Tiempo en silencio con el Padre

Trata de sentarte en un lugar tranquilo y quietamente lee la siguiente oración, e imagínate que tu Padre amado te habla sólo a ti.

No tienes que ser experto para complacerme;

todo lo que tienes que hacer es querer amarme.

Háblame como si le hablaras a alguien a quien quieres mucho.

¿Hay algunas personas por las cuales deseas orar?

Dime los nombres y pregúntame todo lo que quieras.

Yo conozco todas tus necesidades, pero Yo quiero que tú demuestres tu amor por ellos y por Mí al confiar que Yo haga lo mejor que Yo crea para ellos.

Dime sobre los pobres, los enfermos y los pecadores, y si has perdido la amistad o el cariño de alguien, dime sobre esto también.

¿Hay algo que desees para tu alma?

Si quieres escribe una larga lista de tus necesidades, y vienes y me la lees.

Dime sobre las cosas que te hacen sentir culpable.

Yo te perdonaré si tú aceptas mi perdón.

Sólo háblame sobre tu orgullo, tu susceptibilidad, tu egocentrismo.

A pesar de todo esto, Yo todavía te amo. No te avergüences;

hay muchos santos en el cielo que tenían los mismos defectos tuyos;

ellos Me oraron, y poco a poco, fueron corrigiendo sus faltas.

No vaciles en pedirme bendiciones para tu cuerpo y para tu mente;

salud, memoria, éxitos. Para aquellos que realmente lo deseen,

Yo puedo darles todo lo necesario para la santidad de su alma.

¿Qué es lo que deseas hoy? Dime, porque anhelo hacerte bien.

¿Cuáles son tus planes? Cuéntamelos.

¿Hay alguien que deseas agradar? ¿Qué deseas hacer para ellos?

¿Le temes a algo? ¿Tienes algunos miedos y angustias irracionales?

Confía en Mí. Yo estoy aquí. Lo veo todo. Yo no te abandonaré.

¿No tienes alegrías para contarme? ¿Por qué no compartes tus alegrías conmigo?

Dime qué ha pasado desde ayer; qué te ha alegrado y consolado.

Lo que fuese, grande o pequeño, Yo lo preparé. Reconócelo y dame las gracias.

¿Las tentaciones caen fuertemente sobre ti?

Ceder a tentaciones siempre altera la paz del alma.

Pídeme, que Yo te ayudaré a vencerlas.

Bueno, sigue adelante, continúa con tu trabajo o tu diversión o con tus otros intereses. Trata de ser más tranquilo, humilde, bondadoso y regresa pronto y tráeme un corazón más lleno de amor.

Mañana tendré más bendiciones para ti.

Así nuestro Padre abre Su Corazón por medio de Nuestro Señor Jesús, para todos los que entran en comunión con Él. Cristo mismo nos enseña cómo orar con sinceridad. María, amorosamente, nos asistirá en la búsqueda de cómo orar con el corazón; ya que su papel en el Reino de Dios es el de llevar a todos a su Hijo. Ella no se lo pide a algunos, ella se lo pide a TODOS.

Colaboración de Gabriela Serrano Agüero ( 2001 )

Te invitamos a compartir este texto y que lo envíes a quienes creas que lo puedan disfrutar o que les pueda ser de utilidad.

Nos encantaría recibir alguna reflexión, texto u oración que quieras compartir.

Publicado por

Javier Serrano

Arquitecto, Productor de Seguros y Agente Inmobiliario apasionado por los deportes y Cronista, Camarógrafo y Fotógrafo Amateur

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *