Nadie

Nadie alcanza la meta con un solo intento, ni perfecciona la vida con una sola rectificación, ni alcanza altura con un solo vuelo.

Nadie camina la vida sin haber pisado en falso muchas veces.

Nadie recoge cosechas sin probar muchos sabores, enterrar muchas semillas y abonar mucha tierra.

Nadie mira la vida sin acobardarse en muchas ocasiones, ni se mete en el barco sin temerle a la tempestad, ni llega al puerto sin remar muchas veces.

Nadie siente el amor sin probar sus lágrimas, ni recoge rosas sin sentir sus espinas.

Nadie hace obras sin martillar sobre su edificio, ni cultiva amistad sin renunciar a sí mismo, ni se hace hombre sin sentir a Dios!

Nadie llega a la otra orilla sin haber ido haciendo puentes para pasar.

Nadie deja el alma lustrosa sin el pulimento diario de Dios.

Nadie puede juzgar sin conocer primero su propia debilidad.

Nadie consigue su ideal sin haber pensado muchas veces que perseguía un imposible.

Nadie reconoce la oportunidad hasta que ésta pasa por su lado y la deja ir.

Nadie encuentra el pozo de DIOS hasta caminar por la sed del desierto. Pero nadie deja de llegar, cuando se tiene la claridad de un don, el crecimiento de su voluntad, la abundancia de la vida, el poder para realizarse y el impulso de DIOS.

Nadie deja de arder con fuego dentro. Nadie deja de llegar cuando de verdad se lo propone. Si sacas todo lo que tienes y estas con DIOS…Vas a llegar!

 

Envió: Gaby Bautista

 

Extraído de Valores del Portal Católico www.encuentra.com

 

La fortaleza de un hombre

La fortaleza de un hombre no está en el ancho de sus hombros…

Está en el tamaño de sus brazos cuando abrazan.

 

La fortaleza de un hombre no está en lo profundo del tono de su voz…

Está en la gentileza que usa en sus palabras.

 

La fortaleza de un hombre no está en la cantidad de amigos que tiene…

Está en lo buen amigo que se vuelve de sus hijos.

 

La fortaleza de un hombre no está en como lo respetan en su trabajo…

Está en como es respetado en casa.

 

La fortaleza de un hombre no está en su cabello o su pecho…

Está en su corazón.

 

La fortaleza de un hombre no está en lo duro que puede golpear…

Está en lo cuidadoso de sus caricias.

 

La fortaleza de un hombre no está en las mujeres que ha amado…

Está en poder ser verdaderamente de una mujer.

 

La fortaleza de un hombre no está en el peso que pueda levantar…

Está en las cargas que pueda llevar a cuestas.

 

Envió: Ricardo Renan Raigoza

 

 

Extraído de Valores del Portal Católico www.encuentra.com

 

Reacciones

Una hija se quejaba con su padre acerca de su vida y cómo las cosas le resultaban tan difíciles. No sabía como hacer para seguir adelante y creía que se daría por vencida. Estaba cansada de luchar. Parecía que cuando solucionaba un problema, aparecía otro. Su padre, un chef de cocina, la llevó a su lugar de trabajo. Allí llenó tres ollas con agua y las colocó sobre el fuego.

Pronto el agua de las tres ollas estaba hirviendo. En una colocó zanahorias, en otra colocó huevos y en la última colocó granos de café. Las dejó hervir sin decir palabra.

La hija esperó impacientemente, preguntándose que estaría haciendo su padre. A los veinte minutos el padre apagó el fuego. Sacó las zanahorias y las colocó en un tazón. Sacó los huevos y los colocó en otro plato. Finalmente, coló el café y lo puso en un tercer recipiente.

Mirando a su hija le dijo: «Querida ¿qué ves?». «Zanahorias, huevos y café» fue su respuesta.

Entonces, la hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias, ella lo hizo y notó que estaban blandas. Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera. Luego de sacarle la cáscara, observó el huevo duro. Luego le pidió que probara el café. Ella sonrió mientras disfrutaba de su rico aroma. Humildemente la hija preguntó: «¿Que significa esto, padre?»

Él le explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma adversidad: agua hirviendo, pero habían reaccionado en forma diferente.

La zanahoria llegó al agua fuerte, dura, soberbia; pero después de pasar por el agua hirviendo se había puesto débil, fácil de deshacer.

El huevo había llegado al agua frágil, su cáscara fina protegía su interior líquido; pero después de estar en agua hirviendo, su interior se había endurecido.

Los granos de café, sin embargo, eran únicos: después de estar en agua hirviendo, habían cambiado el agua.

«¿Cuál eres tu hija?» Le dijo. «Cuando la adversidad llama a tu puerta; ¿cómo respondes?”

¿Eres una zanahoria que parece fuerte pero cuando la adversidad y el dolor te tocan, te vuelves débil y pierdes tu fortaleza?

¿Eres un huevo, que comienza con un corazón maleable y un espíritu fluido, pero que después de una muerte, una separación, un despido, una piedra en el camino se vuelve duro y rígido? Por fuera te ves igual, pero ¿eres amargada y áspera, con un espíritu y un corazón endurecido?

¿O eres como un grano de café? El café cambia al agua hirviendo, el elemento que le causa dolor. Cuando el agua llega al punto de ebullición el café alcanza su mejor sabor. Si eres como el grano de café, cuando las cosas se ponen peor, tú reaccionas en forma positiva, sin dejarte vencer y haces que las cosas a tu alrededor mejoren, que ante la adversidad exista siempre una luz que ilumina tu camino y el de la gente que te rodea.

Por eso no dejes jamás de esparcir con tu fuerza y positivismo el «dulce aroma del café.»

Recordemos: No somos responsables de las eventualidades que la vida nos presenta, pero sí somos responsables de nuestra actitud y reacción ante ellas.

Envía: María Escamilla (Colombia) ( año 2.005 )

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Volver a empezar

¡Levántate!

No te dejes vencer ante las adversidades de la vida, no te dejes arrastrar por la corriente que parece inefable, ineludible, fatal.

Aférrate a tus raíces, arremángate y ponte a remar. Sabrás que el mundo no se ha hecho por sí mismo si la conciencia no lo hubiera moldeado. El mundo es contenido por el pensamiento, así, de tal manera construirás tu mundo, tus sueños, tus ilusiones.

No te dejes arrastrar por la corriente que parece terrible porque mientras más pienses en ella, más fuerza le darás. Tu pensamiento ha obrado siempre a lo largo de tu vida. ¿Es que no lo sabes?. ¿Quién te ha hecho creer que no eres lo que eres?. ¿Alguien te ha moldeado a su gusto?. Es hora de sacarte cosas viejas, cosas que no funcionan ya. Es hora del cambio y la renovación, es la hora de tu vida, es el momento de tus sueños, es el tiempo de tu tiempo, porque no tienes más que una vida. ¡Vívela como tú quisieras!. Vive tu vida porque es el cuaderno en el que quedan muchas hojas en blanco por escribir, colores a inventar en la paleta de tu alma.

¡Recréate!

Vístete nuevamente de felicidad y camina con la frente en alto. Tú no eres menos que nadie. Nadie puede darte lo que tú no te das.

Búscate en el rostro de un niño, mírate jugando como cuando apenas mirabas al mundo renacer en cada ilusión de tu infancia. Vuelve a creer en los reyes magos, en los ángeles, en los duendes del jardín.

Vuelve a tu divina raíz y nútrela otra vez con la ilusión. No permitas que alguien quiera vivir la vida por ti, porque sabes que no podrá hacerlo, nunca nadie podrá vivir la vida por ti. Nunca dos personas podrán ocupar el mismo espacio al mismo tiempo. Tú eres un precioso instante en la historia del universo, y un espacio que éste te ha dedicado para que brilles como una estrella y colmes de luz a las vidas que a ti se acerquen.

Levántate y no te dejes vencer, ni por la lucha diaria, ni por un amor fallido, no te entregues al sopor de una cama a mirar el techo o cerrar los ojos voluntariamente en la oscuridad de una habitación. Levántate y anda. Anda lejos, anda cerca, sonríe con la gente que pasa, acaricia a un niño, date el gusto de saborear aquello que tanto te gustaba en otros tiempos. Cómprate algo lindo y disfrútalo.

¡Ámate!

No permitas que nada ni nadie destruya ese don precioso que brilla dentro de ti. No permitas que se termine el brillo del amor en tu alma, porque quienes te han amado tanto, aún, con el paso del tiempo te siguen amando y deseándote el bien. Hazles el homenaje de no permitir que nadie quiera doblegarte y someterte a su voluntad.

Ámate como ellos te han amado y respétate tú también.

Reconoce en cada buen recuerdo el germen de tu vida y corrige los errores del hoy, podando las hojas muertas del árbol que sostiene tu historia. Rodéate de luz y sé luz, descansa pero no te dejes caer. No te dejes vencer por las corrientes que parecen tan terribles, tan inefables, no les des mayor atención de la que debes darle, porque si todo el tiempo piensas en las contrariedades de la vida, terminarás confundiéndote con lo mismo que no deseas.

¡Libérate!

Saca tus nudos corporales y muévete. Baila, camina, corre, mueve tu cuerpo hasta darle mayor fluidez. A veces las zonas más duras del cuerpo son la materialización de muchas horas de pensamiento negativo o trabajo sin placer, rutinas que habrás debido cumplir, pero que se pueden demoler, ablandar y restaurar.

Libérate de tus miedos ocultos. Piensa en ellos y destrábalos hablándoles como si fueran personas con las que tienes problemas y que son difíciles de abordar. Sácalos de tu interior con paciencia, razón y voluntad. Háblales y diles que se retiren, que desde ahora en adelante vas a manejar tus sueños, tus ilusiones, tus planes directamente, sin intermediarios fantasmas. Libérate y confía, en Dios y en ti. Libérate y empieza a ser un poquito más feliz.

¡Perdónate!

Tal vez algún error pasado no te deje en paz por momentos, tal vez alguna falta cometida haya sido motivo suficiente para que te impongas un castigo por el sólo proceso conciente de saber que has cometido un error. Pero siempre hay una oportunidad de cambiar, corregir y mejorar. Solo piensa en cómo enmendarlo, en cómo modificar una situación pasada.

Pídele a Dios el sano consejo para corregir una situación. Dile que ya no quieres seguir con un sentimiento que se arrastra dentro de ti silenciosamente y te hace cada día más presa de sus tormentos. Decídete a perdonar y a perdonarte, de esa forma encontrarás el recto camino a la liberación del alma y la felicidad entrará por tu puerta como un pájaro en un día soleado.

¡Renuévate!

No guardes cosas viejas si no las vas a usar nunca. Haz un regalo a alguien que le gusten esas cosas, o véndelas y cómprate algo mejor y si no sirven, tíralas, porque de nada sirve quedarse atrapado en objetos del ayer. Tu mayor tesoro es el buen recuerdo, eso nadie te lo podrá quitar, ni se podrá oxidar. Esa es la joya de tu alma, la luz que te hace cada día mejorar desde la experiencia y la plenitud de saber que bien has vivido la vida.

Y no te olvides de sonreírle a la imagen del espejo, porque de tal manera aprenderás a desplegar el buen humor, las buenas formas y la simpatía. Después de todo, el sujeto que llevas dentro de vez en cuando necesita de tu sonrisa y saber que desde tu conciencia irradias una buena onda hacia afuera tanto como la que envías a tu alma. Y así cuando pase el tiempo, verás que todo es un continuo movimiento y un eterno retorno siempre desde una dimensión superior.

¡Siempre mejorando y liberándote!

¡Ámate y déjate amar!

Aunque parezca difícil emprender el camino y avanzar, cuando hayas dado varios pasos, estarás nuevamente andando el sendero de la felicidad. Recuérdalo siempre: nunca es tarde para… volver a empezar.

Envió: Luis Canales Maldonado ( 2.011 )

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Las ejecutivas del hogar

En cierta ocasión, un grupo de mujeres reunidas una tarde tomando café, presumían un poco de sus logros profesionales.

Una hablaba de la maestría que estaba sacando, otra del puesto en una compañía importante, otra de su propio negocio y así todas fueron hablando de sus ascensos y logros.

Entre el grupo había una señora muy callada a la que le preguntaron a que se dedicaba; ella con un tono de vergüenza respondió que se dedicaba al hogar, era Ama de Casa.

Una psicóloga que estaba presente salió inmediatamente en su defensa y le dijo:
«¿Qué sería de este mundo si se hubieran extinguido esas valientes «Madres de Familia?» y le recordó que la empresa de la que ella era presidenta, gerente y operaria jamás se podría igualar.

Una madre en el único lugar que es insustituible es en su propio hogar.

Cualquier mujer puede ser sustituida en cualquier cargo laboral, menos en su propio hogar.

La sociedad consumista ha hecho que se menosprecie su labor porque aparentemente no produce ingresos a la familia. No hay nada más equivocado, pues una madre es la cabeza de la institución que representa la base de la sociedad. La Empresa que dirige se llama FAMILIA y su producción es nada menos que todos los hombres y mujeres profesionales del futuro.

Cuando una madre cura las raspaduras de su hijo en las rodillas o es chofer de ellos en las tardes o va al supermercado para que todos tengan algo que comer, es en ese momento que ocupa el cargo de «GERENTE DE SERVICIOS GENERALES».

Cuando la vemos explicando difíciles divisiones con decimales a sus hijos o enseñándoles educación y respeto ocupa el cargo de «GERENTE DE RECURSOS HUMANOS»

Cuando se le oye hablar de todas las cualidades de sus hijos, es una «GERENTE DE MERCADEO», pues nadie cree tanto en su producto como una madre de sus hijos.

Su Horario: ILIMITADO

Su turno laboral puede empezar en la madrugada con el llanto del bebe con hambre, puede seguir el resto del día encargándose de que todo en la casa funcione bien.

Por la tarde es chofer, la profesora de sus hijos. Por la noche, la esposa amorosa que escucha y atiende a su esposo y ella puede seguir levantada esperando a que su hijo adolescente llegue de la fiesta.

Cuando tiene un rato de descanso, no deja de pensar en sus funciones.

No puede delegar su trabajo porque al imprimirle tanto cariño es casi imposible encontrar personal capacitado para igualarla.

Ella no puede encargarle a la secretaria la transmisión de valores, de moral, de principios, ni mandar por fax el beso de las buenas noches.

Su Salario: INALCANZABLE

De hecho, ella misma no concibe la idea de recibir nada a cambio porque lo hace por amor. Algún día de las madres recibe una flor, un dibujo con brillantes crayolas o la estrellita en la frente de su hijo? con esto siente que le han dado el mejor de los ascensos.

Pensión de Jubilación: Nada de esto recibirá, más bien después de 14 o 18 años de inalcanzable trabajo será aparentemente despedida sin prestaciones cuando le dicen, «Por favor mamá, no te metas? es mi vida».

El médico, empresario, artista, sacerdote, ingeniero, abogado, doctora,licenciada, arquitecto, etc., que entregan sus vidas a otros han salido de esas empresas llamadas «FAMILIAS».

Esos grandes profesionistas son sus logros, honores, trofeos y diplomas.
Envió: Rosy Pérez de Ayala – (México)

Fábula china

Se cuenta que allá para el año 250 A.C., en la China antigua, un príncipe de la región norte del país estaba por ser coronado emperador, pero de acuerdo con la ley, él debía casarse. Sabiendo esto, él decidió hacer una competencia entre las muchachas de la corte para ver quién sería digna de su propuesta.
Al día siguiente, el príncipe anunció que recibiría en una celebración especial a todas las pretendientes y lanzaría un desafío. Una anciana que servía en el palacio hacía muchos años, escuchó los comentarios sobre los preparativos. Sintió una leve tristeza porque sabía que su joven hija tenía un sentimiento profundo de amor por el príncipe.

Al llegar a la casa y contar los hechos a la joven, se asombró al saber que ella quería ir a la celebración. Sin poder creerlo le preguntó: «¿Hija mía, que vas a hacer allá? Todas las muchachas más bellas y ricas de la corte estarán allí. Sácate esa idea insensata de la cabeza. Sé que debes estar sufriendo, pero no hagas que el sufrimiento se vuelva locura» Y la hija respondió: «No, querida madre, no estoy sufriendo y tampoco estoy loca. Yo sé que jamás seré escogida, pero es mi oportunidad de estar por lo menos por algunos momentos cerca del príncipe. Esto me hará feliz»

Por la noche la joven llegó al palacio. Allí estaban todas las muchachas más bellas, con las más bellas ropas, con las más bellas joyas y con las más determinadas intenciones. Entonces, finalmente, el príncipe anunció el desafío: «Daré a cada una de ustedes una semilla. Aquella que me traiga la flor más bella dentro de seis meses será escogida por mí, esposa y futura emperatriz de China». La propuesta del príncipe seguía las tradiciones de aquel pueblo, que valoraba mucho la especialidad de cultivar algo, sean: costumbres, amistades, relaciones, etc.

El tiempo pasó y la dulce joven, como no tenía mucha habilidad en las artes de la jardinería, cuidaba con mucha paciencia y ternura de su semilla, pues sabía que si la belleza de la flor surgía como su amor, no tendría que preocuparse con el resultado. Pasaron tres meses y nada brotó. La joven intentó todos los métodos que conocía pero nada había nacido. Día tras día veía más lejos su sueño, pero su amor era más profundo. Por fin, pasaron los seis meses y nada había brotado. Consciente de su esfuerzo y dedicación la muchacha le comunicó a su madre que sin importar las circunstancias ella regresaría al palacio en la fecha y hora acordadas sólo para estar cerca del príncipe por unos momentos.

En la hora señalada estaba allí, con su vaso vacío. Todas las otras pretendientes tenían una flor, cada una más bella que la otra, de las más variadas formas y colores. Ella estaba admirada. Nunca había visto una escena tan bella. Finalmente, llegó el momento esperado y el príncipe observó a cada una de las pretendientes con mucho cuidado y atención.

Después de pasar por todas, una a una, anunció su resultado. Aquella bella joven con su vaso vacío sería su futura esposa. Todos los presentes tuvieron las más inesperadas reacciones. Nadie entendía por qué él había escogido justamente a aquella que no había cultivado nada. Entonces, con calma el príncipe explicó: «Ella fue la única que cultivó la flor que la hizo digna de convertirse en emperatriz: la flor de la honestidad. Todas las semillas que entregué eran estériles»
Maravilloso relato, ¿no? En tiempos donde lo importante parecen ser los resultados, los logros, lo visible, cultivar el valor de la honestidad parece un valor perdido… Somos capaces de inventar los más variados argumentos para excusarnos, por no decir «me equivoqué, tienes razón, no sé acerca de esto».

Opinamos sobre todo, juzgamos a todos… la «viveza» se ha convertido en un valor, encubriendo la mentira, el engaño, la falta de honestidad para con nosotros mismos… La verdad, la sinceridad, la humildad… no son virtudes exacerbadas en los cartoons para niños, ni en las publicidades para adultos.

Hemos confundido el significado de la palabra ÉXITO.

Si he terminado mi día siendo leal a mí mismo, sin traicionar mis creencias y mis sentimientos, sin dejar de ser quien soy para quedar bien u obtener resultados… ese ha sido un día de éxito. Puedes hacer de este, un día exitoso… de ti depende.

Envió: Victoria de la Cruz (España)
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La Arañita

Cierto hombre que era perseguido para ser encarcelado por una acusación equivocada, corría en busca de un sitio donde esconderse.
Para no ser encontrado, subió a una montaña y encontró una cueva donde refugiarse, mientras sus perseguidores no le perdían la pista.

Se introdujo a la cueva, logrando esconderse en un rincón de ésta, dobló sus rodillas y clamó ayuda al Señor orando así: Señor envía un ángel para que acampe frente de mí y me proteja de los que me persiguen, envíalo Señor, envía un ángel.

Al poco tiempo de estar orando, una pequeña arañita bajo y empezó a tejer alrededor de la entrada de la cueva. Tejía muy afanada….y el hombre exclamó: Señor, te he pedido que me protejas con un ángel tuyo, por qué esta araña? Señor, por qué?….

Mientras se quejaba de la arañita, los hombres que lo perseguían llegaban al lugar y decían: Debe estar por aquí, es el único lugar donde pudo haberse escondido ¡vamos, entremos y apresémosle!…mientras su compañero le respondió: ¿Cómo crees que podría estar en este lugar? Mira las telarañas que hay a su alrededor, nadie ha entrado acá desde hace tiempo . Mejor regresemos, lo hemos perdido.

Muchas veces esperamos ver cosas grandes de la mano de Dios y no tomamos importancia a las cosas más pequeñitas e insignificantes como esta arañita.

Dios sabe lo que necesitamos, no exijamos la forma de como queremos la respuesta del Señor. No ates sus manos, déjalo actuar libremente y de la forma y en el tiempo de Él.

Envió: Mary Larín Orellana (Madrid, España) ( 2.005 )

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Mamá

«Me dicen que me vas a enviar mañana a la Tierra; pero, ¿cómo viviré tan pequeño e indefenso como soy?»

«Entre muchos ángeles escogí uno para ti, que te está esperando: él te cuidará»

«Pero, dime, aquí en el cielo no hago más que cantar y sonreír, y eso basta para ser feliz»

«Tu ángel te cantará, te sonreirá todos los días, y tú sentirás su amor y serás feliz»

«¿Y cómo entender lo que la gente me hable?, si no conozco el extraño idioma que hablan los hombres»

«Tu ángel te dirá las palabras más dulces, y más tiernas que puedas escuchar, y con mucha paciencia y cariño te enseñará a hablar».

«Y ¿qué haré cuando quiera hablar contigo»

«Tu ángel te juntará las manitos y te enseñará a orar»

«He oído que en la tierra hay hombres malos, ¿quién me defenderá?

«Tu ángel te defenderá, aún a costa de su propia vida»

«Pero estaré siempre triste porque no te veré más, Señor»

«Tú ángel te hablará de Mí, y te enseñará el camino para que regreses a mi presencia, aunque Yo siempre estaré a tu lado»

En ese instante, una gran paz reinaba en el cielo, pero ya se oían voces terrestres, y el niño presuroso murmuró suavemente: «Dios mío, si ya me voy, dime su nombre.¿Cómo se llama mi ángel?

«Su nombre no importa, tú le dirás MAMÁ».

¡¡¡FELIZ DIA!!!

Colaboración de Clementina Uncal ( año 2.001 )

Cada día

Cuando llegue la aurora y con ella comience un nuevo día, busca un momento de paz para entrar en contacto con tu alma.

Profundiza en ti mismo, hasta donde ella mora y escúchala.

Capta su vibración, la más bella melodía que interpreta el alma.

Allí en lo profundo de ti mismo sólo existen: Voluntad….Amor… y Sabiduría.

Allí sólo encontrarás lo bueno y lo perfecto, y eso es lo que eres en esencia.

Toma lo mejor de lo que allí palpita, lo mejor de ti mismo y vuelve para empezar con ello un nuevo día. Entonces serán buenos los frutos que trae cada día pues llevarán la savia pura de tu mejor esencia.

Por eso, busca en cada día la esencia buena que atesora tu espíritu, ahí en lo más profundo de ti mismo, y sazona con ella tus frutos, y vive cada día como el mejor de tu vida.

Concentra todas tus energías en vivir intensamente esas pocas horas que tienes por delante, desde la aurora que te despierta hasta el descanso reparador de la noche.

Olvida el ayer y deja el mañana para cuando llegue su momento.

Olvida tus errores pero ten presente la experiencia que de ellos surjan.

Y si vas a recordar, recuerda sólo cosas buenas, es de necios llevar a cuestas la carga de ayer.

Vive plenamente este día, porque el hoy es un don maravilloso que tienes, y porque la vida es un eterno presente.

Sonríe cada mañana porque Dios se ha despertado antes que tú y ha colgado el sol en tu ventana.

 

Envió: Laura Soledad

Actitud frente a la vida

Esto puede resultarte chocante, pero yo creo que la más importante decisión que puedo tomar, día a día, es la actitud que yo elija tener.
Es más importante que mi pasado, la instrucción que he recibido, mi cuenta bancaria, mis éxitos o mis fracasos, la fama o el dolor, lo que los demás piensen o hablen de mí, mis circunstancias, o la posición en que me encuentre.
La actitud es lo que me mantiene funcionando o lo que me impide avanzar.
Alimenta mi fuego o me destroza la esperanza.
Cuando mis actitudes son correctas, no existen barreras altas, ni valles profundos, ni sueños imposibles, ni esfuerzo demasiado grande.
Estoy convencido que la vida es 10% lo que me pasa y 90% la manera cómo reacciono a ella.
Y lo mismo es contigo...nosotros decidimos cuáles son  nuestras actitudes.
 
Charles Swindoll
 
Envió: Edwin Valdés
 
Extraído de Valores del Portal Católico www.encuentra.com  ( año 2.002 )

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Gracias Señor por lo que ignoras

Hola Señor, soy  yo ¿me recuerdas?  Estoy seguro que sí.
 
Siempre te he agradecido por lo que me has dado y porque me has respondido cuando te lo he pedido, pero hoy quiero agradecerte por las peticiones que "ignoras"...
 
Así es, aunque suene extraño quiero agradecerte por no hacer caso de esas peticiones absurdas que muchas veces en momentos tristes o de angustias en mi vida he hecho.
 
Gracias por no darme el dinero extra que me hubiera quitado la paz.
 
Gracias por no darme ese trabajo lejano que me hubiera alejado de mi familia.
 
Gracias por no darme fortuna ni fama que me hubieran hecho insensible y frío.
 
Gracias por no darme el conocimiento que me hubiera hecho pensar que no te necesitaba.
 
Gracias Señor, pues no me das lo que no es bueno para mí, no me das aquello con lo que me puedo lastimar o alejar de Ti, aunque en el momento me haya enojado.
 
Ahora te doy gracias, pues no me das lo que no me es útil.
 
Gracias Señor por lo que "ignoras"...
 
Tu hijo
 
Envió: Gamboa Rodríguez
 
Extraído de Valores del Portal Católico www.encuentra.com   ( año 2.002 )

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El globo negro

Cierta ocasión Martin Luther King se encontraba a punto de dar una de sus famosas conferencias acerca de los derechos humanos, cuando notó que un pequeño niño de color negro se encontraba al frente de su auditorio.
Se sintió sorprendido y preguntó a uno de sus ayudantes al respecto, éste le indicó que había sido el primero en llegar.
Cuando terminó su discurso se soltaron globos de diferentes colores al cielo, los cuales el pequeño no dejaba de mirar. Esto llamó la atención de Martin Luther King, quien abrazándolo lo levantó en brazos.
El pequeño lo miró fijamente y le preguntó si los globos negros también volaban hacia el cielo. Martin lo vio dulcemente y le contestó: "Los globos no vuelan al cielo por el color que tengan, sino por lo que llevan dentro..."

Envió: Jenny Gaytán

Micro - Reflexión
"Hemos aprendido a volar como los pájaros, y a nadar como los peces, y todavía no aprendimos a vivir como hermanos".
Martin Luther King

Extraído de Valores del Portal Católico www.encuentra.com   ( año 2.002 )

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Diez mandamientos de un niño a sus padres

1- Mis manos son pequeñas, por favor no esperes perfección cuando tiendo la cama, hago un dibujo o lanzo la pelota. Mis piernas son pequeñas, por favor camina más lento para que pueda ir junto a ti.
2- Mis ojos no han visto el mundo como tú lo has visto, por favor, déjame explorarlo, no me limites innecesariamente.
3- El trabajo siempre estará allí. Yo seré pequeño solo por un corto tiempo, por favor, tómate un tiempo para explicarme las cosas maravillosas de este mundo y hazlo con alegría.
4- Mis sentimientos son frágiles, por favor está pendiente de mis necesidades, no me retes todo el día (a ti no te gustaría ser retado por ser tan duro).
Trátame como te gustaría a ti ser tratado.
5- Soy un regalo especial de Dios, por favor atesórame como Dios quiso que lo hicieras, respetando mis acciones, dándome principios y valores con los cuales vivir y enseñándome amorosamente.
6- Necesito tu apoyo y tu entusiasmo, no tus críticas, para crecer. Por favor, no seas tan estricto, recuerda, puedes criticar las cosas que hago sin criticarme a mí.
7- Por favor, dame libertad para tomar decisiones propias. Permite que me equivoque, para que pueda aprender de mis errores. Así algún día estaré preparado para tomar las decisiones que la vida requiere de mí.
8- Por favor, no hagas todo por mí. De alguna forma eso me hace sentir que mis esfuerzos no cumplieron con tus expectativas. Yo sé que es difícil, pero deja de compararme con mi hermano o hermana.
9- No temas alejarte de mí por un tiempito. Los niños necesitamos vacaciones de los padres, así como los padres necesitan vacaciones de sus hijos.
10- Llévame a la iglesia o dame ejemplos de vida espiritual. yo disfruto aprendiendo.
 
Anónimo                                  Envió: Sole
 
Extraído de valores del Portal Católico www.encuentra.com   ( año 2.002 )

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El zapatero rico

Un día bajó el Señor a la tierra en forma de mendigo y se acercó a casa de un zapatero pobre y le dijo:  "Hermano, hace tiempo que no como y me siento muy cansado; aunque no tengo ni una sola moneda quisiera pedirte que me arreglaras mis sandalias para poder seguir caminando".
El zapatero le respondió:  "¡Yo soy muy pobre y ya estoy cansado que todo el mundo viene a pedir y nadie viene a dar!"
El Señor le contestó:  "Yo puedo darte lo que tú quieras".
El zapatero le pregunto:  "¿Dinero inclusive?".
El Señor le respondió:  "Yo puedo darte 10 millones de dólares, pero a cambio de tus piernas".
-"¿Para que quiero yo 10 millones de dólares si no voy a poder caminar, bailar, moverme libremente?", dijo el zapatero.
Entonces el Señor replicó:  "Esta bien, te podría dar 100 millones de dólares, a cambio de tus brazos".
El zapatero le contestó:  "¿Para que quiero yo 100 millones de dólares si no voy a poder comer solo, trabajar, jugar con mis hijos?"
Entonces el Señor le dijo:  "En ese caso, yo te puedo dar 1000 millones de dólares a cambio de tus ojos".
El zapatero respondió asustado:  "¿Para que me sirven 1000 millones de dólares si no voy a poder ver el amanecer, ni a mi familia y mis amigos, ni todas las cosas que me rodean?"
Entonces el Señor le dijo:  "Ah hermano mío, ya ves que fortuna tienes y no te das cuenta".
 
Envió:  Mirva Sánchez
 
 
Extraído de Valores del Portal Católico www.encuentra.com   ( año 2.002 )

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Tu madre

Cuando viniste a este mundo, ella te sostuvo en sus brazos.

Tú se lo agradeciste gritando.

Cuando tenías un año, ella te alimentaba y te bañaba.

Tú se lo agradeciste llorando la noche entera.

Cuando tenías 2 años, ella te enseñó a caminar.

Tú se lo agradeciste huyendo de ella cuando te llamaba.

Cuando tenías 3 años, ella te hacía todas las comidas con amor.

Tú se lo agradeciste tirando el plato al piso.

Cuando tenías 4 años, ella te dio unos lápices de colores.

Tú se lo agradeciste pintando todas las paredes del comedor.

Cuando tenías 5 años, ella te vestía para las ocasiones especiales.

Tú se lo agradeciste tirándote por la pila de barro más cercana.

Cuando tenías 6 años, ella te llevaba a la escuela.

Tú se lo agradeciste gritándole: ¡NO VOY A IR!

Cuando tenías 7 años, ella te regaló una pelota.

Tú se lo agradeciste arrojándola contra la ventana del vecino.

Cuando tenías 8 años, ella te trajo un helado.

Tú se lo agradeciste derramándoselo sobre su falda.

Cuando tenías 9 años, ella té pago unas clases de piano.

Tú se lo agradeciste nunca practicando.

Cuando tenías 10 años, ella te llevaba con el auto a todas partes de Gimnasio al partido de fútbol, de fiestas de cumpleaños, a otras fiestas.

Tú se lo agradeciste cuando salías del coche y nunca mirabas atrás.

Cuando tenías 11 años, ella te llevó a ti y a tus amigos a ver una película.

Tú se lo agradeciste diciéndole que se sentara en otra fila.

Cuando tenías 12 años, ella te aconsejó que no miraras ciertos programas.

Tú se lo agradeciste esperando que ella se fuera de la casa.

Cuando tenías 13 años, ella te sugirió un corte de pelo que estaba de moda.

Tú se lo agradeciste diciéndole que ella no tenía gusto.

Cuando tenías 14, ella te pagó un mes de vacaciones de campamento de verano.

Tú se lo agradeciste olvidándote de escribirle una carta.

Cuando tenías 15, ella venía de trabajar y quería darte un abrazo.

Tú se lo agradeciste cerrando con llave la puerta de tu habitación.

Cuando tenías 16, ella te enseñó cómo manejar su coche.

Tú se lo agradeciste usándoselo todas las veces que podías.

Cuando tenías 17 años, ella esperaba una llamada importante.

Tú se lo agradeciste, hablando por teléfono toda la noche.

Cuando tenías 18, ella lloró en la fiesta de tu graduación de la escuela.

Tú se lo agradeciste estando de fiestas hasta el amanecer.

Cuando tenías 19 años, ella te pagó la cuota de la universidad, te llevó en coche hasta el campus y cargó tus maletas.

Tú se lo agradeciste diciéndole adiós desde fuera del dormitorio, así no te sentirías avergonzado ante tus amigos.

Cuando tenías 20, ella te preguntó si estabas saliendo con alguien.

Tú se lo agradeciste diciéndole: «A ti no te importa eso»

Cuando tenías 21, ella te sugirió algunas carreras para tu futuro.

Tú se lo agradeciste diciéndole: «No quiero ser como tú.»

Cuando tenías 22, ella te abrazó en la fiesta de graduación de la Universidad.

Tú se lo agradeciste diciéndole si te podía pagar un viaje a Europa.

Cuando tenías 23, ella te dio algunos muebles para tu primer departamento.

Tú se lo agradeciste diciéndoles a tus amigos que los muebles eran feos.

Cuando tenías 24, ella conoció a tu futura esposa y le preguntó sus planes para el futuro. Tú se lo agradeciste con una mirada feroz y le gritaste «¡Cállate!».

Cuando tenías 27, ella te ayudó a pagar los gastos de tu boda y llorando te dijo que te amaba muchísimo. Tú se lo agradeciste mudándote por la mitad del país.

Cuando tenías 30, ella te dio algunos consejos para cuidar al bebé.

Tú se lo agradeciste, diciéndole que las cosas son diferentes ahora.

Cuando tenías 40, ella te llamó para recordarte el cumpleaños de tu Papá.

Tú se lo agradeciste diciéndole que estabas muy ocupado.

Cuando tenías 50, ella se enfermó y necesitó que la cuidaras.

Tú se lo agradeciste leyendo sobre la carga que representan los padres para los hijos.

De repente, un día, ella silenciosamente murió. Y todas las cosas que nunca hiciste cayeron como un trueno.

Tomémonos un momento para rendir honor y tributo a la persona que llamamos Mamá, aunque algunos no la pueden llamar así de ese modo abiertamente.

No hay sustituto para ella. Alegra cada momento. Aunque a veces, ella no parezca la mejor de las amigas, quizás no concuerde con tu forma de pensar, pero aún así…¡Es tú Madre!

Ella estará allí para ayudarte con tus dolores, tus penas, tus frustraciones.

Pregúntate a ti mismo: ¿Has separado tiempo para estar con ella, para escuchar sus quejas sobre el trabajo en la cocina, su cansancio?

Sé prudente, generoso y muéstrale el debido respeto, aunque tú pienses diferente de ella. Una vez que se vaya de este mundo, solamente permanecerán los recuerdos cariñosos del ser que llamamos Mamá.

Solo eso nos queda.

Autor Desconocido

Colaboración de Eduardo Gerding ( año 2.002 )

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Un ladrillazo

Un joven y exitoso ejecutivo paseaba a toda velocidad en su auto Jaguar último modelo, sin ningún tipo de precaución; de repente sintió un estruendoso golpe en la puerta, se detuvo y al bajarse vio que un ladrillo le había estropeado la pintura, carrocería y vidrio de la puerta de su lujoso auto.
Se subió nuevamente, pero esta vez lleno de enojo, dio un brusco giro de 180 grados; y regresó a toda velocidad al lugar donde vio salir el ladrillo que acababa de desgraciar lo hermoso que lucía su exótico auto.
Salió del auto de un brinco y agarró por los brazos a un chiquillo, y empujándolo hacia el auto estacionado le gritó a toda voz:
"¿Qué rayos fue eso?, ¿Quién eres tú?, ¿Qué crees que haces con mi auto?".
Y enfurecido, casi botando humo, continuó gritándole al chiquillo: "¡Es un auto nuevo, y ese ladrillo que lanzaste va a costarte muy caro!, ¿Por qué hiciste eso?".
"Por favor, señor, por favor. ¡Lo siento mucho!, no sé que hacer", suplicó el chiquillo. " Le lancé el ladrillo porque nadie se detenía"... Lágrimas bajaban por sus mejillas hasta el suelo, mientras señalaba hacia alrededor del auto estacionado. "Es mi hermano", le dijo. Se descarriló su silla de ruedas y se cayó al suelo... y no puedo levantarlo". Sollozando, el chiquillo le preguntó al ejecutivo:
"Puede usted, por favor, ayudarme a sentarlo en su silla?, está golpeado, y pesa mucho para mí solito...
Visiblemente impactado por las palabras del chiquillo e indescriptiblemente emocionado por lo que acababa de pasarle, levantó al joven del suelo y lo sentó nuevamente en su silla; y sacó su pañuelo de seda para limpiar un poco las cortaduras y lo sucio de sobre las heridas del hermano de aquel chiquillo tan especial.
Luego de verificar que se encontraba bien, miró al chiquillo y éste le dio las gracias con una sonrisa que no tiene posibilidad de describir nadie...
"DIOS lo bendiga, señor...y muchas gracias" le dijo.
El hombre vio como se alejaba el chiquillo empujando trabajosamente la pesada silla de ruedas de su hermano, hasta llegar a su humilde casita.
El ejecutivo aún no ha reparado la puerta del auto, manteniendo la hendidura que le hizo el ladrillazo... para recordarle el no ir por la vida tan de prisa que alguien tenga que lanzarle un ladrillo para que preste atención.
DIOS normalmente nos susurra en el alma y en el corazón, pero hay veces que tiene que lanzarnos un ladrillo a ver si le prestamos atención.
Tú escoges: Escuchar el susurro... o el ladrillazo.
> >
Graciela.....

Colaboración de Clementina Uncal ( año 2.002 )

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¿Te acordás de aquel tiempo?

Te acordás de aquel tiempo en el que... las decisiones importantes se tomaban mediante un práctico... "ta-te-ti-suerte-pa-ra- mí"...
Se podían detener las cosas cuando se complicaban con un simple: "Pido gancho..."
Los errores se arreglaban diciendo simplemente: ¡"Va de nuevo!"
Las discusiones terminaban con un "pan y queso" o con un "piedra, papel o tijera"...
El peor castigo y condena era que te hicieran escribir cien veces "No debo"...
"Tener mucho dinero", sólo significaba poder comprar mas provincias jugando a "El Estanciero" , un helado o un paquete de palitos salados en el recreo.
Llenar un frasco con hormigas podía mantenernos felizmente ocupados toda una tarde.
Siempre había una forma de salvar a todos los amigos y bastaba con un grito de: "Piedra libre para todos los cooompañeroooos"
No era raro que tuvieras dos o tres "mejores" amigos/as.
"Es muy viejo/a": se refería a cualquiera que tuviera más de 20 años.
Siempre descubrías tus nuevas capacidades y habilidades a causa de un ¿A que no te animás..?
"No había nada que fuera mas lindo y "prohibido" que jugar con fuego... a pesar de que algún mayor te amenazara con que: "El que juega con fuego a la noche se hace pis..."
"El último es cola de perro!!" era el grito que te hacía correr como un desaforado hasta que sentías que se te reventaba el bazo...
El Poli-Ladrón" era solo un juego para los recreos... y era mucho más divertido ser ladrón que policía.
Las "bombitas de agua" eran la más moderna, eficiente y poderosa "arma" que se había inventado.
La "desilusión" era haber sido elegido "último" para el equipo de tu escuela.
"Venenosa" se refería solo a un tipo de "mancha" y no a ciertas alimañas y a algunas personas...
Para viajar desde la tierra al cielo, solo tenías que jugar "Rayuela"...
El elástico y la soga, qué bárbaro, qué manera de saltar!!
La red de una cancha de tenis, tenía la altura perfecta para jugar un partido de voleibol y las reglas no importaban demasiado.
Verdad / Consecuencia: Si eras nena, siempre elegías el color amarillo ya que solo te preguntaban si era verdad que te gustaba... En cambio, si eras varón siempre e INDEFECTIBLEMENTE elegías el color rojo y ahí nomás pedías un beso ¡en la boca! ...y del juego de la botella y el semáforo... "que zarpados que eran!!"
Los "hermanos mayores" eran el peor de los tormentos, pero también eran los más celosos, fieles y feroces protectores...
"Haber llevado un arma a la escuela" significaba que te habían atrapado con una honda de rulero y dedo de guante de látex.
Las bolitas, infaltables en los bolsillos de cualquiera de nosotros.
Nadie en el mundo era mas linda que mamá. Ella solo besaba tus moretones, chichones y raspones y te hacía sentir mejor al instante...
Nunca faltaban los huevos de chocolate y golosinas que traía el "Conejo de Pascuas", ni el billete nuevo debajo de la almohada que te dejaba el "Ratón Pérez" a cambio de tus "dientes de leche".
La llegada de "Papa Noel" y los "Reyes Magos"... ¡Qué momento! Ni hablar si algún pariente se disfrazaba de Papá Noel...¡Era lo más grande del mundo!
Las veces que juntábamos pasto y agua para los camellos y poníamos también galletitas para los reyes.
"Guerra" solo significaba arrojarse trozos de tiza y bollos de papel durante las "horas libres". La guerra era algo que había sucedido antes de que naciéramos y que nunca volvería a suceder...
Los helados constituían el grupo de los alimentos básicos y esenciales.
Para transformar tu "bici" en una poderosa "moto" solo había que colocarle un cartón duro, una chapita, o una bombita de agua inflada entre los rayos de la rueda. Si tu "bici" tenía el asiento "banana" eras el capo máximo de la cuadra. "Tomar drogas" significaba robarte unas aspirinetas de frutilla, o unas pastillas "Valda" de menta, del cajón de la mesita de luz de papa, u oler a escondidas el inhalador de "Vick- Vaporub" o un cubito de "alcanfor".
No había nada mejor que las tardes del otoño para remontar barriletes que hacíamos con madera balsa y papel crepe.
Los infaltables compañeros de la tele: Titanes en el Ring, Piluso, Pepe Biondi, Los tres chiflados, Clave de sol, Pelito, Invasión extraterrestre, El gordo y el flaco, Súper Agente 86, El show de Carlitos Bala, La pandilla del barrio, etc. etc.
Cambiar figuritas en el patio del colegio: si eras de los más chicos, siempre aparecía uno de los grandes y te decía que te daba un toco de figuritas por una tuya. Claro, lo que vos no sabías era que esa que tenías en la mano era la más difícil del álbum.
Aparecer en casa con todos los dedos cortados de jugar a las "figus" tratando de arrimar las "chapitas" a la pared.
A situaciones "raras" la llamábamos: Afilar, Atracar, Bailar Chick to chick, Chapar, Contigo pan y cebolla, Corto con, Ir a un asalto, Franelear, Fulana es señorita, Fulano gusta de, Fulano habla con, ¿Largaste o te largó? Me arreglé con, Pirovar, "Te vino", "eso" ¿Vos te dejas?, etc.,etc., etc...
Nuestro tesoro era tener: Chupetín Tatin, Chocolatines Jack, Bocaditos Suchard, Mielcitas, Pastillas D.R.F., Topolin (con sorpresas), Caramelos Mu Mu, Caramelos 1/2 hora, Chicle Fort, Chicle Globo Plop, Chicle Jirafa, Chicle Yum-Yum, chocolate Crico, Chocolatín Milkibar, Chupetín Chupetón, Helados Laponia, Helados Yelito, Maní con chocolate Alpe, Mini Chicles, Naranju, Pastillas Billiken, Pastillas Mentex, Pastillas Renome, Rellenitas de Trineo, Yolanka, LOS CARAMELOS FISH, LOS MONSTICKERS (de lo mejor!!), LOS SEE MONKEYS, LOS POCKETERS, LOS PALITOS DE LA SELVA, LAS PASTILLITAS CORAZONCITOS, LOS CHICLES BUBLICIUS, LOS BUBALOO RELLENOS, LOS CHOCOLATE AERO, LOS SUFLAIR, etc. etc.
 
