Luz y camino

No dejes de marchar cuando no hay camino,
                        deja que tus pies abran el tuyo;
                        no te detengas cuando se ha hecho oscuro,
                        ilumina tu andar con la luz que hay en ti mismo.
 
                        La oscuridad más terrible no es la que te rodea,
                        sino la que te habita;
                        y la luz más bella no es la que te ilumina desde afuera,
                        sino la que se asoma en tus ojos, desde adentro.
 
                        No exijas más luz que la necesaria para ver lo necesario,
                        ni más camino que el que puedas andar esta jornada.
 
                        El camino más malo no es tan malo,
                        si por él vas a tu meta;
                        y el camino más bueno no es tan bueno,
                        si por él no llegas a destino.
 
                        No sabrás si hay luz mientras tus ojos no se hayan abierto;
                        ni sabrás si hay camino mientras tus pies no hayan andado.
 
                        Si arde encendida la lámpara de tu interior,
                        caminarás en la luz en medio de tinieblas;
                        si tu lámpara interior se apaga,
                        en medio de la luz caminarás a oscuras.
 
 
Texto recogido en la Asociación Cristiana Femenina ( en el año 2001 )

Te invitamos a compartir este texto y que lo envíes a quienes creas que lo puedan disfrutar o que les pueda ser de utilidad.

Nos encantaría recibir alguna reflexión, texto u oración que quieras compartir.

Publicado por

Javier Serrano

Arquitecto, Productor de Seguros y Agente Inmobiliario apasionado por los deportes y Cronista, Camarógrafo y Fotógrafo Amateur

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *