El Libro de tu Vida

Hoy cierras un volumen más del libro de tu vida .

Cuando comenzaste este libro todo era tuyo,

te lo puso Dios en las manos, podías hacer con él lo que quisieras:

un poema, una pesadilla, una blasfemia, un sistema, una oración.

Podías… hoy ya no puedes; no es tuyo, ya lo has escrito,

ahora es de Dios. Te lo va a leer todo Dios

el mismo día en que te mueras, con todos sus detalles.

Ya no puedes corregirlo. Ha pasado al dominio de la eternidad.

Piensa unos momentos en este día. Toma tu libro y hojéalo despacio, deja pasar sus páginas por tus manos y por tu conciencia.

Ten el gusto de verte a ti mismo. Lee todo.

Repite aquellas páginas de tu vida en las que pusiste tu mejor estilo. No olvides que uno de tus mejores maestros eres tú mismo.

Lee también aquellas páginas que nunca quisieras haberlas escrito. No…. no intentes arrancarlas, es inútil.
Ten valor para leerlas, son tuyas. No puedes arrancarlas,

pero puedes anularlas cuando escribas tu siguiente libro.

Si lo haces, Dios pasará éstas de corrida

cuando te lea tu libro en el último día.

Hay en él trozos de ti mismo; es un drama apasionado

en el que el primer personaje eres tú. Tú en escena con Dios,

con tu familia, con tu trabajo, con la sociedad.

Tú lo has escrito con el instrumento asombroso de tu libre albedrío sobre la superficie inmensa y movediza del mundo.

Es un libro misterioso, que en su mayor parte, la más interesante,

no puede leerlo nadie mas que Dios y tú.

Si tienes ganas de besarlo, bésalo, si tienes ganas de llorar,

llora fuerte sobre tu viejo libro en esta noche.

Pero, sobre todo, reza sobre tu libro viejo. Cógelo en tus manos, levántalo hacia el cielo y dile a Dios sólo dos palabras:

Gracias! Perdón!. Después dáselo a Cristo. No importa como esté, aunque tenga páginas negras, Cristo sabe perdonar.

Esta noche te ha de dar Dios otro libro

completamente blanco y nuevo. Es todo tuyo.
Vas a poder escribir en él lo que quieras.
Pon el nombre de Dios en la primera página.

Después dile que no te deje escribirlo solo.

Dile que te tenga siempre de la mano… y del corazón.

Colaboración de Clementina Uncal ( 2001 )

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Una sesión de limpieza interior

No tengas miedo del ayer.

Tus recuerdos se agolpan en la puerta de la memoria

pujando por salir a la superficie de la conciencia.

No tengas miedo… Déjalos salir.

Mira cada recuerdo como si fuera hoy.

Escucha aquellas palabras que tan lejanas pueden parecerte.

Deja que todo tu ser se inunde del ayer.

Recuérdalo…

Cada minuto, cada silencio. Sus nombres, sus voces, sus miradas.

Hay en cada gota de emoción una lágrima a punto de quemarte las mejillas.

No permitas que tu corazón se quede a mitad de camino sin haberse curado.

Y cuando estés en el silencio de tus recuerdos…

Inspira….profundamente…Inspira.

Toma todo el aire que quieras, aspira todo ese recuerdo y rescata lo mejor.

Incorpora nuevamente a tu ser interno toda esa energía de aquel ayer,

y al exhalar deja que toda tristeza por los tiempos idos realmente se vaya,

exhala toda energía negativa que haya quedado en tu interior,

y deja marchar esos cúmulos energéticos que no te hacen bien.

Respira… Respira… Respira… y déjate ser.

Permite que hoy sea mejor.

Aspira todo el universo que quiere estar en tu conciencia

y sé conciencia… y sé universo.

Verás que con los días todo estará un poco mejor.

Un rayo de luz llegará a tu conciencia,

sin saberlo has hecho el trabajo de darle a Dios lo que Dios quería:

tus experiencias, tu confesión verdadera.

A veces nos aferramos tanto a los recuerdos

que llega un momento en que nos cuesta caminar,

nos cuesta entender lo nuevo de cada día,

pues estamos aún inmersos en las discusiones del ayer.

