Reflejo de nuestras Actitudes

Sentados en el pórtico de una destartalado granja, un joven y su abuelo vieron venir un automóvil por el rara vez transitado camino rural.

El ocasional conductor se detuvo a preguntar la dirección para llegar a un pueblo vecino. Después de recibir las indicaciones respectivos, regresó a su auto. Había dado sólo unos cuantos pasos, cuando titubeó e hizo una pregunta torpe al anciano: – Dígame señor, ¿Cómo son los personas de por aquí?-. – ¿Por qué lo pregunta?- respondió el abuelo. Acercándose unos pasos, el forastero dijo: – Me estoy mudando de un pueblo donde las personas eran muy mezquinas. Nunca había estado con gente tan amargado en mi vida. Viví en ese pueblo durante más de un año y jamás me sentí parte de la comunidad –

– Supongo que encontrará a las personas de por aquí muy similares a los que dejó -replicó el anciano. El extraño se despidió y alejó. El nieto lucía sorprendido por el ocasional diálogo, pero no dijo nada.

Pocas horas después, otro automóvil se detuvo frente a la granja donde aún los dos disfrutaban del atardecer otoñal. La conductora, con una gran sonrisa en su rostro, caminó con paso vivo hacia ellos y preguntó la forma de llegar al mismo pueblo; después de anotar con cuidado las instrucciones, también preguntó: – Dígame, ¿Cómo son las personas de por aquí?-. Una vez más, el anciano granjero cuestionó: – ¿Por qué lo pregunta?-. – Me estoy mudando desde uno de los pueblos más agradables que haya conocido -respondió la mujer con una gran sonrisa- Esos vecinos fueron unos verdaderos hermanos. Los extrañaré mucho -.

-Bueno – dijo el anciano- de seguro usted encontrará que los personas de por aquí son muy similares a los que dejó-. La mujer, muy contenta con la respuesta, se alejó feliz en su automóvil. El muchacho, muy sorprendido y algo confundido, se volvió hacia su abuelo y le inquirió:Abuelo, ¿por qué le diste a ambos forasteros respuestas opuestas a la misma pregunta?-.

El abuelo puso la mano sobre el hombro de su nieto, y como quien le revela una gran enseñanza sobre la vida, le respondió: –

Nunca olvides que es la actitud de una persona hacia su comunidad la que determina como ésta le responderá. La manera como la veamos no es más que el reflejo de nuestras propias actitudes.

Colaboración de Marta Zaghini ( 2001 )

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Publicado por

Javier Serrano

Arquitecto, Productor de Seguros y Agente Inmobiliario apasionado por los deportes y Cronista, Camarógrafo y Fotógrafo Amateur

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