Si ustedes pueden recordar la mayoría de estas cosas, entonces significa que realmente han estado VIVOS, que han tenido una infancia FELIZ y que el niño que todos tenemos dentro todavía sigue vivo!
Por lo menos yo, me acuerdo.
A todos nos viene bien tener siempre en mente esos tiempos en que todo era distinto. Preservemos siempre ese pedacito nuestro en el que todavía somos niños, porque es el que nos hace relacionarnos entre nosotros y con la vida de una forma más pura y mas honesta.
Pasale esto a tus amigos ... y que el último grite "Piedra libre para todos los cooompasssssss!!", así nos salvamos todos...
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Colaboración de Eduardo Gerding  ( año 2.002 )

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La ayuda divina a veces no llega como la pedimos

Dicen que una vez un hombre era perseguido por varios malhechores que querían matarlo. El hombre ingresó a una cueva. Los malhechores empezaron a buscarlo por las cuevas anteriores de la que él se encontraba.

Con tal desesperación elevó una plegaria a Dios, de la siguiente manera:
" Dios todopoderoso, has que dos ángeles bajen y tapen la entrada, para que no entren a matarme".
En ese momento escuchó a los hombres acercándose a la cueva en la que el se encontraba, y vio que apareció una arañita. La arañita  empezó a tejer una telaraña en la entrada.
El hombre volvió a elevar otra plegaria, esta vez más angustiado:
"Señor te pedí ángeles, no una araña." Y continuó: "Señor por favor, con tu mano poderosa coloca un muro fuerte en la entrada para que los hombres no puedan entrar a matarme".
Abrió los ojos esperando ver el muro tapando la entrada, y observó a la arañita tejiendo la telaraña. Estaban ya los malhechores ingresando en la cueva anterior de la que se encontraba el hombre y éste quedó esperando su muerte.
Cuando los malhechores estuvieron frente a la cueva que se encontraba el hombre, ya la arañita había tapado toda la entrada, entonces se escucho esta conversación:
Primer hombre: Vamos, entremos a esta cueva.
Segundo hombre: No. No ves que hasta hay telarañas, nadie ha entrado en esta cueva. Sigamos buscando en las demás cuevas.
"La fe es creer que se tiene lo que no se ve. Perseverar en lo imposible"
Hay una frase muy bella que dice:
" Si le pides a Dios un árbol te lo dará, en forma de semilla".
Pedimos cosas que desde nuestra perspectiva humana son lo que necesitamos, pero Dios nos da aquellas con las cuales nos muestra que con cosas muy sencillas, Él puede hacer mucho más.
Como en esta lectura, a veces pedimos muros para estar seguros, pero no tendría ningún mérito pues sabríamos y tendríamos la certeza de que estamos protegidos. Dios en cambio nos pide además confianza en Él, para dejarlo que su Gloria se manifieste y haga que algo como una telaraña nos de la misma protección que una muralla.
Si has pedido un muro y no ves más que una telaraña, recuerda que Dios puede convertir las cosas... y confía en El.

Envió: Ma. del Carmen Reyes González

Extraído del Portal Católico www.encuentra.com  ( año 2.002 )

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El concurso de belleza

Un exitoso productor de belleza invitó a la gente de una gran ciudad a enviar fotografías junto a breves cartas hablando de las mujeres más bellas que conocieran.

En un par de semanas miles de cartas fueron entregadas a la compañía. Una carta en particular llamó la atención de los empleados y rápidamente llegó a las manos del presidente de la compañía.

La carta había sido escrita por un muchacho joven, el cual provenía obviamente de un hogar destruido que vivía en un barrio de bajo nivel económico. Mostrando errores de escritura, un extracto de esa carta decía:

“ Cruzando la calle, enfrente de mi casa, vive una hermosa mujer. La visito todos los días. Ella me hace sentir como si fuese el chico más importante del mundo. Jugamos a las damas y ella escucha mis problemas. Ella me comprende y cada vez que la dejo, grita desde la puerta que está orgullosa de mi ”.

El muchacho termina la carta diciendo: “ Esta fotografía le mostrará que ella es la mujer más hermosa. Espero tener una mujer tan linda como ella ”.

Intrigado por la carta, el presidente pidió ver la fotografía. Su secretaria le alcanzó la foto de una mujer sonriente, sin dientes, bastante avanzada en años, sentada en una silla de ruedas. El escaso cabello gris, estaba atado por atrás con un moño, y las arrugas que formaban profundos surcos en su rostro, eran disimuladas de alguna manera, por el centello de su mirada.

“ No podemos usar a esta mujer ”, explicó el presidente sonriendo. “ Ella mostraría al mundo que nuestros productos no son necesarios para ser bella. ”

 

Colaboración de Ana María Zacagnino  ( año 2.002 )

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Reflexiones para hijos. Los papás según la edad

Mi padre cuando yo tenía ...
                        4 años : Mi papá puede hacer de todo.
                        6 años : Mi papá sabe un montón.
                        8 años : Mi papá es más inteligente que el tuyo.
                        10 años : Mi papá consigue todo lo que quiere.
                        12 años : Mi papá no siempre tiene razón.
                        14 años : Mi papá no sabe exactamente todo.
                        16 años : En la época de papá, las cosas eran distintas.
                        18 años : No le hagas caso a mi viejo, ¡es tan antiguo!
                        20 años : ¿ Él ?, ¡por favor!, está fuera de onda.
                        25 años : Mi padre sabe un poco de eso, puesto que ya tiene sus años...
                        30 años : Tal vez deberíamos preguntarle a papá qué le parece.
                        35 años : No voy a hacer nada hasta no hablar con papá.
                        40 años : Me pregunto cómo habría manejado esto papá.
                        45 años : Mi padre era muy inteligente y tenía un mundo de experiencia.
                        50 años : Daría cualquier cosa porque papá estuviera aquí
                        para poder hablar esto con él.
                        55 años : Lástima que no valoré a mi padre.
                        Podría haber aprendido mucho de él...
Gracias papá, me ayudaste a descubrir con tu amor profundo, mi propia estima.
Gracias por seguir buscándome y perdonándome.
¡Gracias por compartir todo lo que tienes conmigo!
Colaboración de Claudia Deluca  ( año 2.002 )

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