Yo sé que cuesta mucho superar un mal momento, sé que duele muchísimo acordarse de aquellos a los que hemos amado tanto y ya no están, pero si limpiáramos nuestro interior de excesivas cargas emocionales, verías que habría un poco más de lugar para ampliar nuestro horizonte espiritual…

Te darías cuenta que ellos que ya no están en la tierra

aún nos sonríen desde el espíritu.

Habría una oportunidad de acrecentar nuestra conciencia

hasta límites mayores de los que hoy recorremos.

Vacía el contenido emocional de tus recuerdos.

No te aferres a ellos como a una bolsa de tesoros.

Ama cada instante vivido y suéltalos tal como harías con un pájaro

que quiere libertad y lo sueltas una mañana de sol en primavera.

Para ello utiliza la respiración conciente, utiliza el poder de la conciencia,

extrae de tu interior los recuerdos que te atan y desátalos suavemente con el aire.

Al exhalar imagina cada escena volando en el espacio a tu alrededor

hasta que finalmente levanta vuelo y …. ya no te pertenece….

Ahora duerme en tu paz…»

 

Miguel Angel Arcel

Colaboración de Clementina Uncal

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Dios, habla conmigo

Un hombre susurró: Dios, habla conmigo;

y un ruiseñor comenzó a cantar, pero el hombre no oyó.

Entonces el hombre repitió : Dios, habla conmigo;

y el eco de un trueno se oyó, mas el hombre fue incapaz de oír.

El hombre miró alrededor y dijo: Dios, déjame verte;

y una estrella brillo en el cielo, pero el hombre no la vio.

El hombre comenzó a gritar: Dios, muéstrame un milagro;

y un niño nació, mas el hombre no sintió el latir de la vida.

Entonces el hombre comenzó a llorar y a desesperarse:

Dios, tócame y déjame saber que estás aquí conmigo…

y una mariposa se posó suavemente en su hombro;

el hombre espantó la mariposa con la mano

y desilusionado continuó su camino, triste, solo y con miedo.

Hasta cuando tenemos que sufrir para comprender
que Dios está siempre donde está la vida ???

Hasta cuando mantendremos nuestros ojos

y nuestros corazones cerrados para los milagros de la vida

que se presentan diariamente en todo momento ???

 

 

(canto Indigena – Traducida y adaptada del Libro By San Etioy)

Colaboración de Clementina Uncal
 

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Verbos

REGALAR una sonrisa cada día.

Con ella te sentirás feliz vos y quien la reciba.

 

SOÑAR Y VOLAR aunque nuestros pies toquen la Tierra.

 

LLORAR cuando una nostalgia o tristeza te lo pida.

Una lágrima no es debilidad, ayuda a recuperar una sonrisa.

 

PERDONAR tus propios tropiezos y de los demás.

Lo importante es darte y dar la posibilidad de pararse y volver a caminar.

 

INTENTAR todo lo que sientas latir en tu corazón y en tu alma.

Confiado que te hará feliz.

 

VALORAR los pequeños como los grandes regalos que te dé la vida.

Juntos llenarán tu corazón de felicidad.

 

GUARDAR cada enseñanza recibida, cada afecto compartido.

Como tesoro que por siempre te harán sentir vivo.

 

DESCARTAR aquello que pueda hacerte daño o sepas que no tiene sentido.

 

RESCATAR todo lo que te permita crecer y ser feliz en familia y con amigos.

 

COMPARTIR con todos los que te rodean, lo mejor de vos

y sentir que vale la pena creer, soñar y vivir por un mundo mejor.

 

 

Colaboración de Clementina Uncal
 
 

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El alba de la esperanza

Cuando el alma camina junto al corazón, la fuerza del espíritu nos lleva a la eternidad…..

El alba, luz, fuente, comienzo….empezar no es fácil, debemos seguir huellas indelebles de constantes esfuerzos.

Sentir que el tiempo no borra las imágenes, sino que perdura el estigma de la ilusión. Soñar los sentimientos de ayer, de hoy, de siempre. Llevarlos en un camino de primavera, siguiendo el vuelo del viento, en un sonido fugaz….

Saber que la esperanza es un motivo de vida, de alegría, que nos permite hablar en futuro, con ojos profundos de estrellas sabias.

Nacer, existir, vivir y nunca morir: cuando entendemos que el ser humano es la evolución de lo infinito………..

Clementina 29-8-01

 
 
Colaboración de Clementina Uncal
 
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