Que se amen los unos a los otros

Evangelio según San Juan. Jn 13, 33-35

Hijos míos, ya no estaré mucho tiempo con ustedes… Les doy un mandamiento nuevo: que se amen los unos a los otros, como yo los he amado; y por este amor reconocerán todos que ustedes son mis discípulos». Palabra del Señor.

Reflexión de Héctor M. Pérez V., Pbro.:

Este es el comienzo del discurso de despedida que Jesús hace a sus discípulos en la última cena. Parecería como un testamento que Jesús quiere dejar a sus discípulos antes de partir. Esto le da una importancia muy especial a las palabras de Jesús. Salta a la vista inmediatamente la característica principal que Jesús hace de sus discípulos: saberse amados y amarse los unos a los otros. Esto no es sólo una característica moral, saberse amados por Dios y amarse unos a otros, es parte constitutiva de nuestro ser cristiano.

Vale la pena preguntarnos hoy ¿en qué fundamentamos nuestro ser cristiano? Es decir, ¿por qué nos decimos discípulos de Cristo? Todos podremos decir,»por que somos bautizados», o tal vez, «porque vamos a misa» o tal vez,»porque estoy en un grupo apostólico» o los más dirán «porque mis padres y mis abuelos lo son… es decir por «tradición»». Al escuchar este evangelio,¿podremos seguir diciendo lo mismo? Ser cristianos significa sabernos amados por un Dios que se encarnó entre nosotros, vivió, murió y resucitó por nosotros; sabernos amados por un Dios al que le importamos tanto que no escatimó ni en su propio Hijo para que nosotros comprendiéramos su amor.

Y en un segundo momento, ser discípulo de Cristo significa amar como somos amados, perdonar como somos perdonados por Dios, ser solidarios como Jesús lo fue con nosotros.

Nadie da lo que no tiene, por eso Dios nos ama primero, para que como cristianos compartamos ese amor que primero recibimos de él.

PROPÓSITO

Acerquémonos a recibir el amor de Dios. Si estás batallando para amar a alguien, para perdonar a tu pareja, a tu padre, a un amigo(a), o a quien sea; acércate primero a Dios, pídele ese amor, esa misericordia para que entonces la puedas dar tu también. ¿Cómo acercarse a Dios? En silencio, búscalo en la Biblia, en el Santísimo Sacramento (en el Templo), en un rato de meditación, rezando el Padre Nuestro. Como tú quieras, pero búscalo y El te encontrará.

Extraído del Portal Católico www.encuentra.com ( 2001 )

Te invitamos a compartir este texto y que lo envíes a quienes creas que lo puedan disfrutar o que les pueda ser de utilidad.

Nos encantaría recibir alguna reflexión, texto u oración que quieras compartir.

Publicado por

Javier Serrano

Arquitecto, Productor de Seguros y Agente Inmobiliario apasionado por los deportes y Cronista, Camarógrafo y Fotógrafo Amateur

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *