Aunque tuviera plenitud de fe
como para trasladar montañas,
si no tengo caridad, nada soy.
Aunque repartiera todos mis bienes,
y entregara mi cuerpo a las llamas,
si no tengo caridad, nada me aprovecha.
La caridad es paciente, es servicial;
la caridad no es envidiosa, no es jactanciosa,
no es engreída; es decorosa;
no busca su interés; no se irrita;
no toma en cuenta el mal;
no se alegra de la injusticia;
se alegra con la verdad.
Todo lo excusa. Todo lo cree.
Todo lo espera. Todo lo soporta.
La caridad no acaba nunca.
1ra. Epístola de San Pablo a los Corintios ( Co 13 2-8 )
Que estas palabras te acompañen y te sirvan de guía hoy y siempre.
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