Amarás tú esa frágil vasija que es tu persona, precisamente por lo que y en lo que tiene de quebradiza, y la envolverás con un abrazo de piedad y ternura.
Las cosas son como son y tú eres lo que eres. ¿Por qué lastimarte? Despierta! Los sueños, arrójalos a la basura; las llamas, apágalas y toma serenamente y sabiamente en tus manos la fría realidad; eres como eres. Y de todas maneras, a pesar de tus reticencias y repugnancias, eres una maravilla. Acéptate a ti mismo, no como te gustaría ser, sino como realmente eres.
Deja que las cosas sean como son. La gente sufre demasiado ansiando ser de otra manera, y se desespera al comprobar que no lo puede conseguir… Se han convertido en enemigos de sí mismos.
Hay una planta que debes cuidar o cultivar diariamente con especial cuidado y mimo: la alegría
Cuando sientas nubes negras sobre tu alma, defiéndete contra ellas. No te dejes atrapar por la angustia, todo pasará. No debes “echarte a morir”, no te dejes llevar. Tu interior está lleno de energías, pero ellas están dormidas. Debes despertarlas y ponerlas en pie.
Debes echar mano de técnicas de autosugestión: al despertar dirás “hoy será un día maravilloso” – Saldrás a pasear y sonreirás a la naturaleza diciendo, todo es hermoso, mi vida es hermosa, gozaré de una inmensa felicidad, yo venceré la enfermedad y estoy bien, soy feliz. Convéncete: te salvarás de la melancolía y otra cosa: solo tú puedes salvarte. Di a tu alma: Yo quiero vencer y venceré. No te olvides de que puedes mucho más de lo que imaginas.
Quien se ha vaciado de sí mismo es un sabio. Si lográramos vaciarnos por completo, volveríamos a la infancia de la humanidad.
Para el desposeído, el ridículo no existe; nunca el temor llamará a su puerta, las emergencias no lo asustan; Le tienen sin cuidado las opiniones sobre su persona, la tristeza no pisa sus fronteras.
El que ha visto como el temor surge de la pasión, sabe que la tranquilidad de su mente se adquiere apagando la pasión. Basta despertar, abrir los ojos. El vacío de la mente instala al hombre en un mundo nuevo, en el mundo de la realidad última. Una vez que ha conseguido experimentar el vacío mental, el sabio llega a vivir libre de todo temor y permanece en la estabilidad de quien está más allá de todo cambio.
El hombre artificial: hombre vuelto hacia fuera
El hombre sabio: vuelto hacia adentro (que ya se liberó de la obsesión de la imagen).
No maltrates a las piedras que encuentres en tu camino. No las resistas. No te enojes con ellas ni las trates a puntapiés. Sé delicado con las piedras. Acéptalas como son.
Tus cóleras no las pueden atemperar. Sé cariñoso y dulce con ellas. Esa es la única manera de que ellas no te hieran.
…He aquí, la puerta ancha de la liberación: los imposibles, dejarlos.
Despierta y las cosas que no tienen remedio, relégalas al olvido (al recordarlas, les vuelves a dar vida, es una locura). Basta de sufrir.
Graba bien, esto en tu mente: las furias de tu corazón nada podrán hacer para que lo que sucedió no hubiera sucedido. Ten piedad de ti mismo, y no seas tu propio verdugo.
Suelta todo, respira y sé feliz.
Tres ejercicios que necesitamos para recuperar la unidad perdida, la sensación de bienestar y el poder sobre sí mismo: La relajación, la concentración y el silenciamiento.
Colaboración de Gabriela Serrano Agüero
Que estas palabras te acompañen y te sirvan de guía hoy y siempre.