El joven discípulo de un filósofo sabio llega a casa y dice:
-Maestro, un amigo estuvo hablando de ti con malevolencia...
- ¡Espera! – lo interrumpe el filósofo.
- ¿Hiciste pasar por las tres rejas lo que vas a contarme?-
-¿Las tres rejas? Preguntó el discípulo.
-Si, la primera es la verdad.
¿Estás seguro de lo que quieres decirme es absolutamente cierto?
-No. Lo oí comentar a unos vecinos - dice el joven.
-Al menos lo habrás hecho pasar por la segunda reja, que es la bondad.
Eso que deseas decirme, ¿es bueno para alguien?
-No, en realidad no. Al contrario.
-¡Ah, vaya! La última reja es la necesidad.
¿Es necesario hacerme saber eso que tanto te inquieta? - pregunta el filósofo.
-A decir verdad, no ! - comenta apesadumbrado el discípulo.
-Entonces - dijo el sabio sonriendo - si no es verdad, ni bueno, ni necesario, sepultémoslo en el olvido.
Envió: Marcos Patiño
Extraído del Portal Católico www.encuentra.com ( año 2.002 )
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