Reflexiones sobre el Duelo en el 20 mo. Aniversario de la muerte de mi madre

Video subido a You Tube el 20 de Abril 2016

Tres días después del 20mo. Aniversario de la muerte de mi madre tras tres años de lucha frente a un cáncer que acabó con su vida, ofrezco mis reflexiones sobre el Duelo en general y el consuelo en particular.

En base a mi propia experiencia doy testimonio de que durante o después de atravesarlo se puede llegar a obtener algunos posibles beneficios espirituales como el consuelo y la paz de espíritu a partir de la búsqueda de respuestas en la religión, aunque uno se hubiera encontrado apartado de ella o con la fe tibia antes del Duelo.

Acompaño con imágenes mi testimonio de un poco más de siete minutos, para que sea más ameno y llevadero, y para recordar a mi madre junto con las personas que la conocieron.

Dedicatoria a Pablo Deluca por nuestra Consagración a la Virgen María

Mi amigo Pablo Deluca publicó este texto y esta dedicatoria mía en su Facebook ayer Viernes 15 de Agosto 2015, con motivo de la Consagración a la Virgen que hicimos juntos y por mi Peregrinación a Luján, a la cual me acompañó en su inicio en la Basílica de Flores.

Hoy a 19 años de ese momento!!! La foto es de diario Crónica, había hecho un acompañamiento a la madre de Javier Serrano que tenía un cancer a los huesos. Con Javier hicimos la consagración por el método de los 33 días de San Luis María Griñon de Monfort. Y elegimos el 15 de agosto para cerrar ese gran día. La sorpresa fué, que al acompañarlo a Flores ya que salía en la peregrinación a Lujan caminando, al estar dentro de la basílica de Flores llorando como lloraba de emoción, se nos acerca un señor y nos pide que carguemos la virgen que acompañaría la peregrinación. Fué para Javier una doble emoción al descubrir que esta imagen que cargábamos era la de la Virgen de Itatí, patrona de Corrientes. Regalos y presencias en medio de los duelos, que aumentan nuestra fé y agradecimiento! (copio a mi ahijado Nacho Serrano y a mi amiga Carolina Mac Hannaford )

Peregrinación a Luján acompañando a la Virgen

Mi querido amigo del alma Pablo Deluca publicó este texto y esta foto en su Facebook ayer Viernes 15 de Agosto 2015.

Hoy a 19 años de ese momento!!! La foto es de diario Crónica, había hecho un acompañamiento a la madre de Javier Serrano que tenía un cancer a los huesos. Con Javier hicimos la consagración por el método de los 33 días de San Luis María Griñon de Monfort. Y elegimos el 15 de agosto para cerrar ese gran día. La sorpresa fué, que al acompañarlo a Flores ya que salía en la peregrinación a Lujan caminando, al estar dentro de la basílica de Flores llorando como lloraba de emoción, se nos acerca un señor y nos pide que carguemos la virgen que acompañaría la peregrinación. Fué para Javier una doble emoción al descubrir que esta imagen que cargábamos era la de la Virgen de Itatí, patrona de Corrientes. Regalos y presencias en medio de los duelos, que aumentan nuestra fé y agradecimiento! (copio a mi ahijado Nacho Serrano y a mi amiga Carolina Mac Hannaford )

Javier Feviva se presenta en F.E. + FE

Hoy Domingo 16 de Agosto 2015, retomo oficialmente mi actividad en el Sitio Web F.E. + FE ( Fortaleza Espiritual y Fe Viva www.fortalezayfeviva.com.ar ) que puse en marcha hace exactamente cinco años en esta fecha del año 2010 y a la cual no me dediqué desde inicios de este año, y aprovecho el 5to. Aniversario para presentar a mi nuevo “alias” espiritual y religioso, al que llamé Javier Feviva

Hoy retomo mi actividad y presento a mi nuevo «alias» Javier Feviva

Hoy Domingo 16 de Agosto 2015, retomo oficialmente mi actividad en el Sitio Web F.E. + FE ( Fortaleza Espiritual y Fe Viva www.fortalezayfeviva.com.ar ) que puse en marcha hace exactamente cinco años en esta fecha del año 2010 y a la cual no me dediqué desde inicios de este año, y aprovecho el 5to. Aniversario para presentar a mi nuevo “alias” espiritual y religioso, al que llamé Javier Feviva

Feliz Año 2.015 para todos !!!

Queridos amigos,

Los saludo en el último día de este año, para desearles lo mejor para uds. y sus familias, y que puedan tener un muy buen año 2.015.

Ojalá que en el balance del año que termina, puedan rescatar y recordar más alegrías que tristezas, más logros que fracasos, y sientan que han podido cumplir algunas metas y sueños, que han compartido amor con sus seres queridos, y que han obrado bien con las personas con las que se han cruzado a lo largo del año.

A los que están pasando momentos difíciles, les deseo que puedan salir adelante, con mucha voluntad, entrega, aceptación, y con la ayuda de los que los quieren. Que encuentren consuelo y fortaleza interior en la compañía de Jesús, y que puedan tener fe en la providencia divina.

En un momento propicio para reflexionar sobre sus intenciones y objetivos para el año que ya está por comenzar,  conformes o insatisfechos con lo vivido en el año que hoy termina, les deseo a todos que puedan continuar con todo lo que estén haciendo que sea bueno para uds., que puedan iniciar proyectos y actividades que los gratifiquen, que puedan superar los dolores espirituales, y que puedan dejar de lado lo que les estuvo ocasionando disgustos o les impidió progresar en sus metas en el pasado.

Les deseo que tengan un muy buen año 2.015 !!!!!!

Besos y abrazos,

Javier

31 de Diciembre 2.014

El camino de la felicidad

Hoy es el día Domingo 20 de Abril del año 2.014. Estamos en el final de la Semana Santa y me tuve que levantar muy temprano porque no podía dormir más. Muchas ideas daban vueltas en mi cabeza y a las siete de la mañana, cuando recién está empezando a amanecer en Buenos Aires, decidí que lo mejor que podía hacer era levantarme y ponerme a escribir lo que estaba pensando.

Hace poco más de un mes estoy viviendo días especiales, y cada jornada que pasaba me sentía un poco más feliz. Pero gracias a Dios, puedo decir que durante esta Semana Santa, más precisamente en el amanecer de hoy Domingo, día de la Resurrección de Jesús, alcancé a tomar conciencia que estaba circulando por el camino de mi felicidad.

Ya venía haciendo el trayecto por esa ruta al menos durante los últimos dieciocho años, pero aún no me había dado cuenta que un día le iba a poner un nombre tan significativo y atractivo para mí. Si no cambié de senda en tanto tiempo y estoy tan contento como ahora de transitarla, imagino que no desearé en otro momento tomar otro camino. Dudo que me quiera desviar del que me hace tan feliz.

Ustedes me conocen desde hace un tiempo, y espero que se alegren conmigo de mi felicidad. Antes de que tomen una posición sobre lo que voy a decir, los invito a que piensen que mi camino puede coincidir de alguna manera con el suyo, y que puede ser genérico. Si piensan que aún no sienten que transitan por el camino de su propia felicidad, los invito a leer con mayor atención mi testimonio personal.

Hace tres días fue el aniversario del fallecimiento de mi madre. Se cumplieron 18 años de su prematura muerte, antes de cumplir sus 60 años. Participamos de una muy linda Misa de Jueves Santo con mi hermana Gabriela, y luego compartimos un grato momento juntos en su casa. Me hace muy bien pensar que mamá desde el Cielo pueda disfrutar de ver que sus dos hijos amados se quieren y respetan, y que juntos física y espiritualmente, la recordaron con cariño y con tristeza, pero sin dolor.

No siempre fuimos unidos, crecimos bastante distanciados, y atravesamos momentos difíciles en nuestra relación, pero el amor fue más fuerte. Sin expresarlo, cada uno tuvo un compromiso interior de amor hacia el otro, y hoy puedo asegurar que rindió sus frutos.

Mi mamá Sumak murió menos de un año después de la muerte de Adrián, su segundo marido que nos crió a Gabriela y a mí como si fuéramos hijos suyos como los dos que ya tenía de su primer matrimonio. Adrián murió el día de mi cumpleaños el 13 de Junio, y mi tío Leo también falleció en medio de las otras dos fechas.

Yo podría haber pensado que Dios me había abandonado, que se estaba alejando de mí, pero no tuve tiempo de hacerlo. Tres días después de la muerte de mamá tuve un signo trascendente, que cambió mi vida. Sentí la presencia de mamá, como diciéndome acá sigo estando junto a vos. Ya nada fue igual. Sentí y creí que el Cielo existe, que hay algo más después de la muerte. Un tiempo después sentí la presencia de papá Adrián en otro hecho tan sorprendente como el anterior. Yo ya no necesitaba más signos, pero pienso que él también me quiso decir que estaba conmigo. Supe estar atento a los signos, que estoy seguro que todos tenemos. No creo en las casualidades, creo en causalidades.

Para mí Dios nos va mostrando el camino para llegar a reencontrarnos con Él. Los acontecimientos y encuentros que nos tocan vivir, junto con nuestros seres queridos que con su amor incondicional interceden por nosotros desde el Cielo, nos muestran el camino para que lo logremos. Vamos a encontrar sentido a sus muertes sintiendo su amor más allá de su partida física, si estamos atentos a que los sucesos y los signos tienen un significado de amor. Si lo logramos, seguramente vamos a poder percibir el amor que Dios tiene por nosotros, y muy probablemente vamos a intentar mantenernos en paz interior y armonía con Él o intentar recuperarlas en caso de haberlas perdido. Si estamos atentos a que los sucesos y los signos tienen un significado, vamos a poder sentirnos cerca de Dios y dar sentido a las muertes de nuestros seres queridos sintiendo su amor más allá de su partida física. Algunos de ellos también necesitan de nuestras oraciones.

A partir de esos acontecimientos, y mientras estaba en el proceso de duelo, hubieron personas como mi amigo Pablo, que me acompañaron y me ayudaron en el proceso de mi retorno a sentirme plenamente un hijo de Dios. Me acercaron a la Misa y me sorprendió que empecé a disfrutar de participar en ella y de encontrarle un sentido que hizo que nunca más dejara de concurrir. Me acercaron a los sacramentos, y tomé la Confirmación, en una decisión de total compromiso interior.

El Espíritu Santo fue más fuerte que mi anterior pereza espiritual, y desde ese tiempo siento que me acompaña. Ahora doy gracias a Dios por todo, porque aprendí a sentirlo junto a mí. Hace poco más de un mes recibí un nuevo regalo suyo.

Una mañana se cruzó nuevamente en mi vida una persona que me había abierto posibilidades laborales cuando estaba recién recibido. Rodrigo otra vez sembró una semilla en mí, y ya empezó a germinar. Para mí, fue un instrumento de Dios.

A mis casi 54 años, por muchos motivos no estaba satisfecho con el trabajo que estaba teniendo. Con la confianza en la providencia divina, sentí que podía aspirar a tener una actividad laboral que me brindara más satisfacciones y/o que me permitiera desarrollar a fondo mis proyectos que me acercaran a cumplir mis sueños y misiones pendientes.

Por esos motivos me dispuse a intentar un cambio laboral, que es más bien una ampliación de lo que ya hacía, sumado a reincorporar actividades que había disfrutado en el pasado. En muy poco tiempo incorporé el compromiso interior necesario para intentar un cambio que me haga una persona más plena y satisfecha, y estoy decidido a intentar vivir esa experiencia de plenitud. Siento que el Espíritu Santo me guía para hacerlo y tengo confianza en lograrlo. El convencimiento es más fuerte que las dudas.

Con esa confianza y compromiso he llegado a la conclusión que estoy en el inicio de una nueva etapa de mi misión personal, que llevo adelante a través de FE + FE. La fortaleza interior y la fe viva que siento desde hace dieciocho años, cuando tres días después de la muerte de mamá sentí su presencia y tuve la certeza de que existe algo más allá de la muerte, pienso que hoy ha llegado a su mayoría de edad, y la tengo que dejar volar fuera de mi entorno inmediato para que llegue hasta lugares impensados.

Desde esos lejanos días de duelo quise compartir con los demás las herramientas que me habían ayudado a salir delante de mis penas y dolores, y que me siguen brindando fuerzas para sobrellevar las dificultades y obstáculos que la vida me va presentando.

Siento que llegó el momento de salir a misionar de la mano de Jesús, y no tengo dudas ni miedo de que me va a acompañar a través del Espíritu Santo. Me voy a dejar llevar. Me entrego a la voluntad de Dios, para que la divina providencia me guíe.

Hoy recordamos la resurrección de Jesús. Los cristianos comprometidos lo celebramos en nuestros corazones, desde el lugar en donde nos encontremos. Sentir su presencia viva nos brinda la confianza interior de que no estamos solos transitando por la vida. Jesús dijo que Él es el camino, la verdad y la vida. Junto a Dios Padre desde el Cielo nos regalan su Espíritu Santo para que nos demos cuenta que están con nosotros y nos brindan su amor. Nosotros podemos llenar nuestras vida de un amor similar, incondicional.

Jesús nos dejó un mandamiento de amor que lo podemos seguir si lo creemos, lo sentimos importante, lo queremos incorporar a nuestras vidas y lo hacemos con convencimiento desde nuestro compromiso interior: “Amarás a Dios sobre todas las cosas, y a tu prójimo como a vos mismo”. Yo tomé plena conciencia de que quiero seguir lo que Jesús nos propuso y nos sigue proponiendo cada día de nuestras vidas.

Siento la cercanía divina en mi vida, y esa sensación junto con la confianza que me brinda, me hace sentir pleno y feliz. Mi camino por la vida lo transito con las tres personas divinas, y si presto atención y valoro hacia donde me está llevando esa senda, no voy a tomar caminos alternativos; ninguno me va a resultar tan gratificante, enriquecedor, desafiante, generoso, pleno y reconfortante.

En la vida aprendí que se puede disfrutar el proceso antes que el resultado. Puedo vivir el Cielo mientras vivo en la tierra, como si fuera un adelanto de la plenitud. Ese es mi camino hacia la felicidad. Hoy siento que lo tengo incorporado plenamente a mi vida.

Tengo un GPS que es el Espíritu Santo, que transita el camino de mi vida junto a mí. Todos los bautizados tenemos la posibilidad de sentir su presencia si le prestamos atención. Nos acompaña desde que nuestros padres decidieron que sería nuestro “padrino” espiritual y nos hicieron bautizar desde que éramos muy pequeños y estábamos indefensos. Ya crecimos, pero seguimos necesitando de su ayuda.

Si no sentimos la presencia del Espíritu Santo y queremos hacerlo, solo basta rezar y pedirla. Podemos orar por esa intención en nuestros hogares, en la Iglesia o en cualquier lugar. Sólo hay que desearlo. Creer y confiar que podemos recibir su guía y compañía harán el resto. Sólo es cuestión de intentarlo. Lo que no se busca con interés genuino y real convencimiento de que se puede lograr, es más difícil de conseguir.

Mi experiencia es que si uno está enfocado, abierto y comprometido con un fin, con mucha paciencia y sin fijación de plazos podrá lograrlo. Yo tardé dieciocho años en hacer volar mis sueños y proyectos más allá de mi entorno inmediato.

Desde hace mucho creo en el valor de los testimonios, y si lo que se expresa en ellos se sustenta en los comportamientos, a mí me brindan más credibilidad. Espero que lo que hoy comparto con uds. les pueda ser de utilidad, y que sea capaz de sustentarlo con mis propias acciones y comportamientos pasados, presentes y futuros. Es un gran desafío para mí, y lo voy a encarar con felicidad, por el camino que transito de la mano de Jesús, guiado por el Espíritu Santo. Nada me brinda mayor plenitud.

Veo el reloj. Son las 11:00 hs. y me doy por satisfecho con el texto. Pude expresar lo que venía sintiendo. Ya puedo seguir disfrutando de la alegría de saber que Jesús resucitó hace más de dos mil años y aún sigue todos los días junto a mí y con los que creen en Él.

A mí me encanta sentir su presencia y me emociono en Misa cuando cantamos la canción Pescador de hombres: “….sonriendo dijiste mi nombre, en la arena he dejado mi barca, junto a ti buscaré otro mar….” Hace un rato la emoción me embargó, nubló mis ojos y me llenó de lágrimas. Hoy siento a Jesús conmigo y me llena de felicidad aunque recién haya llorado. Está al alcance de quien quiera tenerlo cerca, sólo hay que desearlo.

 

Javier Serrano Agüero                                               javierserrano_ag@yahoo.com.ar

 

Que estas palabras te acompañen y te sirvan de guía hoy y siempre.

Te invito a compartir este texto y que lo envíes a quienes creas que lo puedan disfrutar o que les pueda ser de utilidad.

 

¡ Felíz Navidad para todos !

Queridos amigos,

Les escribo hoy para compartir con uds. las vísperas de la celebración de un nuevo nacimiento de Jesús.

Nos quedan aún unas horas para celebrar en familia la Nochebuena. Me imagino que hoy muchos de uds. seguirán muy ocupados preparando la comida de la noche, comprando los últimos regalos y haciendo algunos llamados o escribiendo con cariño a los seres queridos que no pasarán la noche con uds.

Quiero compartir con uds. algunas reflexiones, para que las puedan tener presentes hoy si tienen tiempo de leerlas o en el futuro, si las consideraran de utilidad.

Como siempre, la de hoy será una noche especial, con muchos matices, algunos alegres y agradables, pero también para muchos de uds. y para mí tendrá un dejo de tristeza y nostalgia.

Esta noche será ideal para disfrutar a nuestros seres queridos más grandes, sabiendo que puede que no sean muchas Nochebuenas más las que podamos compartir con ellos. Será un muy buen momento para expresarles mucho afecto y amor, y si fuera el caso, dejar de lado al menos por hoy los posibles desencuentros, broncas y enojos, y celebrar juntos en paz !!!!!

También será una oportunidad para recordar a nuestros afectos que ya no están físicamente con nosotros. Aunque su ausencia nos produzca tristeza, es agradable sentirlos hoy un poco más cerca, más presentes, pensando que están en el Cielo. En medio de la tristeza y un posible dolor que puedan sentir hoy, les deseo que puedan sentir el consuelo y la esperanza  de que en algún momento los volverán a encontrar. A mí me alivia mucho el dolor y la pena.

De acuerdo a cómo los vivamos, hoy y mañana podrán ser días muy especiales para nuestra vida espiritual y religiosa futura.

Una buena confesión nos puede ayudar a sentir paz de espíritu y a predisponernos mejor para recibir más intensamente a Jesús una vez más.

Reflexionar sobre el lugar que ocupa Jesús en nuestra vida espiritual, y pensar qué queremos a futuro de esa relación de amor y amistad también podrá ser muy importante para nuestra vida interior en un nuevo año próximo a iniciarse. Sentirlo a Jesús vivo junto a nosotros, acompañándonos en nuestro peregrinar terrenal es una gracia, pero pensemos que nuestra actitud y compromiso interior también tienen una gran importancia si deseamos tener una relación cercana con Él.

Les deseo de todo corazón de que ésta nueva Navidad renueve sus almas y los acerque más afectivamente a las personas con los cuales tengan algunas dificultades, para que puedan regalarles amor a todos sus seres queridos, y que se propongan o renueven su compromiso de ser buenos y generosos con sus prójimos, siguiendo el ejemplo de Jesús y sintiendo su presencia y cercanía amorosa para que los inspire.

¡¡¡ Que Dios los bendiga a todos !!!!

Besos y abrazos para todos,

Javier Serrano

24 de Diciembre 2014

En el Día del Padre

En el Día del Padre

Queridos amigos,

El envío de hoy está dedicado especialmente a compartir algunas reflexiones por el Día del Padre.

Algunos varones que somos padres, hoy festejamos personalmente o a la distancia nuestro día con nuestros hijos. Les deseo a todos que puedan disfrutar el día con ellos.

Todas y todos !!! hoy como hijos vivimos este día de dos maneras posibles: con padre vivo o sin la presencia física de nuestro padre, y las vivencias del día serán muy distintas de acuerdo a nuestras circunstancias particulares.

Quiero acompañar muy especialmente a todos los que hoy van a sentir la ausencia física de su padre, y comparto ese sentimiento a la distancia y les mando un abrazo especial.

Mi caso es muy particular: mi padre de sangre vive en Bahía ( Brasil ), y si Dios quiere le podré dar un fuerte abrazo dentro de un poco más de una semana.

Como hijo de padres separados, mi relación con él tuvo altos y bajos, pero por actitud de ambos nuestra relación desde hace varios años es muy buena. Después de verlo el año pasado luego de nueve años de no poder hacerlo, en unos días más nos podremos disfrutar nuevamente al menos por una semana, y ya estoy saboreando el encuentro. Cuando nos vemos no nos pasamos facturas por el pasado, tratamos de asumirlo, entenderlo, de ser generosos y de disfrutar el presente con amor.

Adrián, el segundo marido de mi madre murió hace 19 años, y él quiso ser un padre para mi hermana y para mí, y lo fue desde mis 10 años hasta su muerte el día que yo cumplí 35. Lo llevo en mi corazón y hoy lo recuerdo en su día, por haber elegido ser mi padre. Admiro y valoro su generosidad y le rindo tributo.

Johnny, mi suegro desde hace 25 años, y padre de mi novia durante 7 años, también se ganó un espacio grande en mi corazón, y desde hace muchísimos años se comporta como un padre para mí y yo lo quiero como si lo fuera, por lo que hoy también festejo muy contento este día con él, feliz de tenerlo aún con nosotros a sus 88 años. Valoro muchísimo su actitud hacia mí, como si fuera su hijo, y también le rindo tributo.

