Pacientes en las dificultades

El Señor nos anuncia : en el mundo tendréis grandes tribulaciones; pero tened confianza, Yo he vencido al mundo.

En este caminar en que consiste la vida vamos a sufrir pruebas diversas, unas que parecen grandes, otras de poco relieve, en las cuales el alma debe salir fortalecida, con la ayuda de la gracia. Estas contradicciones vendrán de fuera, con ataques directos o velados, de quienes no comprenden la vocación cristiana…Pueden venir dificultades económicas, familiares…Pueden llagar la enfermedad, el desaliento, el cansancio…La paciencia es necesaria para perseverar, para estar alegres por encima de cualquier circunstancia; esto será posible porque tenemos la mirada puesta en Cristo, que nos alienta a seguir adelante, sin fijarnos demasiado en lo que querría quitarnos la paz. Sabemos que, en todas las situaciones, la victoria está de nuestra parte.

La paciencia es una virtud bien distinta de la mera pasividad ante el sufrimiento; no es un no reaccionar, ni un simple aguantarse : es parte de la virtud de la fortaleza, y lleva a aceptar con serenidad el dolor y las pruebas de la vida, grandes o pequeñas, como venidos del amor de Dios. Entonces identificamos nuestra voluntad con la del Señor, y eso nos permite mantener la fidelidad y la alegría en medio de las pruebas. Son diversos los campos en los que debemos ejercitar la paciencia. En primer lugar con nosotros mismos, puesto que es fácil desalentarse ante los propios defectos. Paciencia con quienes nos relacionamos, sobre todo si hemos de ayudarles en su formación o en su enfermedad : la caridad nos ayudará a ser pacientes. Y paciencia con aquellos acontecimientos que nos son contrarios porque ahí nos espera el Señor.

Para el apostolado, la paciencia es absolutamente imprescindible. El Señor quiere que tengamos la calma del sembrador que echa la semilla sobre el terreno que ha preparado previamente y sigue los ritmos de las estaciones. El Señor nos da ejemplo de una paciencia indecible. La paciencia va de la mano de la humildad y de la caridad, y cuenta con las limitaciones propias y las de los demás. Las almas tienen sus ritmos de tiempo, su hora. La caridad a todo se acomoda, cree todo, todo lo espera y todo lo soporta, enseña San Pablo ( 1 Corintios 13, 7 ).

Si tenemos paciencia, seremos fieles, salvaremos nuestra alma y también la de muchos que la Virgen pone constantemente en nuestro camino.

Extraído de “meditar” del Portal Católico www.encuentra.com ( 2001 )

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La piedra angular

I. San Pedro se refiere a veces a Jesús como la piedra que, rechazada por vosotros los constructores, ha llegado a ser piedra angular (Hechos 4,10-11). Jesucristo es la piedra esencial de la iglesia, y de cada cristiano: sin ella el edificio se viene abajo. La piedra angular afecta a toda la construcción, a toda la vida: negocios, intereses, amores, tiempo…; nada queda fuera de las exigencias de la fe en la vida del cristiano. Seguir a Cristo influye en el núcleo más íntimo de la personalidad. Jesucristo es el centro al que hacen referencia nuestro ser y nuestra vida. Con relación a Él queremos construir nuestra existencia.

II. Cristo determina esencialmente el pensamiento y la vida de sus discípulos. Por eso, sería una gran incoherencia dejar nuestra condición de cristianos a un lado a la hora de enjuiciar una obra de arte o un programa político, en el momento de realizar un negocio o de planear las vacaciones. Si en esos planes, en ese acontecimiento o en esa obra no se guarda la debida subordinación a Dios, su calificación no puede ser más que una, negativa, cualquiera que sean sus acertados valores parciales. El error se presenta frecuentemente vestido con nobles ropajes de arte, de ciencia, de libertad… Pero la fuerza de la fe ha de ser mayor: es la poderosa luz que nos hace ver que detrás de algunas apariencias de bien hay en realidad un mal. Cristo ha de ser la piedra angular de todo edificio. Pidamos al Señor su gracia para vivir coherentemente nuestra vocación cristiana; así la fe no será nunca limitación. Para tener un criterio formado, además de poner los medios, es preciso tener una voluntad recta que quiera llevar a cabo, ante todo, el querer de Dios.

III. El cristiano –por haber fundamentado su vida en esa piedra angular que es Cristo- tiene su propia personalidad, su modo de ver el mundo y los acontecimientos, y una escala de valores bien distinta al hombre pagano que no vive la fe y tiene una concepción puramente terrena de las cosas. Por eso, a la vez que está metido en medio de las tareas seculares, necesita estar “metido en Dios”, a través de la oración, de los sacramentos y de la santificación de sus quehaceres. Jesús sigue siendo la piedra angular en todo hombre. El edificio construido a espaldas de Cristo está levantado en falso. Hoy podemos preguntarnos: ¿La fe que profesamos influye cada vez más en nuestra propia existencia?

Extraído de “meditar” del Portal Católico www.encuentra.com ( 2001 )

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Virtudes de convivencia

I. El Evangelio de la Misa de hoy (14 de Noviembre ) (Lucas 17, 11-19) muestra la decepción de Jesús ante unos leprosos curados, que no volvieron para dar las gracias. La gratitud es señal de nobleza y constituye un lazo fuerte en la convivencia con los demás, pues son innumerables los beneficios que recibimos y también los que proporcionamos a otros. Jesús no fue indiferente a las muestras de educación y de convivencia normales que expresan la calidad y la finura interior de las personas. Jesús, con su vida y su predicación, reveló el aprecio por la amistad, la afabilidad, la templanza, el amor a la verdad, la comprensión, la lealtad, la laboriosidad, la sencillez. Tan importantes considera las virtudes humanas, que llegará a decir: si no entendéis las cosas de la tierra, ¿cómo entenderéis las celestiales? (Juan 3, 12) Cristo, perfecto Dios y Hombre perfecto, nos da ejemplo de esas cualidades que debe vivir todo hombre: bene omnia fecit (Marcos 7, 37), ¡todo lo hizo bien!. Lo mismo se ha de poder afirmar de cada uno de nosotros, que queremos seguirle en medio del mundo.

II. Las virtudes humanas hacen más grata y fácil la vida cotidiana: familia, trabajo, tráfico… ; disponen el alma para estar más cerca de Dios y vivir las virtudes sobrenaturales. El cristiano sabe convertir los múltiples detalles de estos hábitos humanos en otros tantos actos de la virtud de la caridad, al hacerlos también por amor a Dios. La caridad transforma estas virtudes en hábitos firmes, con un horizonte más elevado. La gratitud, recuerdo afectuoso de un beneficio recibido; en muchas ocasiones sólo podremos decir gracias, o una expresión parecida que comunica ese sentimiento del alma. También la amistad que hacen posible el desinterés, la comprensión, la colaboración, el optimismo, la lealtad. El respeto, que es delicadeza, valorar a otro, es imprescindible para convivir. Hagamos hoy un examen sobre cómo estamos viviendo estas virtudes humanas por amor a Dios.

III. Muchas otras virtudes son necesarias para la convivencia: la afabilidad, la benignidad, la indulgencia ante los pequeños defectos, la educación y urbanidad en palabras y modales, la simpatía, la cordialidad, el elogio oportuno que está lejos de la adulación, la alegría, el optimismo. El saludo de María llenó de alegría el corazón de su anciana prima Isabel. Podríamos empezar por el saludo amable con quienes nos encontramos. El Señor espera que hagamos un apostolado eficaz, que comuniquemos a los demás el don más grande que tenemos: la amistad con Él.

Extraído de “meditar” del Portal Católico www.encuentra.com ( 2001 )

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¿Quieres ayudar? Ayúdate primero

Sólo los amados aman.

Sólo los libres liberan.

Sólo son fuentes de paz quienes están en paz consigo mismo.

Los que sufren, hacen sufrir.

Los fracasados necesitan ver fracasar a los otros.

Los resentidos siembran violencia.

Los que tienen conflictos provocan conflictos a su alrededor.

Los que no se aceptan no pueden aceptar a los demás.

Es tiempo perdido y utopía pura pretender

dar a tus semejantes lo que tú no tienes.

Debes empezar por ti mismo.

Motivarás a realizarse a tus allegados

en la misma medida en que tú estés realizado.

Amarás al prójimo como a ti mismo. Pero no perderás de vista

que la medida eres “tú mismo”.

Para ser útil a otros, el importante eres tú mismo.

Sé feliz tú, y tus hermanos se llenarán de alegría.

Ignacio Larrañaga

Colaboración de Claudia Deluca ( 2001 )

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La conversión

En la jerarquía de la naturaleza, el hombre es el que mayor capacidad de cambio tiene, porque el que nace de la carne puede también nacer del espíritu. Sólo el hombre es convertible. La conversión no significa un desarrollo posterior hacia el orden natural, sino una generación hacia un orden sobrenatural. El cuerpo vive gracias al alma, pero el alma está muerta cuando no tiene esa vida superior que sólo Dios puede conceder. “A menos que un hombre vuelva a nacer, no podrá entrar en el reino de Dios.” ( Juan 3, 3 )

Toda conversión comienza con una crisis, con un momento o una situación relacionada con alguna especie de sufrimiento físico, moral o espiritual; con una dialéctica, una tensión, un tironeo, una dualidad o un conflicto. Esta crisis es acompañada por una parte, por una profunda sensación de la propia impotencia, y por la otra, por una convicción igualmente profunda de que sólo Dios puede proporcionar lo que le falta al individuo.

Durante una conversión el alma se convierte en el campo de batalla de una guerra civil…la conversión no es autosugestión, sino el estallido de un relámpago proveniente de afuera. Sólo se crea una gran tensión cuando el yo se encuentra frente al no-yo, cuando lo íntimo es desafiado por lo exterior, cuando la impotencia del ego se encuentra ante la perfección de lo divino.

Sólo cuando comienza el tira y afloja de la guerra, con un alma en un extremo de la cuerda y Dios en el otro, sólo entonces aparece la verdadera dualidad como la condición de la conversión. Es relativamente carente de importancia el que esta crisis, que provoca una sensación de dualidad, sea repentina o gradual. Lo que importa es la lucha entre el alma y Dios, en la que Dios todopoderoso jamás destruye la libertad humana. Este es el más grande drama de la existencia.

…aparejada a la lucha está la impresión de que se es buscado por Alguien, que no quiere dejarnos en paz. La tragedia es que muchas almas, sintiendo esa ansiedad, tratan de eliminarla con palabras, en lugar de seguirla hasta el final del camino, donde es vista como Dios y como gracia natural operando sobre el alma. La voz de Dios engendra descontento en el interior del alma a fin de que ésta pueda seguir buscando ser salvada. Turba el alma, porque le muestra la verdad, arranca todas las máscaras y las mascaradas de la hipocresía. Pero, por otra parte, consuela al alma, al efectuar una armonía con el yo, con los congéneres y con Dios. Es el hombre quien tiene que decidir si acepta o rechaza la voz que escucha.

…El espíritu pide el renunciamiento a las viejas costumbres, pero la carne se niega a romper las cadenas. En cuanto se encuentran estas dos corrientes de frustración interna y de Misericordia Divina, de modo que el alma advierte que sólo Dios puede proporcionar lo que le falta, la crisis llega a un punto en que es preciso tomar una decisión. En este sentido, la crisis es crucial : representa una cruz. La crisis puede adoptar mil formas distintas, variando de las almas buenas a las pecadoras. Pero en ambos extremos existe un reconocimiento común de que los conflictos y frustraciones no pueden ser superados por las propias energías.

…Una crisis exige dos personas : la persona del hombre y la Persona de Dios. Entonces el remordimiento por sus pecados tortura el alma y la hace ansiar una paz que no puede ganar por sí sola. Y así, por una extraña paradoja, el pecado se convierte en la ocasión de una soledad y de un vacío que sólo Dios puede aliviar.

Un alma en tal crisis, busca a Dios después de una serie de disgustos cuando, como el hijo Pródigo, retorna de las vainas al Pan de la Vida. Una crisis semejante significa tristeza, porque se ha descendido de un ideal; pero esa tristeza está mezclada de esperanza, porque la forma original puede ser recuperada.

…La crisis llega a su apogeo cuando el alma se torna menos interesada en agitar revoluciones externas y más interesada en la revolución interior de su propio espíritu; cuando blande espadas, no hacia fuera, sino hacia adentro, para cortar sus más bajas pasiones; cuando se queja menos de las mentiras del mundo y se pone a la obra para hacerse menos embustera que antes. El abismo de impotencia clama hacia el abismo de salvación. La Cruz es vista entonces bajo una nueva luz.

…Pero esta cascada de Poder Divino no puede operar sobre un hombre mientras éste viva bajo la ilusión, ya de ser un ángel, ya de que el pecado no es culpa suya. Debe admitir previamente el hecho de la culpa personal…Dios se convierte en una posibilidad para el alma desesperada, sólo cuando ésta comienza a ver que puede hacer “todas las cosas en Él, que me fortaleció.”

…No todos aceptan las exigencias presentadas durante una crisis espiritual. Algunos escogen una vida corriente y buena, en lugar de la vida espiritual. Hasta el momento de la conversión, un alma tiene sus propias normas de bondad. Después de haberse visto ante la Gracia de Dios, no busca más que correspondencia con Su voluntad.

La crisis espiritual es bastante general, porque en toda alma hay un reflejo del ansia universal de perfección. Después de la conversión hay un amor sobrenatural a Dios, pero aún antes de la conversión existe un amor natural hacia Dios…Toda persona que ama, ama naturalmente a Dios más que a sí mismo. Este amor no es consciente en muchas almas, y en otras, sus efectos prácticos se ven limitados por la concupiscencia; pero se encuentra oculto en toda búsqueda de felicidad, en todo deseo de un ideal suficientemente grande para satisfacer todos nuestros anhelos.

Aún cuando el hombre se conforme con menos e imagine que ese es su Infinito, aún entonces el Bien Supremo es más deseado; de tal modo que Dios es amado, ya consciente, ya inconscientemente por todos los seres capaces de amor. Pero el deseo de poseer a Dios en el amor sería un deseo ineficaz si Dios no elevase la naturaleza humana. Cuando tal cosa ocurre, cuando el alma pasa de un amor natural a uno sobrenatural, se ha llevado a cabo una conversión.

…Hoy existe en el mundo un vasto ejército de almas buenas que no han entrado aún en la plenitud de la crisis; están sedientas, pero tienen miedo de pedirle a Él de beber, no sea que Él vierta el líquido de un cáliz. Sienten frío, pero temen acercarse a Sus fuegos, no sea que las llamas purifiquen al mismo tiempo que iluminan. Hay muchos a quienes les agradaría tender los dedos hacia Nuestro Señor; pero retroceden, de miedo a que Él les tome la mano y les conquiste el corazón. Pero no están lejos del Reino de Dios. Ya tienen el deseo; no necesitan más que el valor para atravesar la crisis en la que, a través de un aparente sometimiento, se encontrarán victoriosos, cautivos de la Divinidad.

