Hacerse amigo de la soledad, hacerse amigo de uno mismo

¿Por qué muchas veces uno le huye a la soledad ? ¿Cuál es el temor: encontrarse con uno mismo ? ¿sentirse solo ? ¿aburrirse ?
Para no generalizar voy a hablar de mi experiencia personal, que es a partir de la cual uno puede afirmar las cosas con cierta autoridad, porque se las ha vivido, sin pretender por ello ser ecuánime y símil con la experiencia de los demás. Pero puede pasar...
Si hay algo que he sufrido de chico fue la soledad y digamos que fui aprendiendo a convivir con ella, y hasta por momentos a hacerme muy amigo. Claro que de tanto en tanto me vuelvo a pelear y busco por todos los medios escaparme de ella.
Mirando para atrás, puedo decir que he aceptado y querido la soledad en la medida en que me he aceptado y querido a mi mismo, y a mi vida tal cual era.
Creo que la particularidad más grande que tiene la soledad es la de presentarnos sin anestesia la Verdad de nuestra propia vida, y de acuerdo a lo sano que uno pueda tener las raíces de su historia es que uno reacciona calmadamente o huye “como quien le escapa continuamente al dentista” (¡acá también puedo hablar de sufrimiento!) por temor al dolor. Así como muy pocos van al dentista por prevención, muy pocos también buscan con el mismo sentido la soledad.                ¡ Digamos que para enfrentar ambos casos se necesita de mucho valor !
Me imagino que si uno se hiciera más amigo de la soledad, de estar un rato a diario consigo mismo, sin música, sin televisión, sin distracciones, y enfrentara diariamente la “inquietud” que nuestro corazón tiene para anunciarnos cuando nos desconectamos de todo, creo que saldríamos con un buen diagnóstico de lo que necesitamos hacer, o mejor dicho, de lo que necesitamos ser, para incrementar nuestra paz interior y nuestro amor.
No digo que sea fácil, como dije antes creo que se requiere de mucho valor para enfrentar esas verdades ocultas, se necesita paciencia para buscar sus raíces, se necesita hombría y sabiduría para no culpar a nadie y saberse siempre crecientemente responsable de los sucesos de su vida, se necesita de mucha humildad y amor para aceptar las limitaciones propias y ajenas, para saber perdonar y perdonarse.
Se necesita hacerse muy amigo de sí mismo, porque en la medida en que uno se ame, es que podrá amar a los demás; en la medida en que uno se acepte limitado es que podrá aceptar las limitaciones de los demás; en la medida en que uno se perdone es que podrá perdonar a los demás; en la medida en que uno se comprenda y se respete es que podrá hacerlo con los demás; ... la medida que usemos para nosotros, será la que usaremos para los demás.
Me imagino la soledad como el instrumento a través del cual uno puede “aquietar y purificar las aguas” de su corazón, donde va amansando la marea hasta la quietud total.
Anhelo esa quietud y esa transparencia, y estoy dispuesto a transitar las tormentas que deba transitar porque sé que son necesarias para que sobrevenga la calma.
Lo paradójico de todo este tema de la soledad, de su vivencia, es que una vez superado ese momento, se da cuenta de que en realidad nunca ha estado solo: había Alguien que nos acompañaba y nos escuchaba, que nos daba suavemente su mano y su abrazo, que se quedaba a nuestro lado hasta que juntáramos la fuerza necesaria para seguir caminando, para seguir creyendo, para seguir amando. Es justamente Aquel a quien estamos llamados a reflejar, a partir de la quietud y pureza de nuestro corazón.
 

Colaboración de Matías Deluca ( 2001 )

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Virtudes de convivencia

I. El Evangelio de la Misa de hoy (14 de Noviembre ) (Lucas 17, 11-19) muestra la decepción de Jesús ante unos leprosos curados, que no volvieron para dar las gracias. La gratitud es señal de nobleza y constituye un lazo fuerte en la convivencia con los demás, pues son innumerables los beneficios que recibimos y también los que proporcionamos a otros. Jesús no fue indiferente a las muestras de educación y de convivencia normales que expresan la calidad y la finura interior de las personas. Jesús, con su vida y su predicación, reveló el aprecio por la amistad, la afabilidad, la templanza, el amor a la verdad, la comprensión, la lealtad, la laboriosidad, la sencillez. Tan importantes considera las virtudes humanas, que llegará a decir: si no entendéis las cosas de la tierra, ¿cómo entenderéis las celestiales? (Juan 3, 12) Cristo, perfecto Dios y Hombre perfecto, nos da ejemplo de esas cualidades que debe vivir todo hombre: bene omnia fecit (Marcos 7, 37), ¡todo lo hizo bien!. Lo mismo se ha de poder afirmar de cada uno de nosotros, que queremos seguirle en medio del mundo.

