El Duelo y su elaboración – Duelo

Duelo

1. Duelo es el reciclaje del sufrimiento.

2. Sanar las heridas abiertas es elaborar el duelo.

3. Hacer el duelo es elaborar el sufrimiento: trabajarse en el sufrimiento.

4. El duelo es la actividad y actitud de la persona ante la reacción emocional, espontánea y natural que provoca el sufrimiento producido por:
– Pérdida de bienes, prestigio, posición, afectos, libertad, amores, amistad, matrimonio, (divorcio), vínculos (adopción), identidad personal, autoestima, ilusiones, honor, verdad, posibilidades, salud, integridad corporal, raíces culturales, patria, trabajo…
– Omisión de lo que no se pudo tener, ser, hacer, amar o ser amado.
– Alejamiento o separación parcial o definitiva de alguien amado.
– Muerte de seres queridos y la propia muerte cercana .

5. La finalidad del duelo tras la muerte de un ser querido es dar expresión y cauce sano a los sentimientos, serenando el sufrimiento, dominado la pena de la separación, integrando la extrañeza física, aceptando cognitivamente la realidad de la muerte, reorientando positivamente la energía afectiva con un proyecto pleno de sentido, amando con un nuevo lenguaje de amor al fallecido a quien, como creyentes, ponemos en las manos misericordiosas de Dios en la esperanza firme de la resurrección, donde nos ama con el amor purificado y pleno de Dios.

6. Si el sufrimiento tiene sus leyes, el duelo también tiene sus leyes.

7. Es de ley hacer el duelo.

8. El duelo es una verdad que se acomoda con verdad.

9. Hay sufrimientos y sufrimientos, hay duelos y duelos.

10. Estar en duelo es estado sufriente pasivo, víctima del sufrimiento. Hacer el duelo es hacer sufrir al sufrimiento para sanar.

11. Estar en duelo es el abogado del sufrimiento. Hacer el duelo es el fiscal del sufrimiento.

12. El nudo gordiano del sufrimiento hay que cortarlo por insano con un duelo sano.

13. El duelo que no se hace bien hace mucho mal.

14. Los malos duelos producen tan grandes males como los malos sufrimientos.

15. Los malos duelos producen grandes solitarios. Los buenos duelos producen grandes solidarios.

16. El buen duelo es un sufrimiento para el sufrimiento; el mal duelo es un agasajo para el sufrimiento.

17. Hay que hacer el duelo de los malos duelos.

18. Hacer bien el duelo es deshacer el sufrimiento. Hacer mal el duelo es rehacer el sufrimiento.

19. El sufrimiento “des-vitaliza”. El duelo “re-vitaliza”.

20. El sufrimiento te centra en tu yo para descentrarte. El duelo te descentra de tu yo para centrarte.

21. El fondo del sufrimiento es un sufrimiento sin fondo. El fondo del duelo es hasta el fondo del sufrimiento.

22. El duelo se hace en el hablar, rompiendo la incomunicación; sacando las penas del corazón; superando las ideas insanas sobre el sufrimiento; purificando la fe, vivenciando la Resurrección; con un proyecto significativo de vida.

23. Yo domino el sufrimiento o el sufrimiento me domina a mí.

24. Elaborar los duelos es materia de aprendizaje.

25. El duelo es re-educación.

26. El duelo es psico-educación.

27. Sanear la estructura cognitiva de los esquemas mentales traicioneros es elaborar el duelo.

28. En el duelo hay que poner mucha voluntad contra la voluntad del sufrimiento.

29. Hacemos el duelo según somos nosotros, no según era el muerto.

30. El duelo no es magia. ¡Cuánto duele hacer el duelo!

31. El duelo es un largo proceso. Siempre el viaje más largo está dentro de uno mismo.

32. En el duelo: pacientes, pero no pasivos.

33. El duelo necesita las armas de las aptitudes y de las actitudes.

34. El duelo es tan clarividente que no se resigna a sobrevivir.

35. El sufrimiento quiere consolación; el duelo, sanación.

36. El sufrimiento es muy pensador, pero muy mal pensado:
Sólo pueden ayudarme los que han pasado por esto.
El tiempo va a sanar mis heridas.
¿Por qué no me habré muerto yo en su lugar?
Si me divierto estoy traicionando su cariño.
Nunca más voy a ser feliz.

