La plegaria de San Francisco

Señor, hazme un instrumento de tu paz.

Donde haya odio, déjame sembrar amor ;

donde haya perjuicio, perdón ;

donde haya duda, paz ;

donde haya desesperación, esperanza ;

donde haya oscuridad, luz ;

donde haya tristeza, júbilo.

Oh, divino Maestro, concédeme que no busque tanto

ser consolado como consolar,

ser comprendido como comprender,

ser amado como amar.

Porque es en el dar que recibimos ;

es en perdonar que somos perdonados ;

es en morirnos que nacemos a la vida eterna.

Que esta oración te acompañe y te sirva de guía hoy y siempre.

Publicado por

Javier Serrano

Arquitecto, Productor de Seguros y Agente Inmobiliario apasionado por los deportes y Cronista, Camarógrafo y Fotógrafo Amateur

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *