Año nuevo con esperanza

Éste texto lo escribí para fin del año 2001, después de las terribles jornadas de fines de diciembre, en donde hubo cacerolazos, saqueos, violencia, muerte, y renuncias presidenciales. Apuntaba a mirar con esperanza el futuro poniéndonos en manos de Dios para recuperar la paz interior.

Javier Serrano Agüero

24 de Abril 2010

«Éste será mi último mail del año, ya que en unas horas me ausentaré de Buenos Aires hasta la noche del martes. Les deseo lo mejor para todos en este año capicúa que está próximo a iniciarse. Necesitamos más que suerte para mejorar la situación. Pongámonos en las manos de Dios y colaboremos con él.

Se está acabando un año muy difícil. Como siempre sucede en los fines de año, uno reflexiona sobre lo que aconteció en el año y lo que vivió en carne propia.

En los últimos meses, desde la trágica mañana del 11 de Septiembre, hemos contemplado una andanada de hechos internacionales que conmueven negativamente al mundo y que postergan las ilusiones de vivir en paz y armonía. EEUU, Afganistán, Israel, Palestina, Pakistán y la India, entre otros, nos demuestran día a día que los esfuerzos que se deben hacer para lograr un mundo mejor para todos son muy grandes.

Mientras que no se considere a la paz, el respeto por la vida y la tolerancia como valores fundamentales de convivencia, difícilmente progresaremos. Para que se produzca un cambio político fundamental, los países debieran considerar a sus vecinos o a sus rivales como sus prójimos y actuar hacia ellos con amor y sentido de colaboración. Puede parecer una utopía, pero en realidad esa debiera ser la consecuencia, si la mayoría de las personas del planeta tuvieran una visión amorosa, de unidad y de hermandad.

Como si la situación internacional no fuera suficiente motivo para preocuparnos, la debacle doméstica terminó por rebasar nuestras minadas defensas y nos colmó de pesimismo e incertidumbre. Son pocos los argentinos que terminarán contentos este año; quizás sólo los hinchas de Racing y Rodríguez Saa.

¿Podemos albergar la esperanza de vivir un año 2002 mejor ?

Tanto el estado de crisis internacional como el local, requerirán de mucho tiempo y trabajo para ser revertidos. Creo que deberemos armarnos de mucha paciencia para soportar lo que nos tocará vivir en nuestra querida patria. Pero que quede claro que paciencia no quiere decir sumisión ni inmovilismo.

El cacerolazo histórico de la semana pasada y el que se llevó a cabo esta noche, ambos en forma apartidaria y pacífica nos muestran un camino esperanzador.

Estas experiencias sumadas al voto castigo de Octubre muestran que los argentinos nos decidimos a ser partícipes de nuestro propio destino. La falta de respuestas y las presiones que todos vivimos a diario han empujado a muchos compatriotas a comprometerse, por el propio bien y por el bien común. Queremos vivir en un país mejor para nosotros y para nuestros hijos.

El camino para lograrlo no será fácil. Lamentablemente aún dependemos de políticos, gremialistas y jueces desprestigiados, por sus propias falencias y ambiciones. Sólo con participación podremos influir en alguna medida, para que se vean obligados a desempeñarse mejor y para lograr el bien de la sociedad en su conjunto.

Para soportar la coyuntura, actuar para mejorar nuestra situación y alimentar nuestra esperanza, podemos apelar a la oración, al amor y a nuestras reservas espirituales. Acudamos a ellas para mantenernos cerca de Dios y rescatar nuestra paz interior, puesta tan a prueba durante este duro año que se está acabando. El Espíritu Santo y la providencia divina harán el resto».

Con mucho amor, Javier ( 2001 )

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Mensaje en los tristes días de fines de Diciembre 2001

Éste texto lo escribí después de los cacerolazos, saqueos, violencia y muertes, y la renuncia del presidente De La Rúa.

Lo envié a toda mi cadena de mails de F.E. y FE como un mensaje para recuperar la esperanza, y para encontrar paz de espíritu.

Javier Serrano Agüero

24 de Abril 2010

«Deseo que hoy sea un buen día para todos. Que podamos sentir paz de espíritu y que tengamos esperanza, amor, tolerancia, aceptación y que seamos conscientes de que nuestros prójimos son nuestros hermanos; todos ellos, los que hacen el bien, los que hacen lo que pueden y también los que son desbordados por una errónea percepción de la convivencia. Pidamos a Dios que en estos días de grandes cambios y decisiones, tanto nuestros dirigentes como toda la población, tengamos madurez y aprendamos de una vez por todas a CONvivir, a solidarizarnos, a ayudarnos y a hacer lo mejor para todos, no sólo para unos pocos o para nosotros mismos.

Espero que todo lo sucedido en estos días despierte con más fuerza el espíritu de Jesús, y encontremos en Él la fortaleza y la esperanza que necesitamos, y que aprendamos de sus enseñanzas. Hoy más que nunca nos hacen muchísima falta. De nosotros depende buscar la paz en nuestros corazones. Nunca olvidemos que el espíritu de Dios Padre e Hijo está dentro nuestro. Oigamos su voz y nos acercaremos a la paz, al amor y a la vida eterna.

Que tengan un buen día

Javier

Plegaria por la Paz

Al Creador de la naturaleza y del hombre, de la verdad y de la belleza, suplico:
Escucha mi voz, pues es la voz de las víctimas de todas las guerras y de la violencia entre individuos y las naciones.
Escucha mi voz, pues es la voz de todos los niños que sufren y sufrirán cuando la gente ponga su fe en las armas y en la guerra.
Escucha mi voz cuando te ruego que infundas en el corazón de todos los hombres la sabiduría de la paz, la fuerza de la justicia y la alegría de la confraternidad.
Escucha mi voz, pues hablo por las multitudes de todos los países y de todos los períodos de la historia que no quieren la guerra y están preparados a caminar por sendas de paz.
Escucha mi voz y concédenos discernimiento y fortaleza para que podamos responder siempre al odio con amor, a la injusticia con la dedicación total a la justicia, a la necesidad compartiendo de lo propio, a la guerra con la paz.
¡Oh Dios! Escucha mi voz y concede en todo el mundo tu eterna paz.
Amén
“Con la guerra, la humanidad es la que pierde. Sólo desde la paz y con la paz se puede garantizar el respeto de la dignidad de la persona humana y de sus derechos inalienables.”
Su Santidad Juan Pablo II
Mensaje para la celebración de la Jornada Mundial de la Paz  (1 Enero 2000)
“Paz en la tierra a los hombres que Dios ama”

Extraído del Portal Católico www.encuentra.com ( 2001 )

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Los mil espejos

NO ERES RESPONSABLE DE LA CARA QUE TIENES,

ERES RESPONSABLE DE LA CARA QUE PONES…

Se dice que hace tiempo, en un pequeño y lejano pueblo, había una casa abandonada.

Cierto día, un perrito buscando refugio del sol, logró meterse por un agujero de una de las puertas de dicha casa. El perrito subió lentamente las viejas escaleras de madera. Al terminar de subir las escaleras se topó con una puerta semi-abierta; lentamente se adentró en el cuarto.

Para su sorpresa, se dio cuenta que dentro de ese cuarto había 1000 perritos más observándolo tan fijamente como él los observaba a ellos.

El perrito comenzó a mover la cola y a levantar sus orejas poco a poco. Los 1000 perritos hicieron lo mismo. Posteriormente sonrío y le ladró alegremente a uno de ellos. El perrito se quedó sorprendido al ver que los 1000 perritos también le sonreían y ladraban alegremente con él!

Cuando el perrito salió del cuarto se quedó pensando para sí mismo: ¡Que lugar tan agradable! ¡Voy a venir más seguido a visitarlo!»

Tiempo después, otro perrito callejero entró al mismo sitio y se encontró entrando al mismo cuarto. Pero a diferencia del primero, este perrito al ver a los otros 1000 perritos del cuarto se sintió amenazado, ya que lo estaban viendo de una manera agresiva. Posteriormente empezó a gruñir; obviamente vio como los 1000 perritos le gruñían a el. Comenzó a ladrarles ferozmente y los otros 1000 perritos le ladraron también a él. Cuando este perrito salió del cuarto pensó: «¡Que lugar tan horrible es este! ¡Nunca más volveré a entrar allí!»

En el frente de dicha casa se encontraba un viejo letrero que decía: «La casa de los 1000 espejos».

«Todos los rostros del mundo son espejos»… Decide cuál rostro llevarás por dentro y ése será el que mostrarás. El reflejo de tus gestos y acciones es lo que proyectas ante los demás.

Las cosas más bellas del mundo no se ven ni se tocan, sólo se sienten con el corazón.

 

Colaboración de Eduardo Gerding ( 2001 )

 

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La alegría del dar

Seguramente todos habrán experimentado alguna vez la alegría que se siente al dar algo a los demás, y yo me pregunto por qué si el dar produce tanta alegría uno no se acostumbra a hacerlo más seguido.
Supongo que la respuesta está en que uno tiende a ser naturalmente egoísta o más bien entra a comerciar aquellas cosas que da.
Muchas veces creemos estar amando cuando en realidad solo estamos comerciando afecto. El comerciar afecto es una de las principales causas de desilusión que tenemos, porque damos muchas veces (no siempre) esperando recibir algo a cambio.
Tal vez esto sea algo a lo que nos mal acostumbramos desde la niñez cuando se condicionaba nuestra felicidad al portarnos bien: “Si te portas bien te compro lo que querés”, “Si te portas bien te llevo al zoológico”, “Si te sacas buenas notas te compro la bicicleta” ..... y pareciera que aún de grandes seguimos haciendo lo mismo, nos “portamos bien” y como chicos nos llenamos de expectativas y vivimos esperando una respuesta.
Sin darnos cuenta ponemos nuestra felicidad en manos de un tercero y esto no tiene por qué ser así. Nuestras expectativas no deben estar puestas en lo que los demás puedan hacer por nosotros sino en lo que nosotros podemos hacer por los demás.
Centrar las expectativas en los demás supone ansiedad, espera, dependencia. Centrar las expectativas en uno mismo supone acción, desafío y un propósito de crecer, y si este crecimiento está centrado en el amor nunca nos desilusionaremos porque siempre vamos a encontrar alguien con quien ejercitarlo.
Si basamos nuestra felicidad en la concreción de nuestras ilusiones vamos muertos porque estos difícilmente se cumplen en la medida de lo soñado. La felicidad hay que buscarla en las cosas simples.
El verdadero amor y la verdadera felicidad está en dar, en darse, desinteresadamente a los demás. Como los padres de un recién nacido que hacen una y mil cosas simplemente para que su bebe sonría y tenga paz en su corazón, así también nosotros podríamos encontrar la felicidad haciendo una y mil cosas simplemente para que quien está a nuestro lado pueda sonreír y encontrar paz.
¿Cómo podremos vivir felices si quienes nos rodean no lo están? ¿Qué mayor felicidad que sabernos partícipes de la felicidad de los demás?
Jesús mismo dice: “La felicidad está más en dar que en recibir” Hechos 20, 35.
No nos centremos tanto en aquello que nos falta, más bien valoremos todo lo que tenemos y nos ha sido dado. No nos creamos unos pobrecitos porque somos más ricos de lo que podemos percibir, ya que Dios depositó en cada uno de nosotros Su amor para que lo hagamos llegar a quienes lo necesitan.
 
P.D: Ojo, no digo que esto sea fácil ni que yo sea un fiel practicante de esto, pero creo que en la vida nunca hay que perder de vista los ideales y hay que luchar siempre por alcanzarlos.
Colaboración de Matías Deluca   ( 2001 )

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Que nos salve Papá Noel

El ataque asesino contra las Torres Gemelas actuó de diversas formas. Una de ellas fue como reloj despertador que nos arrancó de algunos sueños que sólo la racionalización, como proceso mental opuesto al razonamiento, nos permite sostener. Nos guste o no, la Argentina no aparece hoy en el radar de los países centrales ni como objetivo ni como obstáculo.
La falsedad e hipocresía de los considerandos de las normas recientemente dictadas por el gobierno, cuyo autor es por muchos conocido, es escalofriante. Han llegado hasta la eutanasia : negarles el acceso al salario a los más débiles y demorarles el pago a los viejos jubilados en el mes de las Fiestas. El déficit cero, que es una sanísima norma de vida, cuando los pródigos la aplican a sus propias víctimas después del dispendio es falta infinita de justicia, de seguridad, de educación, de defensa y de salud pública. Aquí y ahora, punto y raya.
Como se acercan las fiestas de fin de año es menester parar en seco la queja lastimera, contener temporariamente el enojo y la furia, y darle espacio al espíritu navideño. Navidad es en parte una fiesta religiosa y en parte una concelebración universal y laica.
El nacimiento que festejamos puede ser el del redentor para los creyentes en su divinidad, o meramente el de un joven revoltoso, como lo ve el judaísmo, o el de un profeta o precursor, como lo considera el Islam. Pero siempre se trata del nacimiento de alguien que cambió la historia del mundo, murió por sus ideas y entregó por ellas hasta su última gota de sangre.
Un generoso amasijo
En la suma adversidad en la que estamos, sólo el amor al prójimo, la paciencia hasta con el cajero del banco que no nos paga y que tampoco cobra porque está igual que nosotros, la mayor cantidad de pequeños gestos cordiales que el malhumor nos permita, la caricia, el abrazo, la palmada, el apretón de manos y el beso nos permitirán mantener el espíritu a flote. Gran contribución al bienestar del prójimo será la postergación del comentario “bajoneador” por unos días.
Cuando era un adolescente, mis padres frecuentaban a un dominico que, con acento ibérico, les decía : “Amaos y amasijaos”, usando el segundo verbo con la acepción que hoy damos a franelearse.
Este fin de año tratemos de hacer en nuestras casas las mejores fiestas familiares que la austeridad permita, cocinemos las mejores cenas con lo que tenemos, seamos tiernos con el prójimo, démosles nuestro tiempo a los amigos que estén peor que nosotros y tomemos fuerza de los que están mejor.
Porque, como todos sabemos, Papá Noel no existe, o mejor dicho, somos nosotros mismos. Y si no nos salva Papá Noel, si no nos ayudamos nosotros mismos y entre nosotros, perderemos una formidable ocasión. Como decía el cura dominico cuya frase saltó del último cajón de mi memoria al escribir estas notas, sólo un generoso amasijo de amor nos permitirá atravesar esta grieta dolorosa. Nada nuevo, algo así dijo un judío revoltoso hace dos mil años y uno. Paz, shalom, salam.

Nota escrita por el abogado Juan Cambiaso

Publicada en La Nación del Sábado 15 de Diciembre 2001

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Vuelo del alma

Cuando el camino se hace cuesta arriba,
NO LO DEJES.
Cuando las cosas andan mal - como a veces suceder -
NO ABANDONES.
Cuando no consigas resultados, y se sumen los problemas,
NO TE RINDAS.
Cuando quieras sonreír y sólo puedas suspirar,
NO TE CAIGAS.
Cuando la suerte, te sea adversa, y no encuentres fuerzas para seguir,
NO RENUNCIES.
Cuando no encuentres compañeros de lucha,
NO TE APURES.
Hay manos que sostienen las tuyas !
Cree y siente en cada minuto de tu vida, deja que tu alma " vuele libre "
por los jardines hermosos de la confianza en algo superior
que llega donde nuestra visión no puede alcanzar ,
pero sí nuestro corazón puede sentir.
Tu alma desea estar libre para darte fuerza y estímulo!
INTENTA !
Cierra los ojos por algunos minutos
y deja tus pensamientos volar por sitios de amor.
No podemos cambiar el mundo, ni quitar todo el dolor de la tierra ,
ni tener ya resueltos todos nuestros problemas,
pero podemos a cada minuto mirar con ojos del amor a cada cosa.
Si pensamos que todo es pasajero, miraremos con cariño lo negativo
que te encamina a la elevación y perfección,
y luego observaremos con felicidad
el cambio del mal en bien , de tristezas en alegrías.
Lo que hoy nos hace sonreír fueron las cosas que nos hicieron llorar ayer.
Nuestras faltas de hoy también son las alegrías de mañana.
Las personas se van ,
los amores se pierden en el tiempo,
los problemas se solucionan,
hasta el mismo sol se va cada noche para renacer al día siguiente...
no te quedes en el medio del camino porque allá... algo te espera !.
 
Autor desconocido

Colaboración de Clementina Uncal ( 2001 )

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¿Cómo instalar amor?

CLIENTE: Hola. ¿Estoy llamando al departamento de Atención a Clientes?

EMPLEADO: Así es. Buenos días. ¿En qué puedo ayudarle?

CLIENTE: Estuve revisando mi equipo y encontré un sistema que se llama AMOR, pero no funciona. ¿Me puedes ayudar con eso?

EMPLEADO: Seguro que sí. Pero yo no puedo instalárselo; tendrá que instalarlo usted mismo, yo lo oriento por teléfono, ¿le parece?

CLIENTE: Sí, puedo intentarlo. No sé mucho de estas cosas, pero creo que estoy listo para instalarlo ahora. ¿Por dónde empiezo?

EMPLEADO: El primer paso es abrir tu CORAZON. ¿Ya lo localizaste?

CLIENTE: Sí, ya. Pero hay varios programas ejecutándose en este momento ¿No hay problema para instalar mientras siguen ejecutándose?

EMPLEADO: ¿Cuáles son esos programas?

CLIENTE: Déjame ver… Tengo DOLORPASADO.EXE, BAJAESTIMA.EXE, CORAJE.EXE y RESENTIMIENTO.COM ejecutándose en este momento.

EMPLEADO: No hay problema. AMOR borrará automáticamente DOLORPASADO.EXE de tu sistema operativo actual. Puede que se quede grabado en tu memoria permanente, pero ya no afectará a otros programas. AMOR eventualmente reemplazará BAJAESTIMA.EXE con un módulo propietario del sistema llamado ALTAESTIMA.EXE. Sin embargo, tienes que apagar completamente los programas CORAJE.EXE y RESENTIMIENTO.COM. Estos programas evitan que AMOR se instale adecuadamente. ¿Los puedes apagar?

CLIENTE: No sé como apagarlos. ¿Me puedes decir cómo?

EMPLEADO: Con gusto. Ve al menú INICIO e invoca PERDON.EXE. Ejecútalo tantas veces como sea necesario hasta que CORAJE.EXE y RESENTIMIENTO.COM hayan sido borrados completamente.

CLIENTE: Ok… listo. AMOR ha empezado a instalarse automáticamente.¿Es esto normal?

EMPLEADO: Si. En breve recibirás un mensaje que dice que AMOR estará activo mientras CORAZON esté vigente. ¿Puedes ver ese mensaje?

CLIENTE: Si, si lo veo. ¿Ya se terminó la instalación?

EMPLEADO: Si, pero recuerda que sólo tienes el programa base. Necesitas empezar a conectarte con otros CORAZONES para poder recibir actualizaciones.

CLIENTE: Oh, oh… Ya me apareció un mensaje de error. ¿Qué hago?

EMPLEADO: ¿Qué dice el mensaje de error?

CLIENTE: Dice «ERROR 412 – PROGRAMA NO ACTIVO EN COMPONENTES INTERNOS».¿Qué significa eso?

EMPLEADO: No te preocupes, ese es un problema común. Significa que AMOR está configurado para ejecutarse en CORAZONES externos, pero no ha sido ejecutado en tu CORAZON. Es una de esas cosas técnicas complicadas de la programación, pero en términos no técnicos significa que tienes que «AMAR» a tu propio equipo antes de poder «AMAR» a otros.

CLIENTE: Entonces, ¿qué hago?

EMPLEADO: ¿Puedes localizar el directorio llamado «AUTOACEPTACION»?

CLIENTE: Si, aquí lo tengo.

EMPLEADO: Excelente, aprendes rápido.

CLIENTE: Gracias.

EMPLEADO: De nada. Haz «click» en los siguientes archivos para copiarlos al directorio MICORAZON: AUTOPERDON.DOC, AUTOESTIMA.TXT, VALOR.INF y REALIZACION.HTM. El sistema reemplazará cualquier archivo que haga conflicto y entrará en un modo de reparación para cualquier programa dañado.

También, debes eliminar AUTOCRITICA.EXE de todos los directorios, y después borrar todos los archivos temporales y la papelera de reciclaje, para asegurar que se borre completamente y nunca se active.

CLIENTE: Entendido. ¡Hey! Mi CORAZON se está llenando con unos archivos muy bonitos. SONRISA.MPG se está desplegando en mi monitor e indica que CALOR.COM, PAZ.EXE y FELICIDAD.COM se está replicando en todo mi CORAZON.

EMPLEADO: Eso indica que AMOR está instalado y ejecutándose. Ya lo puedes manejar de aquí. Una cosa más antes de irme…

CLIENTE: ¿Si?

EMPLEADO: AMOR es un software sin costo. Asegúrate de dárselo, junto con sus diferentes módulos, a todos los que conozcas y te encuentres.

Colaboración de Marcela Hermelo ( 2001 )

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No pierdas tiempo

El Tiempo

¡Dios nos pide del tiempo estricta cuenta!
¡Es forzoso dar cuenta a Dios del tiempo!
Más ¿cómo dar, del tiempo, tanta cuenta,
si se pierde sin cuenta tanto tiempo?

Para hacer a tiempo, mi cuenta,
dado me fue, por cuenta, mucho tiempo.
Mas no cuidé el tiempo y se fue la cuenta…
Estoy ahora sin cuenta… estoy sin tiempo…

A vos, que tenéis tiempo y tenéis cuenta
no lo gastéis, sin cuenta, en pasatiempos.
Cuidad al tiempo, mientras tenéis cuenta.

¡Ah! Si quien esto cuenta de su tiempo
hubiese hecho, a tiempo, aprecio y cuenta,
no lloraría, sin cuenta, el no tener tiempo

Fray Castelo Blanco ( siglo XVII )

No pierdas tiempo

Tu tiempo es tuyo y es tu responsabilidad atesorar en el cielo, lo que significa trabajar para tu evolución espiritual que es el único bien que te llevas contigo.

También tienes derecho a estancarte, ya que tu libre albedrío es totalmente respetable; pero ten en cuenta que eres el arquitecto de tu propio destino y no culpes a nadie por lo que te ocurra.