37. Más ideas insanas del carácter del sufrimiento:
Si sigo sufriendo es porque lo quiero.
Dios me probó muy duro.
Es el destino.
Si perdono…, lo estoy traicionando.
¿Qué sentido tiene ya mi vida sin él/ella?

38. El sufrimiento querrá convencerte de que en el duelo anormal eres lo más normal.

39. Duelo no realizado, sufrimiento solapado.

40. Duelo parado, sufrimiento continuado.

41. Una gran pérdida o la muerte de un ser querido no es enfermedad. El duelo patológico sí es enfermedad.

42. Al principio estaba mejor que ahora: duelo retardado.

43. No pongas un duelo crónico en tu vida.

44. En el duelo, las penas con esperanza suben y se serenan; las penas con desesperación bajan, pesan y no pasan.

45. Hay gente que si dejara de sufrir, no sabría para qué vivir.

46. Hay que desahogarse en el duelo para no ahogarse en el sufrimiento.

47. En el sano desahogarse, el sufrimiento cambia de cara.

48. Se entrega el sufrimiento para ser desparramado o para ser iluminado.

49. El sufrimiento que solo se desahoga desparramándose, sin confrontarse, se ahoga.

50. En la herida tierna, tierna escucha. En la herida madura, confrontación empática madura.

51. En el duelo, pacientes pero no pasivos. Pero no drogarse con la hiper-acción.

52. El sufrimiento llora hacia fuera, el duelo hacia dentro.

53. En un principio, llorar hacia fuera para desahogarse. Después, llorar hacia adentro para confrontarse empáticamente.

54. Que el llanto dé lugar a la palabra… y a la escucha.

55. En el duelo, contención y confrontación.

56. El sufrimiento es un torrente de preguntas conducidas fuera de ti. El duelo es una cascada de preguntas reconducidas hacia ti, cuya respuesta eres tú.

57. El sufrimiento lleva para atrás; el duelo lleva para adelante.

58. El sufrimiento pregunta por el pasado. El duelo, por el futuro.

59. El sufrimiento pregunta y se obceca por el sentido de la muerte temprana. El duelo con fe ilumina desde una felicidad plena en Dios.

60. Querer sacar el sufrimiento a la gente sin elaborarlo es querer mal a la gente.

61. En el duelo: sufrir sanamente para dejar de sufrir.

62. Evitar sufrir insanamente para seguir sufriendo.

63. El duelo no es ingenuo: el sufrimiento no tiene atajos.

64. En el duelo: brindarse, no blindarse.

65. El cambio es evolución. La crisis, revolución. El sufrimiento es crisis, el duelo es cambio.

66. En el duelo: lo que no se conoce no se reconoce; lo que no se asume no se redime.

67. No te enfrentes a tu sufrimiento; confróntate empáticamente con tu sufrimiento.

68. En el duelo: no darse permiso para seguir sufriendo.

69. El duelo comprueba: El peor enemigo para sanar el sufrimiento es no quererse.

70. El duelo aconseja: El hombre es el mejor remedio para el hombre.

71. El duelo es muy social: En tu gran sufrimiento, no hagas sufrir a los demás.

72. El duelo purifica: Se necesita amar, pero amar no es necesitar.

73. El duelo nos enseña: Hay que amar en verdad y libertad.

74. El duelo desapega los apegos, y apega los desapegos.

75. El duelo nos muestra el egoísmo: yo sé que está bien… pero lo quiero conmigo.

76. Cuando lloro en la pena de la separación, lloro por mí.

77. En el duelo, los eufemismos no cambian la realidad, añaden sufrimiento por no aceptar la realidad: Se fue, lo perdí..

78. La asignatura del duelo o se rinde o se deja previa.

79. El duelo es un gran sacrificio personal de sanación en el que no hay que hacerse la víctima.

80. La elaboración del duelo empieza por casa.

81. Nadie sale a flote del pozo del sufrimiento porque esté cansado de sufrir.

82. Nadie elabora sanamente el sufrimiento sólo porque tenga razones para sufrir.

83. Nadie elabora el sufrimiento sólo porque tenga razones para dejar de sufrir.

84. Se elabora el duelo porque se tienen razones para vivir.

85. En el duelo, no consueles con frases hechas que deshacen.

86. ¡Atención con medicar el duelo!

87. El sufrimiento, no medicarlo sino elaborarlo.

88. Se institucionalizan los grupos de mutua ayuda en duelo, pero no se institucionaliza el duelo en la vida de las personas.

89. ¡Con la drogogrupodependencia, atención!

90. La fuerza del apego nos recuerda que la sangre es muy pegajosa.

91. Dite en tu duelo: ¡Cuánto me quiero! Date caricias positivas nomás.

92. El sufrimiento quiere grupos de autoayuda para compartir el sufrimiento. El duelo quiere grupos de mutua ayuda para compartir el proceso de sanación.

93. En los duelos, mejor que comunión de dolor, comunión de sanación.

94. Si uno cae el otro lo levanta, pero ¡ay del solo que cae!… si no tiene quien lo levante (Eclesiastés 4,10).

95. Tentación de tentaciones: No volveré a ser feliz.

96. Reunificación mágica: Si me fuera con él…

97. El duelo pregunta: ¿Para qué idealizar al muerto y vivir con baja autoestima?

98. El duelo avisa: Nadie quiere que se mueran con él. No morirse con los muertos.

99. El duelo previene: No hacer el duelo aislado de la familia, con pactos de silencio.

100. El duelo advierte: No se puede elegir la pérdida o la muerte, sí que actitud tomar ante ellas.

101. El duelo amonesta: Nadie sale del duelo si no entra.

102. El duelo es realista: Después de perder mucho, no seguir perdiendo.

103. Tu ser querido muerto no está dentro de tu corazón. No es tuyo.

104. El duelo destabuiza el sufrimiento de la muerte. El sufrimiento tabuiza el duelo de la muerte.

105. Te ser querido no está dentro de tu corazón. No es tuyo.

106. ¿Crees que los muertos viven en tu recuerdo y corazón? ¡Pobre y corta vida tendrían!

107. En tú corazón está el amor por el ser querido muerto, pero no él/ella.

108. El alma de tu ser querido muerto no está en sus cosas ni en sus proyectos terrenales.

109. En el duelo has de violentarte sanamente para no hacer la agenda al muerto y no secuestrarlo de su felicidad.

110. Los muertos no dejan proyectos para los vivos. ¿Por qué hacer todo en homenaje al muerto?

111. ¿De verdad crees que los muertos dependen de tu amor, sufrimiento o felicidad? ¡Pobre de ti! ¡Pobres ellos!

112. Los muertos no pasan factura a los vivos. No te hagas el vivo con los muertos.

113. Los vivos sí pasan facturas a los vivos… y a los muertos.

114. Cuando tú mismo te conviertes en otro hombre, el sufrimiento realmente tiene sentido.

115. Después de un gran sufrimiento no volvemos a ser los mismos de antes… para mejor o para peor.

116. Todas la etapas importantes del proceso del duelo tienen su preduelo: aniversarios, fiestas, juicios, cumpleaños…

117. En el duelo, él no es como ella, pero siempre él con ella, ella con él.

118. El amor no compara los sufrimientos.

119. El que ama analiza sus actitudes ante el sufrimiento… para no hacer sufrir.

120. En el duelo, nada hacer por obligación exterior, todo por convicción interior.

121. Amar no es idealizar.

122. En el duelo, la lógica de los mayores es ilógica para los pequeños.

123. La mejor manera de que los hijos elaboren los duelos es que los padres lo elaboren.

124. En el duelo, que los hijos no sean padres y los padres no se hagan hijos.

125. Los padres tienen el derecho de hacer su duelo pero no tienen derecho de dejar de ser padres… y esposos.

126. ¡Ojo y pestaña que el sufrimiento engaña! El duelo no es para olvidar, o para dejar de pensar, dejar de amar o transferir el cariño.

127. Amo sanamente a quien se murió si me amo a mí mismo.

128. Amo verdaderamente a quien se murió si amo a los que quedan vivos.

129. Amo plenamente a quien se murió si me dejo amar por quienes quedan vivos.

130. Amo gozosamente a quien se murió si me dejo amar por quien se murió y me ama resucitado en el amor de Dios. Es la comunión de los santos.

131. El amor es de ida y vuelta, también con los muertos en Dios.

132. Hay gente que vive para los muertos y muere para los vivos.

133. En la solidaridad, como homenaje a los muertos, si no se elabora el duelo, se suele utilizar y manipular a los vivos.

134. Si no se hace el proceso interior de sanación, toda acción de solidaridad es una tapadera del mal duelo.

135. Mi yo herido es mi primer prójimo para ayudar y sanar.

136. Dejarse ayudar por los expertos del duelo: exploradores de los recovecos del sufrimiento.

137. ¿Y quien sufre mucho y mal con una fe poca e inmadura?

138. Hay gente que sufre por mala fe y gente que sufre por una mala fe.

139. En el sufrimiento sin fe, no solo uno está perdido. Tiene al ser querido muerto no localizado, perdido.

140. Hay dolientes sin un buen duelo que llevan a Dios al banquillo de los acusados.

141. La Gracia de Dios nunca puede ser des-gracia.

142. Hay gente mayor que patalea con Dios como niños… resentidos.

143. Si estás resentido con Dios, recuerda que no hay cielo sin Dios… para tus seres queridos muertos.

144. No te olvides que Dios Padre tuvo un solo Hijo y se lo mataron los hombres… delante de su madre.

145. Dios Padre,
que en su Hijo Jesús,
pasó haciendo el bien,
cuidando a los enfermos,
¿te va a querer mal?
¿te va a corregir con una enfermedad?
¿te va a castigar con un accidente?
¿se va a vengar con la muerte de tu ser querido?

146. La paciencia de Dios ante nuestra bronca es terapia.

147. Mejor que quejarse de Dios a Dios, quejarse con Dios.

148. Dios nunca te prueba, está contigo en tus pruebas.

149. Dios no te quita a tu ser querido muerto, te lo recibe.
150. Tú eres padre por la sangre, Dios por el espíritu.
Tú eres padre sobre la tierra, Dios desde el cielo.
Tú eres padre en el tiempo, Dios en la eternidad.
Tu amor de padre es imperfecto, el amor de Dios Padre es perfecto.
… aunque te cueste admitirlo.

151. Ten fe en el Dios de la vida y en la vida que viene de Dios.

152. La fe en Dios es también fe que Dios te tiene fe y que te tienes fe.

153. En los duelos hay que alimentar la fe: comiendo la Palabra, comiendo la Eucaristía (cfr. Lucas 24,11,-36).

154. El sufrimiento te saca la oración. El duelo te pide mucha oración.

155. Cada duelo con su duelo. No mezclar los duelos.

156. El duelo te pregunta: ¿dónde está tu ser querido muerto?

157. El duelo pregunta: ¿tu ser querido muerto, es pasado, presente o futuro?

158. Sabias que el cielo no se merece? ¿Se recibe de la misericordia de Dios?

159. ¿Has entregado tu ser querido muerto a Dios?

160. El duelo le dice al sufrimiento que morirse no es perderse.

161. Sólo perdemos a nuestro seres que murieron
si no los amamos
y si no los tenemos junto a Dios
que nunca se pierde (San Agustín, Confesiones, libro IV, cap. 9).

162. Jesús dijo:
Yo soy la resurrección y la vida:
el que cree en mí aunque muera vivirá.
Y todo el que vive y cree en mí,
no morirá jamás.
¿Crees esto? (Juan 11,25-26)

163. No creo en la resurrección porque sea cristiano. Porque creo en la resurrección soy cristiano.

164. La resurrección repudia la reencarnación (Hebreos 9,26) y el espiritismo.

165. En el duelo sin fe, la muerte es el fondo. En el duelo cristiano la resurrección es el trasfondo.

166. La fe en la resurrección de los seres queridos muertos es paz en nosotros por su felicidad.

167. La tristeza del duelo oxida el alma. Hay que en-gracia-rla con la esperanza de la resurrección.

168. El amor es más fuerte que la muerte (Sabiduría 8,6).

169. La resurrección de Cristo no es una idea consoladora. Es una vivencia existencial de fe.

170. La resurrección de los muertos es la esperanza de los cristianos (Tertuliano siglo II-III).

171. Dios no es de muertos sino de vivos :
«Se le acercan unos saduceos, esos que niegan que haya resurrección, y le preguntaban: «Maestro, Moisés nos dejó escrito que si muere el hermano de alguno y deja mujer y no deja hijos, que su hermano tome a la mujer para dar descendencia a su hermano. Eran siete hermanos el primero tomó mujer, pero murió sin dejar descendencia, también el segundo la tomó y murió sin dejar descendencia, y el tercero lo mismo. Ninguno de los siete dejó descendencia. Después de todos, murió también la mujer. En la resurrección, cuando resuciten, ¿de cuál de ellos será mujer? Porque los siete la tuvieron por mujer.» Jesús les contestó: «¿No estáis en un error precisamente por esto, por no entender las Escrituras ni el poder de Dios? Pues cuando resuciten de entre los muertos, ni ellos tomarán mujer ni ellas marido, sino que serán como ángeles en los cielos. Y acerca de que los muertos resucitan, ¿no habéis leído en el libro de Moisés, en lo de la zarza, cómo Dios le dijo.- Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? No es un Dios de muertos, sino de vi vos. Estáis en un gran error» ‘ (Marcos 12,18-27).

172. Si se anuncia que Cristo resucitó de entre los muertos, ¿cómo algunos de ustedes afirman que los muertos no resucitan? (Corintios 15,12).

173. No ser como los que no tienen esperanza: «Hermanos, no queremos que estén en la ignorancia respecto de los muertos, para que no se entristezcan como los demás, que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y que resucitó, de la mima manera Dios llevará consigo a quienes murieron en Jesús (1 Tesalonicenses 4,13-14)

174. ¿Y cómo es el cielo?
No llores si me amas…
Si conocieras el don de Dios y lo que es el cíelo…
Si pudieras oír el cántico de los ángeles y verme en medio de ellos…
Si pudieras ver desarrollarse ante tus ojos los horizontes, los campos y los nuevos senderos que atravieso… Sí por un instante pudieras contemplar como yo la belleza ante la cual las bellezas palidecen… ¡Cómo!… ¿ Tú me has visto, me has amado en el país de las sombras y no te resignas a verme y amarme en el país de las inmutables realidades? Créeme. Cuando la muerte venga a romper tus ligaduras como ha roto las que a mí me encadenaban, cuando llegue el día que Dios ha fijado y conoce, y tu alma venga este cielo en el que te ha precedido la mía…
Ese día volverás a verme. Sentirás que te sigo amando, que te amé, y encontrarás mí corazón con todas sus ternuras purificadas. Volverás a verme en transfiguración, en éxtasis feliz.
Ya no esperando la muerte, sino avanzando contigo, que te llevaré de la mano por los senderos nuevos de luz y de vida.
Enjuga tu llanto y no llores, si me amas (Confesiones, libro X, cap. 13).

175. El amor de los muertos en Cristo no es amado. ¿Por qué amas tanto a tus muertos y no te sientes amado por su amor en Dios?

176. La felicidad de los resucitados en Cristo sana los duelos.

177. No dejen jamás que la tristeza los invada al punto de hacerles olvidar la felicidad de Cristo Resucitado (Madre Teresa de Calcuta)

178. El mejor regalo al ser querido muerto: orar por él y ser feliz.

179. La muerte en vida es la peor muerte.

180. Vivir para los muertos: un valor que es un disvalor.

181. Ultimas palabras de Santa Mónica, madre de San Agustín

Queridos, no lloren.
Yo voy al Señor,
voy a esperarlos a la gloria.
Muero, pero mi amor no muere:
los amaré en el cielo
como los he amado en la tierra.
No se dejen abatir por la pena.
No miren la vida que acabo
sino la vida que comienzo
Sólo les pido que me recuerden
ante el altar del Señor (Confesiones, libro IX, cap. XI).

182. El duelo: agente pedagógico enigmático.

 

Tomado del Sitio Web   www.redsanar.org / pastoralduelo

Pastoral del Duelo                 www.pastoralduelo.com

Publicado por

Javier Serrano

Arquitecto, Productor de Seguros y Agente Inmobiliario apasionado por los deportes y Cronista, Camarógrafo y Fotógrafo Amateur

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