Como padre y como hijo “múltiple”, hoy vivo todas las emociones posibles de este Día del Padre: la alegría de tener dos hijos a quienes quiero de la manera incondicional que muchos padres lo hacen, de tener un padre vivo, de tener un “casi” padre también vivo, pero también vivo la tristeza por la falta de un padre por elección y mitigo ese sentimiento por el recuerdo cariñoso de su amor hacia mí y los grandes momentos vividos juntos en el pasado.

Como padre y como hijo, soy consciente de que los padres cometemos muchos errores, pero también hacemos las cosas bien cuando damos nuestro amor en forma incondicional e intentamos ser protectores, pacientes, comprensivos y tolerantes con nuestros hijos, y sabemos darles herramientas, para que sepan tener confianza, poder de decisión, libertad, respeto y responsabilidad.

Para mí es bueno para sanar nuestro corazón y sufrir menos en un día como hoy, poder ser lo suficientemente magnánimos y humildes para saber perdonar los errores de nuestros padres cuando se equivocan o por haberse equivocado y ya no tener oportunidad de remediar el error, y/o saber pedir perdón en presencia o en la oración por habernos equivocado nosotros.

Espero que disfruten estas palabras o puedan ser de utilidad si lo necesitaran, y abrazo virtualmente a los que son padres, y a todos en su carácter de hijos, con padre presente o ausente. Les deseo que pasen un día feliz o al menos sin sufrirlo demasiado.

Con todo cariño,

Javier Serrano

Junio 2014

Cosechamos lo que sembramos en nosotros y en los demás

“Cosechamos lo que sembramos en nosotros y en los demás”

Si sembramos en nosotros la responsabilidad de hacernos cargo de actuar para que las cosas sucedan, a partir de un buen proceder con actitudes adecuadas, de nuestra proactividad, de enfocarnos en las metas, de aceptar el desafío de buscar soluciones y oportunidades con el apoyo de colaboradores y herramientas útiles, y en tener confianza en nuestra capacidad de decisión y en obtener buenos resultados, también podemos saber lo que vamos a ir cosechando durante el proceso, independientemente del resultado o la cosecha final, que no depende puramente de nuestras acciones.

Lo que sembremos “en positivo” en nosotros y en los demás, como la confianza, la toma de iniciativas, la planificación, la evaluación, la acción, la dedicación y perseverancia, etc. intentando ser responsables, nos acercará muchísimo más a la meta u objetivo buscado, que si nos dedicáramos a sembrar en nosotros mismos los opuestos “negativos”, como las dudas, miedos y desconfianza, la falta de iniciativa, la improvisación, la parálisis, la dejadez y desidia, excusarnos, juzgar y culpar, etc.

No nos dejemos llevar por los malos ejemplos que pueden influir negativamente en nuestro accionar. Su influencia nociva a veces es imperceptible para nosotros.

En los ámbitos públicos estamos acostumbrados a oír a los gobernantes, funcionarios y políticos, descargar sus responsabilidades y/o culpar a alguien más por sus acciones erróneas, omisiones, falta de atención, etc… Habitualmente no tienen mucha proactividad y entrega para resolver los problemas de los que los eligieron, los que le pagan sus sueldos o son sus seguidores.

Ni hablemos de lo nefastos que son los programas televisivos en donde las personas se expresan groseramente, se agreden verbalmente, muestran sus miserias, no respetan las opiniones de los otros, etc..

Las fallas también suceden frecuentemente en el ámbito privado, y muchas veces nosotros mismos cometemos algunos errores de comportamiento que afectan a los demás y a nosotros mismo. A veces ni siquiera somos concientes.

Muchas veces nos quejamos de situaciones que no resultan como quisiéramos, pero evaluemos si estamos teniendo buenas actitudes, actuando con la suficiente proactividad para intentar que “las cosas sucedan” para nuestro bien y el de nuestros prójimos, y si estamos buscamos esquivar la responsabilidad de nuestro comportamiento cuando nos equivocamos, fallamos en algo, no logramos lo que queremos, cuando no nos relacionamos bien con otras personas, etc…

Seamos honestos con nosotros mismo, y tratemos de mejorar los comportamientos que no ayudan a nuestro crecimiento interior y a nuestras relaciones con los demás.

Javier Serrano

Noviembre 2014

Que estas palabras te acompañen y te sirvan de guía hoy y siempre.

Te invito a compartir este texto y que lo envíes a quienes creas que lo puedan disfrutar o que les pueda ser de utilidad.

Me encantaría recibir alguna reflexión, texto u oración que quieras compartir.

Novedades del Sitio para el año 2.015

Este video presenta algunas novedades importantes, como nuevas secciones ( Categorías ) y algunos objetivos importantes para el año 2.015.

En sí mismo, representa una de las novedades, que es el uso de medios audiovisuales para transmitir testimonios, ideas, historias, contenidos,  sugerencias, etc…

Espero que puedan aprovechar la nueva manera de comunicarme con las personas que entran a este sitio en busca de apoyo, de información, de consultar contenidos, con intención de opinar, de aportar algo o simplemente de curiosear.

Pidamos, busquemos y llamemos

Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide, recibe; y todo el que busca, encuentra; y al que llama se le abrirá.

O ¿quién hay entre vosotros, al que si su hijo le pide un pan le da una piedra?¿O si le pide un pez, le da una culebra? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar a vuestros hijos cosas buenas, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los Cielos dará cosas buenas a quienes le pidan? (Mt 7, 7-12)

I. Jesús, hoy me recuerdas lo bueno que es Dios, y que además es mi Padre.

Entonces, ¿cómo no pedirle todo lo que necesito? Si los padres de la tierra procuran cuidar bien a sus hijos ¿qué no me va a dar mi Padre Dios, que es todo el Amor y todo el Poder? Jesús, Tú nos manifiestas mejor que nadie el amor de nuestro padre Dios, porque Tú eres el Hijo de Dios. Con qué fuerza me dices que no sea tonto, que Dios está esperando que le pida con confianza para darme todo lo que necesite. Sí, pero a veces pido y no recibo…

Cuántas veces ocurre también que el niño pequeño pide a su padre algo y no se lo da, aunque sea un padre bueno. Por ejemplo, el niño que quiere coger un cuchillo porque es una cosa que brilla y parece muy útil para jugar; pero cuando se lo pide a su Padre, éste no se lo da.

¿Es que ya no le quiere? ¿Por qué no le da lo que le pide? Lo que a mí me parece necesario, no es siempre lo que más me conviene.

Si algo acontece en contra de lo que hemos pedido, tolerémoslo con paciencia y demos gracias a Dios por todo, sin dudar en lo más mínimo de que lo más conveniente para nosotros es lo que acaece según la voluntad de Dios y no la nuestra (1).

Jesús, quieres que pida todo aquello que creo que necesito, pero sabiendo que Tú sabes más, que Tú ves más; por eso, hasta lo que me parece una dificultad, un fracaso o una desgracia, puede ser un regalo especialísimo de Dios para mi vida.

Este es el abandono de los hijos de Dios: Señor, sé que todo lo que me ocurre, es para mi bien; que siempre y en todo se haga tu voluntad y no la mía.

II. Habla Jesús: «Así os digo yo: pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá». Haz oración. ¿En qué negocio humano te pueden dar más seguridades de éxito? (2).

Jesús, haciendo oración obtengo siempre lo mejor, acierto siempre, consiga o no las cosas concretas que pido. Hay temas en los que tengo la seguridad de recibir lo que deseo: cuando pido por el bien de las almas y por la Iglesia. Con esas oraciones te arranco gracias específicas para mi vida interior, para la de los demás y para toda la Iglesia.

Que no me canse, Jesús, de pedir ayuda espiritual para superar esos defectos que tengo; o para que mis amigos y familiares te quieran más cada día; o por el Papa y los Obispos, etc…

Que me convenza de que es útil pedirte esas gracias espirituales, que hacen tanta falta.

Jesús, también quieres que te pida por la salud, por un tema que me preocupa, por los exámenes o por el trabajo. Pero debo pedir dándome cuenta de qué Tú eres el que mejor sabes lo que me conviene a mí y a los que me rodean; con ese abandono del hijo que confía en su padre, y que sabe que todo lo que recibe de él es para su bien. Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar a vuestros hijos cosas buenas, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los Cielos dará cosas buenas a quienes le pidan?

¿En qué negocio humano te pueden dar más seguridades de éxito? Jesús, que me acostumbre a pedirte todo, a ser pedigüeño, a ponerlo todo en tus manos. Y entonces aprenderé a descubrir en los acontecimientos de cada día tu mano amorosa: tu mano de padre que me quiere, que me cuida, que me forma y, tal vez, que me poda, como a los árboles, para que dé más fruto. Actuando así, nada en este mundo me podrá quitar la paz y la alegría que son propias de los hijos de Dios.

NOTAS 1. S. Agustín, Carta 130, a Proba. 2. Camino, 96.

Meditación extraída de la colección “Una cita con Dios”, Tomo II, Cuaresma por Pablo Cardona.

La colección puede ser adquirida en www.beityala.com

Extraído de Evangelio, del Portal Católico El que busca, encuentra www.encuentra.com

 

Padrenuestro

Y al orar no empleéis muchas palabras como los gentiles, que se figuran que por su locuacidad van a ser escuchados. No seáis, pues, como ellos; porque bien sabe vuestro Padre de qué tenéis necesidad antes de que se lo pidáis. Vosotros, pues, orad así:

Padre nuestro que estás en los Cielos, santificado sea tu Nombre; venga tu Reino; hágase tu voluntad así en la tierra como en el Cielo. El pan nuestro de cada día dánosle hoy; y perdónanos nuestras deudas así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del mal.

Pues si perdonáis a los hombres sus ofensas, también os perdonará vuestro Padre Celestial. Pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestros pecados. (Mateo 6, 7-15)

I. Jesús, hoy me enseñas el Padrenuestro, la oración más repetida por los cristianos de todos los tiempos. Tú quieres que aprendamos de Ti a hacer oración, a dirigirnos a Dios, y a tratarle como el que es: mi Padre. Un Padre Todopoderoso y de sabiduría infinita. Por eso me dices: bien sabe vuestro Padre de qué tenéis necesidad antes de que se lo pidáis.

Dios mío, Tú me conoces perfectamente, sabes lo que necesito en cada momento, pero quieres que te lo pida en la oración.

Padre nuestro que estás en los Cielos, sé que también estás en mi alma en gracia y en el sagrario. Estás cerca de mí: estás dentro de mí.

¿Trato de tenerte presente a lo largo del día, ofreciéndote todo lo que hago?

Santificado sea tu nombre.

¿Qué puedo hacer yo para que tu nombre sea más conocido y más amado?

¿Qué ejemplo doy entre mis amigos, yo que llevo el nombre de tu Hijo, el nombre de cristiano?.

Venga tu reino: el reino de la paz entre los pueblos y entre las personas; el reino del amor y del servicio; el reino de la justicia, de la misericordia y de la solidaridad.

¿Cómo empiezo yo ese reino a mi alrededor?

Hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo.

¿Qué quieres que haga? ¿Estoy buscando hacer mi voluntad o la tuya?

¿Son mis objetivos acordes con lo que Tú esperas de mí?

II. ¡De acuerdo!, lo admito: esa persona se ha portado mal; su conducta es reprobable e indigna; no demuestra categoría ninguna.

-¡Merece humanamente todo el desprecio!, has añadido.

-Insisto, te comprendo, pero no comparto tu última afirmación; esa vida mezquina es sagrada: ¡Cristo ha muerto para redimirla! Si Él no la despreció, ¿cómo puedes atreverte tú? (1).

El pan nuestro de cada día dánosle hoy.

«Orad como si todo dependiese de Dios y trabajad como si todo dependiese de vosotros». Una vez hecho nuestro trabajo, el alimento viene a ser un don del Padre; es bueno pedírselo y darle gracias por él. Este es el sentido de la bendición de la mesa en una familia cristiana (2).

Perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores.

Jesús, a veces no es fácil perdonar, olvidar el daño que el otro me ha hecho. No me refiero a simples fallos, errores o malos entendidos. Me refiero a los que positivamente han ido a hacerme daño o a dejarme mal; a los que han ido a fastidiar a sabiendas, o que -pudiendo- no han hecho nada para evitarme un disgusto.

¡De acuerdo!, lo admito: esa persona se ha portado mal. Pero tú me has enseñado con tu vida y con tu muerte a perdonar. Muchas veces el odio procede de la ignorancia: Padre, perdónales porque no saben lo que hacen (3). Esa otra persona puede haber tenido una educación muy distinta a la mía; y sobretodo, Tú has muerto por ella. Si Él no la despreció, ¿cómo puedes atreverte tú?

Pues si perdonáis a los hombres sus ofensas, también os perdonará vuestro Padre Celestial.

Jesús, ayúdame a imitarte a la hora de saber perdonar a los demás. Sólo entonces podré pedirte perdón por tantos pecados y faltas de amor a Ti que he cometido y cometo.

Y no me dejes caer en la tentación, cualquiera que sea.

Yo, por mi parte, intentaré no ponerme nunca en ocasión de pecar.

Padre, puesto que soy tu hijo, líbrame de todo mal. Amén.

Notas: 1. Surco, 760. 2. Catecismo, 2384. 3. Lc 23, 34.

Meditación extraída de la colección “Una cita con Dios”, Tomo II, Cuaresma por Pablo Cardona.

La colección puede ser adquirida en www.beityala.com

Extraído de Evangelio, del Portal Católico El que busca, encuentra www.encuentra.com

 

Obras de misericordia

I. El amor de Cristo se expresa particularmente en el encuentro con el sufrimiento, en todo aquello en que se manifiesta la fragilidad humana, tanto física como moral. De esta manera revela la actitud continua de Dios Padre hacia nosotros, que es amor (1 Juan 4, 16) y rico en misericordia (Efesios 2, 4)

La misericordia es el núcleo fundamental de su predicación y la razón principal de sus milagros. También la Iglesia “abraza con su amor a todos los afligidos por la debilidad humana; más aún, en los pobres y en los que sufren reconoce la imagen de su Fundador, pobre y paciente, se esfuerza en remediar sus necesidades y procura servir en ellos a Cristo” ( Concilio Vaticano II, Lumen Gentium ).

¿Y qué otra cosa haremos nosotros si queremos imitar al Maestro y ser buenos hijos de la Iglesia? Cada día se nos presentan incontables ocasiones de poner en práctica la enseñanza de Jesús ante el dolor y la necesidad, con un corazón lleno de misericordia.

II. Si la mayor desgracia, el peor de los desastres, es alejarse de Dios, nuestra mayor obra de misericordia será en muchas ocasiones acercar a los sacramentos, fuentes de Vida, y especialmente a la Confesión, a nuestros familiares y amigos.

Toda miseria moral, cualquiera que sea, reclama nuestra compasión, y la verdadera compasión comienza por la situación espiritual del alma de los que nos rodean, que hemos de procurar remediar con la ayuda de la gracia.

Ahora que el número de analfabetas ha decrecido en tantos países, ha aumentado la ignorancia religiosa con el total desconocimiento de las más elementales nociones de la Fe y la Moral y de los rudimentos mínimos de la piedad. Por esta razón, la catequesis ha pasado a ser una obra de misericordia de primera importancia (J. Orlandis, Bienaventuranzas)

III. Imitar a Jesús misericordioso nos llevará a dar consuelo y compañía a quienes se encuentran solos, a los enfermos, a los ancianos, a quienes sufren una pobreza vergonzante o descarada. Haremos nuestro su dolor y les ayudaremos a santificarlo mientras que procuramos remediar ese estado en el modo que nos sea posible.

La misericordia nos lleva a perdonar con prontitud y de corazón, aunque quien ofende no manifieste arrepentimiento por su falta o rechace la reconciliación. El cristiano no guarda rencores en su alma, no se siente enemigo de nadie, ni juzga severamente a nadie. Si somos misericordiosos, obtendremos del Señor la misericordia que tanto necesitamos, particularmente para esas flaquezas, errores y fragilidades que Él bien conoce.

María, Madre de la misericordia, nos dará un corazón capaz de compadecerse de quienes sufren a nuestro lado.

Fuente: Colección «Hablar con Dios» por Francisco Fernández Carvajal, Ediciones Palabra.

Resumido por Tere Correa de Valdés Chabre ( año 2.005 )

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Vivir la fe en lo ordinario

I. El Evangelio nos habla del hombre que tenía una mano seca (Marcos 3, 1-6), a quien Jesús cura; solamente le dijo: extiende tu mano. La extendió, y su mano quedó curada. Todo es posible con Jesús.

La fe nos permite lograr metas que siempre habíamos creído inalcanzables, resolver viejos problemas personales o de una tarea apostólica que parecían insolubles, echar fuera defectos que estaban arraigados. La fe es para vivirla, y debe informar las grandes y pequeñas decisiones; y, a la vez, se manifiesta de ordinario en la manera de enfrentarse con los deberes de cada día.

No basta con asentir a las grandes verdades del Credo, tener una buena formación quizá; es necesario vivirla, practicarla, ejercerla, debe generar una “vida de fe” que sea, a la vez, fruto y manifestación de lo que se cree. Dios nos pide servirle con la vida, con las obras, con todas las fuerzas del cuerpo y del alma.

II. El ejercicio de la virtud de la fe en la vida cotidiana se traduce en lo que comúnmente se conoce como “visión sobrenatural”, que consiste en ver las cosas, incluso las más corrientes, lo que parece intrascendente, en relación con el plan de Dios sobre cada criatura en orden a su salvación y a la de otros muchos.

La vida cristiana, la santidad, no es un revestimiento externo que recubre al cristiano, ignorando lo propiamente humano. De ahí que las virtudes sobrenaturales influyan en las humanas y hagan del cristiano un hombre honrado, ejemplar en su trabajo y en su familia, lleno de sentido del honor y de la justicia.

La fe está continuamente en ejercicio, y la esperanza, y la caridad… Ante problemas y obstáculos, el Señor nos dice: extiende tu mano.

Examinemos hoy cómo vamos de “visión sobrenatural” ante los acontecimientos diarios.

III. La fe nos llevará a imitar a Jesucristo, que fue “perfecto Dios y perfecto hombre” (Symbolo Quicumque), a ser hombres y mujeres de temple, sin complejos, sin respetos humanos, veraces, honrados, justos en los juicios, en los negocios, en la conversación.

La vida cristiana se expresa a través del actuar humano, al que dignifica y eleva al plano sobrenatural. Por otra parte, lo humano sustenta y hace posibles las virtudes sobrenaturales. En San José encontramos un modelo espléndido de varón justo, vir iustus (Mateo 1, 19), que vivió de fe en todas las circunstancias de su vida.

Pidámosle que sepamos ser lo que Cristo espera de cada uno en el propio ambiente y circunstancias.

Fuente: Colección «Hablar con Dios» por Francisco Fernández Carvajal, Ediciones Palabra.

Resumido por Tere Correa de Valdés Chabre ( año 2.005 )

Extraído de Meditar, del Portal Católico El que busca, encuentra www.encuentra.com

 

Nuestro padre Dios

I. Jesús, perfecto Dios y perfecto Hombre, nos habla a lo largo del Evangelio, de la cercanía de Dios en la vida de los hombres y de su amorosa paternidad.

Son incontables las veces que Jesús da a Dios el título de Padre en sus diálogos íntimos y en su doctrina a las muchedumbres. Habla con detenimiento de su bondad como Padre: retribuye cualquier pequeña acción, pondera todo lo bueno que hacemos, incluso lo que nadie ve, (Mateo 6, 3-4; 17-18) es tan generoso que reparte sus dones sobre justos e injustos, (Mateo 5, 44-46) anda siempre solícito y providente sobre nuestras necesidades (Mateo 4, 7-8; 25-33).

Nosotros, por nuestra limitación humana, no conocemos del todo hasta qué extremos está Dios con nosotros en todos los momentos de la vida. Esta cercanía se hace especialmente próxima cuando Dios ve que estamos recorriendo el camino hacia la santidad. Siempre está con nosotros como un Padre que cuida a su hijo pequeño.

II. Ser hijos de Dios no es una conquista nuestra, no es un progreso humano, sino un don divino, don inefable que hemos de considerar y de agradecer frecuentemente todos los días. La filiación divina será fundamento de nuestra alegría y de nuestra esperanza al realizar la tarea que el Señor nos ha encomendado. Aquí está nuestra seguridad ante los posibles temores y angustias: Padre, Padre mío.

“Llámale Padre muchas veces al día, y dile –a solas, en tu corazón- que le quieres, que le adoras: que sientes el orgullo y la fuerza de ser hijo suyo” (J. Escrivá de Balaguer, Amigos de Dios). Dios Padre nos ve cada vez más como hijos suyos en la medida que nos parecemos a su Hijo Jesucristo: si procuramos trabajar como Él, si tratamos con misericordia a nuestros hermanos los hombres, si reparamos por los pecados del mundo, si somos agradecidos como lo era Jesús.

III. La gracia santificante, que recibimos en los sacramentos y a través de las buenas obras, nos va identificando con Cristo y haciéndonos hijos en el Hijo, pues Dios Padre tiene un solo Hijo, y no cabe acceder a la filiación divina más que en Cristo, unidos e identificados con Él, como miembros de su Cuerpo Místico: vivo yo; pero ya no soy yo quien vive: es Cristo quien vive en mí, escribía San Pablo a los Gálatas.

Mientras más nos identificamos con el Señor, vamos creciendo en el sentido de la filiación divina. Pidamos a Nuestra Madre seguir su ejemplo de correspondencia a la gracia divina. Ninguna criatura puede llegar a ser como Ella, en la plenitud de sentido, Hija de Dios Padre.

 

Fuente: Colección «Hablar con Dios» por Francisco Fernández Carvajal, Ediciones Palabra.

Resumido por Tere Correa de Valdés Chabre ( año 2.005 )

Extraído de Meditar, del Portal Católico El que busca, encuentra www.encuentra.com