Amor – Textos en el Evangelio

Mateo 5. 43 al 48 ( Lc. 6. 27 al 28, 32 al 36 )

El amor a los enemigos

Ustedes han oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, rueguen por sus perseguidores; así serán hijos del Padre que está en el cielo, porque él hace salir su sol sobre maleos y buenos y hace caer la lluvia sobre justos e injustos. Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen lo mismo los publicanos? Y si saludan solamente a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¡No hacen lo mismo los paganos? Por lo tanto, sean perfectos como es perfecto el Padre que está en el cielo.

Mateo 22. 34 al 40 ( Mc. 12. 28 al 31 y Lc. 10.25 al 28 )

El mandamiento principal

Cuando los fariseos se enteraron de que Jesús había hecho callar a los saduceos, se reunieron en ese lugar, y uno de ellos, que era doctor de la Ley, le preguntó para ponerlo a prueba: “Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la Ley?”. Jesús le respondió: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu espíritu. Este es el más grande y el primer mandamiento. El segundo es semejante al primero: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas”.

San Juan 13. 34 al 35

El mandamiento nuevo

Les doy un mandamiento nuevo:

ámense los unos a los otros.

Así como yo los he amado,

ámense también ustedes los unos a los otros.

En esto todos reconocerán que ustedes son mis discípulos:

en el amor que se tengan los unos a los otros”.

San Juan 15. 8 al 11

Jesús, la verdadera vid

….La gloria de mi Padre consiste

en que ustedes den fruto abundante,

y así sean mis discípulos.

Como el Padre me amó,

también yo los he amado a ustedes.

Permanezcan en mi amor.

Si cumplen mis mandamientos,

permanecerán en mi amor,

como yo cumplí los mandamientos de mi Padre

y permanezco en su amor.

Les he dicho esto

para que mi gozo sea el de ustedes,

y ese gozo sea perfecto.

San Juan 15.12 al 17

El mandamiento del amor

Este es mi mandamiento:

Ámense los unos a los otros,

como yo los he amado.

No hay amor más grande

que dar la vida por los amigos.

Ustedes son mis amigos

si hacen lo que yo les mando.

Ya no los llamo servidores,

porque el servidor ignora lo que hace su señor;

yo los llamo amigos,

porque les he dado a conocer

todo lo que oí de mi Padre.

No son ustedes los que me eligieron a mí,

sino yo el que los elegí a ustedes,

y los destiné para que vayan y den fruto,

y ese fruto sea duradero.

Así todo lo que pidan al Padre en mi Nombre,

él se lo concederá.

Lo que yo les mando

es que se amen los unos a los otros.

1 Corintios 13. 1 al 13

La preeminencia del amor

Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como una campana que resuena o un platillo que retiñe. Aunque tuviera el don de la profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, aunque tuviera toda la fe, una fe capaz de trasladar montañas, si no tengo amor, no soy nada. Aunque repartiera todos mis bienes para alimentar a los pobres y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, no me sirve para nada.

El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece, no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tiene en cuenta el mal recibido, no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad. El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.

El amor no pasará jamás. Las profecías acabarán, el don de lenguas terminará, la ciencia desaparecerá; porque nuestra ciencia es imperfecta y nuestras profecías, limitadas. Cuando llegue lo que es perfecto, cesará lo que es imperfecto. Mientras yo era un niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como un niño, pero cuando me hice hombre, dejé a un lado las cosas de niño. Ahora vemos como en un espejo, confusamente; después veremos cara a cara. Ahora conozco todo imperfectamente; después conoceré como Dios me conoce a mí. En una palabra, ahora existen tres cosas: la fe, la esperanza y el amor, pero la más grande de todas es el amor.

Publicado por

Javier Serrano

Arquitecto, Productor de Seguros y Agente Inmobiliario apasionado por los deportes y Cronista, Camarógrafo y Fotógrafo Amateur

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