Esto sería como esconder la basura bajo la alfombra, allí se va a quedar hasta que tu mismo la quites y mientras tanto la suciedad estará presente en cada acto de tu vida con su secuela de dolor y sufrimiento.

Pero es que no vale la pena estirar las molestias y mucho menos cuando las consecuencias afectan la apertura del puente que te une a ese Ser Divino de Luz que es Tu Maestro Interior. En todo, siempre es cuestión de dar el primer paso…

«No pierdas ni un segundo. No sabes cuando ya será tarde.»

Colaboración de Ana María Zacagnino ( 2001 )

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Sobre el Duelo ( del libro No te mueras con tus muertos )

…andando tu camino…

Tus muertos se van por una puerta, que tú no puedes trasponer, ¡ahora!, porque se cerró tras ellos. ¡No los esperes ahí…! Despídelos, para que puedas correr, y espéralos llegar por otra puerta, ¡al final de tu duelo!

Si buscas un camino para reencontrarte con tus muertos, no lo busques llorando, en tu pasado; búscalo, más bien, esperanzado, andando tu camino, hacia el futuro.

¡acepta la muerte y punto!

¡Deja de culparte! Que si le hubiera dicho…Que si le hubiera hecho…Que si hubiera sabido…Que si…

¡Todas torturas, inútiles para ellos y crueles para contigo! Además, “si hubiera sido así”, “si hubieras hecho eso…”, hoy te reprocharías no haber hecho lo contrario. ¡Acepta la muerte, y punto!

 

…a la hora de cosechar

Tus muertos no están en el cementerio.

Nunca estuvieron ahí, salvo cuando estaban vivos. ¿Me preguntas dónde están…? Y no puedo responder por ti. Yo sé dónde están “ para mí ” los míos; pregúntate tú a ti mismo dónde crees que están “ para ti ” los tuyos.

El cementerio es como un surco donde se arrojan las semillas. Ningún sembrador vuelve a remover la tierra para buscar las semillas ya sembradas; regresa al campo a la hora de cosechar espigas…

No te mueras con tus muertos;

¡diles tu adiós!, esperanzado, como despides el sol en el ocaso, la luna y las estrellas en la aurora, sabiendo que a su turno y a su hora, todos volverán hacia tu encuentro.

Estos días de dolor profundo, grises de tristeza, de soledad y de silencio, son como el tiempo del invierno para las plantas…

Pero confía en la vida, ¡que es siempre más fuerte que la muerte!, para que retoñe tu alegría y florezcan tus ganas de vivir.

Como otro nacimiento…

Tú y yo sólo vemos una cara de la muerte; la del otro lado se nos escapa.

Si desde el seno de tu madre hubieras visto nacer un hermano, creo que lo hubieras llorado como muerto, hasta nacer tú y reencontrarlo.

¿Qué sentirías si miraras la muerte como otro nacimiento…?

No te mueras con tus muertos;

¡déjalos que vayan como esa semilla que se lleva el viento, no por el capricho de llevarla, sino para sembrarla en algún lado, aunque tú no sepas dónde!

No te castigues, encaprichada y resentidamente, prohibiéndote gozar de la vida porque perdiste un ser querido. Tu tristeza te destruye a ti, sin beneficiar a tus muertos. Y, cuando ellos partieron, no se llevaron consigo tu derecho a gozar de la alegría de la vida.

Tus muertos tenían sus falencias; no sigas culpándolos por tantas cosas… ¡Los muertos no pagan deudas! Perdónalos, si es necesario hacerlo, dejándolos en paz a ellos y liberándote tú para vivir tu vida.

( … ) Aprende de tus muertos una lección para la vida : es mejor amar a los tuyos mientras viven, que quitarte culpas por no haberlos amado, cuando ya se fueron.

 
 
Extraído del libro No te mueras con tus muertos  ( en el año 2001 )

de René Juan Trossero – editorial Bonum

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Hacerse amigo de la soledad, hacerse amigo de uno mismo

¿Por qué muchas veces uno le huye a la soledad ? ¿Cuál es el temor: encontrarse con uno mismo ? ¿sentirse solo ? ¿aburrirse ?
Para no generalizar voy a hablar de mi experiencia personal, que es a partir de la cual uno puede afirmar las cosas con cierta autoridad, porque se las ha vivido, sin pretender por ello ser ecuánime y símil con la experiencia de los demás. Pero puede pasar...
Si hay algo que he sufrido de chico fue la soledad y digamos que fui aprendiendo a convivir con ella, y hasta por momentos a hacerme muy amigo. Claro que de tanto en tanto me vuelvo a pelear y busco por todos los medios escaparme de ella.
Mirando para atrás, puedo decir que he aceptado y querido la soledad en la medida en que me he aceptado y querido a mi mismo, y a mi vida tal cual era.
Creo que la particularidad más grande que tiene la soledad es la de presentarnos sin anestesia la Verdad de nuestra propia vida, y de acuerdo a lo sano que uno pueda tener las raíces de su historia es que uno reacciona calmadamente o huye “como quien le escapa continuamente al dentista” (¡acá también puedo hablar de sufrimiento!) por temor al dolor. Así como muy pocos van al dentista por prevención, muy pocos también buscan con el mismo sentido la soledad.                ¡ Digamos que para enfrentar ambos casos se necesita de mucho valor !
Me imagino que si uno se hiciera más amigo de la soledad, de estar un rato a diario consigo mismo, sin música, sin televisión, sin distracciones, y enfrentara diariamente la “inquietud” que nuestro corazón tiene para anunciarnos cuando nos desconectamos de todo, creo que saldríamos con un buen diagnóstico de lo que necesitamos hacer, o mejor dicho, de lo que necesitamos ser, para incrementar nuestra paz interior y nuestro amor.
No digo que sea fácil, como dije antes creo que se requiere de mucho valor para enfrentar esas verdades ocultas, se necesita paciencia para buscar sus raíces, se necesita hombría y sabiduría para no culpar a nadie y saberse siempre crecientemente responsable de los sucesos de su vida, se necesita de mucha humildad y amor para aceptar las limitaciones propias y ajenas, para saber perdonar y perdonarse.
Se necesita hacerse muy amigo de sí mismo, porque en la medida en que uno se ame, es que podrá amar a los demás; en la medida en que uno se acepte limitado es que podrá aceptar las limitaciones de los demás; en la medida en que uno se perdone es que podrá perdonar a los demás; en la medida en que uno se comprenda y se respete es que podrá hacerlo con los demás; ... la medida que usemos para nosotros, será la que usaremos para los demás.
Me imagino la soledad como el instrumento a través del cual uno puede “aquietar y purificar las aguas” de su corazón, donde va amansando la marea hasta la quietud total.
Anhelo esa quietud y esa transparencia, y estoy dispuesto a transitar las tormentas que deba transitar porque sé que son necesarias para que sobrevenga la calma.
Lo paradójico de todo este tema de la soledad, de su vivencia, es que una vez superado ese momento, se da cuenta de que en realidad nunca ha estado solo: había Alguien que nos acompañaba y nos escuchaba, que nos daba suavemente su mano y su abrazo, que se quedaba a nuestro lado hasta que juntáramos la fuerza necesaria para seguir caminando, para seguir creyendo, para seguir amando. Es justamente Aquel a quien estamos llamados a reflejar, a partir de la quietud y pureza de nuestro corazón.
 

Colaboración de Matías Deluca ( 2001 )

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El árbol confundido

Había una vez, algún lugar que podría ser cualquier lugar, y en un tiempo que podría ser cualquier tiempo, un hermoso jardín, con manzanos, naranjos, perales y bellísimos rosales, todos ellos felices y satisfechos.
Todo era alegría en el jardín, excepto por un árbol profundamente triste. El pobre tenía un problema: "No sabía quién era".
Lo que le faltaba era concentración, le decía el manzano, si realmente lo intentas, podrás tener sabrosas manzanas. "¿Ves qué fácil es?".
No lo escuches, exigía el rosal. Es más sencillo tener rosas  ¿Ves qué bellas son?.
Y el árbol desesperado, intentaba todo lo que le sugerían, y como no lograba ser como los demás, se sentía cada vez más frustrado.
Un día llegó hasta el jardín el búho, la más sabia de las aves, y al ver la desesperación del árbol, exclamó:
No te preocupes, tu problema no es tan grave, es el mismo de muchísimos seres sobre la tierra. Yo te daré la solución:
"No dediques tu vida a ser como los demás quieran que seas...Sé tu mismo, conócete, y para lograrlo, escucha tu voz interior".
Y dicho esto, el búho desapareció.
¿Mi voz interior...? ¿Ser yo mismo? ¿Conocerme? Se preguntaba el árbol desesperado, cuando de  pronto, comprendió...
Y cerrando los ojos y los oídos, abrió el corazón, y por fin pudo escuchar su voz interior diciéndole: Tú jamás darás manzanas porque no eres un manzano, ni florecerás cada primavera porque no eres rosal. Eres un roble, y tu destino es crecer grande y majestuoso. Dar cobijo a las aves, sombra a los viajeros, belleza al paisaje...Tienes una misión "Cúmplela".
Y el árbol se sintió fuerte y seguro de sí mismo y se dispuso a ser todo aquello para lo cual estaba destinado. Así, pronto llenó su espacio y fue admirado y respetado por todos. Y sólo entonces el jardín fue completamente feliz.
Yo me pregunto al ver a mi alrededor,
¿Cuántos serán robles que no se permiten a sí mismos crecer?
¿Cuántos serán los rosales que por miedo al reto, sólo dan espinas?
¿Cuántos serán naranjos que no saben florecer?
En la vida, todos tenemos un destino que cumplir, un espacio que llenar...
"No permitamos que nada ni nadie, incluyéndonos, nos impida conocer y compartir la maravillosa esencia de nuestro ser".
 

Colaboración de Ana María Zacagnino ( 2001 )

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Ver mas allá

El dueño de una tienda estaba colocando un anuncio en la puerta que  decía: "Cachorritos en venta".
Esa clase de anuncios siempre atraen a los niños, y pronto un niñito apareció en la tienda preguntando: "¿Cuál es el precio de los perritos?"
El dueño contestó: "Entre $30 y $50". El niñito metió  la mano en su bolsillo y sacó unas monedas: "Sólo tengo $2.37... ¿puedo verlos?".
El hombre sonrió y silbó. De la trastienda salió su perra corriendo seguida por cinco perritos. Uno de los perritos estaba quedándose considerablemente atrás. El niñito inmediatamente señaló al perrito rezagado que cojeaba.
"¿Qué le pasa a ése perrito?", preguntó.
El hombre le explicó que cuando el perrito nació, el veterinario le dijo que tenía una cadera defectuosa y que cojearía por el resto de su vida.
El niñito se emocionó mucho y exclamó: "¡Ese es el perrito que yo quiero comprar!". Y el hombre le explicó: "No, tú no vas a comprar ese cachorro, si tú realmente lo quieres, yo te lo regalo". Y el niñito se disgustó y mirando directo a los ojos del hombre le dijo: "Yo no quiero que usted me lo regale. El vale el precio completo. De hecho, le voy a dar mis $2.37 ahora y 50 centavos cada mes hasta que lo haya pagado completo".
El hombre contestó: "Tú en verdad no querrás comprar ese perrito, hijo. El nunca será capaz de correr, saltar y jugar como los otros perritos".
El niñito se agachó y se levantó la pierna de su pantalón para mostrar su pierna izquierda, cruelmente retorcida e inutilizada, soportada por un gran aparato de metal. Miró de nuevo al hombre y le dijo: "Bueno, yo no puedo correr muy bien tampoco, y el perrito necesitará a alguien que lo entienda".
El hombre estaba ahora mordiéndose el labio, y sus ojos se llenaron de lágrimas... sonrió y dijo: "Hijo, sólo espero y rezo para que cada uno de estos cachorritos tenga un dueño como tú".
En la vida no importa quién eres, sino que alguien te aprecie por lo que eres, te acepte y te ame incondicionalmente. Un verdadero amigo es aquél que llega cuando el resto del mundo se ha ido.

Colaboración de Pablo Deluca ( 2001 )

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La Canasta Vacía

Así como una imagen vale más que mil palabras, una historia adecuada ilustra más que cien libros. Los invito a que se impacten con esta historia.

Lo que sigue es una adaptación libre y resumida del Cuento ‘La Canasta Vacía’, escrito por la Dra. Ana María Aguado, ganadora del Concurso de Cuentos 1998 del Colegio Público de Abogados de Buenos Aires y publicado en la Revista del Colegio de Abogados de Capital (Buenos Aires, Argentina) de Noviembre de 1998 (Nro. 18).

…La esposa del Faraón de Egipto había perdido muchos hijos en su vientre…Este parto, seguramente, era su última oportunidad para darle un heredero al Faraón.

Rodeada de médicos y sirvientas el dolor de su vientre fue en aumento hasta que explotó en un grito de dolor liberador y, simultáneamente a su muerte dio un parto de cinco hijos, cuatro de ellos varones y una niña.

El Faraón crió con amor y dedicación a sus hijos, dándoles la educación de futuros gobernantes a los varones y de princesa a la hija.

Pasados los años y crecidos sus hijos, el Faraón se enfrentó al dilema de escoger a su sucesor. Dado que todos habían nacido en el mismo parto, no había un primogénito a quién el derecho le correspondiese naturalmente.

Consultó con el Consejo de Ancianos: “¿Qué debo hacer ?, ¿Cómo elegir a mi sucesor ?, Quizás deba dividir el Imperio en cuatro reinos para ser justo con todos ellos ? ” Los sabios respondieron :

No su majestad, dividir el Imperio implica debilitarlo y ello acarreará su destrucción, además, usted tuvo cinco hijos y sería injusto con su hija. Lo mejor es hacer un Concurso entre ellos y el que traiga el Proyecto que más beneficie a Egipto, ese sea el escogido.”

Satisfecho con la sabiduría del consejo recibido, el Faraón citó a sus hijos -incluida la hija- y les dijo: – “Tienen seis meses para plantear el Proyecto más beneficioso para Egipto, quién así lo haga será elegido mi sucesor.”

En ese mismo instante los cuatro varones se miraron suspicaces, surgiendo por primera vez entre ellos el recelo, el temor y quizás, hasta el odio mismo.

Seis meses después los cinco hijos se congregaron en el Salón del Faraón portando los varones gran cantidad de maquetas y planos y la hija una canasta vacía.

El Faraón escuchó por turno los Proyectos…cada cual superaba al anterior: Que un Sistema de Caminos para el Reino, Que un Sistema de Canales de Riego, Que un Sistema de Silos para las Cosechas, Que un Sistema de Puertos para el comercio…era difícil pensar en uno que superase en beneficios al otro.

La discusión para analizar el valor de cada uno, sin duda sería ardua, problemática y difícil.Sin embargo, al llegar el turno a la hija ésta mostró su canasta vacía y dijo:

– “Padre, yo traigo una canasta vacía que hoy vale tanto como las maquetas que has visto. Nadie puede decir qué obra es la mejor hasta no verla hecha y, para ese entonces el contenido de mi canasta podría superar en valor a cualquiera de ellos.

Todos quedaron sorprendidos por el enunciado, pero el Faraón y el Consejo de Sabios estuvieron de acuerdo en que discutir el valor de los Proyectos no tenía más sentido que discutir el valor del contenido de una canasta vacía.

Entonces la solución fue obvia: los recursos del reino se afectarían al desarrollo de los Proyectos durante dos años y, al cabo de ese tiempo se analizaría el beneficio real de cada obra para el Reino.

Pasaron los dos años de febril actividad y llegó el momento de presentarse al Salón del Trono. Cada uno de los hijos venía orgulloso con gran cantidad de documentos y asesores para demostrar que su obra había sido la más beneficiosa al Reino…y la hija llegó con su canasta vacía…

A su turno cada hijo expuso el valor de las obras hechas: de cómo ahora el sistema de riego había aumentado las cosechas, de cómo ahora el sistema de caminos permitían que esas cosechas llegasen hasta el último rincón del Reino, de cómo ahora el sistema de silos permitía almacenarlas de modo limpio y seguro, de cómo ahora los nuevos puertos eran fuente de comercio y prosperidad.

Al llegar el turno de la hija, ésta señaló su canasta y dijo:

– “Padre, tal como lo anuncié, el tiempo me permitiría dar valor al contenido de esta canasta…ahora lo ves, gracias a mi canasta vacía el Reino tiene canales, caminos, silos y puertos…sin ella sólo hubiésemos tenido Proyectos y una larga discusión para ver cual era el mejor sin que nunca ocurriese nada…”

Los cuatro hermanos se dieron vuelta sorprendidos y azorados y, tras un momento de vacilación se arrodillaron frente a su hermana…

… Y así Egipto tuvo su primera Emperatriz….’

Creo que nuestros gobernantes y funcionarios deberían recibir en el acto de asunción una canasta vacía y una copia de este cuento.

Colaboración de Ana María Zacagnino ( 2001 )

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Confirmación y Conversión

Éste texto lo escribí el 11 de Noviembre del año 2.001 en ocasión de mi Confirmación a los 41 años de edad.

Se lo envié a toda mi cadena de mails de F.E. y FE.

El texto al que hice referencia en esa oportunidad es del libro Paz en el alma, de Fulton J. Sheen editado en el año 1951 por la editorial Iber-Amer Argentina.

Javier Serrano Agüero

24 de Abril del 2.010

«El sacramento de la Confirmación en el que voy a participar hoy, es el fruto de un camino de conversión que se inició hace más de cinco años. Estoy muy feliz por vivir hoy este momento en donde ratifico mi deseo de estar unido a Dios Padre y a Jesús, y donde percibiré más claramente la presencia del espíritu Santo en mi vida.

Como me gustaría que otras personas que lo deseen pudieran vivir más cerca de Dios, hoy adjunto un texto escrito hace cincuenta años, en donde se habla de la conversión del corazón. Este cambio interno que puede ser fulminante o progresivo, nos lleva a vivir con nuevos compromisos, una nueva mirada hacia el mundo y a tener más amor y más paz interior. Sólo hace falta desearlo y dejarse llevar.

Hoy en mis oraciones voy a pedir por todos los que estamos unidos por esta red, algunos más o menos comprometidos con la vida del espíritu, para que todos nosotros y los que nos rodean podamos vivir plenamente en el amor a Dios y a nuestros prójimos, con la esperanza puesta en nuestra vida eterna».

Con todo mi amor,

Javier.

Diálogo entre las religiones

«Durante este mes nosotros, cristianos y musulmanes, recordamos ‘los lazos espirituales que nos unen’, según palabras de Juan Pablo II»

Emilio Palafox Marqués ( 2001 )

Con motivo del Ramadán 2001 el cardenal Francis Arinze, presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso envía un mensaje a los guías religiosos de mil millones de musulmanes. Desde 1997 ha sido costumbre de la Iglesia católica dirigir cada año un fraterno mensaje a los musulmanes, llamados a observar un mes de ayuno y oración. Un insólito mensaje, tan oportuno ahora, que suscita gran respeto y admiración.

Queridos amigos musulmanes:

Quisiera, en primer lugar, ofrecerles mis más fervientes felicitaciones con motivo del Îd al-Fitr, con el que concluyen el mes del Ramadán.

El Ramadán es, junto con las otras prácticas religiosas que lo acompañan, como la oración y la limosna, un tiempo para revisar la relación con Dios y con los hombres, para volver a El y a los hermanos.

El ayuno es uno de los modos de los que disponemos para dar culto a Dios, socorrer a los pobres y reforzar los lazos familiares y de amistad. El ayuno constituye una forma de educación, porque nos muestra nuestra debilidad y nos abre a Dios, predisponiéndonos a estar abiertos los unos hacia los otros.

El ayuno de ustedes, con los aspectos y las modalidades que lo caracterizan, participa de una práctica común al cristianismo y a otras religiones.

Por lo tanto, este mes constituye un tiempo propicio durante el cual nosotros, cristianos y musulmanes, recordamos “los lazos espirituales que nos unen”, según palabras de Juan Pablo II.

Las Naciones Unidas han proclamado el 2001 como “Año Internacional del Diálogo entre las Civilizaciones”. Este brindará la ocasión de reflexionar sobre los fundamentos del diálogo, sobre sus consecuencias, sobre los beneficios que de él podrá obtener la humanidad. El diálogo de las religiones, el diálogo de las civilizaciones, el diálogo de las culturas, ¿no son, quizá, encuentros de hombres que edifican una civilización del amor y de la paz? (…).

Todos aquellos que desarrollan un servicio a favor de los jóvenes, a nivel educativo, son conscientes, con seguridad, de la necesidad de educar en el diálogo (…). Es una educación a los valores fundamentales de la dignidad humana, de la paz, de la libertad y de la solidaridad.

Inspira el deseo de conocer a los demás, de ser piadosos con ellos, de comprender los sentimientos más profundos que los animan. Educar en el diálogo significa suscitar la esperanza de que es posible resolver las situaciones de conflicto mediante un compromiso a nivel personal y colectivo.

La educación en el diálogo no se refiere solamente a los niños o a los jóvenes, sino también a los adultos. De hecho, el verdadero diálogo es un continuo ejercicio de aprendizaje. (…)

La oración y el ayuno nos predisponen para desarrollar mejor nuestros deberes, entre los que se encuentra la educación al diálogo entre las civilizaciones y las religiones de las jóvenes generaciones.

Quiera Dios ayudarnos para que realicemos dicho objetivo del mejor modo posible. En esta circunstancia, quiera El conceder a ustedes la gracia de una vida serena y próspera y los colme de abundantes bendiciones.

Estamos seguros de que Dios escucha la oración que se eleva a El con un corazón sincero: tanto para ustedes como para nosotros, El es el Dios generoso.

Cardenal Francis Arinze ( 2001 )

 

Extraído del Portal Católico www.encuentra.com ( 2001 )

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Rezar por la Paz

El Papa pide rezar sin cansancio por la paz

Recuerda la jornada de ayuno y el encuentro de líderes religiosos en Asís

CIUDAD DEL VATICANO, 25 noviembre 2001 (ZENIT.org).- Rezar sin cansancio por el don de la paz. Esta fue la invitación que lanzó Juan Pablo II a los fieles reunidos en la plaza de San Pedro del Vaticano este domingo para que las regiones del mundo flageladas por la guerra puedan volver a encontrar la tranquilidad.

