Dios, habla conmigo

Un hombre susurró: Dios, habla conmigo;

y un ruiseñor comenzó a cantar, pero el hombre no oyó.

Entonces el hombre repitió : Dios, habla conmigo;

y el eco de un trueno se oyó, mas el hombre fue incapaz de oír.

El hombre miró alrededor y dijo: Dios, déjame verte;

y una estrella brillo en el cielo, pero el hombre no la vio.

El hombre comenzó a gritar: Dios, muéstrame un milagro;

y un niño nació, mas el hombre no sintió el latir de la vida.

Entonces el hombre comenzó a llorar y a desesperarse:

Dios, tócame y déjame saber que estás aquí conmigo…

y una mariposa se posó suavemente en su hombro;

el hombre espantó la mariposa con la mano

y desilusionado continuó su camino, triste, solo y con miedo.

Hasta cuando tenemos que sufrir para comprender
que Dios está siempre donde está la vida ???

Hasta cuando mantendremos nuestros ojos

y nuestros corazones cerrados para los milagros de la vida

que se presentan diariamente en todo momento ???

 

 

(canto Indigena – Traducida y adaptada del Libro By San Etioy)

Colaboración de Clementina Uncal
 

Te invitamos a compartir este texto y que lo envíes a quienes creas que lo puedan disfrutar o que les pueda ser de utilidad.

Nos encantaría recibir alguna reflexión, texto u oración que quieras compartir.

Despedida

Gabriel García Márquez se ha retirado de la vida pública por razones de salud: cáncer linfático. Ahora, parece, que es cada vez más grave. Ha enviado una carta de despedida a sus amigos, y gracias a Internet está siendo difundida.

Les recomiendo su lectura porque es verdaderamente conmovedor este corto texto escrito por uno de los Latinoamericanos más brillantes de los últimos tiempos.

“Si por un instante Dios se olvidara de que soy una marioneta de trapo y me regalara un trozo de vida, posiblemente no diría todo lo que pienso, pero en definitiva pensaría todo lo que digo.

Daría valor a las cosas, no por lo que valen, sino por lo que significan.

Dormiría poco, soñaría más, entiendo que por cada minuto que cerramos los ojos, perdemos sesenta segundos de luz. Andaría cuando los demás se detienen, despertaría cuando los demás duermen. Escucharía cuando los demás hablan y ¡cómo disfrutaría de un buen helado de chocolate!

Si Dios me obsequiara un trozo de vida, vestiría sencillo, me tiraría de bruces al sol, dejando descubierto, no solamente mi cuerpo, sino mi alma.

Dios mío, si yo tuviera un corazón, escribiría mi odio sobre el hielo y esperaría a que saliera el sol. Pintaría con un sueño de Van Gogh sobre las estrellas un poema de Benedetti, y una canción de Serrat sería la serenata que le ofrecería a la luna. Regaría con mis lágrimas las rosas, para sentir el dolor de sus espinas, y el encarnado beso de sus pétalos…

Dios mío, si yo tuviera un trozo de vida… No dejaría pasar un sólo día sin decirle a la gente que quiero, que la quiero. Convencería a cada mujer u hombre que son mis favoritos y viviría enamorado del amor.

A los hombres les probaría cuán equivocados están al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen, sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse! A un niño le daría alas, pero le dejaría que él solo aprendiese a volar. A los viejos les enseñaría que la muerte no llega con la vejez, sino con el olvido. Tantas cosas he aprendido de ustedes, los hombres…

He aprendido que todo el mundo quiere vivir en la cima de la montaña, sin saber que la verdadera felicidad está en la forma de subir la escarpada. He aprendido que cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por primera vez, el dedo de su padre, lo tiene atrapado por siempre. He aprendido que un hombre sólo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo, cuando ha de ayudarle a levantarse.

Son tantas cosas las que he podido aprender de ustedes, pero realmente de mucho no habrán de servir, porque cuando me guarden dentro de esa maleta, infelizmente me estaré muriendo.

Siempre di lo que sientes y haz lo que piensas.

Si supiera que hoy fuera la última vez que te voy a ver dormir, te abrazaría fuertemente y rezaría al Señor para poder ser el guardián de tu alma. Si supiera que esta fuera la última vez que te vea salir por la puerta, te daría un abrazo, un beso y te llamaría de nuevo para darte más. Si supiera que esta fuera la última vez que voy a oír tu voz, grabaría cada una de tus palabras para poder oírlas una y otra vez indefinidamente. Si supiera que estos son los últimos minutos que te veo diría «te quiero» y no asumiría, tontamente, que ya lo sabes.

Siempre hay un mañana y la vida nos da otra oportunidad para hacer las cosas bien, pero por si me equivoco y hoy es todo lo que nos queda, me gustaría decirte cuanto te quiero, que nunca te olvidaré.

El mañana no le está asegurado a nadie, joven o viejo. Hoy puede ser la última vez que veas a los que amas. Por eso no esperes más, hazlo hoy, ya que si el mañana nunca llega, seguramente lamentarás el día que no tomaste tiempo para una sonrisa, un abrazo, un beso y que estuviste muy ocupado para concederles un último deseo. Mantén a los que amas cerca de ti, diles al oído lo mucho que los necesitas, quiérelos y trátalos bien, toma tiempo para decirles «lo siento», «perdóname», «por favor», «gracias» y todas las palabras de amor que conoces.

Nadie te recordará por tus pensamientos secretos. Pide al Señor la fuerza y sabiduría para expresarlos. Demuestra a tus amigos cuanto te importan.

Ponle acción a tus sueños. El momento es este. Y la oportunidad es tuya, se te dio a ti, por algún motivo fuiste creado y elegido. Haz brillar eso que te hace único.”

 
Colaboración de Irene Walsh
 

Te invitamos a compartir este texto y que lo envíes a quienes creas que lo puedan disfrutar o que les pueda ser de utilidad.

Nos encantaría recibir alguna reflexión, texto u oración que quieras compartir.

Al Final de la Jornada

Y al final de la jornada, cuando el día ha terminado y busques descanso para el cuerpo, dedica unos momentos de vuestro tiempo para examinar vuestra conciencia.

Revive en tu mente lo vivido en el día que termina. Lo bueno y lo malo que hayas hecho. Tus pensamientos, tus palabras, tus obras, y … aprende de todo ello.

Al valorar tus actos, pensamientos y palabras, no lo hagas con el fiel de la balanza humana, ve al juez que en nosotros mora, aquel que nos conoce y que sabe todo sobre nosotros.

Y él dará la sentencia justa y sabia. Con la voz de la conciencia que habla al corazón. Aquella que hablará por vos al final de la jornada.

Y no te lamentes del mal que pudiste haber hecho, porque eso destruye. Pero, aprende, sí y enmienda tus errores. Así tu experiencia crecerá y los errores cometidos no volverán a serlo.

No es error caer en falta, sino el volver a caer en ella repetidas veces. Porque entonces ya no podrás decir que no lo sabías.

Y aún mayor error es no saber levantarse cuando se ha caído, porque eso es cobardía. Así, no lamentes tus errores y empieza de nuevo. Porque la vida es un eterno comienzo. Al final de un horizonte siempre hay otro nuevo, y donde termina un camino empieza otro.

Y extrae lo mejor de lo bueno que hayas hecho, para guardarlo como un tesoro en vuestro corazón. Acumula allí tales tesoros y serás rico. Y nadie podrá quitarte tal riqueza, ni aún la muerte que destruye la materia.

Porque esa riqueza es del espíritu, y estará allí donde vos estés. Y es en verdad la única riqueza que podrás llevarte de este mundo.

No atesores pues riquezas en vuestras arcas de oro. Porque no habrá de mirar allí el Padre en la hora de las cuentas, sino en las arcas del alma.

Analiza tus obras cada día y aprende de ellas. Así conocerás un poco de vuestra naturaleza y llegarás al conocimiento de vos mismo.

Así cada día tu hoy será mejor que tu ayer y mañana será mejor que hoy. Y si de verdad sos sincero con vos mismo, cada día serás mejor de los que sos.

Tu vida es como un lienzo en el que grabas tus obras. Creas colores, matices y trazas líneas con tus pensamientos y tus obras. Y cada uno de ellos deja su huella en el libro de la vida.

…Y al final de la jornada, cuando termine tu paso por la tierra te detendrás en el umbral del mundo a contemplar tu obra. Y verás reflejado en ella todo cuanto hiciste.

Tus más recónditos pensamientos, tus más silenciosas palabras, tus más nimios actos, habrán dejado su huella en el libro de la vida.

Mira qué has puesto y qué habrás de poner en tu lienzo, porque de todo eso vos mismo serás el juez.

Y no hay en verdad juez más severo que el hombre cuando se juzga a sí mismo, ni peor infierno que aquel creado por su conciencia.

Porque el Padre nos ama por encima de todo.

 

Colaboración de Cristina Minolli
 
 

Te invitamos a compartir este texto y que lo envíes a quienes creas que lo puedan disfrutar o que les pueda ser de utilidad.

Nos encantaría recibir alguna reflexión, texto u oración que quieras compartir.

Instrucciones para la vida:

1. Come mucho arroz integral.

2. Dale a la gente mas de lo que esperan y hazlo con gusto.

3. Memoriza tu poema favorito.

4. No creas en todo lo que escuchas, no gastes todo lo que tienes, ni duermas todo lo que quieras.

5. Cuando digas «te amo», dilo de verdad…

6. Cuando digas «lo siento», mira a la persona a los ojos.

7. Cree en el amor a primera vista.

8. Jamás te burles de los sueños de los demás.

9. Ama profunda y apasionadamente, puedes salir herido, pero esa es la única manera de vivir la vida completamente.

10. Enfrente a los desacuerdos, pelea limpio, no ofendas.

11. No juzgues a los demás por sus parientes.

12. Habla lentamente, pero piensa con rapidez.

13. Cuando alguien te haga una pregunta que no quieres responder, sonríe y pregúntale «¿por qué quieres saber?»

14. Recuerda que el amor mas grande y los mas grandes logros involucran mayores riesgos.

15. Llama a tu mamá, si esto no es posible al menos piensa en ella.

16. Di «SALUD», cuando escuches a alguien estornudar.

17. Cuando pierdas, no pierdas la lección.

18. Recuerda la tres R’s: Respeto a ti mismo, Respeto a los demás, y Responsabilidad para todas tus acciones.

19. No permitas que una pequeña disputa dañe una gran amistad.

20. Cuando te des cuenta que has cometido un error, toma medidas inmediatas para corregirlo.

21. Sonríe cuando respondas al teléfono, quien llama lo podrá escuchar en tu voz.

22. Cásate con una persona que guste de conversar, pues cuando llegue la vejez las habilidades de conversador(a) serán mas importantes que cualquier otra.

23. Pasa algún tiempo en soledad

24. Abre tus brazos al cambio, pero no te desprendas de tus valores.

25. Recuerda que el silencio es, a veces, la mejor respuesta.

26. Lee mas libros y mira menos TV.

27. Vive una vida buena y honorable. Luego, cuando te hagas viejo y recuerdes el pasado, veras como la disfrutas por segunda vez.

28. Confía en Dios, pero cierra bien tu auto.

29. Una atmósfera amorosa en tu hogar es importante.

30. Haz todo lo posible para crear un hogar tranquilo y armonioso.

31. Ante desacuerdos con tus seres queridos, céntrate en la situación presente.

32. No traigas de vuelta el pasado.

33. Lee entre líneas.

34. Comparte tu conocimiento. Es una manera de lograr la inmortalidad.

35. Se gentil con el planeta….

36. Jamás interrumpas cuando estés siendo halagado.

37. Ocúpate de tus propios asuntos.

38. No confíes en un hombre/mujer que no cierre los ojos cuando lo/la besas.

39. Una vez al año, visita algún lugar donde nunca hayas estado.

40. Si ganas mucho dinero, disponlo para ayudar a otros mientras estés con vida. Esa es la mayor satisfacción que la fortuna te puede dar.

41. Recuerda que el no conseguir lo que quieres es a veces un golpe de suerte

42. Aprende todas la reglas y luego… rompe algunas.

43. Recuerda que la mejor de las relaciones es aquella donde el amor entre dos personas es mas grande que la necesidad del uno por el otro.

44. Juzga tu éxito en la medida de lo que tuviste que renunciar para obtenerlo.

45. Aborda el amor y la cocina con un cierto temerario abandono.

Colaboración de Marta Zaghini
 
 

Te invitamos a compartir este texto y que lo envíes a quienes creas que lo puedan disfrutar o que les pueda ser de utilidad.

Nos encantaría recibir alguna reflexión, texto u oración que quieras compartir.

Plegaria de un padre

Dame, Señor, un hijo…

Que tenga la fortaleza de reconocer cuando ha flaqueado;

el valor de enfrentarse consigo mismo cuando sienta miedo.
Un hijo que lleve alta la frente en la honrada adversidad de la derrota,

y que sea modesto y gentil en la victoria.
Un hijo que nunca doble la espalda cuando debe erguir el pecho;

que no se contente con sólo desear en vez de realizar.
Un hijo que te conozca a Tí y se conozca a sí mismo

y sepa que en conocerse a sí mismo se encuentra el fundamento de todo saber.
No lo guíes, Señor, por el camino cómodo y fácil, sino por el sendero áspero, espinoso y difícil donde las dificultades son acicate y reto para vencerlas. Allí…déjalo que aprenda a hacer frente a las tempestades,

a sostenerse firme y seguro en medio de ellas.
Dame, Señor, un hijo capaz de compadecerse de los que flaquean y fracasan.

De sano corazón y altos ideales; capaz de dominarse él mismo

antes de pretender dominar a los demás.
Un hijo que aprenda a reír…pero que también sepa llorar.

Un hijo que avance hacia el futuro sin desentenderse jamás de lo pasado.

Y después de haberle concedido todo eso, imploro de ti, Dios mío, le concedas…
Suficiente sentido de buen humor para proceder con seriedad

sin tomarse a sí mismo demasiado en serio.

Humildad y sencillez, compañeros de la verdadera grandeza.

Una mente abierta e imparcial, propia de los verdaderamente sabios.

Y la mansedumbre de los verdaderamente fuertes.

Porque entonces, Señor, Yo, el padre de tal hijo me atreveré a susurrar

en lo más profundo de mi corazón…
«No he vivido en vano».
General Douglas Mac Arthur

Colaboración de Cristina Minolli
 

Te invitamos a compartir este texto y que lo envíes a quienes creas que lo puedan disfrutar o que les pueda ser de utilidad.

Nos encantaría recibir alguna reflexión, texto u oración que quieras compartir.

Verbos

REGALAR una sonrisa cada día.

Con ella te sentirás feliz vos y quien la reciba.

 

SOÑAR Y VOLAR aunque nuestros pies toquen la Tierra.

 

LLORAR cuando una nostalgia o tristeza te lo pida.

Una lágrima no es debilidad, ayuda a recuperar una sonrisa.

 

PERDONAR tus propios tropiezos y de los demás.

Lo importante es darte y dar la posibilidad de pararse y volver a caminar.

 

INTENTAR todo lo que sientas latir en tu corazón y en tu alma.

Confiado que te hará feliz.

 

VALORAR los pequeños como los grandes regalos que te dé la vida.

Juntos llenarán tu corazón de felicidad.

 

GUARDAR cada enseñanza recibida, cada afecto compartido.

Como tesoro que por siempre te harán sentir vivo.

 

DESCARTAR aquello que pueda hacerte daño o sepas que no tiene sentido.

 

RESCATAR todo lo que te permita crecer y ser feliz en familia y con amigos.

 

COMPARTIR con todos los que te rodean, lo mejor de vos

y sentir que vale la pena creer, soñar y vivir por un mundo mejor.

 

 

Colaboración de Clementina Uncal
 
 

Te invitamos a compartir este texto y que lo envíes a quienes creas que lo puedan disfrutar o que les pueda ser de utilidad.

Nos encantaría recibir alguna reflexión, texto u oración que quieras compartir.

En vida hermano, en vida

Si quieres hacer feliz

a alguien que quieras mucho…

díselo hoy, sé sincero

en vida, hermano, en vida

Si deseas dar una flor,

no esperes a que se mueran

mándalas hoy con amor…

en vida, hermano, en vida

Si deseas decir “ te quiero”

a la gente de tu casa

al amigo cerca ó lejos

en vida, hermano, en vida

No esperes a que se muera

la gente para quererla

y hacerle sentir tu afecto

en vida, hermano, en vida

Tu serás muy venturoso

si aprendes a hacer felices,

a todos los que conozcas

en vida, hermano, en vida

Nunca visites panteones,

ni llenes tumbas de flores,

llena de amor corazones

en vida, hermano, en vida

Anamaría Rabatté

Poetisa mexicana

 

 

Colaboración de Elsa y Eduardo Gerding

Te invitamos a compartir este texto y que lo envíes a quienes creas que lo puedan disfrutar o que les pueda ser de utilidad.

Nos encantaría recibir alguna reflexión, texto u oración que quieras compartir.

El alba de la esperanza

Cuando el alma camina junto al corazón, la fuerza del espíritu nos lleva a la eternidad…..

El alba, luz, fuente, comienzo….empezar no es fácil, debemos seguir huellas indelebles de constantes esfuerzos.

Sentir que el tiempo no borra las imágenes, sino que perdura el estigma de la ilusión. Soñar los sentimientos de ayer, de hoy, de siempre. Llevarlos en un camino de primavera, siguiendo el vuelo del viento, en un sonido fugaz….

Saber que la esperanza es un motivo de vida, de alegría, que nos permite hablar en futuro, con ojos profundos de estrellas sabias.

Nacer, existir, vivir y nunca morir: cuando entendemos que el ser humano es la evolución de lo infinito………..

Clementina 29-8-01

 
 
Colaboración de Clementina Uncal
 
Te invitamos a compartir este texto y que lo envíes a quienes creas que lo puedan disfrutar o que les pueda ser de utilidad.

Nos encantaría recibir alguna reflexión, texto u oración que quieras compartir.

Las mil canicas ( bolitas )

Entre más envejezco, más disfruto de las mañanas de sábado.  Tal vez es la quieta soledad que viene con ser el primero en levantarse, o quizá el increíble gozo de no tener que ir al trabajo.
De todas maneras, las primeras horas de un sábado son en extremos deleitosas.
 
Hace unas cuantas semanas, me dirigía hacia mi equipo de radioaficionado en el sótano con una humeante taza de café en una mano y el periódico en la otra.  Lo que comenzó como una típica mañana de sábado se convirtió en una de esas lecciones que la vida parece darnos de vez en cuando.  Déjenme contarles.
 
Sintonicé mi equipo de radio a la porción telefónica de mi banda para entrar en una red de intercambio de sábado en la mañana.  Después de un rato, me topé con un compañero que sonaba un tanto mayor, con buena señal y voz.  Pueden imaginarse al tipo, sonaba como si estuviese en el negocio de las comunicaciones.  Él le estaba diciendo a quien estuviese conversando con él algo acerca de "unas mil canicas".
 
Quedé intrigado y me detuve para escuchar lo que tenía que decir.  "Bueno, Tom, de veras que parece que estás ocupado con tu trabajo.  Estoy seguro de que te pagan bien pero es una lástima que tengas que estar fuera de casa y lejos de tu familia tanto tiempo.  Es difícil imaginar que un hombre joven tenga que trabajar sesenta o setenta horas a la semana para sobrevivir.  Qué triste que te perdieras la presentación teatral de tu hija". Continuó: "Déjame decirte algo, Tom, algo que me ha ayudado a mantener una buena perspectiva sobre mis propias prioridades".  Y entonces fue cuando comenzó a explicar su teoría sobre unas "mil canicas".
 
"Ves, me senté un día e hice algo de aritmética.  La persona promedio vive unos setenta y cinco años.  Yo sé, algunos viven más y otros menos, pero en promedio, la gente vive unos setenta y cinco años".  "Entonces, multipliqué 75 por 52 y obtuve 3,900 que es el número de sábados que la persona promedio habrá de tener en toda su vida.  Mantente conmigo, Tom, que voy a la parte importante".
"Me tomó hasta que casi tenía cincuenta y cinco años pensar todo esto en detalle", continuó, "y para ese entonces ya había vivido más de dos mil ochocientos sábados.  Me puse a pensar que si llegaba a los setenta y cinco, sólo me quedarían unos mil más que disfrutar":  "Así que fui a una tienda de juguetes y compré cada canica que tenían.  Tuve que visitar tres tiendas para obtener 1,000 canicas.  Las llevé a casa y las puse dentro de un gran envase plástico claro junto a mi equipo de radioaficionado.
 
Cada sábado a partir de entonces, he tomado una canica y la he botado". "Descubrí que al observar cómo disminuían las canicas, enfocaba más sobre las cosas verdaderamente importantes en la vida.  No hay nada como ver cómo se te agota tu tiempo en la tierra para llevarte a ajustar tus prioridades". "Ahora déjame decirte una última cosa antes que nos desconectemos y lleve a mi bella esposa a desayunar.
 
Esta mañana, saqué la última canica del envase.  Me di cuenta que si vivo hasta el próximo sábado, entonces me habrá sido dado un poquito de tiempo adicional.  Y si hay algo que todos podemos usar es un poco más de tiempo".
 
"Me gustó conversar contigo, Tom, espero que puedas estar más tiempo con tu familia y espero volver a encontrarnos aquí en la banda, el hombre de 75 años, este es K9NZQ, cambio y fuera, ¡buen día!"
Uno pudiera haber oído un alfiler caer en la banda cuando este amigo se desconectó.  Creo que nos dio a todos bastante sobre lo qué pensar.  Había planeado trabajar en la antena aquella mañana, y luego iba a reunirme con unos cuantos radioaficionados para preparar la nueva circular del club.  En vez de aquello, subí las escaleras y desperté a mi esposa con un beso.
 
"Vamos, querida, te quiero llevar a ti y los muchachos a desayunar fuera".
"¿Qué mosca te picó?"  Preguntó sonreída.  "Oh, nada; es que no hemos pasado un sábado juntos con los muchachos en mucho tiempo.  Hey, ¿pudiésemos parar en la tienda de juguetes mientras estamos fuera?  Necesito comprar algunas canicas".
 
Envió: Jenny Gaytán
 
Extraído del Portal Católico www.encuentra.com
 

Que estas palabras te acompañen y te sirvan de guía hoy y siempre.

Te invitamos a compartir este texto y que lo envíes a quienes creas que lo puedan disfrutar o que les pueda ser de utilidad.

Nos encantaría recibir alguna reflexión, texto u oración que quieras compartir.

Historia de un Samurai

Cerca de Tokio vivía un gran samurai ya anciano, que se dedicaba a enseñar a los jóvenes. A pesar de su edad, corría la leyenda de que todavía era capaz de derrotar a cualquier adversario.
 
Cierta tarde, un guerrero conocido por su total falta de escrúpulos, apareció por allí.  Era famoso por utilizar la técnica de la provocación: esperaba a que su adversario hiciera el primer movimiento y, dotado de una inteligencia privilegiada para reparar en los errores cometidos, contraatacaba con velocidad fulminante.
 
El joven e impaciente guerrero jamás había perdido una lucha.  Con la reputación del samurai, se fue hasta allí para derrotarlo y aumentar su fama.
 
Todos los estudiantes se manifestaron en contra de la idea, pero el viejo aceptó el desafío.
 
Juntos, todos se dirigieron a la plaza de la ciudad y el joven comenzó a insultar al anciano maestro.  Arrojó algunas piedras en su dirección, le escupió en la cara, le gritó todos los insultos conocidos -ofendiendo incluso a sus ancestros-.
 
Durante horas hizo todo por provocarlo, pero el viejo permaneció impasible.  Al final de la tarde, sintiéndose ya exhausto y humillado, el impetuoso guerrero se retiró.
 
Desilusionados por el hecho de que el maestro aceptara tantos insultos y provocaciones, los alumnos le preguntaron:  -¿Cómo pudiste, maestro, soportar tanta indignidad?  ¿Por qué no usaste tu espada, aún sabiendo que podías perder la lucha, en vez de mostrarte cobarde delante de todos nosotros?
 
El maestro les preguntó:  -Si alguien llega hasta ustedes con un regalo y ustedes no lo aceptan, ¿a quién pertenece el obsequio?  -A quien intentó entregarlo- respondió uno de los alumnos.
 
Lo mismo vale para la envidia, la rabia y los insultos -dijo el maestro-. 
Cuando no se aceptan, continúan perteneciendo a quien los llevaba consigo.
 
Envió:  Zulma Karina Shombor de León
 
Tomado del Portal Católico www.encuentra.com
 

Que estas palabras te acompañen y te sirvan de guía hoy y siempre.

Te invitamos a compartir este texto y que lo envíes a quienes creas que lo puedan disfrutar o que les pueda ser de utilidad.

También nos encantaría recibir alguna reflexión, texto u oración que quieras compartir.

La Tacita

Se cuenta que alguna una vez, en Inglaterra, existía una pareja que gustaba de visitar las pequeñas tiendas del centro de Londres. Una de sus tiendas favoritas era una en donde vendían vajillas antiguas.

En una de sus visitas a la tienda vieron una hermosa tacita. «Me permite ver esa taza?», preguntó la Señora, «nunca he visto nada tan fino como eso!». En cuanto tuvo en sus manos la taza, escuchó que la tacita comenzó a hablar. La tacita le comentó:

– «Usted no entiende! Yo no siempre he sido esta taza que usted está sosteniendo! Hace mucho tiempo yo sólo era un montón de barro amorfo. Mi creador me tomó entre sus manos y me golpeó y me amoldó cariñosamente. Llegó un momento en que me desesperó y le grité “Por favor!!. Ya déjame en Paz!”. Pero sólo me sonrió y me dijo “aguanta un poco más, todavía no es tiempo.” Después me puso en un horno. Yo nunca había sentido tanto calor! Me pregunté por qué mi creador querría quemarme, así que toqué la puerta del horno. A través de la ventana del horno pude leer los labios de mi creador que me decían: “aguanta un poco mas, todavía no es tiempo”. Finalmente se abría la puerta.

Mi creador me tomó y me puso en una repisa para que me enfriara. “Así está mucho mejor!” me dije a mí misma, pero apenas yo me había refrescado cuando mi creador ya me estaba cepillando y pintándome. El olor de la pintura era horrible! Sentía que me ahogaría! “Por favor detente!” le gritaba yo a mi creador, pero Él sólo movía la cabeza haciendo un gesto negativo y decía “aguanta un poco más, todavía no es tiempo”.