II. Las virtudes humanas hacen más grata y fácil la vida cotidiana: familia, trabajo, tráfico… ; disponen el alma para estar más cerca de Dios y vivir las virtudes sobrenaturales. El cristiano sabe convertir los múltiples detalles de estos hábitos humanos en otros tantos actos de la virtud de la caridad, al hacerlos también por amor a Dios. La caridad transforma estas virtudes en hábitos firmes, con un horizonte más elevado. La gratitud, recuerdo afectuoso de un beneficio recibido; en muchas ocasiones sólo podremos decir gracias, o una expresión parecida que comunica ese sentimiento del alma. También la amistad que hacen posible el desinterés, la comprensión, la colaboración, el optimismo, la lealtad. El respeto, que es delicadeza, valorar a otro, es imprescindible para convivir. Hagamos hoy un examen sobre cómo estamos viviendo estas virtudes humanas por amor a Dios.

III. Muchas otras virtudes son necesarias para la convivencia: la afabilidad, la benignidad, la indulgencia ante los pequeños defectos, la educación y urbanidad en palabras y modales, la simpatía, la cordialidad, el elogio oportuno que está lejos de la adulación, la alegría, el optimismo. El saludo de María llenó de alegría el corazón de su anciana prima Isabel. Podríamos empezar por el saludo amable con quienes nos encontramos. El Señor espera que hagamos un apostolado eficaz, que comuniquemos a los demás el don más grande que tenemos: la amistad con Él.

Extraído de “meditar” del Portal Católico www.encuentra.com ( 2001 )

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¿Quieres ayudar? Ayúdate primero

Sólo los amados aman.

Sólo los libres liberan.

Sólo son fuentes de paz quienes están en paz consigo mismo.

Los que sufren, hacen sufrir.

Los fracasados necesitan ver fracasar a los otros.

Los resentidos siembran violencia.

Los que tienen conflictos provocan conflictos a su alrededor.

Los que no se aceptan no pueden aceptar a los demás.

Es tiempo perdido y utopía pura pretender

dar a tus semejantes lo que tú no tienes.

Debes empezar por ti mismo.

Motivarás a realizarse a tus allegados

en la misma medida en que tú estés realizado.

Amarás al prójimo como a ti mismo. Pero no perderás de vista

que la medida eres “tú mismo”.

Para ser útil a otros, el importante eres tú mismo.

Sé feliz tú, y tus hermanos se llenarán de alegría.

Ignacio Larrañaga

Colaboración de Claudia Deluca ( 2001 )

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Renovación del espíritu

Arthur Gordon relata una historia maravillosa e íntima relacionada con su propia renovación espiritual. Habla de una época de su vida en la que empezó a sentir que nada tenía sentido. Su entusiasmo se había desvanecido; sus esfuerzos por escribir resultaban estériles. Y la situación empeoraba día tras día. Finalmente decidió pedir ayuda a un médico. Éste no encontró ningún problema físico, y le preguntó si estaba dispuesto a seguir sus instrucciones durante un día. Gordon contestó que sí.

El médico le dijo que pasara el día siguiente en el lugar donde más feliz había sido cuando era niño. Podía comer, pero no debía hablar con nadie, ni leer, ni escribir, ni escuchar la radio. Después le escribió cuatro prescripciones en sendas recetas, y le dijo que las fuera leyendo una por una a las nueve, a las doce, a las tres de la tarde y a las seis. «¿Habla usted en serio?», le preguntó Gordon. «¡No pensará que bromeo cuando reciba mi factura!», fue la respuesta.

De modo que, a la mañana siguiente, Gordon se dirigió a la playa. En la primera receta leyó: «Escuche cuidadosamente». Pensó que el médico estaba loco. ¿Cómo podría pasarse horas «escuchando»? Pero había acordado seguir esas instrucciones, de modo que escuchó. Oyó los sonidos habituales del mar y las aves. Al cabo de cierto tiempo pudo oír otros sonidos no tan aparentes al principio. Mientras escuchaba, empezó a pensar en las lecciones que el mar le había impartido de niño: paciencia, respeto y conciencia de la interdependencia de todas las cosas. Al escuchar los sonidos -y el silencio- sintió dentro de él una paz creciente.

A mediodía, tomó la segunda receta y leyó: «Trate de volver atrás». ¿Volver atrás?, ¿Adonde?, se preguntó. Tal vez…a la infancia…,a los recuerdos de tiempos felices. Pensó en su pasado, en los muchos pequeños momentos de alegría. Trató de recordarlos con exactitud. Y, al hacerlo, descubrió dentro de sí una calidez creciente.

A las tres de la tarde, leyó la tercera receta. Hasta ese momento las prescripciones habían sido fáciles de cumplir. Pero, esa era diferente. Decía: «Examine sus motivos». Al principio adoptó una actitud defensiva. Pensó en lo que deseaba (el éxito, reconocimiento, seguridad) y lo justificó por completo. Pero, entonces, se le ocurrió que esos motivos no eran suficientemente buenos y que, tal vez, allí estaba la respuesta a su situación.

Consideró sus motivos en profundidad. Pensó en su felicidad pasada. Y, por fin, encontró la respuesta. «En un relámpago de certidumbre vi que, si los motivos que uno tiene son erróneos, nada puede ser correcto. No importa que uno pueda ser cartero, peluquero, agente de seguros, ama de casa o cualquier otra cosa. Mientras uno siente que está sirviendo a los otros, es que la tarea está bien hecha. Cuando uno sólo le preocupa ayudarse a sí mismo, el trabajo es menos bueno: una ley tan inexorable como la gravedad».

A las seis, pudo cumplir con la prescripción final. «Escriba en la arena lo que le preocupa», decía. Se arrodilló, y escribió varias palabras con un trozo de concha rota. Después se puso de pie, dio la espalda a lo que había escrito y echó a andar sin mirar atrás: sabía que iba a subir la marea.

 

Colaboración de Clementina Uncal ( 2001 )

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Decálogo del optimista

1 - Los optimistas se aman, procuran un alto nivel de autoestima, se valoran y aprovechan lo mejor posible sus talentos personales innatos.
2 - Los optimistas aceptan a los demás como son, y no malgastan energías queriendo cambiarlos, sólo influyen en ellos con paciencia y tolerancia.
3 - Los optimistas son espirituales, cultivan una excelente relación con Dios y tienen en su fe una viva fuente de luz y de esperanza.
4 - Los optimistas disfrutan del "aquí" y el "ahora", no viajan al pasado con el sentimiento de culpa ni el rencor, ni al futuro con angustia.
Disfrutan con buen humor y con amor.
5 - Los optimistas ven oportunidades en las dificultades, cuentan con la lección que nos ofrecen los errores y tienen habilidad para aprender de los fracasos.
6 - Los optimistas son entusiastas, dan la vida por sus sueños y están convencidos de que la confianza y el compromiso personal obran milagros.
7 - Los optimistas son íntegros y de principios sólidos, por eso disfrutan de paz interior y la irradian y comparten, aún en medio de problemas y crisis.
8 - Los optimistas no se desgastan en la crítica destructiva y ven la envidia como un veneno. No son espectadores de las crisis sino protagonistas del cambio.
9 - Los optimistas cuidan sus relaciones interpersonales con esmero, saben trabajar en equipo y son animosos sembradores de fe, esperanza y alegrías.
10 - Los optimistas también tienen épocas difíciles, pero no se rinden ni se dejan aplastar por su peso, ya que saben que aún la noche más oscura tiene un claro amanecer y que por encima de las nubes más densas sigue brillando el sol; que todo túnel, por más largo y oscuro que sea siempre tendrá otra salida y que todo río siempre tiene dos orillas.
Autor: Gonzalo Gallo G. (Oasis)            Envió: Ramón Mitre  ( 2001 )

Extraído del Portal Católico www.encuentra.com ( 2001 )

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Soneto pensado

 
 Soneto Pensado
 Si para recobrar lo recobrado
 debí perder primero lo perdido;
 si para conseguir lo conseguido
 tuve que soportar lo soportado.
 Si para estar ahora enamorado
 fue menester haber estado herido;
 tengo por bien sufrido lo sufrido,
 tengo por bien llorado lo llorado.
 Porque después de todo he comprobado,
 que no se goza bien de lo gozado
 sino después de haberlo padecido.
 Porque después de todo he comprendido,
 que lo que el árbol tiene de florido
 | vive de lo que tiene de sepultado
 
 Francisco Luis Bernárdez

Colaboración de Claudia Deluca ( 2001 )

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Habrás llegado a ser…

Cuando ignores que existe las palabras ira, odio, rencor y guerra. 
Cuando hayas querido y quieras a tus padres como deseas que contigo lo hagan tus hijos. 
Cuando sepas equilibrar las razones de tu vivir en beneficio propio y de los tuyos, sin perjudicar a otros. 
Cuando el ser honesto, humilde, y tolerante lo seas sin que para serlo tengas que hacer esfuerzo alguno. 
Cuando llegues a tener lo que precisas y alegre compartas la mitad con quien aún más que tú lo necesita. 
Cuando consideres que lo que racionalmente tienes de ecuánime, inteligente y moral es de mayor importancia que la belleza física que adorne tu persona. 
Cuando con valor y fe defiendas tus ideales, si estás seguro de contribuir con ello al mejor vivir de tus semejantes. 
Cuando respetes las ideas y criterios ajenos que no compartes. 
Cuando apartes de ti motivaciones corruptivas, demagogias confusas y todo tipo de ambiciones. 
Cuando ganes con naturalidad y sepas perder con dignidad. 
Cuando antepongas la valoración humana y la amistad sincera a las coyunturas materiales de la vida. 
Cuando te adaptes a las circunstancias, lugares y momentos con absoluta naturalidad. 
Cuando no te vanaglories ni pretendas deslumbrar con tu propia personalidad. Cuando no seas absolutista respecto a tu religión, pensando que es la mejor. Cuando teniendo fe en ella, apartas la superstición y te queda lo constructivo de su doctrina, valorándola y practicándola según te dicte la conciencia. 
Cuando des cumplimiento a tus promesas y no prometas lo que no esté de poder cumplir. 
Cuándo llenes el corazón con la palabra Amor 
Habrás llegado a Ser.
 

Colaboración de Clementina Uncal ( 2001 )

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¿Qué es tener éxito?

· Es comenzar por tener un sueño.
                        · Es estar comprometido con tus sueños.
                        · Es tener confianza en ti mismo.
                        · Es algo que no aparece por casualidad.
                        · Es aceptar lo que no se puede cambiar.
                        · Es saber cambiar a tiempo.
                        · Es saber que lo único permanente es el cambio.
                        · Es saber y poder delegar en los demás parte de tu tarea.
                        · Es volver a empezar.
                        · Es reconocerte en tus logros y saber disfrutarlos.
                        · Es reconocer que te equivocaste y pedir perdón.
· Es reconocer que detrás de cada acierto,
puede haber varios fracasos.
                        · Es enamorarte de lo que haces.
                        · Es no postergar y hacer algo ahora.
                        · Es darse cuenta que estás eligiendo a cada momento.
                        · Es reconocer tus propias debilidades y fortalezas.
                        · Es no parar jamás hasta conseguir tus sueños.
                        · Es saber con qué fin hacemos las cosas.
                        · Es no mirar hacia atrás.
                        · Es actuar con entusiasmo.
                        · Es transitar caminos desconocidos.
                        · Es probar hacer algo que nunca hicimos.
                        · Es saber que no estamos solos.
                        · Es no rendirse jamás.
                        · Es disfrutar de cada momento.
                        · Es tener tiempo libre y saber disfrutarlo.
                        · Es pensar en positivo.
                        · Es tener metas claras.
                        · Es tener perseverancia en la búsqueda de los sueños.
                        · Es estar preparado para ver la oportunidad.
                        · Es tener una actitud positiva.
                        · Es desarrollar la creatividad.
                        · Es utilizar la imaginación.
                        · Es volver a comenzar con el mismo entusiasmo,
                        sin darse por vencido.
                        · Es hacer las cosas lo mejor posible, pero hacerlas.
                        · Es actuar como si ya hubieras logrado tus metas.
                        · Es tener claridad en el propósito.
                        · Es no hacerse problema por las cosas pequeñas.
                        · Es dejar una huella para que otro pueda seguir.
                        · Es jugar a ganar por disfrutar.
                        · Es tener conciencia de lo que uno quiere.
                        · Es arriesgar.
 
                        Envió:  Yali  ( 2001 )
 

Extraído del portal Católico www.encuentra .com ( 2001 )

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Arriesgarse

Reír, es arriesgarse a parecer un tonto.

Llorar es arriesgarse a parecer un sentimental.

Hacer algo por alguien, es arriesgarse a involucrarse.

Expresar sentimientos, es arriesgarse a mostrar tu verdadero yo.

Exponer tus ideas y tus sueños, es arriesgarse a perderlos.

Amar, es arriesgarse a no ser correspondido.

Vivir, es arriesgarse a morir.

Esperar, es arriesgarse a la desesperanza.

Lanzarte, es arriesgarse a fallar.

Pero los riesgos deben ser tomados,

porque el peligro más grande en la vida es no arriesgarse.

La persona que no arriesga, no hace, ni tiene nada.

Se pueden evitar sufrimientos y preocupaciones, pero simplemente

no se puede aprender, sentir, cambiar, crecer, amar y vivir …

Sólo una persona que se arriesga es libre.

Colaboración de Esperanza de la Garza ( 2001 )

Extraído del portal Católico www.encuentra .com ( 2001 )

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Cree en ti

Creo que todos tenemos adentro una brújula que nos conduce adonde anhelamos.

No olvides confiar en tu brújula, consúltala a menudo, porque el conocer su presencia te dará fortaleza para lo que la vida te depare.

No permitas que te desvíen. Pídele la verdad a tu corazón, y te dará la respuesta y el discernimiento para tomar las decisiones que son para ti. Ama a todos, y no esperes agradecimientos.

Haz lo mejor que puedas. Vive cada día en su plenitud. Nadie puede leer el futuro.

Recuerda: para todas tus preguntas, allá en tu fuero interno, a la vera del camino, habrá respuestas más claras, soluciones aceptables. Hace falta paciencia y confianza para alcanzar la meta, solucionar problemas, y realizar sueños.

Aunque por momentos parezca que ya no puedes seguir, conoce tu fortaleza, y sabrás sobrellevar todo lo que la vida te depare. CREE EN TI.

Colaboración de Clementina Uncal ( 2001 )

Este texto nos recuerda que contamos con una ayuda fundamental, amorosa, leal y eterna dentro nuestro, que si le prestamos atención se convierte en nuestra brújula.

En momentos de crisis como la actual, que parece debilitar o derrumbar nuestra confianza en la humanidad, en nuestro gobierno y hasta en nosotros mismos, recordar la existencia de nuestra voz interior y recurrir a ella, al Espíritu Santo que llevamos dentro, nos abre una puerta a la Esperanza, al Amor, a la Fe y a la confianza en nosotros mismos.

Dios se nos ofrece en nuestro corazón, tengámoslo presente. Nuestra vida puede cambiar y mejorar si lo buscamos decididamente.

Con amor, Javier Serrano ( 2001 )

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Buscar lo mejor

Somos lo que elegimos, lo que optamos. Dios no impone nada, solamente ofrece, dejando al hombre la libertad de decidir. Muchos prefieren las joyas, los coches, los caminos fáciles. Hay sendas para los más variados deseos, pero hay cosas que la herrumbre no corroe. Son los ideales nobles, el bien, la fraternidad, la alegría, el evangelio.

¿ Por qué será tan difícil preferir la paz en lugar de la guerra; el amor, en lugar del odio; la generosidad, en lugar del egoísmo; la acción, en lugar de la comodidad; la confianza, en lugar del orgullo; el perdón, en lugar de la envidia; el desprendimiento y la pobreza, en lugar de la satisfacción; el corazón de niño, en lugar de la vanidad ?

¿ Por qué será tan difícil elegir al Creador en lugar de la criatura; el sacrificio, la renuncia, lo correcto, lo humano, el deber, en lugar del placer ?

¡Ojalá que todos sepan optar : los padres, las madres, los jóvenes, los niños!

En todo momento debemos decidir. Podemos siempre escoger las cosas mejores: la luz, en lugar de las tinieblas; la comunión de vida, en lugar de la soledad; la unión, en lugar de las separaciones; la verdad, en lugar de la mentira; Dios, los hombres y la familia, en lugar de la evasión y de la irresponsabilidad.

Para ser feliz, decídete por lo verdadero, lo justo, lo difícil.

Felicidad es sinónimo de sacrificio, de renuncia, de abnegación. En todo tiempo lleva a tus hermanos a vivir la fraternidad.

El mundo necesita de fraternidad, la que depende de ti y de tus elecciones. Trata con amabilidad a todos.

El pasajero que viaja a tu lado no es tu enemigo ni tu competidor. Es un hermano a quien debes tratar con amabilidad.

No rezongues con el fin de desahogarte. Busca consolar, más que ser consolado. Y, aunque sea sin darte cuenta, serán recompensadas las benevolencias de tu corazón.

Nunca es tarde para hacer el bien, para ser hermano, para decir “cuenta conmigo”.

La decisión es tuya. Piensa y resuélvete siempre para lo mejor.

“Momentos de Paz” – Ana María Zacagnino ( 2001 )

Colaboración de Clementina Uncal ( 2001 )

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¡ Eh !

¡Eh! Sonríe… mas no te escondas detrás de esa sonrisa…

muestra aquello que eres, sin miedo.

Existen personas que sueñan con tu sonrisa, así como yo.

¡Vive! ¡Intenta! La vida no pasa de una tentativa.

¡Ama! Ama por encima de todo, ama a todo y a todos.

No cierres los ojos a la suciedad del mundo, no ignores el hambre!

Olvida la bomba, pero antes haz algo para combatirla,

aunque no te sientas capaz.

¡Busca! Busca lo que hay de bueno en todo y todos.

No hagas de los defectos una distancia, y sí, una aproximación.

¡Acepta! La vida, las personas, haz de ellas tu razón de vivir.

¡Entiende! A las personas que piensan diferente a ti, no las repruebes.

¡Eh! Mira… mira a tu espalda, cuantos amigos…

¿Ya hiciste a alguien feliz hoy? ¿O hiciste sufrir a alguien con tu egoísmo?

¡Eh! No corras… ¿Para que tanta prisa? Corre apenas dentro tuyo.

¡Sueña! Pero no perjudiques a nadie y no transformes tu sueño en fuga.

¡Cree! ¡Espera! Siempre habrá una salida, siempre brillará una estrella.

¡Llora! ¡Lucha! Haz aquello que te gusta, siente lo que hay dentro de tí.

¡Eh! Oye… escucha lo que las otras personas tienen que decir, es importante.

¡Eh! Sube… haz de los obstáculos escalones para aquello que quieres alcanzar.

Mas no te olvides de aquellos que no consiguieron subir en la escalera de la vida.

¡Eh! ¡Descubre! Descubre aquello que es bueno dentro tuyo.

Procura por encima de todo ser gente, yo también voy a intentar.

¡Eh! Tú… ahora ve en paz. Yo preciso decirte que…

¡¡¡¡Te adoro!!!! ¡¡¡¡Simplemente porque existes.!!!!

Colaboración de Clementina Uncal ( 2001 )

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Nunca dejemos de soñar

Hubo un momento en el que creías que la tristeza sería eterna;

Pero volviste a sorprenderte a ti mismo riendo sin parar.

Hubo un momento en el que dejaste de creer en el amor;

Y luego apareció esa persona y no pudiste dejar de amarla cada día más.

Hubo un momento en el que la amistad parecía no existir;

Y conociste a ese amigo que te hizo reír y llorar,

en los mejores y en los peores momentos.

Hubo un momento en el que estabas seguro

que la comunicación con alguien se había perdido;

Y fue luego cuando el cartero visitó el buzón de tu casa.

Hubo un momento en el que una pelea prometía ser eterna;

Y sin dejarte ni siquiera entristecerte terminó en un abrazo.

Hubo un momento en que un examen parecía imposible de pasar;

Y hoy es un examen más que aprobaste en tu carrera.

Hubo un momento en el que dudaste de encontrar un buen trabajo;

Y hoy puedes darte el lujo de ahorrar para el futuro.

Hubo un momento en el que sentiste que no podrías hacer algo:

Y hoy te sorprendes a ti mismo haciéndolo.

Hubo un momento en el que creíste que nadie podía comprenderte;

Y te quedaste boquiabierto mientras alguien parecía leer tu corazón.

Así como hubo momentos en que la vida cambió en un instante, nunca olvides

que aún habrá momentos en que lo imposible se tornará un sueño hecho realidad.

Nunca dejes de soñar,

porque soñar es el principio de un sueño hecho realidad.

Colaboración de Clementina Uncal ( 2001 )

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Tómate tiempo

Tómate tiempo para pensar,

es la fuente de poder.

Tómate tiempo para rezar,

es el mayor poder sobre la tierra.

Tómate tiempo para reír,

es la música del alma.

Tómate tiempo para jugar,

es el secreto de la perpetua juventud.

Tómate tiempo para amar y ser amado,

es el privilegio que nos da Dios.

Tómate tiempo para dar,

el día es demasiado corto para ser egoísta.

Tómate tiempo para leer,

es la fuente de la sabiduría.

Tómate tiempo para ser amable,

es el camino de la felicidad.

Tómate tiempo para trabajar,

es el precio del éxito.

Tómate tiempo para hacer caridad,

es la llave del cielo.

Extraído del libro Madre Teresa de Calcuta, camino de sencillez

de Editorial Planeta

Colaboración de Gabriela Serrano Agüero

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¿Cómo va a ser tu día, hoy?

Esta mañana desperté emocionado con todas las cosas que tengo que hacer antes de que el reloj marque la medianoche.

Tengo responsabilidades que cumplir hoy.

Soy importante. Mi trabajo es escoger qué clase de día voy a tener.

Hoy puedo quejarme porque el día está lluvioso, o puedo dar gracias a Dios porque las plantas están siendo regadas gratis.

Hoy me puedo sentir triste porque no tengo mas dinero, o puedo estar contento de que mis finanzas me empujan a planear mis compras con inteligencia.

Hoy puedo quejarme de mi salud, o puedo regocijarme de que estoy vivo.

Hoy puedo lamentarme de todo lo que mis padres no me dieron mientras estaba creciendo, o puedo sentirme agradecido de que me permitieran haber nacido.

Hoy puedo llorar porque las rosas tienen espinas, o puedo celebrar que las espinas tienen rosas.

Hoy puedo auto compadecerme por no tener muchos amigos, o puedo emocionarme y embarcarme en la aventura de descubrir nuevas relaciones.

Hoy puedo quejarme porque tengo que ir a trabajar, o puedo gritar de alegría porque tengo un trabajo.

Hoy puedo quejarme porque tengo que ir a la escuela, o puedo abrir mi mente enérgicamente y llenarla con nuevos y ricos conocimientos.

Hoy puedo murmurar amargamente porque tengo que hacer las labores del hogar, o puedo sentirme honrado porque tengo un techo para mi mente, cuerpo y alma.

Hoy el día se presenta ante mí, esperando a que yo le de forma y aquí estoy, el escultor que tiene que darle forma.

Lo que suceda hoy depende de mí, yo debo escoger qué tipo de día voy a tener.

¡¡ Que tengan un gran día !!

Colaboración de Clementina Uncal ( 2001 )

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Vivamos mejor

Elogie tres personas por día.

Tenga un apretón de mano firme.

Mire a las personas a los ojos.

Gaste menos de lo que gana.

Trate a todos como le gustaría ser tratado.

Sepa perdonarse a sí mismo y a los demás.

Haga nuevos amigos.

No arruine una alegría.

Sorprenda a sus seres queridos

con regalos inesperados.

Reconozca sus errores.

Sonría; no cuesta nada y no tiene precio.

Pague sus cuentas al día.

No rece para pedir cosas, pida sabiduría y coraje.

De a las personas una segunda oportunidad.

No tome ninguna decisión cuando esté cansado.

Respete todas las cosas vivas.

Entregue lo mejor de sí en el trabajo.

Sepa guardar un secreto.

Acepte siempre una mano extendida.

Jamás prive a una persona de esperanza,

puede ser que ella sólo tenga eso.

Mensaje de Litográfica Argentina

Que estas palabras te acompañen y te sirvan de guía hoy y siempre.

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Una sonrisa

Una sonrisa no cuesta nada y produce mucho, enriquece a quienes la reciben sin empobrecer a quienes la dan.
No dura más que un instante pero su recuerdo es a veces eterno.
Nadie es demasiado rico para prescindir de ella, nadie es demasiado pobre para no merecerla.
 
Da felicidad en el hogar, apoyo en el trabajo, es el símbolo de la amistad.
Una sonrisa da reposo al cansado, anima a los demás si están deprimidos.           No puede ni comprarse, ni prestarse, ni robarse, pues es una cosa que no tiene valor hasta el momento en que se da.
 
Y si alguna vez te tropiezas con alguien que no sabe dar una sonrisa, sé generoso, dale la tuya, porque nadie tiene tanta necesidad de una sonrisa como el que no se la puede dar a los demás.
 
Envió: Martha Juliana Rego
 
Tomado del Portal Católico www.encuentra.com
 

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Tus hijos

Tus hijos no son tus hijos,

son hijos e hijas de la vida,

deseosa de sí misma.

No vienen de tí, sino a través de tí

y aunque estén contigo,

no te pertenecen.

Puedes darles tu amor,

pero no tus pensamientos, pues,

ellos tienen sus propios pensamientos.

Puedes abrigar sus cuerpos,

pero no sus almas, porque ellas

viven en la casa del mañana,

que no puedes visitar

ni siquiera en sueños.

Puedes esforzarte en ser como ellos,

pero no procures

hacerlos semejantes a tí.

Porque la vida no retrocede

ni se detiene en el ayer.

Tú eres el arco del cual tus hijos,

como flechas vivas son lanzadas.

Deja que la inclinación

en tu mano de arquero

sea para la felicidad.

Kahlil Gibrán

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¿Quién se ha llevado mi queso?

El “queso” del relato representa cualquier cosa que queramos alcanzar – la felicidad, el trabajo, el dinero, el amor – y el laberinto es el mundo real, con zonas desconocidas y peligrosas, callejones sin salida, oscuros recovecos… y habitaciones llenas de queso…

 

El cambio es un hecho

El queso se mueve constantemente

Prevé el cambio

Permanece alerta a los movimientos del queso

Controla el cambio

Huele el queso a menudo para saber si se está enmoheciendo

Adáptate rápidamente al cambio

Cuanto antes se olvida el queso viejo, antes se disfruta del nuevo

¡Cambia!

Muévete cuando se mueva el queso

¡Disfruta del cambio!

Saborea la aventura y disfruta del nuevo queso

Prepárate para cambiar rápidamente

y disfrutar otra vez

El queso se mueve constantemente

Extraído del libro ¿Quién se ha llevado mi queso?

Cómo adaptarnos a un mundo en constante Cambio

 

de Spencer Johnson Colección Empresa XXI

 
 

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Himno a la caridad / amor

Aunque tuviera plenitud de fe

como para trasladar montañas,

si no tengo caridad, nada soy.

Aunque repartiera todos mis bienes,

y entregara mi cuerpo a las llamas,

si no tengo caridad, nada me aprovecha.

La caridad es paciente, es servicial;

la caridad no es envidiosa, no es jactanciosa,

no es engreída; es decorosa;

no busca su interés; no se irrita;

no toma en cuenta el mal;

no se alegra de la injusticia;

se alegra con la verdad.

Todo lo excusa. Todo lo cree.

Todo lo espera. Todo lo soporta.

La caridad no acaba nunca.

1ra. Epístola de San Pablo a los Corintios ( Co 13 2-8 )

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