Existe también otro tipo de conversión, causado por un acontecimiento físico. La crisis es física cuando pasa por una catástrofe inesperada, tal como la muerte de un ser amado, un fracaso comercial, o algún sufrimiento que obliga a preguntar : ¿Cuál es el fin de la vida? ¿Por qué estoy aquí? ¿Adonde voy? Mientras había prosperidad y buena salud, estas preguntas jamás aparecían; el alma que sólo tiene intereses externos, no se ocupa de Dios, como no se ocupó de Él el hombre rico cuyos graneros estaban repletos. Pero cuando los graneros se incendian, el alma se ve repentinamente obligada a mirar hacia adentro, a examinar las raíces de su ser y a atisbar en el abismo de su espíritu. La enfermedad, en especial, puede ser un bienaventurado heraldo de la conversión del individuo.

…En cuanto un hombre comienza a preguntarse ¿Para qué estoy aquí?, la crisis ya ha comenzado. La conversión se hace posible en el momento mismo en que el hombre deja de culpar a Dios o a la vida por sus problemas y empieza a culparse a sí mismo; de este modo, se torna capaz de distinguir entre su lastre pecador y el barco de su alma. Ha aparecido una grieta en la armadura de su egoísmo; ahora puede penetrar por ella la luz del sol de la gracia de Dios. Pero hasta que esto sucede, las catástrofes no nos enseñan otra cosa que desesperación.

…El hombre frustrado de hoy, habiendo perdido su fe en Dios, viviendo –como vive – en un mundo desordenado, caótico, no tiene faro alguno que lo guíe…La catástrofe puede ser para un mundo que ha olvidado a Dios lo que una enfermedad puede ser para un pecador; en medio de ella, millones de seres pueden ser llevados a una crisis, no voluntaria, sino obligada… Se ha dicho : “ En tiempo, de paz, prepárate para la guerra.” Pero sería mejor que revisáramos la frase y dijésemos : “En tiempos de disturbios y disolución, prepárate a encontrar a Dios.”

Esa clase de conversión puede presentarse también entre los que ya tienen la fe. Los cristianos se harán verdaderos cristianos, con menos fachada y más cimientos. La catástrofe los separará del mundo, les obligará a declarar sus lealtades básicas.

La crisis está sobre nosotros, cualquiera sea nuestra condición y nuestra posición. Pero la crisis no será consciente y efectiva mientras no venga acompañada por el deseo. Y bien, el deseo implica posibilidad . “Nada es imposible con Dios.” Si no hay Dios, entonces nada es posible. El deseo de Dios es para el alma lo que la respiración para el cuerpo : la respiración trae de afuera a nuestro cuerpo la posibilidad de la vida física, así como la oración, que es la más alta expresión del deseo, trae a nuestra alma la posibilidad de la participación en Dios.

La conversión no sigue automáticamente a este anhelo; a menos que el deseo de Dios sea más fuerte que las viejas costumbres y pasiones, la crisis de deseo puede terminar en frustración. La gracia de la conversión puede pasar…y entonces uno ha perdido el barco, ha perdido la Barca de Pedro. El deseo existía; pero, como no era altamente apreciado, el ideal de Cristo fue abandonado y quedaron el ideal carnal y el mundano. Jamás hubo un converso a quien le faltaran deseos : deseos de Dios y también deseos de convertirse en un hombre distinto de lo que fue hasta entonces.

Dios entrará bajo nuestro techo cuando Él lo quiera. La Gracia – la “entrada” – es la parte de Dios; cultivar y albergar el deseo de la gracia es nuestra parte, conferida por Dios : “Pedid y se os dará; buscad y encontraréis; golpead y se os abrirá.” ( Mateo 7, 7 )

Extraído del libro Paz en el alma ( en el año 2001 )

Fulton J. Sheen – Edit. Iber-Amer Argentina SRL – 1951

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Aumentar nuestra fe

Éste texto lo envié a mi cadena de mails de F.E. y FE el 9 de Noviembre del año 2.001 en vísperas de mi Confirmación a los 41 años de edad.

Javier Serrano Agüero

24 de Abril 2.010

«Quiero compartir con todos una gran alegría que estoy viviendo. El próximo domingo, junto a un grupo de adultos, voy a confirmar mi compromiso cristiano por medio del sacramento de la Confirmación.

Para los que no conocen mucho de mí, les cuento que tengo 41 años y que recién en los últimos cinco años he reincorporado a Jesús en mi vida. Sucedió a partir de un par de fuertes sacudones. Mi gran amigo Pablo me acercó a la Virgen María, y ella sintiendo que mi alma se entregaba, me abrió el corazón a Jesús una mañana en la Iglesia de Flores antes de iniciar la peregrinación a Luján.

Desde esos días de 1996 mi vida ha cambiado y no tengo más que dar gracias a Dios por convertir mi corazón. A principios de este año decidí iniciar mi preparación en la Iglesia del Socorro para encarar y cumplir este compromiso que sentía pendiente en mi interior. Como agradecimiento y para unir aún más nuestros vínculos en la fe compartida, he elegido a Pablo Deluca como padrino.

Todo empezó a partir de que este gran amigo estuvo cerca de mí en momentos difíciles para toda mi familia y me hizo ver una luz; desde el momento que empecé a hablarle a Dios en la oración y a prestarle más atención, todo cambió. Poco a poco fui creciendo en la fe, la cual hoy me brinda una gran paz de espíritu.

Hoy quiero compartir mi felicidad para alentar a los que aún se encuentran un poco fríos en su acercamiento a Dios. Los invito a jugarse, a comprometerse en la relación con Jesús, a abrirse e interesarse más plenamente en sus enseñanzas, sus promesas y en su ejemplo. De la mano de la Virgen María todo es más fácil. Pidan su ayuda en sus oraciones.»

El siguiente texto extraído del Portal católico www.encuentra.com ( 2001 )complementa mi testimonio de hoy :

…Los apóstoles se manifiestan al Señor con toda sencillez. Conocen su fe insuficiente en muchos casos ante lo que ven y lo que oyen, y un día le piden a Jesús : ¡ Auméntanos la fe ! También nosotros nos encontramos como los Apóstoles; nos falta fe ante la carencia de medios, ante las dificultades en el apostolado, ante los acontecimientos que nos cuesta interpretar desde un punto de vista sobrenatural. Pero si vivimos con la mirada puesta en Dios no hemos de temer nada. Imitemos a los Apóstoles y con ánimo humilde pidamos al Señor : ¡ Auméntanos la fe ! La fe es el tesoro más grande que tenemos, y por eso hemos de poner todos los medios a nuestro alcance para conservarla y acrecentarla

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Abre tu corazón

Un hombre había pintado un lindo cuadro.

El día de la presentación al público, asistieron las autoridades locales, fotógrafos, periodistas, y mucha gente, pues se trataba de un famoso pintor, reconocido artista. Llegado el momento, se tiró el paño que revelaba el cuadro.

Hubo un caluroso aplauso. Era una impresionante figura de Jesús tocando suavemente la puerta de una casa.

Jesús parecía vivo. Con el oído junto a la puerta, parecía querer oír si adentro de la casa alguien le respondía. Hubo discursos y elogios. Todos admiraban aquella preciosa obra de arte.

Un observador muy curioso, encontró una falla en el cuadro.

La puerta no tenía cerradura. Y fue a preguntar al artista:

“ Su puerta no tiene cerradura, ¿Cómo se hace para abrirla? ”

“Así es ” respondió el pintor.

“Porque esa es la puerta del corazón del hombre.

Sólo se abre por el lado de adentro.”

Colaboración de Clementina Uncal ( 2001 )

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Que se amen los unos a los otros

Evangelio según San Juan. Jn 13, 33-35

Hijos míos, ya no estaré mucho tiempo con ustedes… Les doy un mandamiento nuevo: que se amen los unos a los otros, como yo los he amado; y por este amor reconocerán todos que ustedes son mis discípulos». Palabra del Señor.

Reflexión de Héctor M. Pérez V., Pbro.:

Este es el comienzo del discurso de despedida que Jesús hace a sus discípulos en la última cena. Parecería como un testamento que Jesús quiere dejar a sus discípulos antes de partir. Esto le da una importancia muy especial a las palabras de Jesús. Salta a la vista inmediatamente la característica principal que Jesús hace de sus discípulos: saberse amados y amarse los unos a los otros. Esto no es sólo una característica moral, saberse amados por Dios y amarse unos a otros, es parte constitutiva de nuestro ser cristiano.

Vale la pena preguntarnos hoy ¿en qué fundamentamos nuestro ser cristiano? Es decir, ¿por qué nos decimos discípulos de Cristo? Todos podremos decir,»por que somos bautizados», o tal vez, «porque vamos a misa» o tal vez,»porque estoy en un grupo apostólico» o los más dirán «porque mis padres y mis abuelos lo son… es decir por «tradición»». Al escuchar este evangelio,¿podremos seguir diciendo lo mismo? Ser cristianos significa sabernos amados por un Dios que se encarnó entre nosotros, vivió, murió y resucitó por nosotros; sabernos amados por un Dios al que le importamos tanto que no escatimó ni en su propio Hijo para que nosotros comprendiéramos su amor.

Y en un segundo momento, ser discípulo de Cristo significa amar como somos amados, perdonar como somos perdonados por Dios, ser solidarios como Jesús lo fue con nosotros.

Nadie da lo que no tiene, por eso Dios nos ama primero, para que como cristianos compartamos ese amor que primero recibimos de él.

PROPÓSITO

Acerquémonos a recibir el amor de Dios. Si estás batallando para amar a alguien, para perdonar a tu pareja, a tu padre, a un amigo(a), o a quien sea; acércate primero a Dios, pídele ese amor, esa misericordia para que entonces la puedas dar tu también. ¿Cómo acercarse a Dios? En silencio, búscalo en la Biblia, en el Santísimo Sacramento (en el Templo), en un rato de meditación, rezando el Padre Nuestro. Como tú quieras, pero búscalo y El te encontrará.

Extraído del Portal Católico www.encuentra.com ( 2001 )

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El vagabundo y el niño

Éramos la única familia en el restaurante con un niño. Yo senté a Daniel en una silla para niños y me di cuenta que todos estaban tranquilos comiendo y charlando. De repente, Daniel pegó un grito con ansia y dijo, «¡Hola amigo!» golpeando la mesa con sus gorditas manos.

Sus ojos estaban bien abiertos por la admiración y su boca mostraba la falta de dientes en su encía. Con mucho regocijo él se reía y se retorcía. Yo miré alrededor y vi la razón de su regocijo.

Era un hombre andrajoso con un abrigo en su hombro; sucio, grasoso y roto. Sus pantalones eran anchos y con el cierre abierto hasta la mitad y sus dedos se asomaban a través de lo que fueron unos zapatos. Su camisa estaba sucia y su cabello no había recibido un peine por largo tiempo. Sus patillas eran cortas y muy poquitas y su nariz tenía tantas venitas que parecía un mapa.

Estábamos un poco lejos de él para saber si olía, pero seguro que olía mal. Sus manos comenzaron a menearse para saludar. «Hola bebito, como estás muchachón,» le dijo el hombre a Daniel. Mi esposa y yo nos miramos, «Que hacemos?» Daniel continuó riéndose y contestó, «Hola, hola amigo.»

Todos en el restaurante nos miraron y luego miraron al pordiosero. El viejo sucio estaba incomodando a nuestro hermoso hijo. Nos trajeron nuestra comida y el hombre comenzó a hablarle a nuestro hijo como un bebe. Nadie creía que era simpático lo que el hombre estaba haciendo. Obviamente él estaba borracho.

Mi esposa y yo estábamos avergonzados. Comimos en silencio; menos Daniel que estaba super inquieto y mostrando todo su repertorio al pordiosero, quien le contestaba con sus niñadas.

Finalmente terminamos de comer y nos dirigimos hacia la puerta. Mi esposa fue a pagar la cuenta y le dije que nos encontraríamos en el estacionamiento. El viejo se encontraba muy cerca de la puerta de salida. «Dios mío, ayúdame a salir de aquí antes de que este loco le hable a Daniel.»

Dije orando, mientras caminaba cercano al hombre. Le di un poco la espalda tratando de salir sin respirar ni un poquito del aire que él pudiera estar respirando. Mientras yo hacía esto, Daniel se volvió rápidamente en dirección hacia donde estaba el viejo y puso sus brazos en posición de; «cargame.»

Antes de que yo se lo impidiera, Daniel se avalanzó desde mis brazos hacia los brazos del hombre. Rápidamente el muy oloroso viejo y el joven niño consumaron su relación amorosa.

Daniel en un acto de total confianza, amor y sumisión recargó su cabeza sobre el hombro del pordiosero. El hombre cerró sus ojos y pude ver lágrimas corriendo por sus mejillas. Sus viejas y maltratadas manos llenas de cicatrices, dolor y duro trabajo, suave, muy suavemente, acariciaban la espalda de Daniel. Nunca dos seres se habían amado tan profundamente en tan poco tiempo. Yo me detuve aterrado.

El viejo hombre se meció con Daniel en sus brazos por un momento, luego abrió sus ojos y me miró directamente a los míos. Me dijo en voz fuerte y segura, «Usted cuide a este niño.»

De alguna manera le conteste «Así lo haré» con un inmenso nudo en mi garganta. El separó a Daniel de su pecho, lentamente, como si tuviera un dolor. Recibí a mi niño, y el viejo hombre me dijo:

«Dios le bendiga, señor. Usted me ha dado un hermoso regalo.»

No pude decir más que un entrecortado gracias. Con Daniel en mis brazos, caminé rápidamente hacia el carro. Mi esposa se preguntaba por qué estaba llorando y sosteniendo a Daniel tan apretadamente, y por qué yo estaba diciendo: «Dios mío, Dios mío, perdóname.»

Yo acababa de presenciar el amor de Cristo a través de la inocencia de un pequeño niño que no vio pecado, que no hizo ningún juicio; un niño que vio un alma y unos padres que vieron un montón de ropa sucia.

Yo fui un cristiano ciego, cargando un niño que no lo era. Yo sentí que Dios me estuvo preguntando: «Estás dispuesto a compartir tu hijo por un momento?»

Cuando El compartió a su hijo por toda la eternidad. El viejo andrajoso, inconscientemente, me recordó: «Les aseguro que el que no acepte el reino de Dios como un niño, no entrará en él.» Lucas 18: 17.

Solamente repite esta frase y verás como se mueve Dios :

“Señor Jesucristo te amo y te necesito, ven a mi corazón por favor.”

Colaboración de Ana Rodríguez ( 2001 )

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Un regalo de Dios

HOLA: Si estas ocupado ahora, no lo leas, marca el mensaje como «No leído» y regresa mas tarde, cuando tengas 3 minutos para leer este correo.

MEMORANDUM DE: DIOS PARA: MI QUERIDO HIJO(A)

Hoy, YO DIOS, estaré manejando todos tus problemas.

Por favor recuerda que no necesito tu ayuda.

Si te enfrentas a una situación que no puedes manejar, no intentes resolverla. Te pido amablemente que la coloques en la bandeja AQSDPH): «Algo que sólo Dios puede hacer». Me encargaré del asunto en Mi tiempo, no en el tuyo.

Una vez que hayas depositado tu problema en dicha bandeja no te aferréis más a él o pretendas retirarlo de allí. El aferrarte o retirar tu problema, solo hará que se retrase la solución del mismo.

Si fuese una situación que tú consideres puedes manejar por ti mismo; te pido no obstante, que por favor lo consultes conmigo en oración, para que puedas asegurarte que tomarás la decisión adecuada.

Debido a que yo no duermo nunca ni me adormezco jamás, no hay razón por la cual tengas que perder tu sueño en la madrugada a causa de las preocupaciones. Descansa en Mí. Si deseas contactarme, estoy a la distancia de una oración.

Además considera lo siguiente: Sé feliz con lo que tienes. Si encuentras difícil el dormir por las noches, recuerda las familias desamparadas que no tienen un lecho dónde dormir.

Si te encuentras atorado en el tráfico, no desesperes. Hay gente en este mundo para quienes solo manejar es un privilegio.

¿Has tenido un mal día en el trabajo? Piensa en aquellos que están por años sin poder conseguir uno.

¿Estás descorazonado por una relación sentimental deteriorada?

Piensa en aquellos que no saben lo que es amar y que jamás han sido amados.

¿Te entristeces porque se termina el fin de semana? Piensa en la mujer con vestidos raídos, que trabaja 12 horas al día lavando ropa ajena, a fin de alimentar a sus hijos.

¿Se dañó tu vehículo en medio de la carretera y lejos de toda ayuda posible?

Piensa en los parapléjicos que con el mayor gusto tomarían tu lugar por caminar la distancia.

¿Has notado que te aparecen nuevas canas?. Piensa en los enfermos de cáncer bajo quimioterapia, que desearían tener tu cabello.

¿Has llegado a los 40 y te has enfrentado a una terrible pérdida y te preguntas: Cuál es el propósito de esta prueba?. Sé agradecido. Existieron muchos que no vivieron hasta esa edad para averiguarlo.

¿Te encuentras en un momento de la vida con que eres objeto de la amargura, ignorancia, pequeñez o envidia de la gente?. Recuerda, las cosas podrían ser peores!!!! tú podrías ser uno de ellos.

¿Sientes que no ayudas a los demás como quisieses?. Parte de la solución está en tus manos; envíales este memorando, podrías, sin quererlo, iluminar el día de alguien más.

Sientes que no tienes un amigo? «Recuerda que uno te envió este mensaje».

La oración es uno de los dones que Dios nos ha dado. No cuesta nada y nos concede cantidad de premios. Sigamos orando uno por el otro.

Lo que sigue no lo leas. Esto solo yo lo leeré para ti porque eres mi amigo.

«Padre, te pido que bendigas a mis amigos que lean esto y ahora mismo, les reveles nuevamente tu amor y tu poder.

Espíritu Santo, te pido que seas la guía para sus almas:

Donde hay dolor, dales tu paz y tu misericordia. Donde hay dudas, renuévales la confianza. Donde hay cansancio, te pido que les des entendimiento, paciencia, y fuerza aprendiendo a amarte. Donde hay estancamiento espiritual, te pido que les reveles tu cercanía, para un nuevo comienzo en la fe. Donde hay miedo, revélales tu amor, y trasmíteles tu fuerza. Donde hay pecado, bloqueando sus vidas, haz que este desaparezca.

Bendice sus finanzas, concédeles mas visión de ti, que tengan el apoyo de amigos para darles fuerza y valentía. Concédeles a cada uno discernimiento para poder distinguir las fuerzas negativas que los afectan, y revélales el poder que tienen en ti para superarlo.

Te ruego me concedas estas peticiones en el nombre de Jesús. Con amor, tu amigo en Jesús.

QUE PASÓ? LO LEISTE…. GRACIAS!!!! TE DIJE QUE ERAS MI AMIGO.

Transmitir esta oración a alguien que consideres tu amigo, les bendecirá a los dos.

Hace poco me lo enviaron y pensé que era momento de compartirlo con vos

ESPERO SEA DE TU AGRADO

Colaboración de Daniel y Bárbara Skowron ( 2001 )

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Renovación del espíritu

Arthur Gordon relata una historia maravillosa e íntima relacionada con su propia renovación espiritual. Habla de una época de su vida en la que empezó a sentir que nada tenía sentido. Su entusiasmo se había desvanecido; sus esfuerzos por escribir resultaban estériles. Y la situación empeoraba día tras día. Finalmente decidió pedir ayuda a un médico. Éste no encontró ningún problema físico, y le preguntó si estaba dispuesto a seguir sus instrucciones durante un día. Gordon contestó que sí.

El médico le dijo que pasara el día siguiente en el lugar donde más feliz había sido cuando era niño. Podía comer, pero no debía hablar con nadie, ni leer, ni escribir, ni escuchar la radio. Después le escribió cuatro prescripciones en sendas recetas, y le dijo que las fuera leyendo una por una a las nueve, a las doce, a las tres de la tarde y a las seis. «¿Habla usted en serio?», le preguntó Gordon. «¡No pensará que bromeo cuando reciba mi factura!», fue la respuesta.

De modo que, a la mañana siguiente, Gordon se dirigió a la playa. En la primera receta leyó: «Escuche cuidadosamente». Pensó que el médico estaba loco. ¿Cómo podría pasarse horas «escuchando»? Pero había acordado seguir esas instrucciones, de modo que escuchó. Oyó los sonidos habituales del mar y las aves. Al cabo de cierto tiempo pudo oír otros sonidos no tan aparentes al principio. Mientras escuchaba, empezó a pensar en las lecciones que el mar le había impartido de niño: paciencia, respeto y conciencia de la interdependencia de todas las cosas. Al escuchar los sonidos -y el silencio- sintió dentro de él una paz creciente.

A mediodía, tomó la segunda receta y leyó: «Trate de volver atrás». ¿Volver atrás?, ¿Adonde?, se preguntó. Tal vez…a la infancia…,a los recuerdos de tiempos felices. Pensó en su pasado, en los muchos pequeños momentos de alegría. Trató de recordarlos con exactitud. Y, al hacerlo, descubrió dentro de sí una calidez creciente.

A las tres de la tarde, leyó la tercera receta. Hasta ese momento las prescripciones habían sido fáciles de cumplir. Pero, esa era diferente. Decía: «Examine sus motivos». Al principio adoptó una actitud defensiva. Pensó en lo que deseaba (el éxito, reconocimiento, seguridad) y lo justificó por completo. Pero, entonces, se le ocurrió que esos motivos no eran suficientemente buenos y que, tal vez, allí estaba la respuesta a su situación.

Consideró sus motivos en profundidad. Pensó en su felicidad pasada. Y, por fin, encontró la respuesta. «En un relámpago de certidumbre vi que, si los motivos que uno tiene son erróneos, nada puede ser correcto. No importa que uno pueda ser cartero, peluquero, agente de seguros, ama de casa o cualquier otra cosa. Mientras uno siente que está sirviendo a los otros, es que la tarea está bien hecha. Cuando uno sólo le preocupa ayudarse a sí mismo, el trabajo es menos bueno: una ley tan inexorable como la gravedad».

A las seis, pudo cumplir con la prescripción final. «Escriba en la arena lo que le preocupa», decía. Se arrodilló, y escribió varias palabras con un trozo de concha rota. Después se puso de pie, dio la espalda a lo que había escrito y echó a andar sin mirar atrás: sabía que iba a subir la marea.

 

Colaboración de Clementina Uncal ( 2001 )

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Decálogo del optimista

1 - Los optimistas se aman, procuran un alto nivel de autoestima, se valoran y aprovechan lo mejor posible sus talentos personales innatos.
2 - Los optimistas aceptan a los demás como son, y no malgastan energías queriendo cambiarlos, sólo influyen en ellos con paciencia y tolerancia.
3 - Los optimistas son espirituales, cultivan una excelente relación con Dios y tienen en su fe una viva fuente de luz y de esperanza.
4 - Los optimistas disfrutan del "aquí" y el "ahora", no viajan al pasado con el sentimiento de culpa ni el rencor, ni al futuro con angustia.
Disfrutan con buen humor y con amor.
5 - Los optimistas ven oportunidades en las dificultades, cuentan con la lección que nos ofrecen los errores y tienen habilidad para aprender de los fracasos.
6 - Los optimistas son entusiastas, dan la vida por sus sueños y están convencidos de que la confianza y el compromiso personal obran milagros.
7 - Los optimistas son íntegros y de principios sólidos, por eso disfrutan de paz interior y la irradian y comparten, aún en medio de problemas y crisis.
8 - Los optimistas no se desgastan en la crítica destructiva y ven la envidia como un veneno. No son espectadores de las crisis sino protagonistas del cambio.
9 - Los optimistas cuidan sus relaciones interpersonales con esmero, saben trabajar en equipo y son animosos sembradores de fe, esperanza y alegrías.
10 - Los optimistas también tienen épocas difíciles, pero no se rinden ni se dejan aplastar por su peso, ya que saben que aún la noche más oscura tiene un claro amanecer y que por encima de las nubes más densas sigue brillando el sol; que todo túnel, por más largo y oscuro que sea siempre tendrá otra salida y que todo río siempre tiene dos orillas.
Autor: Gonzalo Gallo G. (Oasis)            Envió: Ramón Mitre  ( 2001 )

Extraído del Portal Católico www.encuentra.com ( 2001 )

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Tomar conciencia

Escrito por un portorriqueño que vive hace años en EEUU.

Todo empezó cuando Madeline Murray O’Hare se quejó porque no quería que se orara en las escuelas…Y todos nosotros dijimos: OK, no oremos en las escuelas. Después, alguien dijo que no deberíamos leer ni explicar la Biblia en las escuelas. La Biblia dice que no debemos matar, que no debemos robar y que hay que amar…Y nosotros dijimos: OK, saquemos las Biblias de la Escuelas.

El Dr. Benjamín Spock dijo que no debíamos corregir a nuestros hijos cuando se portan mal porque podíamos herir su personalidad y dañaríamos su autoestima…Y todos dijimos: OK, no los corregiremos más.

Luego mujeres y hombres dijeron que debíamos permitir que la mujer eligiera libremente si quería abortar o no… Y dijimos: Ok, «buena idea».

Otra persona brillante dijo que si los jóvenes son jóvenes y van a hacer lo que van a hacer, vamos a darles todos los condones que quieran para que puedan divertirse «sin riesgos» todo lo que deseen…Y también dijimos: OK, esa es otra buena idea!

Después, un oficial de gobierno dijo que no importa lo que uno haga en privado mientras cumplamos con nuestro trabajo…Y nosotros dijimos: Ok, a nadie debe de importar lo que los demás hagan con su vida, incluyendo al Presidente, mientras mantenga alta nuestra economía.

Y mas tarde dijeron, vamos a hacer revistas con mujeres desnudas y le llamaremos «la apreciación de la belleza del cuerpo de la mujer» o simplemente, «Arte»…Y dijimos: Ok, al fin que el cuerpo es bello.

La industria del «entretenimiento» dijo: hagamos películas y shows que promuevan la profanación, violencia, el sexo ilícito y hasta el culto al satanismo. Vamos a grabar música que incite a drogarse, al asesinato, al suicidio, a masturbarse, a violar… Y dijimos: Ok, es la libertad de expresión. El que no quiera, que no escuche o que no vea!

Ahora, nos preguntamos por qué nuestros hijos no tienen conciencia, por qué no distinguen entre el bien y el mal, y por que no les molesta traicionar, golpear, suicidarse o matar a alguien, incluyendo a sus amigos y familiares. Por qué tantos embarazos no deseados… niñas burladas, SIDA, drogas, enfermedades venéreas, abortos, rebeldía… Probablemente, si lo pensáramos lo suficiente, sabríamos el por qué… y creo que tiene mucho que ver con NOSOTROS, porque finalmente cosechamos lo que hemos estado sembrando…

Qué ironía es dejar a Dios fuera de nuestra vida y de la de nuestros hijos, y luego preguntarnos por qué el mundo va rumbo al infierno… Qué ironía es que creemos todo lo que otros y el periódico dicen, pero cuestionamos lo que Dios dice…

Qué ironía es querernos ir al cielo, pero no queremos creer, pensar, decir o hacer lo que Dios nos dice que debemos creer, pensar, decir y hacer para llegar allá…

Qué ironía como decimos «creo en Dios» pero vemos, oimos y hacemos todo lo que no tiene que ver con Dios y nos separa de Él.

Qué ironía que cuando recibimos chistes colorados y sucios por e-mail, los reenviamos rápidamente; pero cuando recibimos uno que nos habla de Dios y nos concientiza, solo lo borramos …

Qué ironía que aceptamos lo obsceno, lo vulgar y lo violento de la música y de los vídeos; pero el mencionar a Dios o a Jesús en una escuela o en un lugar de trabajo, es reprimido y censurado fuertemente.

Qué ironía que podemos ser «muy religiosos» el domingo, pero nos olvidamos de Cristo el resto de la semana, contando obscenidades, escuchando vulgaridades y participando en la promoción de pornografía.

Tal vez te está incomodando este mensaje, o tal vez, te estás riendo.

Qué ironía que es probable que no vayas a reenviar a nadie este mensaje porque temes lo que pensarán de tí cuando lo lean…

Es irónico cómo nos preocupa más lo que otros piensan que lo que Dios piensa de nosotros…¿ Te he puesto a pensar?… Puedes compartir ésto con tus amigos o puedes tirarlo en la papelera de reciclaje. Nadie jamás se enterará de lo que hiciste… solo Dios, y Él no se lo contará a nadie…simplemente se entristecerá porque eres uno más entre millones.

Qué ironía que si invitas a tus amigos y familiares a leer este mensaje, no puedes prometerles que les llegará dinero o un regalo en siete días. Solo puedes prometerles que Dios empezará a hacer cambios en su vida y en la de toda su familia, para encaminarlos hacia el cielo.

¡Que Dios te bendiga y te guarde!

Colaboración de Elsa y Eduardo Gerding ( 2001 )

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Luz y camino

No dejes de marchar cuando no hay camino,
                        deja que tus pies abran el tuyo;
                        no te detengas cuando se ha hecho oscuro,
                        ilumina tu andar con la luz que hay en ti mismo.
 
                        La oscuridad más terrible no es la que te rodea,
                        sino la que te habita;
                        y la luz más bella no es la que te ilumina desde afuera,
                        sino la que se asoma en tus ojos, desde adentro.
 
                        No exijas más luz que la necesaria para ver lo necesario,
                        ni más camino que el que puedas andar esta jornada.
 
                        El camino más malo no es tan malo,
                        si por él vas a tu meta;
                        y el camino más bueno no es tan bueno,
                        si por él no llegas a destino.
 
                        No sabrás si hay luz mientras tus ojos no se hayan abierto;
                        ni sabrás si hay camino mientras tus pies no hayan andado.
 
                        Si arde encendida la lámpara de tu interior,
                        caminarás en la luz en medio de tinieblas;
                        si tu lámpara interior se apaga,
                        en medio de la luz caminarás a oscuras.
 
 
Texto recogido en la Asociación Cristiana Femenina ( en el año 2001 )

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La sabiduría del águila

El águila es el ave con mayor longevidad de esas especies. Llega a vivir 70 años, pero para llegar a esa edad, a los 40, debe tomar una seria y difícil decisión.
A los 40 años, sus uñas están apretadas y flexibles y no consigue tomar a sus presas de las cuales se alimenta. Su pico largo y puntiagudo, se curva, apuntando contra el pecho. Sus alas están envejecidas y pesadas y sus plumas gruesas. ¡Volar se hace ya tan difícil!
Entonces, el águila tiene solamente dos alternativas: morir o enfrentar un doloroso proceso de renovación que durará 150 días. Ese proceso consiste en volar hacia lo alto de una montaña y quedarse ahí, en un nido cercano a un paredón, en donde no tenga la necesidad de volar. Después de encontrar ese lugar, el águila comienza a golpear su pico en la pared hasta conseguir arrancarlo. Luego debe esperar el crecimiento de uno nuevo con el que desprenderá una a una sus uñas. Cuando las nuevas uñas comienzan a nacer, comenzará a desplumar sus plumas viejas. Después de cinco meses, sale para su vuelo de renovación y a vivir 30 años más.
En nuestras vidas, muchas veces tenemos que resguardarnos por algún tiempo y comenzar un proceso de renovación; para continuar un vuelo de victoria, debemos desprendernos de costumbres, tradiciones y recuerdos que nos causaron dolor.
Solamente libres del peso del pasado podremos aprovechar el resultado valioso que una renovación siempre trae.

Envió: Adriana Llanos de Guerra   ( 2001 )


Micro-Reflexión :
“Para ser exitoso no tienes que hacer cosas extraordinarias. Haz cosas ordinarias, extraordinariamente bien.”

Envió: Carlos Alberto Monrroy R.   ( 2001 )
Extraído del portal Católico www.encuentra.com ( 2001 )

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La esperanza debe reemplazar al miedo

El verano está en puerta. Un “verano porteño” con un espíritu más tanguero que nunca, melancólico y descorazonado. Astor Piazzola lo presintió en su alma cuando compuso esa pieza. Él ya no está, pero nos queda ese sabor a tristeza que hoy, si uno mira a las personas en la calle, lo advierte en la expresión de sus rostros. Hay una mezcla de sentimientos. Rabia, cansancio, apatía. Parecería que el futuro hubiera cerrado sus puertas para los argentinos, y el presente es una incertidumbre incesante. La vida hoy en esta ciudad está teñida de un miedo larval a casi todo. Estamos inseguros en la calle, en nuestros trabajos, en nuestras casas   ( cuando el trabajo y la casa existen ). Y de ahí el miedo.
¿Hay algo peor que el miedo? El miedo paraliza, enfurece, enferma. Como en ese viejo relato que dice que un hombre se encontró con la Muerte y le preguntó adónde iba. “A Bagdad –le contestó-, a matar cinco mil personas.” Pasaron los días y las semanas y el mismo hombre se volvió a encontrar con la Muerte. “Sos una mentirosa. Me dijiste que ibas a matar cinco mil personas y mataste cincuenta mil” le espetó. “No –le respondió la muerte- yo maté cinco mil; las otras murieron de susto.” Así escribe el miedo su historia. Y es muy útil pensarlo para poder evitar ese poder multiplicador, esa devastación interior que el miedo genera y propaga. Se me hace que la única manera de salir del miedo es confiando, aunque todo resulte adverso. Tener esperanza. La esperanza es una de las virtudes teologales a través de la cual uno espera que Dios le otorgue los bienes que necesita. La esperanza está unida a la sorpresa, al don, a la recompensa, como cuando recibimos un regalo muy ansiado.
Las cosas en nuestro país no andan bien, vaya novedad, pero recuerdo que mis padres en Europa pasaron por dos guerras. Y que, como tantos otros, se rehicieron, al igual que sus destruidas comarcas. Hubo una reconstrucción total, por dentro y por fuera. ¿Cómo? Con esfuerzo y con esperanza. La esperanza – según el dicho popular – es lo último que se pierde. Según escribió Borges en una de sus milongas “la esperanza nunca es vana”. Hasta el mendigo puede alimentarla. Quizá éste sea un gran momento para empezar a confiar. No de una manera ingenua, sino conscientes de que cambiando nuestra óptica cambiamos la realidad. Nuestros pensamientos son muy poderosos, lo pueden transformar todo. Confiemos en que algo bueno va a sucedernos, confiemos en nuestra propia inteligencia y sabiduría, en nuestra posibilidad de construir un país mejor porque lo deseamos profundamente y estamos dispuestos a recuperarlo.
Una psicóloga amiga dice que cuando uno va al cine puede elegir la película que quiere ver. En una sala dan una de terror, en otra una romántica, en la tercera, una de guerra. Optamos por una de ellas. Elegimos aquello que queremos experimentar. Las luces o las sombras. Y en la vida sería igual. Entonces, aún en las situaciones más difíciles, ¿qué pasa si en vez de la queja, la tristeza o la bronca, elegimos la esperanza? ¿No será más beneficioso? ¿No será más estimulante? ¿No será mejor?
Por Alina Diaconú  -  escritora
Extraído de “La Columna” del diario Publimetro del 9-11-01

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Un canto a la vida

Éste texto lo escribí el 17 de noviembre del año 2.001 y lo envié a mi cadena de mails de F.E. y FE.

Javier Serrano Agüero

24 de Abril 2010

"Acabo de salir del cine, son las doce de la noche; el Sábado del censo asoma y necesito imperiosamente volcar alguna de las emociones que acabo de vivir, en esta hoja de papel virtual.
Ayer y hoy las películas se integraron a esta Argentina del “todo por dos pesos”. Este hecho, como todo en la vida, podemos verlo de diferentes maneras. Por un lado, me da mucha tristeza la decadencia de un espectáculo que entrega mucho a la gente y que como todos nosotros, sufre los efectos de una crisis profunda. Pero por el otro, por lo menos por un día, veo revivir la peatonal Lavalle y como nunca en los últimos años hoy vi colas para sacar entradas y presencié una película a sala prácticamente llena.
Ver a la gente disfrutar de una buena noche de cine como en los viejos tiempos ya de por si me alegra el espíritu, pero éste se colma de emoción cuando revivo las imágenes que acabo de ver. No soy crítico de cine, y no voy a empezar a serlo a estas altas horas de la noche; tampoco he negociado un “chivo” con Adrián Suar, pero debo decir que “El hijo de la novia” me ha tocado el corazón.
Señores actores como Norma Aleandro y Héctor Alterio, Ricardo Darín y todo el elenco, dan vida a ...la vida misma. Sinsabores, humor, ternura, ironía, sueños, fracasos, enfermedad, el ritmo vertiginoso, el mirarse sólo el propio ombligo, la dificultad para reaccionar y cambiar, todo está presente pero por sobre todo y dándole valor a todo, sobresalen ( al menos para mí ) el AMOR con mayúsculas y la importancia del “darse cuenta”.
Los personajes brillantemente interpretados por Alterio y el amigo de Darín, son los que más aportan a la expresión del amor. Darín ( como lo haría cualquiera de nosotros ) no puede ser inmune a esa manifestación de entrega, dulzura, aceptación y humanidad, por lo tanto empieza a vislumbrar un camino que quisiera recorrer.
Para mí, la historia no ofrece golpes bajos, ni “sensiblería barata”. Nos muestra a la vida como se presenta, como la vivimos y las elecciones que tenemos a nuestro alcance. De nosotros depende como resulta.
Supongo que el hecho de ponerme de frente a ciertas vivencias, y de situaciones que nunca volveré a vivir, me han conmovido e influido en mi apreciación de la película. También el compartir el enfoque que presenta hace que la haya disfrutado tanto. Seguro que varios de Uds. ya la han visto; me encantaría compartir sus apreciaciones y saber que opinan de ella.
A los que no la vieron, les recomiendo que al menos consulten otra opinión para saber si merece ser vista. Si tienen prejuicios con el cine nacional, traten de dejarlos de lado. Vale la pena hacerlo y pagar una entrada para ver la película, aunque hoy sábado ya no cueste dos pesos..."
Con mucho amor,
Javier  ( 2.001 )

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Tres meses juntos

Éste texto lo escribí el 16 de Noviembre del año 2.001, cuando se cumplieron tres meses desde que inicié el envío diario de mails sobre Fortaleza Espiritual y Fe.
Javier Serrano Agüero
24 Abril 2.010
"Hoy se cumplen los primeros tres meses de comunicación diaria entre nosotros. Quiero compartir con todos este momento, agradeciéndoles su presencia en el otro extremo de un monitor. La tecnología ha hecho posible este vínculo, pero a mí me gusta pensar en la frase de Jesús, que dice que cuando más de dos se juntan en su nombre, Él está presente con ellos.
Me encanta pensar que pueden estar percibiendo su presencia en cada mail de Fe Viva que compartimos, porque esa es una de las intenciones de éstos envíos. También me gusta pensar que cada mail de Fortaleza Espiritual contribuye a que cada uno de nosotros ( y las personas a las que Uds. se los envían ) tengamos al menos un momento del día para compartir una reflexión que nos haga meditar o que nos fortalezca en nuestro espíritu.
Pido disculpas si alguno de Uds. recibe éstos mails sin tener ganas de hacerlo y no se animan a decirme que los suspenda, o que prefieran recibirlos en menor cantidad semanal; les pido que me lo hagan saber, no me voy a ofender si lo hacen.
También quiero pedir disculpas si algunos de los envíos son más flojos que otros, pero a veces no dispongo de material o de tiempo para ser más exigente con algunos contenidos.
En el transcurso de estos tres meses se han incorporado al grupo varias personas que no conozco personalmente. A todas ellas quiero decirles que me alegro muchísimo que hayan querido participar de esta red, y que los felicito por tener la voluntad de querer compartir un momento diario de reflexión y amor a distancia.
También quiero saludar a todos los que reciben estos mails a través de Uds., no sé si son muchos o pocos, pero les pido a mis amigos de la red que hoy les hagan llegar este saludo. Les adjunto un archivo que me enviaron varios de Uds. y que me parece oportuno compartir hoy con todos.
Les mando mi cariño, les deseo lo mejor para Uds. y sus seres queridos, y también que puedan sentir la presencia de Dios en sus vidas."
Con mucho amor,
Javier  ( 2001 )

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El pescador

Un banquero de inversión estaba en el muelle de un pueblito caribeño cuando llegó un botecito con un solo pescador.  Dentro del bote había varios atunes amarillos de buen tamaño.  El banquero elogió al pescador por la calidad del pescado y le preguntó cuánto tiempo le había tomado pescarlos.
El pescador respondió que sólo un poco tiempo.  El banquero luego le preguntó porqué no permanecía más tiempo y sacaba más pescado.
El pescador dijo que él tenía lo suficiente para satisfacer las necesidades inmediatas de su familia.
El banquero luego preguntó:  "Pero, ¿qué haces con el resto de tu tiempo?"
El pescador dijo:  "Duermo hasta tarde, pesco un poco, juego con mis hijos, hago siesta con mi señora, María, caigo todas las noches al pueblo donde tomo vino y toco guitarra con mis amigos.  Tengo una vida placentera y ocupada."
El banquero replicó:  "Soy un MBA de Harvard y podría ayudarte.  Deberías gastar más tiempo en la pesca y con los ingresos comprar un bote más grande, con los ingresos del bote más grande podrías comprar varios botes, eventualmente tendrías una flota de botes pesqueros.  En vez de vender el pescado a un intermediario lo podrías hacer directamente a un procesador, eventualmente abrir tu propia procesadora. Deberías controlar la producción, el procesamiento y la distribución.  Deberías salir de este pequeño pueblo e irte a la Capital, donde manejarías tu empresa en expansión."
El pescador preguntó:  "Pero, ¿cuánto tiempo tarda todo eso?"
A lo cual respondió el banquero:  "Entre 15 y 20 años."
¿Y luego qué?"  El banquero se rió y dijo que esa era la mejor parte.
"Cuando llegue la hora deberías anunciar un IPO (Oferta inicial de acciones) y vender las acciones de tu empresa al público.  Te volverás rico, tendrás millones."
"Millones... y ¿luego qué?"  Dijo el banquero:  "Luego te puedes retirar.  Te mudas a un pueblito en la costa donde puedes dormir hasta tarde, pescar un poco, jugar con tus hijos, hacer siesta con tu mujer, caer todas las noches al pueblo donde tomas vino y tocas guitarra con tus amigos."
El pescador respondió:  "¿Acaso eso no es lo que tengo ya?"
 
Cuántas vidas desperdiciadas buscando lograr una felicidad que ya se tiene pero que muchas veces no vemos.
 
Envió:  Jorge Donado   ( 2001 )

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Soneto pensado

 
 Soneto Pensado
 Si para recobrar lo recobrado
 debí perder primero lo perdido;
 si para conseguir lo conseguido
 tuve que soportar lo soportado.
 Si para estar ahora enamorado
 fue menester haber estado herido;
 tengo por bien sufrido lo sufrido,
 tengo por bien llorado lo llorado.
 Porque después de todo he comprobado,
 que no se goza bien de lo gozado
 sino después de haberlo padecido.
 Porque después de todo he comprendido,
 que lo que el árbol tiene de florido
 | vive de lo que tiene de sepultado
 
 Francisco Luis Bernárdez

Colaboración de Claudia Deluca ( 2001 )

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