POR UN TIEMPO
Te prestaré por un tiempo a unos padres para que los ames mientras vivan.
Podrán ser 10, 20, 30 años o más, hasta que los llame.
Te pregunto: ¿podrás cuidarlos?
Quiero que aprendas a vivir con ellos, les he buscado unos hijos y te he elegido a ti. No te ofrezco que se quedarán contigo para siempre, sólo te los presto.
Ellos te darán ternura y te darán alegría por tenerte.
El día que los llame no llorarás ni me odiarás porque los regresé a Mí.
Su ausencia corporal quedará compensada por el amor y por los muchos y agradables recuerdos.
Ten presente que si algo te entristece, que si el golpe del dolor te hiere algún día, tu pena es mía y así, con todo esto, tu luto será más llevadero y habrás de decir con agradecida humildad: ¡Hágase Señor tu voluntad!
Envió: R. Falcón
Micro-reflexión :
«Es el amor, y no el tiempo, el que cura las heridas».
Envió: Silvia Garza
Extraídos del Portal Católico www.encuentra.com ( 2001 )
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