El pontífice recordó la jornada de ayuno prevista para el 14 de diciembre, fecha que coincide con el último día del Ramadán, y el encuentro de oración de líderes de las religiones por la paz, que tendrá lugar en Asís, el 24 de enero.

Subrayando que en este domingo la Iglesia celebraba la fiesta de Cristo Rey del universo y de la paz, el pontífice invitó a todos los mil millones católicos a «reinar» con Cristo, acogiéndole «libremente» y siguiéndole «fielmente» para «construir un mundo en el que reine la paz».

«Tenemos que rezar sin cansarnos para obtener este gran don, que es la paz; don que tanto necesita la humanidad», dijo el Papa al final de la misa en la que proclamó cuatro nuevos santos.

«Le invocaremos confiados también con las dos iniciativas que el domingo pasado anuncié –añadió–: el día de ayuno en diciembre y el encuentro de oración en enero, en Asís, con los representantes de las religiones del mundo».

El Papa Wojtyla concluyó su exhortación como suele hacer, invocando a la Virgen: «Que María, Reina de la paz, interceda por nosotros ante su Hijo divino, Rey inmortal y Señor de la paz».

Musulmanes y judíos responden «sí» a la convocatoria del Papa en Asís

Declaraciones de responsables de las dos comunidades en Italia

ROMA, 20 noviembre 2001 (ZENIT.org).- Comunidades de musulmanes y judíos han acogido con entusiasmo la invitación de Juan Pablo II a participar en un encuentro de oración de representantes religiosos por la paz, que se celebrará en Asís el 24 de enero.

El representante en Italia de la Liga Musulmana Mundial, Mario Scialoja, ha definido en declaraciones publicadas este martes por el diario «Il Corriere della Sera» el anuncio pontificio como «magnífico».

«Siempre hemos apreciado la apertura del Papa hacia el Islam, quiero decir hacia el Islam auténtico y no a sus deformaciones. Todo aquello que sirva para evitar la confusión entre política y religión es bienvenido», aclara Scialoja.

El líder musulmán aprecia sobre todo la invitación de ayunar al concluir el Ramadán, el 14 de diciembre: «Estamos muy contentos de que ese día estén junto a nosotros también los cristianos. Es un gesto que permitirá a muchos que no conocen bien nuestra religión comprender el carácter de purificación y penitencia que acompaña este mes sagrado».

La primera adhesión oficial pública a la propuesta papal ha sido la de la Mezquita de Roma, una de las más grandes de Europa, construida hace pocos años.

Por su parte, Amos Luzzatto, presidente de la Unión de las Comunidades Judías de Italia, define también en «Il Corriere della Sera» como «sincero» y «ferviente» el llamamiento del obispo de Roma.

«Es una invitación ante la que no es posible responder negativamente», explica.

«Estoy de acuerdo con este tipo de gestos simbólicos cuando es necesario, como ahora ante la guerra en curso –concluye Luzzatto–. Pero para eliminar en su raíz todo espíritu de contraposición considero fundamental llevar adelante una amplia obra educativa. Pues no se pueden poner en discusión ciertos prejuicios del mundo occidental en pocas horas».

Extraído del Portal Católico ZENIT.org ( 2001 )

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Cristo Rey

¿Dónde está el reinado de Jesús? ¿En qué consiste su propuesta?

Quisiera para esto recordar unas palabras que Jesús dirige a sus discípulos durante la última cena en el evangelio de Lucas: “Los jefes de las naciones ejercen su dominio sobre ellas y los que tienen autoridad reciben el nombre de benefactores. Pero ustedes no procedan de esta manera. Entre ustedes, el más importante sea como el menor, y el que manda como el que sirve… Yo estoy entre ustedes como el que sirve”.

Creo que esto nos podría ayudar a comprender su condición de rey. La victoria de Jesús en la cruz no consiste en vencer militarmente o imponer religiosamente sus ideas, pues esto sólo provocaría otra estructura de poder alterna. Jesús vence asumiendo con radicalidad su mensaje y aceptando hasta su muerte las consecuencias que éste le trajera.

Él anunció la llegada del Reino, y pasó sirviendo a los más necesitados y enfrentando a las autoridades por sus incoherencias. Sin embargo, Él no podía “forzar u obligar” a los demás para que aceptaran este Reino, pero sí podía asumir las consecuencias de este anuncio, las cuales significaron su muerte.

Jesús renuncia a reinar desde el poder, como siempre lo habían hecho tanto judíos como romanos, a pesar de que esto pueda significarle el aparente fracaso de su anuncio. Por esta opción, es que reconocemos que el Padre irrumpe en la historia del hombre; resucitando a Jesús lo proclama verdadero vencedor.

Es decir, la propuesta de Jesús de reinar desde la libertad, desde el respeto, desde el servicio, es coronada por el Padre a través de la Resurrección. Este es el reinado de Jesús, un reinado que se construye con coraje, con entrega, con determinación, pero que renuncia a ser impuesto a los demás por el poder y la violencia, ya sea religioso, cultural, político o militar.

El reino de Jesús es la oferta divina a vivir en libertad y responsabilidad, respondiendo a los más profundos anhelos que posee el hombre: la unidad personal, comunitaria y divina; y encontrando en este proceso a Dios Trino que es el impulsor y modelo de tal unidad.

ACTUALIDAD

¿Cuántas veces como iglesia hemos querido “imponer” nuestro mensaje como “el

verdadero y único”, a partir de las estructuras de poder (moral, político, cultural, ¡militar!)? ¿Será lo más apegado al mensaje de Jesús? Nuestra proclamación de Jesús como nuestro rey, nos debería llevar al respeto del otro, a la tolerancia, a la unidad en las diversidad; aceptando la decisión del otro tal como Jesús lo hizo, aunque esto nos lleve a la cruz, o a un aparente fracaso.

¿Quiénes son nuestros reyes en la actualidad? ¿La eficiencia, la democracia, la estabilidad económica, la tecnología? Ninguna de estas realidades es mala, al revés pueden hacer mucho bien, pero cuando éstas quieren ser impuestas a los demás, o a un pueblo entero, por la vía del poder y la coerción, se están pisando los derechos más elementales del hombre que son los derechos a la libertad y a la autodeterminación.

¿Qué otros reyes tenemos hoy? El placer, lo fácil, la posición económica, la imagen ante los demás, el trabajo? ¿A quién seguimos? ¿Desde dónde situamos nuestra escala de valores? Jesús quiere ser nuestro rey, pero no bajo la amenaza de nuestra condena, o nuestra infelicidad, sino que busca reinar en nosotros cuando aceptemos vivir desde el amor, desde el respeto, desde la libertad asumida y comprometida. Entonces podremos decir que hemos sido salvados por Jesús, tal como Jesús salvó a ese ladrón que se atrevió a no unirse a las críticas generalizadas contra Jesús y lo aceptó como rey y salvador.

PROPÓSITO

Busquemos estas semana cuestionar nuestra escala de valores y revisar si realmente está cimentada en el Evangelio de Jesucristo; si realmente la libertad, el amor, el servicio, el compromiso con nuestra autenticidad, la responsabilidad, el respeto y la aceptación del otro están como fundamento de nuestro proyecto de vida. Sólo desde el intento por vivir esto es que podremos proclamar a Jesús como nuestro rey.

Extraído del Portal Católico www.encuentra.com ( 2001 )

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Testimonio de la viuda de un bombero

La viuda de un bombero de Nueva York perdona a sus asesinos

Jean Palombo se queda con diez hijos, el mayor tiene quince años

NUEVA YORK, 9 noviembre 2001 (ZENIT.org).- «Perdónales, porque no saben lo que han hecho». Estas son las palabras que pronuncia Jean, de 41 años, la esposa de Frank Palombo, de 46 años, uno de los heroicos bomberos de Nueva York que falleció en el atentado a las Torres Gemelas.

Jean, que se casó con Frank en 1982, se queda ahora sola con diez hijos. El mayor tiene quince años, la menor, Margaret, uno. Frank pertenecía a la parroquia de San Columbano, en Nueva York, y formaba parte del Movimiento Neocatecumenal.

«La mañana del 11 de septiembre me desperté totalmente alterada pues creía que estaba encinta –revela Jean en una entrevista concedida al semanario italiano «Tempi»–. Le dije a Frank: «No puedo otra vez, tan pronto, me volveré loca». Frank me respondió: «No te preocupes por eso…, por cierto, ¿cómo le vamos a llamar?». Me eché a reír. Siempre sabía cómo hacerme reír…».

Después de dejar a los niños en el colegio, Jean oyó un estruendo y pronto escuchó rumores sobre el primer avión estrellado contra una de las Torres.

«Pronto aprendí en mi matrimonio que la mujer de un bombero no tiene que ver nunca el telediario cuando su marido está trabajando durante una desgracia, y es lo que hice –sigue contando Jean–. En la noche comprendí que algo no había salido bien, pues no había llamado y nadie sabía dónde estaba su equipo».

«A medianoche supimos que estaban dispersos –añade–. Algunos días después, supe que no estaba encinta. El 2 de octubre volví al «Ground Zero» (la zona de las Torres Gemelas) con mis catequistas, y entonces fui capaz de volver a casa y de decir a mis hijos que su padre había muerto».

La vida de Jean y Frank no siempre fue un idilio, confiesa la esposa. «Hace diecisiete años había dejado la Iglesia, no quería hijos, mi matrimonio se estaba rompiendo poco a poco en pedazos. Frank me invitó un día a escuchar algunas catequesis. Le dije: «Es lo último que haré en la Iglesia católica»».

«Aquella noche pude ver el cristianismo en una pareja itinerante que esperaba a su cuarto hijo –confiesa–. Lo habían dejado todo: casa, carrera, su país, para anunciar el Evangelio. Pensé: «Dios me ama tanto que ha suscitado en alguien este deseo para que yo pudiera escuchar la Buena Nueva»».

«Al ver ese amor, comprendí inmediatamente que no tenía ese amor ni siquiera por mi marido –añade–. Inmediatamente después, en una catequesis, escuché decir a Giuseppe (el catequista):

«Crees quizá que Dios es un monstruo para no dejarle hacer su voluntad en tu vida…». Me abrió la vida y hoy, con diez hijos, puedo decir que Dios conocía los deseos de mi corazón».

Ante la pregunta por lo que ahora experimenta Jean, tras la pérdida de Frank, responde: «El Señor me lo dio, el Señor me lo quitó. Bendito sea el Señor. Creo que Dios trabaja por el bien de quienes le aman. Este acontecimiento ha sido un gran mal. De todos modos, el amor de Dios ha sobrepasado este mal.

Al pensar en los terroristas, sólo puedo decir: «Padre, perdónales, porque no saben lo que han hecho»».

«Echo de menos de manera terrible a Frank y lloro mucho –confiesa Jean–, pero sé que seguirá ayudándonos desde el Cielo. Estoy pidiendo una intimidad más profunda con Cristo, pues estoy segura de que traerá frutos tan bellos como los que han surgido de mi intimidad con Frank».

«Frank –concluye– ha transmitido la fe a los niños y con frecuencia me consuelan con una palabra. Los niños son felices por el papá que tienen, pero echan de menos el no poder jugar con él, el no poder rezar con él, el no poder aprender con él, o no poder estar con él. Yo tengo miedo, pero me agarro al Señor. Ahora continuaremos, en la Iglesia, haciendo la voluntad de Dios».
ZS01110905

Extraído del Portal Católico www.ZENIT.org

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Descalzarse para entrar en el otro

Una mañana en el retiro de Nazaret, meditando un anuncio, me encontré con una expresión que resonó de una manera muy especial en mi corazón : DESCALZARSE PARA ENTRAR EN EL OTRO. Le pregunté al Señor que significaba esto. Se me ocurrían palabras como respeto, delicadeza, cuidado, prudencia. Me sentí impulsada a leer las palabras del Éxodo ( 3,5 ) : “No te acerques más, sácate tus sandalias porque lo que pisas es un lugar sagrado.” Fueron las palabras de Yahvé a Moisés ante la zarza que ardía sin consumirse, y pensé : “Si Dios habla al interior de mi hermano, su corazón es un lugar sagrado.”

No tardé en ponerme en oración. Jesús me presentaba uno a uno a mis hermanos de comunidad y luego a otros, y descubrí cómo habitualmente entro en el interior de cada uno sin descalzarme, simplemente entro; sin fijarme en el modo, entro. Experimenté una fuerte necesidad de pedir perdón al Señor y a mis hermanos.

Sentí que el señor me invitaba a descalzarme y luego a caminar. Inmediatamente experimenté una resistencia : “no quería ensuciarme.” Me resultaba más seguro andar descalza. Vi entonces dos cosas básicas que me impiden entrar descalza en los otros : la comodidad y el temor.

Vencido ese primer momento comencé a caminar y el Señor a cada paso iba mostrándome algo nuevo. Advertí como descalza podía descubrir las alternativas del terreno que pisaba, distinguir lo húmedo y lo seco, el pasto de la tierra; necesitaba mirar a cada paso lo que pisaba, estar atenta al lugar donde iba a poner mi pie. Me di cuenta de cuántas cosas del interior de mis hermanos se me pasan por alto; las desconozco, no las tengo en cuenta por entrar calzada, con la mirada puesta en mí o dispersa en múltiples cosas.

Pude ver también cómo descalza caminaba más lentamente; no usaba mi ritmo habitual, sino tratando de pisar suavemente. Donde mis zapatillas habían dejado marcas, mi pie no las dejaba. Pensé entonces cuantas marcas habré dejado en el corazón de mis hermanos a lo largo del camino, y experimenté un gran deseo de entrar en los otros sin dejar un cartel que diga : “Aquí estuve yo.”

Por último fui atravesando distintos terrenos, primero el pasto, luego un camino de tierra hasta llegar a una subida con piedras. Sentí deseos ya de detenerme y volver a calzarme, pero el Señor me invitó a caminar descalza un poquito más. Advertí que no todos los terrenos son iguales y no todos mis hermanos son iguales.

Por lo tanto, no puedo entrar en todos de la misma manera. Ésta subida me exigía ascender aún más lentamente y cuando más suavemente pisaba, el dolor de mis pies era menor. Esto me decía : cuanto más difícil era el terreno del interior de mi hermano, más suavidad y más cuidado debo tener para entrar.

Después de este recorrido con el señor, pude ver claramente que descalzarme es entrar sin prejuicios, atenta a la necesidad de mi hermano, sin esperar una respuesta determinada. Es entrar sin intereses, despojada mi alma.

Porque creo Señor, que estás vivo y presente en el corazón de mis hermanos, es que me comprometo a detenerme, descalzarme y entrar en cada uno como en un lugar sagrado. Cuento Señor para ello con tu Gracia.

Colaboración de Ana Etchepareborda de Teste ( 2001 )

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