Al fin dejó de pintarme; pero esta vez me tomó y me metió nuevamente a otro horno! No era un horno como el primero, sino que era mucho más caliente! Ahora sí estaba segura que me sofocaría! Le rogué y le imploré que me sacara! Grité, lloré, pero mi creador sólo me miraba diciendo “aguanta un poco más, todavía no es tiempo”. En ese momento me di cuenta que no había esperanza! Nunca lograría sobrevivir a ese horno! Justo cuando estaba a punto de darme por vencida se abría la puerta y mi creador me tomó cariñosamente y me puso en una repisa que era aun más alta que la primera. Allí me dejó un momento para que me refrescara.

Después de una hora de haber salido del segundo horno, me dio un espejo y me dijo: “Mírate! Esta eres tú!” Yo no podía creerlo! Esa no podía ser yo! Lo que veía era hermoso!

Mi creador nuevamente me dijo: “Yo sé que te dolió haber sido golpeada y amoldada por mis manos, pero si te hubiera dejado como estabas, te hubieras secado. Sé que te causó mucho calor y dolor estar en el primer horno, pero de no haberte puesto allí, seguramente te hubieras estrellado. También sé que los gases de la pintura te provocaron muchas molestias, pero de no haberte pintado tu vida no tendría color. Y si yo no te hubiera puesto en ese segundo horno, no hubieras sobrevivido mucho tiempo, porque tu dureza no habría sido la suficiente para que subsistieras. Ahora tú eres un producto terminado! Eres lo que yo tenía en mente cuando te comencé a formar!”.

Colaboración de Cristina Minolli

Igual pasa con nosotros. Dios nunca nos va a tentar ni a obligar a que vivamos algo que no podamos soportar. Dios sabe lo que está haciendo con cada uno de nosotros. Él es el artesano y nosotros somos el barro con el cual Él trabaja. Él nos amolda y nos da forma para que lleguemos a ser una pieza perfecta y podamos cumplir con su voluntad.

 
 
 

Te invitamos a compartir este texto y que lo envíes a quienes creas que lo puedan disfrutar o que les pueda ser de utilidad.

Nos encantaría recibir alguna reflexión, texto u oración que quieras compartir.

Cuando

Cuando se afirma la  fe se desarrolla la esperanza.
Cuando hay esperanza se cultiva el amor.
Cuando brilla el amor se amplía la conciencia.
Cuando se tiene conciencia se descubre el sentido.
Con el conocimiento del sentido se alcanza autonomía.
Con el uso de la autonomía se logra autoridad.
Con el ejercicio de la autoridad se asume la responsabilidad.
Con el empleo de la responsabilidad se despierta el coraje.
Si se tiene coraje se incrementa el vigor.
Si se cultiva el vigor surge la alegría.
Si se vive con alegría se aprende a correr riesgos.
Si se sabe correr riesgos se cultiva la humildad.
Cuando se es humilde se incrementa la sabiduría.
Cuando hay sabiduría se ejercita la libertad.
Cuando se asume la libertad se irradia paz.
Cuando hay paz se logra armonía.
Con la armonía se puede dar lo mejor de sí mismo.
Con lo mejor de sí mismo se arriba a la plenitud.
Si se tiene plenitud se alcanza trascendencia.
Si se logra trascender se obtiene felicidad.
Si hay felicidad se logra cumplir con la misión
que el Supremo Creador y la vida nos habían destinado.
Cuando se cumple con esta misión se está más cerca de Dios.
 
Jorge Gabriel Castellá
 
Colaboración de Claudia Deluca
 
 
 
 

Te invitamos a compartir este texto y que lo envíes a quienes creas que lo puedan disfrutar o que les pueda ser de utilidad.

Nos encantaría recibir alguna reflexión, texto u oración que quieras compartir.

 

Uno aprende

Después de un tiempo, uno aprende la sutil diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma, que el amor no significa acostarse y una relación no significa seguridad; y uno empieza a aprender que los besos no son contratos y los regalos no son promesas; y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos.
Y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy, porque el terreno de mañana es demasiado inseguro para planes... y los futuros tienen una forma de caerse en la mitad.
Y después de un tiempo uno aprende que si es demasiado, hasta el calorcito del sol quema.  Que hay que plantar su propio jardín y decorar su propia alma, en lugar de esperar a que alguien le traiga flores.
Y uno aprende que realmente puede aguantar, que uno realmente es fuerte, que uno vale, y con cada día... uno aprende.
Con el tiempo aprendes que estar con alguien porque te ofrece un buen futuro, significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado.
Con el tiempo comprendes que sólo quien es capaz de amarte con tus defectos, sin pretender cambiarte, puede brindarte toda la felicidad que deseas.
Con el tiempo te das cuenta de que si estas al lado de esa persona sólo por compañía a tu soledad, irremediablemente acabaras no deseando volver a verla.
Con el tiempo te das cuenta de que los amigos verdaderos valen mucho más que cualquier cantidad de dinero.
Con el tiempo entiendes que los verdaderos amigos son contados, y que el que no lucha por ellos tarde o temprano se vera rodeado sólo de amistades falsas.
Con el tiempo aprendes que las palabras dichas en un momento de ira pueden seguir lastimando a quien heriste, durante toda la vida.
Con el tiempo aprendes que disculpar cualquiera lo hace, pero perdonar es sólo de almas grandes.
Con el tiempo comprendes que si has herido a un amigo duramente, muy probablemente la amistad jamás volverá a ser igual.
Con el tiempo te das cuenta de que cada experiencia vivida con cada persona es irrepetible.
Con el tiempo te das cuenta de que el que humilla o desprecia a un ser humano tarde o temprano sufrirá las mismas humillaciones o desprecios multiplicados al cuadrado.
Con el tiempo comprendes que apresurar las cosas o forzarlas a que pasen ocasionará que al final no sean como esperabas.
Con el tiempo te das cuenta de que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante.
Con el tiempo verás que aunque seas feliz con los que están a tu lado, añorarás terriblemente a los que ayer estaban contigo y ahora se han marchado.
Con el tiempo aprenderás que intentar perdonar o pedir perdón, decir que amas, decir que extrañas, decir que necesitas, decir que quieres ser amigo, ante una tumba ya no tiene ningún sentido.
Pero desafortunadamente... sólo con el tiempo.
 
Envió: Maria V. Bernal

Extraído del Portal Católico www.encuentra.com

 

Que estas palabras te acompañen y te sirvan de guía hoy y siempre.

Te invitamos a compartir este texto y que lo envíes a quienes creas que lo puedan disfrutar o que les pueda ser de utilidad.

Nos encantaría recibir alguna reflexión, texto u oración que quieras compartir.

 

Oración para padres

Señor Dios
Dame un corazón paternal para amar a mis hijos promoviendo su crecimiento
y líbrame del paternalismo, que los ahoga y paraliza.
Dame un corazón libre para reconocer a mis hijos la libertad de ser ellos mismos,
aunque sus caminos no coincidan con mis deseos y expectativas.
Dame un corazón generoso para desear a mis hijos “lo mejor para ellos mismos”
reconociendo que yo no sé lo que es mejor para ellos,
y que son ellos quienes deben buscarlo y decidirlo.
Dame un corazón amistoso para escuchar y comprender a mis hijos
en un diálogo franco y acogedor.
Dame un corazón maduro para amar y aceptar a mis hijos incondicionalmente
y no sólo si son como yo quiero y hacen lo que yo espero.
Dame un corazón inteligente para proteger a mis hijos mientras me necesitan
y retirarme cuando ya no me necesitan,
Sin imponerles una sobreprotección que los irrita y perjudica.
Dame un corazón sabio para discernir lo más acertado para cada edad,
para cada momento, y para cada uno de mis hijos.
Dame un corazón sincero para que tenga la honestidad de no decir
que hago por mis hijos, lo que en realidad hago por mi mismo.
Dame un corazón respetuoso para ofrecer a mis hijos mis consejos
sin imponerles mis convicciones, para entregarles mi experiencia
sin condenarlos y humillarlos cuando hacen su propia experiencia.
Dame un corazón misericordioso para perdonar a mis hijos,
dándoles una nueva muestra de confianza y una nueva oportunidad  cada vez
que la necesitan, para crecer y cambiar superando sus errores y debilidades.
Dame un corazón humilde para que no confunda autoridad con autoritarismo
y para crecer con mis hijos que crecen, sin instalarme en la autosuficiencia
y en la incapacidad de reconocer mis fallas y mis errores.
Dame un corazón fuerte para saber “perder” a mis hijos
dejándolos crecer y partir, porque quiero conocer la alegría
de “recuperarlos” adultos, sin exponerme a perderlos reteniéndolos como niños.
Rene Trossero
 

Que estas palabras te acompañen y te sirvan de guía hoy y siempre.

Te invitamos a compartir este texto y que lo envíes a quienes creas que lo puedan disfrutar o que les pueda ser de utilidad.

Nos encantaría recibir alguna reflexión, texto u oración que quieras compartir.