayera.  Me acerqué un poco más cuando llegamos al bosque.  Ramas y troncos le golpeaban su cara, pero no trató de esquivarlos.  El tenía algo mucho mas grande que hacer...
En lo que me agaché para verlo, vi una vista extraordinaria.  Una gran cantidad de venados estaban al frente de él.  El se les acercó.
Casi grito al ver un venado (macho) con sus cuernos bien grandes demasiado cerca de él. Pero, el venado no lo atacó... él ni se movió, mientras que mi hijo se arrodillaba.  Y vi un pequeño venadito tirado en el pasto, sufriendo deshidratación y exhausto del sol, apenas pudo levantar su cabeza con mucho esfuerzo para lamer el agua de las pequeñas manos de mi hermoso niño. Cuando se tomó toda el agua, Billy corrió a la casa y yo me escondí atrás de un árbol. Luego lo seguí a la casa; de un caño que habíamos cerrado, que apenas pudo abrir; gotas empezaron a caer.  El esperó ahí, dejando que gota por gota llenase sus pequeñas manitas; mientras que el sol  asoleaba su espaldita. Luego muchas cosas se aclararon en mi mente.  La semana anterior él había sido castigado por jugar con agua.  Él aprendió la lección de no malgastar agua y esa es la razón porque no me pidió ayuda.  Le tomó 20 minutos recoger el agua que necesitaba.
Billy se levanto y ahí yo estaba parada frente a él.  Sus ojos se llenaron de lágrimas, "No estoy desperdiciando esta vez", es todo lo que me dijo. Cuando empezó a caminar, yo lo acompañé con una olla de agua de la cocina... Dejé que fuera solo hacia los venados. Era su trabajo; y yo me quedé atrás de un árbol, mirando el corazón mas bello que he conocido, trabajando tan fuerte para salvar otra vida.
Lágrimas caían por mis mejillas al piso, luego de repente fui acompañada por más gotas...y más gotas... y más.  Miré hacia el cielo.  Era como si Dios, El mismo, estuviese llorando de orgullo.
Quizás algunos pueden decir que esto fue coincidencia, que milagros no existen y no trato de convencer a nadie de lo contrario... Lo único que puedo decir es que ese dia llovió y salvó nuestra granja... asimismo, como las acciones de un pequeño niño salvaron una vida.
Si gustan pueden enviar esto a otras personas, siempre es bueno creer que cuando todo  sale mal, algo bueno pasa al final. Solo escribí esto para honrar la memoria de mi hermoso hijo Billy, el cual murió demasiado pronto... pero no antes sin mostrarme la verdadera cara de Dios, en un cuerpecito quemado por el sol.......
 
Colaboración de Ana María Zacagnino  -  desconozco la fuente original  ( año 2.002 )

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Reglas para ser humano

1. Recibirás un cuerpo.
Puede gustarte o no, pero será tuyo durante todo el tiempo que estés aquí.
2. Aprenderás lecciones.
Estás inscripto en una escuela informal de tiempo completo llamada vida.
En esta escuela cada día tendrás la oportunidad de aprender clases.
Es posible que las lecciones te gusten o que te parezcan irrelevantes y estúpidas.
3. No hay errores, sólo lecciones.
El crecimiento es un proceso de prueba y error: es una experimentación.
Los experimentos fallidos forman parte del proceso en igual medida que el experimento que funcione bien.
4. Una lección se repite hasta aprenderla.
Una lección se presentará de varias maneras hasta que la aprendas.
Una vez que la hayas aprendido, puedes pasar a la siguiente.
5. Las lecciones no tienen fin.
No hay nada en la vida que no contenga sus lecciones.
Si estás vivo, siempre tendrás algo que aprender.
6. "Allí" no es mejor que "aquí".
Cuando tu "allí se convierte en un "aquí", simplemente tendrás otro "allí" que de nuevo parecerá mejor.
7. Los otros no son más que tus espejos.
No puedes amar u odiar algo en otra persona a menos que refleje algo que amas u odias en ti mismo.
8. Lo que haces en tu vida depende de ti.
Tienes todas las herramientas y los recursos que necesitas.
Lo que hagas con ellos depende de ti. La decisión es tuya.
9. Tus respuestas están dentro de ti.
Las respuestas a los interrogantes de la Vida están en tu interior. Todo lo que debes hacer es mirar, escuchar y confiar.
10. Olvidarás todo esto.
11. Siempre que quieras, puedes recordarlo.
Colaboración de Ana María Zacagnino

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La mano

Un día de Acción de Gracias, el editorial de un diario hablaba de una profesora de escuela, que pidió a los alumnos de su clase de primer grado que hicieran un dibujo de algo de lo que estuvieran agradecidos.  Pensó en cuán poco estos niños de un vecindario pobre podrían estar agradecidos. Pero sabía que la mayoría de ellos harían dibujos de pavos o de mesas  con comida. La profesora se sorprendió del dibujo que le entregó Douglas.... una sencilla mano dibujada de manera infantil.
 
¿Pero la mano de quién? La clase se sintió atraída por esa imagen abstracta. "Pienso que debe ser la mano de Dios que nos da alimento", dijo uno de los niños. "Un granjero" dijo otro, "porque cría los pavos". Finalmente cuando los demás continuaron en sus labores, la profesora se inclinó en el pupitre de Douglas y le preguntó de quién era esa mano. " Es la suya profesora", murmuró.
 
Ella recordó que, frecuentemente, en el momento del recreo había tomado la mano de Douglas, un andrajoso y desamparado muchacho. A menudo hacía esto con los niños. Sin embargo, para Douglas significaba mucho.
 
Quizás eso era todo en lo que podía pensar en el día de Acción de Gracias, no por lo material, que se nos da, sino por la oportunidad, en cualquier medida pequeña, de dar a los demás......
 

 

Colaboración de Ana María Zacagnino  ( año 2.002 )

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Las mujeres….

Las mujeres tienen fuerzas que asombran a los hombres.
Ellas cargan niños, penas y cosas pesadas...
Las mujeres esperan una llamada por teléfono  de su hombre  avisando que llegó sano y diciéndole que la extraña...
Ellas trabajan como niñeras, amas de casa, abogadas, maestras, ingenieras y solucionan disputas entre niños y vecinos..
Usan trajes, vaqueros, uniformes y minifaldas.
Las mujeres recorren largos caminos para conseguir la mejor escuela para sus hijos, la mejor atención para la salud de su familia...
Ellas no aceptan un "NO" como respuestas cuando están convencidas que hay una solución....
Las mujeres escriben una carta de amor a su hombre y saben pedir perdón y perdonar...
Son inteligentes y saben de su poder...
Saben que un abrazo, un beso y un te amo pueden sanar un corazón roto.
Una mujer puede lograr, que una mañana, una tarde o una noche romántica sean inolvidables...
Las mujeres vienen en todos los tamaños, colores y formas; viven en casas, cuartos, cabañas...
Ellas corren, manejan, caminan o usan e-mail...
El corazón de una mujer es lo que hace girar el mundo...
Todo lo que ellas quieren es un abrazo, un beso, una caricia, una llamada...
Las mujeres tienen mucho que decir y mucho que dar...
La belleza de la mujer no está en la ropa que lleve, la figura que tenga  o la forma en que se peine.
La belleza de una mujer debe verse en sus ojos, a través de ellos, porque es la puerta del corazón, el lugar donde el amor reside también se refleja su alma...
Es el cuidado que ella le da a la pasión para estar con el hombre  que  ama a quien se entrega inocentemente...
Es el cuidado que ella le da a su amado cuando está enfermo o cuando le prepara una taza de té en las noches de invierno...
La belleza de una mujer con el paso de los años crece hasta el  infinito, porque está en su esencia cada día, el florecer más hermosa que cualquier rosa.
 
Envíale esto a otras mujeres maravillosas, levantarás la autoestima de muchas más.
Haz lo mismo enviándoselo a hombres para que sepan reconocer una verdadera mujer cuando toque a su puerta, y no la dejen ir.
 

 

Colaboración de Ana María Zacagnino  ( año 2.002 )

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